LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD: LA TEORÍA DE LAS TRES SUSTANCIAS
Descartes descubre, a través de la intuición, la existencia del yo, y éste le había conducido al problema del solipsismo. ¿Cómo demostrar la existencia de una realidad extramental, exterior al pensamiento? No le quedará más remedio que deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Así lo exige el ideal deductivo: puesto que la primera verdad es el yo pienso, del yo pienso han de extraerse todos los demás conocimientos, incluido el conocimiento de que existen realidades extramentales, es decir que a cada idea le corresponde un correlato exterior.
Para Descartes, el pensamiento piensa siempre sobre ideas.
Pero la idea no la entiende como Aristóteles representación mental de un objeto; para Aristóteles las ideas recaen sobre las cosas, es un medioentre el sujeto cognoscente y los objetos, donde el pensamiento recae directamente sobre las cosas. Para Descartes, al contrario, el pensamiento no recae sobre las cosas, sino sobre las ideas. Si pienso que el mundo existe, pienso en la idea de mundo, no en el mundo.
Hay tres clases de ideas según Descartes:
ADVENTICIAS:
Parecen provenir de la experiencia externa (ideas de hombre, árbol…).
FACTICIAS:
Las que construye la mente a través de otras ideas o que provienen de la imaginación. Ambas no pueden servirnos como punto de partida para demostrar la existencia real extramental. Las primeras, porque su validez depende de la problemática existencia de la realidad exterior. Las segundas, porque al ser construidas por la mente, su validez es cuestionable (ideas de sirena, caballo con alas…).
INNATAS:
No provienen de la experiencia, ni tampoco son construidas a partir de otras ideas. Las ideas innatas son aquellas que el pensamiento poseen sí mismo. A partir de ellas se ha de construir el edificio de nuestro conocimiento. Son, por ejemplo, las ideas de “pensamiento” o “existencia”.
En lasideas innatas, primer principio de su filosofía, el aspecto subjetivo de la idea y el aspecto objetivo (en cuanto que representación de una cosa) coinciden. ¿Cómo sé yo que además de la idea, lo representado porella, el aspecto objetivo es, en realidad, algo distinto de la misma idea?
Este interrogante, Descartes lo resolverá a través de Dios. En efecto, al demostrar la existencia de Dios, prueba de la negación de la existencia del genio maligno y, al mismo tiempo, la conclusión de que puede salir de la duda.
En esta parte aporta las pruebas de la existencia de Dios, que son esquemáticamente las siguientes:
Primera prueba – prueba gnoseológica:
Si yo me conozco como imperfecto es que tengo en mí la idea de un ser perfecto, pues solo por la comparación de un ser perfecto puedo conocer mi imperfección. Así pues, yo tengo la idea de lo perfecto (Dios).
No puedo ser yo porque, por suposición, la idea contiene más perfección objetivamente que la que yo poseo.
Ni las cosas exteriores, porque todavía no sé si existe algo fuera de mí. No tengo nada salvo el cogito.
Luego tiene que existir un ser perfectísimo, infinito, eterno, etc. que sea la causa de la existencia en mí que soy finito e imperfecto, de esa idea que poseo objetivamente todo el cúmulo de perfecciones.
Segunda Prueba – de la causalidad:
Se funda en la propia imperfección humana. Mi imperfección, dice, demuestra que soy efecto de Dios. En efecto, si yo mismo me hubiera dado el ser, me hubiera hecho absolutamente perfecto. Luego no soy el autor de mi ser, sino que lo he recibido y lo estoy refiriendo constantemente de Dios.
Tercera prueba – ontológica:
Yo, que poseo la idea de un ser perfecto e infinito. Un ser perfecto no puede ser concebido como desprovisto de la perfección que es la existencia.
Son importantes estas pruebas o lo que pudiéramos llamar demostraciones de la existencia de Dios, desde el momento en que su existencia (la de Dios) es garantía de la existencia de la realidad exterior. En efecto, descartes a partir de la duda se había quedado solo con su “yo”, y para salir de él y probar que además de él, hay cosas exteriores tiene que recurrir a Dios.
Entonces, desde el momento de probar la existencia de Dios, Descartes ya está en posesión de dos verdades indubitables, primero, que es una sustancia pensante y, segundo, que existe Dios (sustancia divina)
Y a través de esta última deduce, pero por un proceso de garantía, una tercera, la existencia de la realidad exterior, llamada sustancia extensa.
La extensión es el atributo de la realidad (el ser es algo con longitud anchura y profundidad).
Porque si nuestros sentidos nos dicen que existe ese mundo de cosas materiales, en cuya realidad todo hombre cree espontáneamente y, si además, existe Dios, ese mundo tiene que existir realmente. Lo contrario se opondría a la veracidad y bondad de Dios, autor de nuestros sentidos y de cuanto existe. Tenemos conciencia de que percibimos objetos que causan impresiones en nuestros sentidos.
