Descartes contexto filosófico

La universidad heredaría la tradición escolar grecolatina que comprendía junto Con el trívium de los Carolingios: gramática, retórica y dialéctica, el quadrívium: Geometría, aritmética, astronomía, y teoría musical. Esquema que quedó desbordado por El interés por el saber, promovido por los nuevos hallazgos de gentes aristotélicas y el Contacto con la cultura filosófica y científica de los árabes. Esto produjo un aumento de Estudiantes. El recinto catedralicio, donde se impartían las enseñanzas, resultó insuficiente Para tal número de estudiantes. Se buscaron una sede propia. Esta organización Corporativa de profesores y estudiantes facilitó la integración de los saberes. Se abandona el uso de un profesor transitorio que atraía por su fama. La Universidad presenta una continuidad y vida propia por encima de la docencia personal. Vino a ser la expresión institucional del deseo de saber y la vocación de enseñar. Una comunidad de maestros y estudiantes.

Queda expresada en las palabras del rey Sabio: Ayuntamiento (comunidad) de Maestros y estudiantes dedicada a los saberes7 . Este concepto sigue siendo válido. Se Puede incorporar también una idea que exprésó el Cardenal Newman, como cualidad Esencial de la universidad: «la excelencia intelectual». La universidad se ocupa de los Saberes en su mayor excelencia. Un maestro, aquel que por su maestría se convertía en Guía de sus discípulos para dedicarse con todo su ser a los saberes para lograr la Excelencia. En el s. XIX la dedicación a los saberes adquiríó una nueva nota: la Investigación. Entra aquí la investigación como una tarea peculiar de la universidad, la Ciencia no es un saber estático sino un saber abierto a nuevos saberes. La comunidad Universitaria es una comunidad de aquellos que buscan la verdad.

Lo primero que conviene resaltar aquí es el sentido de la expresión “crisis”. No Se trata de un sustantivo cargado de nostalgia por el pasado, de pretensión inmovilista o De connotaciones apocalípticas. Crisis significa, en su justo sentido, cambio. No Podemos detenernos en detallar este proceso, baste que enumeremos algunos rasgos. Quizá el primero de ellos lo encontremos en Guillermo de Ockham (s. XIV) y su Nominalismo (las palabras nos sirven para nombrar las cosas, pero ese nombre no puede En absoluto pretender contener la esencia de las cosas). Dicho nominalismo apuntaba ya A cierto voluntarismo (situar la voluntad por encima de la razón) de afirmaciones como “Si quisiera, Dios podría hacer círculos cuadrados”. Este situar la voluntad divina por  encima de la razón fracturó sin duda dos de los pilares de la universidad medieval: la Imposible contradicción entre fe y razón y la primacía de la inteligencia sobre la Voluntad (la primera como guía de la segunda). Las observaciones de Galileo (1564-1642) en la Universidad de Padúa, con su método físico-matemático (el embrión del método de la ciencia moderna) y su Afirmación de que “en las cuestiones matemáticas, nuestro conocimiento es igual al Divino”, supuso un duro golpe a la tradición medieval, superando definitivamente la Física de Aristóteles. En la famosa controversia entre Galieo y los hombres de su Tiempo, el asunto central no fue de corte Teológico, sino de ciencia física. Pero al Desprestigio legítimo de la Física clásica le siguió, el en absoluto justificado, Desprestigio de la Metafísica. La fascinación por el método inventado por Galileo para el estudio de los astros Llevó a muchos pensadores a tratar de aplicar su método a las realidades más complejas.
Descartes (1596-1650) construyó su sistema filosófico conforme a la idea de que Aplicando el método matemático a Dios y al hombre podría obtener conocimientos tan Ciertos y seguros como los teníamos respecto de la esfera celeste. Es el inicio del Racionalismo moderno que, en formulaciones posteriores, tratará de demostrar a Dios Mediante una fórmula matemática, así como determinar la acción del hombre y su Felicidad en clave geométrica (En 1677 aparecerá la Ética demostrada según el orden Geométrico de Baruc Spinoza). La primacía de los estudios liberales, de la Filosofía y de la Teología, y la idea Del universitario como un hombre llamado a contemplar el misterio de la realidad deja Paso a una visión más práctica, pero también más estrecha de miras, del papel de la Universidad. De ser una institución ordenada al descubrimiento del saber se convierte en Una institución ordenada al logro de bienes útiles. El giro definitivo llegará con el modelo universitario ideado por Napoleón Bonaparte, quien en 1806 fijó el sistema de enseñanza superior en Francia. Con el Emperador de los Franceses, las universidades pasarán a estar al servicio del estado y su Misión primera será la de formar funcionarios (profesionales) al servicio de los intereses De la nacíón. Los antiguos maestros dejan paso a los profesores (profesionales Habilitados para enseñar su profesión) y los estudiantes ya no llegaban para aprender los Saberes o para conocer a un maestro, sino para habilitarse en una profesión altamente Demandada. Los viejos maestros mudaron hacia institutos de investigación, al margen De la docencia, separando la búsqueda del saber de la actividad docente.