UNIVERSIDAD NACIONAL “PEDRO RUIZ GALLO”
FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICO SOCIALES Y EDUCACIÓN
PROGRAMA DE COMPLEMENTACIÓN PEDAGÓGICA UNIVERSITARIA
PRÁCTICA PROFESIONAL V
Los Inmensos Desafíos de la Educación Peruana
El principal problema de la educación peruana es la baja calidad de la enseñanza y los magros resultados en el aprendizaje de los estudiantes. Con una población de pobres superior al 50% y con un presupuesto (3.6% del PBI) lejano al promedio latinoamericano (4.6%), los resultados no podían ser de otra manera. Pero no sólo eso, como consecuencia de la desigualdad social y la falta de oportunidades, una gran parte de los educandos no recibe clases de educación básica o abandona la escuela en los primeros años; mientras que aquellos que continúan tienen que afrontar deficiencias de formación y falta de estímulos.
El Problema de la Universidad en América Latina y el Perú
En otros departamentos, la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco y la Universidad Nacional del Centro del Perú, según la ANR (información que proporciona Cecilia Thorne de la Pontificia Universidad Católica), son las universidades más selectivas.
Contrariamente, hay universidades como la de Iquitos y la Andina del Cusco que admiten el 92% de postulantes. Asimismo, la Universidad Andina del Cusco es la que tiene la carga docente más alta. Desde siempre, la universidad peruana ha sido analizada como una entidad estrechamente relacionada con otros sectores sociales y muy ligada al mercado laboral y el desarrollo económico. A este respecto, Sánchez preconizó que “la Universidad no es una isla”.
El mismo hecho de que la educación secundaria se oriente hacia la universidad sería una contradicción del propio sistema educativo nacional con respecto a las necesidades ocupacionales del país.
Deficiente Formación Universitaria para el Postgrado
No hacer esto es navegar sin rumbo, sin objetivos, sin definir políticas por resultados, sin la actualización de conocimientos científico-tecnológicos, sin la activa participación de los alumnos en la unidad del saber-hacer. En suma, es transmitir conocimientos anquilosados, especulativos, sin ser capaces de demostrar la fuerza de las teorías en la terrenalidad de la vida que el hombre constantemente viene transformando, con el apoyo de todas las ciencias integradas (ver Cuadro 3).
Ante estos problemas, existe la necesidad de realizar una profunda e integral reforma en la educación peruana, y dentro de ésta, en la universidad. En la primera, la base de la enseñanza era la formación profesional, luego la proyección social y, finalmente, la investigación científica, casi simbólica, porque se pensaba que un estudiante en los primeros años de estudio no tenía base para investigar.
La Facultad de Nuevo Tipo es completamente diferente: la base de la enseñanza radica en la investigación científica, simultáneamente brinda una sólida formación profesional, la que es articulada con la proyección social (ver Cuadro).
Esto significa que la Universidad no puede brindar más teoría por la teoría, casi siempre especulativa (ver Cuadro 5).
Esto, que en teoría se entiende, sin embargo, para muchos resulta complejo porque no se atreven a ponerlo en práctica. Y si se hace, se debe trabajar cotidianamente, practicando un estilo de vida modesto, porque nos dedicamos a compartir tareas ávidas del conocimiento científico que permita alcanzar la verdad mediante leyes.
Para ser más específico, debemos trabajar haciendo uso de la Teoría Científica del Conocimiento, que logra la unidad del objeto y el pensamiento lógico. Esto es lo que novedosamente ahora se llama trabajar por la calidad total, o sea, el planeamiento sistemático de nuestra práctica-teoría-práctica.
Visión Prospectiva de la Educación Peruana hacia el 2021
Ensayemos esa mirada a escenas hipotéticas del Perú en el año 2021, cuando nuestro país cumpla 200 años de vida republicana. Son imágenes que quisiéramos ver suplantadas por realidades tangibles para cuando ese momento llegue.
