Determinantes
Los determinantes acompañan a los sustantivos para especificar su significado. A continuación, se exploran algunos casos particulares:
Determinantes delante de adverbios
Detrás de un adverbio no puede ir un posesivo, dado que los adverbios no tienen género. Por dicha razón, no pueden ser modificados ni por adjetivos ni por determinativos.
No obstante, alrededor y en contra sí pueden ser modificados por determinativos, porque preservan algo del sustantivo. Delante y encima no, puesto que tienen un grado de gramaticalización mayor.
El sustantivo contra puede acompañarse de adjetivos posesivos tanto pospuestos como antepuestos.
Sendos
El determinante sendos se emplea solo en plural y toma su referencia de alguna expresión plural que constituye su antecedente o consecuente. No es posible anteponer a sendos un determinante ni es compatible con ningún otro cuantificador.
Sendos es distributivo, no cardinal, de modo que no está vinculado a dos.
No hay ningún límite en el número al que se refiere sendos.
En Sudamérica, se usa en singular para referirse a algo ‘muy grande o descomunal’. No obstante, este uso se rechaza en la lengua culta de ambos lados del océano.
Misma o Mismo
Este adjetivo no tiene valor deíctico, por eso aconseja sustituirlo por elementos propiamente anafóricos.
La Real Academia Española (RAE), por otra parte, considera aceptables estos enunciados:
Las fuentes de las que este cronista dispone son las mismas de las que podría disponer cualquier columnista.
El maná del dinero favoreció el esquema de tres de todo: cada territorio quería lo mismo que los otros.
Me deja perplejo y estupefacto que haya partidos con las mismas caras, los mismos mensajes, las mismas políticas y las mismas alianzas de siempre.
También se puede utilizar como refuerzo enfático: Lo hice yo mismo
Unas pocas veces
En la expresión «unas pocas veces», la preposición «de» sobra.
«Unas cuantas» es un determinante complejo que, al concordar como un sustantivo plural, obliga a eliminar la preposición «de».
El uso de esta estructura depende de si es partitiva (en la que poco está sustantivado y es invariable en cuanto a género) o modifica al sustantivo (caso en el que tiene moción de género y número). En el primer caso, va acompañado de de, mientras que, en el segundo, este elemento se elimina:
Leche condensada en un poco de agua.
El cine puede ser algo muy grande unas pocas veces.
“Alma mater”
Se construye en español en femenino y no en masculino, pues alma conserva la función gramatical de adjetivo que tenía en la construcción latina. El artículo concuerda con el sustantivo máter en femenino: la madre.
No se usa el puesto que, aunque empiece por a tónica, alma es un adjetivo, no un sustantivo.
Alma mater equivale a madre nutricia y se usa únicamente para referirse a la Universidad. No se admiten otros usos.
Pronombres
Existen diferentes clases de pronombres: personales, posesivos, demostrativos, indefinidos, interrogativos, relativos, etcétera. Los personales se dividen en átonos, que desempeñan las funciones de complemento directo e indirecto, y tónicos, que funcionan de sujeto y término de preposición. En ambos casos, estos pronombres tienen persona y número.
Verbos que designan procesos de afección psíquica
Los verbos de afección psíquica tienen estructuras semánticas diferentes dependiendo de algunos factores:
Si el sujeto es inanimado, dativo / C. I.
Si es animado, puede ser voluntario, en cuyo caso es acusativo / C. D., o involuntario, dativo / C. I.
La llaman zorra
En la oración La llaman zorra, la desempeña la función de objeto directo y zorra, la de complemento predicativo.
Estas oraciones impersonales se construyen con complemento directo y complemento predicativo, proyectado este último hacia el C. D. En estos casos, le, una forma de dativo, se usa en función de complemento directo.
Aun así, es común usar la, las para el femenino, aunque no se considera leísmo el uso de le, les.
El Diccionario panhispánico de dudas (DPD) comenta lo siguiente: «Es habitual que en las oraciones impersonales con se el complemento directo, especialmente cuando es masculino, se exprese con las formas de dativo y no con las de acusativo, como correspondería a la función desempeñada: Se le considera el mejor actor de su tiempo. Parece demostrado que este tipo de oraciones se construían originariamente en castellano con pronombres de dativo. El uso de le(s) se ha mantenido mayoritariamente, tanto en España como en gran parte de América, cuando el complemento directo es masculino: A su bisabuelo se le consideraría un ejemplo de inmoralidad; sin embargo, cuando el complemento directo es femenino, lo normal es usar la(s): Se la veía muy contenta. Se trata, pues, de un caso especial en el que se emplean desde los orígenes las formas de dativo en función de complemento directo. No obstante, muchos hablantes, conscientes de que la función que cumple el pronombre en ese tipo de oraciones es la de complemento directo, emplean en estos casos los pronombres de acusativo, uso generalizado en los países del Cono Sur: Se lo veía zigzaguear entre los autos».
Pronombre Sí
Sí es un pronombre reflexivo en el sentido de que solo puede formar parte de construcciones en las que puede remitir a un antecedente definido.
El empleo de mismo es obligatorio tras un pronombre tónico que, a su vez, refuerza al reflexivo átono correspondiente: no se cuida a sí mismo. Sin embargo, en ausencia del pronombre átono, no es obligatorio añadir el refuerzo: Gracias al instinto de supervivencia cada uno cuida de sí.