Dictadura de Primo de Rivera: Origen, Desarrollo y Consecuencias


La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y exigió que el poder pasase a manos de los militares. Tras unas horas de vacilaciones, el rey Alfonso XIII le encomendó la formación de un nuevo gobierno, integrado exclusivamente por militares.

Fases de la Dictadura

La Dictadura tuvo siete años de vida en los que se sucedieron dos formas de gobierno: el Directorio Militar y el Directorio Civil. El Directorio Militar se presentaba como un régimen con carácter interino con la pretensión de resolver los problemas pendientes; el Directorio Civil pretendía la institucionalización del régimen y mostraba más interés por las cuestiones de índole económica y social.

Objetivos Iniciales

En su manifiesto inaugural, Primo de Rivera anunció su firme voluntad de limpiar el país de caciques y de acabar con el bandidaje político, la indisciplina social y las amenazas a la unidad nacional.

Motivaciones del Golpe de Estado

Algunos historiadores han apuntado recientemente que posiblemente Primo de Rivera no pretendía poner fin a un régimen caduco y anquilosado, sino más bien evitar que el régimen político acabara por democratizarse. En efecto, el último gobierno de concentración de García Prieto, que incluía a miembros del Partido Reformista. Así, el golpe de Estado se presentaba también como una forma de frenar esa posible reforma del sistema que podía resultar amenazadora para ciertos sectores e intereses sociales.

La Regeneración Política y el Caciquismo

La regeneración política era uno de los objetivos primordiales del discurso del dictador. Con el objetivo de liquidar el caciquismo, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. La regeneración prometida quedó en una gran farsa, ya que se suspendieron todos los mecanismos electorales y la renovación política se limitó a sustituir unos caciques por otros.

La Unión Patriótica

El régimen propugnaba una nueva forma de hacer política y para esa tarea se creó un nuevo partido, la Unión Patriótica. Se trataba de un partido gubernamental, sin un programa ideológico definido y cuya misión primordial era proporcionar apoyo social a la Dictadura y seguir las directrices de la superioridad.

El Conflicto de Marruecos

Durante la primera etapa de la Dictadura, el conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera, que asumió personalmente el Alto Comisionado de Marruecos en 1924. Al año siguiente, se inició con la colaboración de Francia el desembarco de Alhucemas, que se saldó con gran éxito. Tras varias derrotas, Abd-el-Krim se rindió, entregándose posteriormente a las tropas francesas. A partir de 1927, las tropas españolas dieron por concluida la ocupación efectiva de todo el Protectorado.

Política Económica

Fueron años de política nacionalista y de dirigismo estatal que combinaron elementos intervencionistas. El Estado tuvo un protagonismo económico notable gracias al fomento de las obras públicas y se aprobó un Decreto de Protección de la Industria Nacional.

También se concedieron grandes monopolios como el de teléfonos a la Compañía Telefónica Nacional de España y se otorgó la exclusividad en la importación, refinado, distribución y venta de petróleo a la compañía arrendataria CAMPSA.

Oposición a la Dictadura

La oposición a la Dictadura estuvo integrada por buena parte de los líderes de los viejos partidos del turno, los republicanos, los comunistas y anarquistas, determinados sectores del ejército y la casi totalidad de los intelectuales. Algunos dirigentes monárquicos participaron en conspiraciones militares como el complot conocido como “la sanjuanada”, de junio de 1926.

La Oposición Intelectual y Estudiantil

El enfrentamiento de los intelectuales con la Dictadura supuso la oposición del mundo universitario que se materializó en la revuelta estudiantil y en el apoyo conseguido por la FUE (Federación Universitaria Española).

La Postura de la CNT

La CNT se mostró contraria al régimen, pero en su interior se agravó el enfrentamiento entre quienes defendían una actitud más radical y partidaria de la violencia y aquellos que defendían posturas más posibilistas.

El Conflicto Catalán

La cuestión catalana se convirtió en un conflicto. La prohibición del uso público de la lengua catalana y del baile de la sardana fue recibida como profundamente anticatalanista. Todo ello provocó un notable distanciamiento incluso de los sectores que, como la Lliga Regionalista, habían acogido la Dictadura con evidente simpatía.

El Fin de la Dictadura

Alfonso XIII, temeroso de que el desprestigio creciente de la Dictadura afectase a la propia imagen pública de la Monarquía, optó por retirar la confianza al dictador, que dimitió en enero de 1930. El general Berenguer fue el encargado de sustituirle, con la misión de celebrar unas elecciones que permitieran retornar a la normalidad constitucional (dictablanda).

El Pacto de San Sebastián

La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, los catalanistas de izquierda y el mismo PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián (agosto 1930).

El Último Gobierno de la Monarquía

En febrero de 1931 se constituyó el último gobierno de la Monarquía presidido por el almirante Aznar, que asumió el compromiso de convocar elecciones, empezando por las municipales. Alfonso XIII se había comprometido excesivamente con la Dictadura y las elecciones municipales fijadas para el 12 de abril.

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