Desarrollo Económico y Movimiento Obrero en la España del Siglo XIX


Evolución y Desarrollo Económico en España (1833-1875)

Tras el golpe de Estado del general Martínez Campos, Alfonso XII entra en España a principios de 1875.

Economía y Sociedad: El Despegue del Movimiento Obrero

La evolución de la economía española se caracteriza por su posición al margen de la industrialización de los demás países europeos. Esto se explica por el subdesarrollo de la agricultura española, debido a la mala calidad de las tierras y las condiciones climatológicas adversas. Además, mediante la reforma agraria liberal (desamortizaciones, desvinculaciones) se consolidó la propiedad privada.

Si bien esto ayudó a paliar la deuda de la Hacienda Pública española y a que la producción agrícola aumentase, la productividad no aumentó y las técnicas continuaron atrasadas.

Por otra parte, también existen varios factores de progreso como son: el mundo financiero (la bolsa), la industria textil (que se inicia en Cataluña), pero sobre todo el ferrocarril. Aunque un poco tardío con respecto a Europa, el ferrocarril fue un gran impulso para España. A mediados de siglo, con la Ley General de Ferrocarriles, se abrió una etapa de intensa construcción.

El afianzamiento del liberalismo durante el reinado de Isabel II supuso la desaparición de los estamentos y la igualdad de los ciudadanos ante la ley, dando paso a la sociedad clasista (basada en la riqueza).

Gracias a las desamortizaciones, la burguesía prospera, ya que son quienes compran los terrenos. La alta nobleza no pierde su importancia, pues sus tierras pasan a ser propiedades. Las clases medias comparten con los grupos poderosos la forma de vida, pero su riqueza es mucho menor. Las clases populares, los artesanos y grupos urbanos, son menos favorecidos. Los campesinos podían tener pequeñas cantidades de tierra (pequeños propietarios), ser arrendatarios, mozos (empleados permanentemente en una explotación agraria) o jornaleros sin tierras. Los patrones pagaban a los proletariados por la realización de un trabajo.

Aunque la ciudad va creciendo, España sigue siendo fundamentalmente agraria.

El Movimiento Obrero: Orígenes y Desarrollo

El movimiento obrero surge con la industrialización. En sus inicios fueron manifestaciones espontáneas de rebeldía que tomaron forma de hechos luditas (destrucción de máquinas).

En 1840 aparece el primer sindicato en Barcelona. Estos sindicatos intentaban mejorar las condiciones laborales y salariales de los trabajadores. El sindicalismo tuvo un gran desarrollo en esta década.

El movimiento obrero se desarrolla más en el Sexenio Revolucionario, ya que se ponen en contacto con Europa. Marx y Bakunin han fundado la AIT (socialistas y anarquistas) en Londres. Además, el momento revolucionario es propicio para buscar adeptos que se unan a la AIT, para ello vienen dos delegados, Fanelli y Lafargue. Posteriormente la AIT se divide en socialistas y anarquistas. Poco después Sagasta la disuelve y estos tienen que pasar a la clandestinidad.

El cantonalismo también tuvo un carácter de cambio social. El primer anarquismo estuvo situado en las mismas zonas que el movimiento cantonal de 1873.

Tras el periodo revolucionario se produce el apolitismo de las masas obreras que, en su gran mayoría, pasan a ser anarquistas.

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