Desarrollo Social en la Infancia: Interacciones, Amistades y Grupos


Desarrollo y Conducta Social en la Infancia

La Experiencia Social Durante los Años Escolares

La inserción en el grupo de iguales se produce incluso antes que en décadas pasadas, y al mismo tiempo, la vinculación formal a este grupo se extiende por más años.

Los contactos con iguales, especialmente con amigos, cumplen funciones muy significativas en el desarrollo, claramente diferentes de las que cumplen, por ejemplo, las relaciones de parentesco.

Los amigos son importantes fuentes de compañía, diversión, información, intimidad, afecto y seguridad emocional.

Los iguales contribuyen al conocimiento y validación del yo. Al considerar el yo desde la perspectiva de los otros, se promueve el aprendizaje sobre uno mismo como sujeto y como objeto, y sobre los otros como individuos psicológicos. Los iguales son personas con las que se comparten experiencias importantes, son confidentes y promueven el desarrollo de la asertividad.

La influencia de los iguales se extiende al desarrollo cognitivo y el ajuste escolar. La experiencia negativa con los iguales puede tener efectos dramáticos, como el aislamiento o rechazo.

Características de las Interacciones, Relaciones y Grupos de Iguales

Los niños pasan más tiempo juntos, con menos supervisión de los adultos. Las relaciones de amistad se intensifican, los grupos suelen ser más numerosos y diversificados, coincidiendo en contextos y situaciones más variadas.

Características de las Interacciones

Durante la primaria, los niños mejoran significativamente sus habilidades sociales implicadas en las interacciones con iguales.

Tipos de Interacciones

  • Juego
  • Agresivas
  • Prosociales

El Juego

El juego de reglas y la conversación se hacen más presentes, mientras que los juegos de ficción y rudos-desordenados disminuyen progresivamente.

A los 5 años, los niños no tienen conciencia de las reglas del juego; se implican por el placer de estar con otros. A partir de esta edad, se inician en las reglas, comenzando con las más elementales.

De 6 a 8 años, los niños juegan para ganar y conciben las reglas como absolutas. Exigen un cumplimiento rígido, y los desacuerdos en la interpretación de una regla pueden poner en peligro el juego.

Alrededor de los 8 años, comprenden el sentido de las reglas como prescripciones modificables por consenso.

Interacciones Agresivas

Los cambios evolutivos en este período deben analizarse cualitativa y cuantitativamente.

Después de los 6 años, hay un aumento global de conductas agresivas, aunque la proporción de estas frente a las amistosas podría disminuir con la edad. Algunos afirman que este aumento caracteriza solo a los varones, mientras que otros señalan que las chicas también manifiestan agresividad, aunque de forma más sutil.

La agresividad se vuelve menos física y más verbal, más hostil y dirigida a la persona.

Los niños son más hábiles para diseñar actos agresivos dirigidos a dañar al otro. Son más capaces de desvelar las intenciones del otro, lo que explica que muchos episodios de agresión sean de revancha.

Los motivos de las peleas a veces no se limitan a metas individuales, sino también a intereses del grupo.

Influencia de la Televisión

La programación televisiva con temas violentos es una influencia socializadora importante. Cinco conclusiones relevantes:

  1. Se observan efectos en las conductas infantiles inmediatamente después de visualizar secuencias agresivas.
  2. La agresividad de personajes humanos tiene más efecto que la de dibujos animados.
  3. Los efectos son más notables en niños más agresivos, a quienes les gusta más esta programación y la ven más.
  4. La falta de herramientas cognitivas para interpretar la información televisiva puede disminuir el umbral de sensibilidad a la agresión, percibiéndola como legítima. Las pausas publicitarias dificultan la comprensión del acto censurable.
  5. Los efectos más perniciosos de la televisión no se deben a lo que aprenden de malo, sino a lo que dejan de aprender en otros contextos.

Conclusión: Conductas como rabietas, irritabilidad y desafío son normativas a los 4 años, pero su persistencia a los 8 años puede indicar problemas clínicos.

Interacciones Prosociales

Es difícil estudiar las conductas prosociales, ya que se vuelven más sutiles con la edad.

Las conductas prosociales aumentan con la edad, conllevan más costo de respuesta y se manifiestan de forma sutil.

Las mejoras en estas conductas se deben a factores afectivo-emocionales (empatía) y cognitivos (razonamiento moral-prosocial y adopción de perspectivas).

Otras competencias cognitivas que influyen en la prosocialidad son la atención, el sentido de responsabilidad, el autoconocimiento y la percepción de eficacia.

La prosocialidad tiende a ser estable y predice el ajuste social.

Existen diferencias de género en la prosocialidad. Las mujeres tienden a expresar mayor interés por los sentimientos de los demás y mayor empatía. Sin embargo, hay que ser cautelosos al atribuir diferencias conductuales directamente al género, considerando posibles sesgos en los contextos de evaluación.

Las Relaciones de Amistad

La idea de amistad, la percepción de los amigos y la conciencia de la exclusividad de la relación evolucionan con la edad.

En primaria, los amigos suelen tener la misma edad, sexo y semejanzas conductuales y actitudinales.

La selección activa de amigos se intensifica con un autoconcepto más elaborado y mejores competencias para comparaciones sociales. La afinidad entre amigos se observa en altruismo, empatía, cortesía, humor, sensibilidad y madurez cognitiva en el juego. Más adelante, en la preadolescencia, la afinidad se centra en actitudes hacia la escuela, conductas normativas y experiencia sexual.

A partir de los 6-7 años, el interés por el sexo opuesto disminuye, y tener un amigo del otro sexo puede ser motivo de burla. Las relaciones entre niñas son más intensas y exclusivas.

Las relaciones de amistad se vuelven más estables y recíprocas. El número de «buenos amigos» aumenta hasta los 11 años y luego disminuye debido a las exigencias del compromiso de amistad.

Los amigos se dedican más comportamientos positivos, se centran en necesidades mutuas y muestran mayor intensidad y comprensión emocional. La mayor implicación personal distingue la interacción con un amigo estable de la interacción con otros compañeros.

Los conflictos entre amigos son menos graves, más explícitos y tienden a resolverse mediante negociación o abandono de la discusión, buscando soluciones equitativas.

La fuerza socializadora de los amigos radica en la importancia de sus juicios, el respeto que inspiran y la seguridad que brindan, lo que permite a los niños admitir errores y cambiar. Los desacuerdos en el contexto de la amistad estimulan formas de pensamiento y resolución de problemas más maduras.

Las Características de los Grupos

La estructura grupal se consolida, y el niño toma conciencia de su pertenencia al grupo.

Características de un Grupo

  1. Interacción habitual y asidua.
  2. Comportamientos, actitudes y valores compartidos.
  3. Sentimiento de pertenencia que se refleja en el autoconcepto.
  4. Normas propias que definen comportamientos y actitudes.
  5. Jerarquía interna que contribuye al trabajo común y al logro de metas colectivas.

Propiedades Estructurales de los Grupos

  • Tamaño del grupo.
  • Posición del grupo en relación con otros grupos.
  • Cohesión interna (número de relaciones entre miembros).

A partir de los 6 años, el poder depende de la habilidad en los juegos y su organización. La fuerza física pierde importancia y aumenta el valor del poder social. Los más poderosos son quienes ayudan al grupo a alcanzar sus metas.

Existen diferencias entre los grupos de niños y niñas. Los grupos de varones suelen ser más numerosos, con actividades más jerarquizadas, mayor preocupación por el liderazgo y una figura de líder más estable.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *