Don Juan Manuel, Mester de Clerecía y el Libro de Buen Amor: Un Recorrido Literario Medieval


Don Juan Manuel y su Legado Literario

Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, es el primer caballero que encarna el ideal de cultivar a la vez las armas y las letras. Su fuerte personalidad se manifiesta en su obra, teñida de intención moral y didáctica. Su condición de noble le hace mostrar cierto desprecio hacia la cultura clerical del latín. Puede ser que Don Juan Manuel sea también el primer escritor castellano que se afana por conseguir un estilo claro y conciso. Además de El Conde Lucanor, Don Juan Manuel escribió otros libros, algunos de ellos perdidos a pesar de sus esfuerzos por conservar los manuscritos (“Libro del Caballero y del Escudero”, “Libro de los Estados”).

El Conde Lucanor

Esta obra, acabada hacia 1335, está dividida en cinco partes. La primera parte está compuesta por cincuenta y un cuentos, enmarcados en las conversaciones entre dos personajes: el Conde Lucanor y su consejero Patronio.

Los cuentos comparten una misma estructura:

  1. El Conde Lucanor expone a Patronio un problema.
  2. Patronio decide contarle un cuento.
  3. Terminada la narración, Patronio extrae de ella el consejo que conviene.
  4. El Conde aplica el consejo y tiene éxito.
  5. Don Juan Manuel termina el cuento con una moraleja escrita en forma de pareado.

Los cuentos tienen intención didáctica y están escritos en un estilo que intenta ser sencillo y escueto. Las fuentes que copia son variadas, desde cuentos orientales hasta historias cristianas, etc. Los cuentos de Don Juan Manuel han sido recreados por otros autores en numerosas ocasiones.


El Mester de Clerecía

El Mester de Clerecía es el oficio de los clérigos, entendiendo que los clérigos eran todas las personas vinculadas a los monasterios y a la cultura latina cristiana que en ellos se conservaba. Las nuevas obras nacen del deseo de transmitir los saberes a un público iletrado, intención didáctica que encaja perfectamente con el ambiente cultural de la época.

Las obras del Mester de Clerecía tratan temas religiosos y de historia antigua. Los autores de esta nueva corriente poética utilizan la cuaderna vía, formada por cuatro versos de catorce sílabas y una misma rima consonante. Cada verso está dividido en dos hemistiquios. Estos versos se llaman también alejandrinos.

  • Mester de Clerecía del Siglo XIII

  1. El “Libro de Apolonio”: Este relato se fecha hacia 1240. Narra las peripecias de Apolonio, rey de Tiro, que sufre la separación de su mujer y su hija y tiene que afrontar aventuras para buscarlas.

  2. El “Poema de Fernán González”: Sobre este personaje se debió componer un cantar de gesta temprano, que sirvió de fuente para este poema. El autor lo adapta al Mester de Clerecía.

  3. El “Libro de Alexandre”: Trata de la vida de Alejandro Magno, que aparece caracterizado como un caballero medieval.


Gonzalo de Berceo

Es el primer poeta castellano cuyo nombre propio rompe con el anonimato y el único conocido entre los autores de clerecía. Sabemos que nació en Berceo y que su vida estuvo ligada al cercano Monasterio de San Millán de la Cogolla, donde ejerció de notario.

Tradicionalmente se aceptaba que Gonzalo de Berceo era un clérigo ingenuo y sencillo que escribía con la intención de fomentar la piedad de los fieles y expandir la cultura entre un público iletrado.

Milagros de Nuestra Señora

Esta obra, cumbre del Mester de Clerecía, es una colección de veinticinco relatos breves en cuaderna vía precedidos de una introducción alegórica. Gonzalo de Berceo se basó en una de las muchas colecciones de milagros escritas en latín que circulaban por Europa.

Berceo tiene el mérito de infundir realismo y viveza en “La Abadesa Preñada” al añadir diálogos, elementos expresivos como diminutivos y comentarios personales.

