Desmontando la Metafísica: Crítica de Hume a Sustancia, Alma y Dios


La Crítica de Hume a los Conceptos Metafísicos

David Hume, un pilar del empirismo, cuestiona la validez de conceptos metafísicos fundamentales como la sustancia, el alma y Dios. Su análisis se centra en el criterio de verdad basado en las impresiones, argumentando que una idea es verdadera solo si corresponde a una impresión.

La Sustancia: Una Ilusión de la Imaginación

Hume argumenta que no existe una impresión de sensación que corresponda a la idea de sustancia. No la percibimos a través de los sentidos; solo percibimos accidentes o cualidades. Tampoco hay una impresión de reflexión (pasiones o emociones) que corresponda a la sustancia. Concluye que la idea de sustancia es una construcción de la imaginación, una colección de ideas simples unificadas bajo un término.

Creemos en la existencia de cuerpos independientes de nuestras percepciones, pero Hume sostiene que estamos encerrados en nuestras percepciones y no podemos ir más allá de ellas. Intentar demostrar la existencia de objetos externos como causa de nuestras impresiones es un uso ilegítimo del principio de causalidad, ya que no tenemos experiencia de tales objetos.

El Alma: Una Sucesión de Percepciones

Hume rechaza la idea del alma como una sustancia inmaterial e idéntica a sí misma. No hay impresiones constantes que sugieran la existencia de un yo o alma. Lo que experimentamos es una sucesión de percepciones: dolor, placer, tristeza, alegría. La idea de un yo continuo es una confusión entre identidad y sucesión, reforzada por la memoria.

Hume compara la mente con un teatro donde las percepciones aparecen y desaparecen sucesivamente. No hay una identidad simple y continua, solo percepciones que constituyen la mente.

Dios: Una Demostración Metafísica Inviable

Aplicando su crítica a la sustancia y la causalidad, Hume rechaza las demostraciones metafísicas de la existencia de Dios. Si la sustancia es una idea falsa, no importa si la llamamos «infinita». Los argumentos basados en la causalidad son ilegítimos porque no tenemos experiencia de Dios como causa.

El argumento del diseño, que infiere una causa inteligente a partir del orden del mundo, también es criticado. Hume argumenta que este argumento atribuye más cualidades a la causa de las necesarias y se basa en un uso ilegítimo de la causalidad.

Conclusión

Hume concluye que la creencia en la existencia independiente de los objetos externos, el alma y Dios no tiene justificación racional, sino que se basa en la imaginación. Aunque estas creencias son fundamentales para la vida práctica, no pueden ser demostradas filosóficamente.

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