Primera Escena: ¿Qué Educación Queremos? Escuelas Peruanas y Educación Superior del Año 2021
Los centros educativos públicos peruanos ofrecen un ambiente amigable, integrador, personalizador y estimulante donde niños y niñas de toda condición étnica, cultural, religiosa, física y social desarrollan su identidad personal y conviven construyendo una peruanidad intercultural, ajena a toda forma de prejuicio y discriminación social. Así, responden satisfactoriamente ante una sociedad que percibe la importancia de tener servicios educativos de calidad y los reclama activamente.
Son instituciones educativas cuyos padres y vecinos cumplen con sus deberes cívicos y participan de un gobierno municipal que tiene entre sus objetivos primordiales promover relaciones solidarias y de cooperación entre los habitantes de la zona. Pueden, así, ejercer su ciudadanía desde pequeños porque tienen oportunidades de jugar, aprender, expresarse, encontrarse y convivir gracias a que las empresas y organizaciones de la localidad, sus líderes, los medios de comunicación, han asumido su responsabilidad educadora.
A 3500 metros de altura, en una escuela bilingüe de niños hablantes de quechua y castellano, se proporciona a los estudiantes un uso competente de ambas lenguas y de un idioma extranjero.
Con la participación del sector privado y el gobierno regional, se han generado nuevas oportunidades de desarrollo basadas en innovaciones tecnológicas realizadas por la universidad o el instituto locales, donde la formación profesional está acreditada de acuerdo con altos estándares nacionales e internacionales.
Así, se tienen instituciones educativas de organización flexible que combina el alto desarrollo tecnológico con formación académica, experiencias de trabajo y de vida, y, sobre todo, con una adaptación a sus contextos socioculturales y geográficos particulares.
Los peruanos que viven en el exterior colaboran activamente con la causa de la educación porque comparten los mismos objetivos y abren oportunidades de negocio para sus regiones. El cultivo de alimentos orgánicos y una industria forestal sostenible son posibles gracias a la investigación local en biogenética, que atrae investigadores y recursos de todo el mundo.
Estos niños, niñas y jóvenes acceden a una experiencia de diversidad cultural que trasciende inclusive las fronteras nacionales, pues trabajan proyectos de aprendizaje con sus pares de otros países interconectados a través de las más avanzadas tecnologías de la comunicación e información.
En la costa peruana, la inacabable arena, antes estéril y hostil, es ahora la marca de una industria tecnológica que treinta años atrás la adoptó como materia prima para chips de computadoras, pero que hoy –como lo hizo India tres décadas antes– se expande gracias al conocimiento de jóvenes peruanos que crean tecnología de punta. Los arenales exhiben oasis nacidos del riego tecnificado por goteo o por aspersión aprendido en la escuela, donde sigue creciendo la producción agroindustrial para la exportación y el consumo local.
Segunda Escena: ¿Cómo Funciona la Educación? Una Educación Gobernada con Transparencia, Debidamente Financiada y con Proyección Humana, Económica y Social
Ningún niño peruano muere por causas que pueden prevenirse ni se ve excluido de una educación de calidad por obligaciones laborales, por embarazo precoz o por haber caído en la drogadicción, el pandillaje o el abandono. Desde la educación inicial, cada centro educativo recibe un paquete de insumos y servicios que dan sentido a la gratuidad de la educación y son resultado de una inversión financiera por alumno que permite al Perú ponerse al paso de países vecinos que nos sacaron gran ventaja en las décadas previas.
El Perú llegó a invertir en educación el 6% del PBI el año 2012, y esta inversión ha sido asignada dando la prioridad a la población en riesgo de ser excluida y estimulando las buenas prácticas y los buenos desempeños.
Además, el país ha desarrollado criterios de evaluación más avanzados y pertinentes que los conocidos estándares internacionales. Gracias a ellos, se tiene ahora mediciones del progreso educativo que incorporan entre sus criterios el respeto y la valoración activa de la diversidad cultural de la población.
