Deficiencia de Vitaminas del Complejo B y Vitamina C


frente, dorso de la nariz, regiones malares, barbilla, cuello (collar de Casal).

Una vez remitida la dermatitis aguda (piel tumefacta, rubicunda, vesiculosa), las zonas afectas muestran pigmentación ocrácea; descamación e hiperqueratosis con atrofia. Entre los primeros síntomas mentales, se incluye la lasitud, aprensión, depresión y pérdida de memoria; posteriormente, pueden aparecer desorientación, confusión y, a veces, crisis maníacas. Se cree que la carencia aguda de ácido nicotínico produce un síndrome cerebral relacionado con la «encefalopatía de Wernicke», con oscurecimiento de la conciencia, rigidez neurótica y reflejos incontrolados de sorber y agarrar. Se han señalado alteraciones oculomotoras, estupor, delirio y depresión agitada.

La presencia de mielosis funicular, anemia (hipo o hipercroma), glositis y aquilia le confiere una cierta relación con la anemia perniciosa. La pelagra se considera una avitaminosis global del complejo B2 con predominio del ácido nicotínico.

Vitamina M (ácido fólico: factor lactobacillus Casei-, vitamina B; ácido pteroil-glutámico [PGAJ])

El PGA es una combinación del núcleo pterina, el ácido paraaminobenzoico y el ácido glutámico; si este se sustituye, desaparece también el efecto de la vitamina. El ácido fólico existe en todos los vegetales y también en el hígado y riñón. Su contenido se reduce notablemente en los alimentos cocinados. Transfiere el ácido fórmico y el formaldehído activados. El resultado típico de su carencia es la maduración megaloblástica de los glóbulos rojos en la médula ósea, lo que origina una anemia macrocítica; va acompañada de leucopenia. Las causas más frecuentes de su déficit son la mala absorción intestinal (esprue, fístula yeyuno-cólica, cirrosis hepática) y el embarazo, pues el feto en desarrollo tiene una gran demanda de ácido fólico, que a veces no es posible descubrir por madres subalimentadas. Su falta se descubre dosificando la concentración urinaria de ácido formínico glutámico tras sobrecarga oral con histidina.

Las sulfamidas y el triamterene tienen carácter antifólico, por lo que se debe evitar su toma en pacientes con megaloblastosis por este déficit.

Ácido pantoténico (vitamina B5)

Se denomina también «factor anticanicie y favorecedor de la pilificación». Es el d(+)-a(-)-dihidroxi~ pp-dimetil-butiril-p-alanina. Está muy difundido en la naturaleza. Las necesidades diarias se estiman en 10-15 mg (5 mg/1.000 cal). Es un componente de la coenzima A, coenzima de transacetilasas que cataboliza los transportes del grupo acilo (-CO-R). La coenzima A está formada por la unión de un nucleótido (3 AMP) con un pirofosfato unido al ácido pantoténico, que está ligado a la mercaptoetilamina.

Se ha provocado deficiencia en voluntarios alimentándolos con una dieta sintética carencial o, en un proceso más rápido, incluyendo también en aquella un antagonista (el ácido y-metil-pantoténico). Tras 12 semanas de dieta carencial, aparecen los síntomas de la deficiencia, es decir cefalea, astenia, alteraciones en la coordinación motora, parestesia, calambres musculares y perturbaciones gastrointestinales; en algunos individuos, se observan efectos cardíacos, como taquicardia e hipotensión ortostática; los efectos endocrinos incluyen una mayor sensibilidad al efecto hipoglucémico de la insulina; eosinopenia. En los estados carenciales generalizados, se registran niveles sanguíneos bajos de ácido pantoténico. Cuando la deficiencia es mayor y global, es muy difícil distinguir los rasgos específicos ocasionados por cada factor.


VITAMINA C

Hipovitaminosis C (ácido L-ascórbico)

«vitamina antiescorbútica», ocasionar su carencia el escorbuto. Desde el punto de vista químico, se trata del ácido L-ascórbico.

Procedente, en su mayor parte, de plantas verdes y frutas cítricas, se absorbe con facilidad en el tracto intestinal; esta absorción es menor en la vejez y en la aclorhidria, y también en ciertas infecciones intestinales.

Respecto a su acción fisiológica, estabiliza la adrenalina, tan inestable; que favorece la hemostasia; que impermeabiliza la pared de los capilares, y que contribuye a la síntesis del tejido conjuntivo y de sostén, particularmente de la matriz ósea, sustancia fundamental del cartílago y del colágeno.

Otra función importante de la vitamina C es la conversión del ácido fólico en folínico y, por lo tanto, su déficit es capaz de ocasionar trastornos de tipo megaloblástico en la eritropoyesis.

TIPOS.

Existen dos tipos de hipovitaminosis C:

  1. Escorbuto (del holandés «Scheurbook»: bota ulcerada). Se produce como consecuencia de una alimentación sin vegetales frescos; es, pues, una infranutrición cualitativa. Se caracteriza por gingivorragias, hemorragias cutáneas y musculares, y por alteraciones del esqueleto (en los jóvenes). Sus síntomas típicos suelen ir precedidos de un período prodrómico en los que hay lasitud, debilidad irritable, vagos dolores musculares y articulares, y pérdida de peso.

Las lesiones gingivales empiezan en las papilas interdentarias, a menudo en la región de los incisivos, con tumefacciones de consistencia esponjosa y color rojo azulado; a veces, llegan a ocultar los dientes, los cuales se aflojan y llegan a caer; no hay adenomegalias angulocervicales.

Las hemorragias musculares se observan, casi siempre, en las zonas sometidas a gran esfuerzo funcional (en especial en los flexores con tendones largos, gemelos), con preferencia en las extremidades inferiores. En la piel, las manifestaciones hemorrágicas tienden a localizarse en las extremidades inferiores, y a nivel de los folículos pilosos, que resaltan a menudo como un rallador (¿liquen escorbútico?), sin ser excepcionales las sufusiones extensas, sobre todo en las caras de flexión.

En los enfermos jóvenes, a veces, se producen en las articulaciones costocondrales de las costillas inferiores, extravasaciones hemáticas con infracciones (crepitación), tumefacción y dolor a la presión, así como cierto parecido al rosario raquítico, y ensanchamiento de la base del tórax. En casos avanzados, son posibles hemorragias en conjuntiva, retina o cerebro y también en periostio, nariz, tracto gastrointestinal y genitourinario.

  1. Escorbuto infantil (enfermedad de Möller-Barlow). Sólo se observa en niños alimentados artificialmente, nunca en los lactados por su madre. Se caracteriza por comienzo gradual y tórpido y, sobre todo, por tumefacciones dolorosas de la porción inferior del muslo, muy sensibles a los movimientos y a presiones ligeras. Los enfermos

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