8.4. Economía y sociedad en la España del siglo XVI
La evolución económica de la España del siglo XVI estuvo marcada por el crecimiento y la revolución de los precios. Tanto Castilla como en Aragón experimentaron un auge importante en todos los sectores económicos, sobre todo en los relacionados con los urbanos como la producción de mercancías, el comercio internacional, las actividades portuarias, etc. El crecimiento de la población y el reclamo desde América de todo tipo de productos hizo aumentar la demanda.
Otro factor importante fue la revolución de los precios, desde el inicio del siglo se produjo en toda Europa un alza de precios continuo y sostenido, como los salarios no subieron al mismo ritmo, los empresarios obtuvieron importantes beneficios lo que incentivó la inversión y con ello, el crecimiento de la economía. El fenómeno se debió fundamentalmente a la llegada de metales preciosos de América, de ahí que la inflación afectara más a las ciudades del sur de la Península sonde llegaban las flotas cargadas de oro y plata americanos. Aunque no se podía sacar oro ni plata de los reinos peninsulares, desde muy pronto se formó un circuito que hacía salir la plata de Castilla hacia Europa.
Los primeros síntomas de la crisis aparecieron a mediados de siglo, los productos extranjeros, más baratos, saturaron los mercados a la vez que la subida de salarios por la escasez de mano de obra redujo los beneficios empresariales; pero la principal causa de la crisis fue el enorme coste de las guerras europeas para Castilla, se mantuvo una presión fiscal creciente y los monarcas recurrieron a préstamos a los banqueros, primero alemanes y luego genoveses: Ante las dificultades para devolverlos, los banqueros obtuvieron asientos o garantías avaladas por la recaudación de cierto impuestos; las fuentes de la riqueza española estaban hipotecadas antes de ser recaudadas.
Durante el reinado de Felipe II la situación no mejoró, se declararon hasta tres bancarrotas; las guerras dificultaban los negocios y los fabricantes y comerciantes para evitar los impuestos cerraron sus negocios e invirtieron en juros, títulos de deuda con los que la Corona obtenía recursos para financiar la política exterior.
La riqueza de Castilla y en menor medida de los otros reinos se fue diluyendo, en parte porque solo campesinos y artesanos urbanos contribuían con sus impuestos al la política europea de los Austrias, a todas luces ruinosas para los reinos peninsulares.
La sociedad española del siglo XVI se caracterizó por un aumento demográfico generalizado que se moderó en las últimas décadas del siglo. La estructura demográfica se mantuvo son grandes variaciones: Castilla siguió siendo un país de campesinos con ciudades de pequeños tamaño, se produjo un cambio en la distribución de las ciudades, ganaron en importancia las del sur, relacionadas con el comercio americano mientras que las del norte entraron en decadencia debido al hundimiento del comercio con Flandes. No hubo demasiados cambios en Aragón, donde las cuatro capitales acumulaban un importante porcentaje de la población total de los reinos. Hay que destacar la importante emigración a las colonias americanas, se calcula que emigraron unos 150.000 castellanos, la mayoría varones jóvenes, lo que afectó tanto la estructura de la población española como a la americana.
La estructura social de la población peninsular mantuvo la tradicional división estamental; Los estamentos privilegiados, nobleza y clero, mantuvieron e incluso incrementaron las diferencias entre sus miembros: La nobleza perdió progresivamente poder político, pero mantuvo su poder socioeconómico; había grandes diferencias entre la alta nobleza, formada por los grandes de España y nobles poderosos , la nobleza intermedia formada por caballeros y miembros de la oligarquía urbana y la baja nobleza, formada por hidalgos. Los Austrias fomentaron la venta de títulos nobiliarios y surgieron títulos concedidos por servicios a la corona, la llamada nobleza de toga, ambas fueron vías de acceso al estamento privilegiado para funcionarios, burgueses y militares.
El clero era un estamento bastante numeroso y bastante heterogéneo, con diferencias importantes entre el alto clero, asimilable a la nobleza, y el bajo clero, con condiciones muy cercanas al pueblo llano
El estamento no privilegiado agrupaba a la inmensa mayoría de la sociedad, las diferencias estaban marcadas por el nivel económico; desde campesinos propietarios y burgueses a pequeños propietarios agrícolas, jornaleros y clases populares urbanas encontramos en este grupo. Hay que mencionar a los grupos sociales marginados, que aumentaron considerablemente en las ciudades en el siglo siguiente como consecuencia de la pauperización económica, son los protagonistas de la novela picaresca.
La organización social mantuvo el modelo patriarcal, se impusieron determinados ideales como el honor y la limpieza de sangre, vinculados a valores propios de la nobleza junto con la valentía, la honradez, el mérito, que condicionaron las relaciones sociales.