El Perú es un Estado descentralizado que permite una gestión ética y eficaz de la educación, donde cada centro educativo es un foco de innovaciones que se contagian mediante redes de interaprendizaje apoyadas con recursos y asistencia técnica permanente, la misma que es responsabilidad del gobierno regional o local.
Cada año, el Presidente de la República rinde cuentas al país no sólo de los esfuerzos realizados sino de los logros educativos alcanzados y convoca a renovar los compromisos de todos para lograrlos. Se fortalece así la participación activa de los padres y vecinos, que ya ha devenido en práctica permanente gracias a una nueva alianza entre docentes y padres de familia: un pacto de corresponsabilidad entre la institución educativa y su comunidad.
Los centros educativos, los institutos y las universidades peruanos son un punto de referencia internacional de buenas prácticas. La producción intelectual y científica peruana, que ahora es exportada a diversos países, se ha convertido en una fuente de divisas considerable.
Los recursos del país, que no ceja en su lucha contra la pobreza, son mejor invertidos, gestionados y fiscalizados, y rinden ahora mucho más que en otros países. Este empleo eficiente de los recursos, que a la vez se han acrecentado por un mayor compromiso del Estado y la sociedad, ha permitido optimizar la formación de los maestros con una orientación teórica y científica y, al mismo tiempo, con un perfil moral y humanista.
Los centros educativos del país tienen, así, profesores justamente remunerados que viven su vocación magisterial como una actividad estimulante y creativa, afrontando sus tareas docentes con motivación plena y orgullo sobre la base de criterios de calidad claramente reconocibles en su desempeño profesional, incluyendo el pleno dominio de los conocimientos y habilidades que debe enseñar.
Se ha mejorado también los diseños curriculares básicos de todos los niveles y modalidades de enseñanza, que ahora se encuentran fuertemente articulados y responden a ejes de formación común.
Tercera Escena: ¿Qué Resultados Lograremos? Los Peruanos y su Desarrollo
La educación peruana despliega sus posibilidades de contribuir al bienestar, la libertad y la dignidad de todos los peruanos y de impulsar el desarrollo sostenido a escala nacional. Ha dejado de ser, para siempre, una educación que reservaba sus mejores recursos para el beneficio de unos pocos y que, a falta de una concepción estratégica, se limitaba a reaccionar improvisadamente a reclamos sociales esporádicos y dispersos.
Ahora, la educación peruana posee una visión y un proyecto de país concertados y en ejecución. Gracias a ello, la inmensa mayoría de peruanos:
- Son capaces de aportar al desarrollo del conocimiento.
- Administran de manera autónoma sus capacidades de aprendizaje.
- Poseen capacidades de investigación y autoevaluación.
- Han aprendido a recuperar y valorar el propio saber.
- Tienen acceso pleno, crítico y creativo al mundo letrado desde el inicio de su escolaridad.
- Muestran capacidad de pensar lógicamente.
- Usan criterios y procedimientos matemáticos para resolver problemas.
- Manifiestan creatividad y espíritu crítico.
- Demuestran autonomía y capacidad de decisión.
- Tienen recursos y capacidades de participación social.
- Conocen y aprovechan la riqueza del capital cultural existente en su región y el país.
- Perciben y valoran diferentes mundos culturales.
- Demuestran asertividad y consensualidad en el manejo de las diferencias.
- Tienen capacidad para imaginar y alcanzar metas de interés colectivo.
- Se identifican con el país y con sus metas históricas.
- Se reconocen miembros responsables de la sociedad latinoamericana y mundial.
- Se asumen como sujetos de derechos y personas morales, con deberes, sentido del bien común y de la justicia social.
- Demuestran cultura cívica, de respeto a sí mismo y a los demás como parte de una misma comunidad política.
- Reconocen a los niños como sujetos de derechos.