Descartes se planteará que si somos efectos creados por Dios, Perfecto, cómo sigue existiendo el error. Descartes nos dice que el error no puede provenir de nuestra Razón, perfecta, efecto de Dios, puesto que Dios no puede hacer que nos engañemos, ya que el engaño es un defecto y Dios es el ser sin defecto. La causa del error, de que nos equivoquemos se debe a que nos alejamos de los dictados de la razón y en base a nuestra libertad nos dejamos llevar por la Voluntad, que al no distinguir lo verdadero de lo falso es una fuente segura de riesgo a equivocarnos.
FACTICIAS:
Las que construye la mente a través de otras ideas o que provienen de la imaginación. Ambas no pueden servirnos como punto de partida para demostrar la existencia real extramental. Las primeras, porque su validez depende de la problemática existencia de la realidad exterior. Las segundas, porque al ser construidas por la mente, su validez es cuestionable (ideas de sirena, caballo con alas…).
INNATAS:
No provienen de la experiencia, ni tampoco son construidas a partir de otras ideas. Las ideas innatas son aquellas que el pensamiento poseen sí mismo. A partir de ellas se ha de construir el edificio de nuestro conocimiento. Son, por ejemplo, las ideas de “pensamiento” o “existencia”.
En lasideas innatas, primer principio de su filosofía, el aspecto subjetivo de la idea y el aspecto objetivo (en cuanto que representación de una cosa) coinciden. ¿Cómo sé yo que además de la idea, lo representado porella, el aspecto objetivo es, en realidad, algo distinto de la misma idea?
Este interrogante, Descartes lo resolverá a través de Dios. En efecto, al demostrar la existencia de Dios, prueba de la negación de la existencia del genio maligno y, al mismo tiempo, la conclusión de que puede salir de la duda.
En esta parte aporta las pruebas de la existencia de Dios, que son esquemáticamente las siguientes:
Primera prueba – prueba gnoseológica:
Si yo me conozco como imperfecto es que tengo en mí la idea de un ser perfecto, pues solo por la comparación de un ser perfecto puedo conocer mi imperfección. Así pues, yo tengo la idea de lo perfecto (Dios).
No puedo ser yo porque, por suposición, la idea contiene más perfección objetivamente que la que yo poseo.
Ni las cosas exteriores, porque todavía no sé si existe algo fuera de mí. No tengo nada salvo el cogito.
Luego tiene que existir un ser perfectísimo, infinito, eterno, etc. que sea la causa de la existencia en mí que soy finito e imperfecto, de esa idea que poseo objetivamente todo el cúmulo de perfecciones.
Segunda Prueba – de la causalidad:
Se funda en la propia imperfección humana. Mi imperfección, dice, demuestra que soy efecto de Dios. En efecto, si yo mismo me hubiera dado el ser, me hubiera hecho absolutamente perfecto. Luego no soy el autor de mi ser, sino que lo he recibido y lo estoy refiriendo constantemente de Dios.
Tercera prueba – ontológica:
Yo, que poseo la idea de un ser perfecto e infinito. Un ser perfecto no puede ser concebido como desprovisto de la perfección que es la existencia.
Son importantes estas pruebas o lo que pudiéramos llamar demostraciones de la existencia de Dios, desde el momento en que su existencia (la de Dios) es garantía de la existencia de la realidad exterior. En efecto, descartes a partir de la duda se había quedado solo con su “yo”, y para salir de él y probar que además de él, hay cosas exteriores tiene que recurrir a Dios.
Entonces, desde el momento de probar la existencia de Dios, Descartes ya está en posesión de dos verdades indubitables, primero, que es una sustancia pensante y, segundo, que existe Dios (sustancia divina)
Y a través de esta última deduce, pero por un proceso de garantía, una tercera, la existencia de la realidad exterior, llamada sustancia extensa.
La extensión es el atributo de la realidad (el ser es algo con longitud anchura y profundidad).
Porque si nuestros sentidos nos dicen que existe ese mundo de cosas materiales, en cuya realidad todo hombre cree espontáneamente y, si además, existe Dios, ese mundo tiene que existir realmente. Lo contrario se opondría a la veracidad y bondad de Dios, autor de nuestros sentidos y de cuanto existe. Tenemos conciencia de que percibimos objetos que causan impresiones en nuestros sentidos.
Descartes se planteará que si somos efectos creados por Dios, Perfecto, cómo sigue existiendo el error. Descartes nos dice que el error no puede provenir de nuestra Razón, perfecta, efecto de Dios, puesto que Dios no puede hacer que nos engañemos, ya que el engaño es un defecto y Dios es el ser sin defecto. La causa del error, de que nos equivoquemos se debe a que nos alejamos de los dictados de la razón y en base a nuestra libertad nos dejamos llevar por la Voluntad, que al no distinguir lo verdadero de lo falso es una fuente segura de riesgo a equivocarnos.