- Conocen y valoran su ambiente, comprometiéndose a mantenerlo saludable.
- Son emprendedores y muestran creatividad, iniciativa y liderazgo en la vida productiva.
- Saben trabajar en equipo y toman decisiones con autonomía.
- Interactúan creativamente con la ciencia y la tecnología.
Estos aprendizajes fundamentales, además, expresan la voluntad política de contar con una educación capaz de lograr una relación equitativa entre:
- La construcción de una identidad nacional que cohesione a los peruanos y la afirmación de la diversidad cultural, que fortalezcan las identidades regionales y culturales.
- El desarrollo de las capacidades e identidades individuales y el desarrollo de la solidaridad e identidades colectivas.
- El sentido de pertenencia planetario, que nos haga ciudadanos del mundo, y el sentido de pertenencia local y regional.
- El desarrollo de capacidades productivas y el acceso a conocimientos más generales de la cultura universal.
- La afirmación de una democracia solidaria y responsable del bien común y el ejercicio de las libertades individuales.
- El desarrollo de un sentido de justicia social y el desarrollo de la competitividad.
- La protección y ejercicio responsable de derechos en un marco de convivencia social, y la conciencia de deberes.
- El desarrollo de una conciencia de derechos como consumidores y el desarrollo de capacidades como productores, en el marco común de una cultura de calidad.
- El desarrollo de una cultura académico-científica y el aprovechamiento de las fortalezas de las culturas y conocimientos locales en una perspectiva intercultural.
En el año 2021, la educación ha permitido que el Perú deje atrás esos rasgos que hasta poco antes eran fuente de honda desesperanza: una mayoría de la población confinada a una ciudadanía de segunda clase; un poder económico y político concentrado en Lima; una sociedad que admiraba el caudillismo, celebraba como un valor positivo la viveza, y aplaudía las obras públicas sin importarle los actos de corrupción de las que ellas fueron pretexto y disfraz; una cultura que toleraba el desprecio racial; una población separada por profundas brechas sociales, económicas y culturales, con intereses contrapuestos, depredadora de sus materias primas y aprovechadora de la mano de obra barata para beneficio de unos pocos, incapaz de defender sus intereses en el mundo, replicadora dócil de estrategias de desarrollo que no valoraban ni reconocían el potencial nacional o la riqueza de nuestra diversidad cultural.
Ahora, tras décadas de un esfuerzo educativo genuino, el Perú es un país más justo y con una cohesión social más firme y se dirige resueltamente a suprimir la inequidad y la discriminación.
Es, por último, un país que reconoce, respeta y valora su diversidad cultural y natural y que encuentra en ella un apoyo seguro para el diálogo beneficioso con el resto del mundo.
¿Qué es y por qué se requiere un Proyecto Educativo Nacional?
Las escenas presentadas podrían ser entendidas, equivocadamente, como un sueño o como una quimera: figuraciones llamadas a desaparecer bajo el peso de una realidad inmodificable, o visiones ideales que estamos condenados a perseguir sin término y sin éxito.
Hacer realidad las visiones presentadas demanda una decisión firme del Estado y de la sociedad peruana. Necesitamos, en suma, un proyecto. No obstante, dadas la debilidad de las instituciones y la fragilidad de la gobernabilidad democrática en el país, se debe comprender que este acuerdo sólo será posible progresivamente, a través de procesos de diálogo y concertación continuos que involucren a mayores sectores ciudadanos y les permitan convertirse en protagonistas del Proyecto Educativo Nacional, en sujetos activos dispuestos a sostenerlo y llevarlo adelante aún en circunstancias adversas.
La visión, las prioridades, las opciones y las decisiones que este Proyecto quiere reflejar constituyen una política de Estado y se concretan en una matriz de políticas educativas con plazos, logros y resultados verificables que deben comprometer a todas las instancias del poder político y movilizar a la sociedad entera. No llega al terreno específico de la programación, que corresponde a los responsables de la gestión, pero sí señala las bases y pautas que hacen técnicamente posible el diseño de un Plan Nacional de Desarrollo Educativo.
El Proyecto Educativo Nacional es una guía de acción que trasciende los procesos de planificación generados en las mesas de los expertos. Tal proceso debe producirse tanto en el escenario nacional como en las diversas regiones y localidades del país. Este proceso de diálogo y concertación debe producirse tanto en el ámbito técnico como en los ámbitos político y social con actores situados en mayor o menor medida en los espacios donde se toman las decisiones de política o donde se gestan las demandas de carácter público.
Estos tres niveles son esenciales y, según las necesidades del proceso, se puede poner más énfasis en unos u otros durante un período, pero en todos los casos deberán articularse y complementarse mutuamente. En el nivel técnico, se dirige a formular y concertar con la comunidad de expertos planteamientos informados, innovadores y racionalmente consistentes; en el nivel social, procura incluir y enriquecer la perspectiva de los diversos actores y generar una nueva comprensión de la educación, así como generar una demanda mejor informada y, por tanto, más exigente; en el nivel político, busca aportar la información y los argumentos que hagan posible las decisiones requeridas en las diversas instancias del poder.
En todos los niveles, además, el diálogo y la concertación buscan generar compromisos, producir convergencias y movilizar una voluntad común en torno a los mismos propósitos. Un Proyecto Educativo Nacional para el Perú tiene que ser, así, antes que un mejoramiento y modernización del viejo sistema, una tarea de cambios estructurales.
Por la misma razón, será inviable un proyecto que agote sus máximas aspiraciones en un período de tiempo fijo y estrecho. Es un proyecto de largo plazo y de avances progresivos, expuesto incluso a retrocesos, pero persistente y seguro de acuerdo con metas claras, hitos bien definidos y sólidas alianzas sociales y políticas.
Un Proyecto Educativo para el Desarrollo del País: Democracia, Equidad, Competitividad y Reforma del Estado
La realización de un Proyecto Educativo Nacional se encuentra llamada a influir sobre la integridad de la vida nacional.
El Proyecto Educativo Nacional formará parte, así, de un conjunto de vigorosas transformaciones que el país necesita para avanzar hacia las metas del desarrollo humano, tanto más requeridas en el actual proceso de regionalización y descentralización en que se encuentra el país.
El cambio del sistema educativo que aquí se propone y reclama está llamado a influir en estas cuatro dimensiones del proceso de transformación que el país requiere.
Sin embargo, ésta no ha de ser, por todo lo señalado, una identidad monocorde y excluyente que imponga una sola cultura como la única buena y respetable.
La persistencia del sistema vigente con todas sus deficiencias y vacíos conspira activamente en contra de todo avance significativo en las cuatro dimensiones del desarrollo señaladas. No genera los ciudadanos que dan sustento a una democracia; perenniza la inequidad al dotar a la población de oportunidades y capacidades muy diferentes; priva al país de los recursos humanos calificados para la competencia global; y, por último, refuerza la imagen y la realidad de un Estado que concentra su atención y sus recursos en un conjunto de ciudadanos, mientras que abandona al resto del territorio nacional a un estado de postración y condena a muchos de sus habitantes a sobrevivir en la marginalidad y la pobreza.
Educación es fin y es medio.
Es forzoso tomar clara conciencia de las particulares interacciones –la mutua dependencia– entre la educación y el desarrollo tal como aquí es entendido. En segundo lugar, y de manera muy importante, por el necesario concurso de todos los sectores de la sociedad en un compromiso claro con un proyecto nacional.
Lo dicho es especialmente cierto para el logro de la propuesta de Proyecto Educativo Nacional que aquí se presenta.
Ciudadanos para una auténtica democracia.
La concepción de la democracia que ha de ser asumida en un Proyecto Educativo Nacional debe ser amplia e integral, atenta por igual a sus dimensiones legales e institucionales y a su condición de forma de convivencia humana. Esa conciencia de los derechos –que son el núcleo de la experiencia ciudadana– se ha de complementar, además, con una clara percepción de nuestros deberes y responsabilidades como miembros de una colectividad.
Esta concepción de democracia es inseparable de los medios, ámbitos o circunstancias en que puede germinar y ser defendida.
El papel de medios de comunicación independientes y honestos es esencial para este propósito. Esto supone, también, la existencia de una administración pública moderna, eficaz e imparcial que ponga a disposición de la ciudadanía los mecanismos de fiscalización adecuados y que sea siempre sensible a las aspiraciones y perspectivas de la población.
Todo lo dicho está vinculado, en última instancia, a un fenómeno que es la suma y cifra de la democracia como forma de vida: la ciudadanía, que es quien la construye paulatinamente y está dispuesta a defenderla porque la vive como un valor propio. La comprensión de esta identidad fundamental hace evidente el lugar que ha de ocupar una educación universal de calidad en la afirmación de la democracia en el Perú.
En nuestra historia reciente, se ha evidenciado hasta qué punto la fragilidad de la democracia y el Estado de Derecho son un amargo reflejo de la precariedad de la ciudadanía en nuestro país. En suma, una escuela que, con prácticas pedagógicas y formas de convivencia renovadas, se constituya en la primera y fundamental experiencia de los peruanos sobre el valor de las leyes, del diálogo, de la participación, de la convivencia pacífica y de las instituciones.
c. Equidad: el derecho a elegir su propio destino.
El Consejo Nacional de Educación destaca la importancia de la búsqueda de la equidad como elemento esencial del desarrollo en el Perú, y la concibe como aquella situación social en que las personas tienen acceso real a las oportunidades de construir su bienestar. Inviste a las personas de los poderes requeridos para gobernar sus vidas; es decir, para elegir su destino.
d. ¿De qué manera una educación transformada contribuirá a la equidad en el Perú?
La mejora de los logros educativos en el ámbito rural se expresa en un fortalecimiento de los recursos culturales propios con que cuenta la población.
En efecto, observar la escala socioeconómica del Perú equivale a mirar, también, la desigual distribución de los niveles educativos en la población. La relación entre más años de escolaridad y mayores ingresos económicos es tan fuerte y directa que no deja lugar a evasivas: combatir la pobreza implica fomentar una educación universal y de calidad.
Pero a pesar de la contundencia de lo señalado, probablemente no existe ilustración más dramática de la relación entre educación y equidad en el Perú que la dinámica de la mortalidad infantil. La equidad procurada mediante una sustancial mejora del sistema educativo ha de restaurar, también, las posibilidades de movilidad social –esto es, la posibilidad de obtener un mejor nivel de vida para uno mismo y para sus hijos– que hoy se encuentra obstruida y que es fuente de tanta desesperanza para numerosos peruanos.
e. Competitividad: no avanzar es retroceder.
Todo desarrollo genuino debe ser percibido por las personas y las familias como un paulatino mejoramiento de sus condiciones de vida; pero también, en gran medida, como un fenómeno colectivo en el que la sociedad en conjunto ve incrementar y expandir sus posibilidades, oportunidades y capacidades.
Para ello, se necesita políticas sectoriales y redistributivas más enérgicas combinadas con tasas de crecimiento más altas.
Pero obedecen también a las deficiencias del capital humano y social con que se cuenta para llevar adelante esfuerzos sostenidos de innovación. Ningún país puede aspirar al éxito en la sociedad mundial de hoy con la escasa inversión en educación y en promoción de la investigación y la innovación que mantiene el Perú.
Sin embargo, al señalar esto, es imposible omitir que, junto con la investigación, la educación peruana tiene otras tareas básicas pendientes de cumplimiento, como es el asegurar un dominio homogéneo de la lectura y escritura.