Muchos de los veinticinco milagros comparten estructura interna:

  1. Presentación de los protagonistas: Suelen ser personas pecadoras pero devotas de la Virgen.

  2. Desarrollo del relato: Los protagonistas pasan por un problema grave.

  3. Desenlace: La Virgen María acude a socorrer a sus fieles. Berceo caracteriza a María como una mujer muy real y lucha por los que la necesitan.

  4. Moraleja: Al final de cada milagro se hace un elogio del poder y la gracia de María como figura redentora.


El Mester de Clerecía del Siglo XIV

Aunque continúa la producción del Mester de Clerecía, se ponen de manifiesto modificaciones importantes en los cánones literarios del siglo anterior. Por un lado, se rompe la uniformidad de la cuaderna vía y, por otro, los contenidos eruditos y religiosos dejan paso a un fuerte realismo.

Además del “Libro del Buen Amor” de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, los libros más importantes son las “Proverbias Morales” y el “Rimado de Palacio”.

El Arcipreste de Hita y su “Libro de Buen Amor”

Dadas las características de su obra, no sería raro que el autor hubiese ocultado su identidad y que el Arcipreste fuese simplemente el protagonista ficticio del libro. El primer problema que presenta el “Libro de Buen Amor” es la ambigüedad en cuanto a su intención.

El loco amor es el amor que busca el placer, mientras que el buen amor es solo el de Dios. Es posible, por tanto, creer en la intención didáctica y moral del Arcipreste, pues la mayoría de las aventuras amorosas terminan de forma insatisfactoria para él.

En consecuencia, existe la posibilidad de entender el “Libro de Buen Amor” más como una invitación a gozar de los placeres del amor que como un tratado didáctico. Parece más bien que aprovecha las formas literarias del Mester de Clerecía para construir una parodia que pretende entretener a su público.

Posiblemente Juan Ruiz representa los gustos de un nuevo grupo social: la burguesía, que se interesa por la realidad tal y como es, por el comportamiento humano y por los placeres terrenales.

La ideología burguesa abre la puerta a una literatura antiheroica poco respetuosa con los valores de los caballeros y de los clérigos medievales.

Lo más probable es que convivan en la obra la religiosidad medieval y el vitalismo de los burgueses.


La Estructura y el Estilo del “Libro de Buen Amor”

Otros de los rasgos sobresalientes de la obra son su originalidad y su variedad. El hilo argumental es una autobiografía amorosa ficticia. Los componentes más importantes son los siguientes:

  1. Las aventuras amorosas del protagonista: Tras sus primeros fracasos, el Arcipreste recibe los consejos del propio Don Amor, que le recomienda que elija bien a la mujer amada y busque la ayuda de alguna intermediaria.

  2. Una imitación de una comedia anónima del siglo XII, “El Pamphilus del Amore”: El protagonista (que pasa a llamarse Don Melón de la Huerta) se enamora de la viuda Doña Endrina y consigue su amor con engaños. Además, es la única historia que termina en boda.

  3. La alegórica lucha entre Don Carnal y Doña Cuaresma: Es una parodia de las batallas descritas por la épica. Don Carnal pelea valientemente con Doña Cuaresma. La lucha representa el esfuerzo de la Iglesia por imponer la contención y el ayuno, que solo consigue durante los días que dura la Cuaresma.

  4. Numerosas fábulas de animales y cuentos diversos: Muchos relatos son de origen oriental. Hay, además, narraciones realistas al estilo francés.

  5. Composiciones líricas: Hay poemas de alabanza a la Virgen y poemas amorosos, que muestran una gran variedad de estrofas.

  6. Disgresiones moralizadas: La censura centra los pecados capitales, la protesta contra los desastres que causa el amor y las quejas contra la muerte son algunos ejemplos.

  7. Otros materiales difíciles de clasificar: El elogio de las mujeres pequeñas, la simpática enumeración de las milagrosas propiedades que tiene el dinero, etc. Uno de sus principales méritos es el realismo y la expresividad de sus diálogos, así como la sabia combinación de lo culto y lo popular para llevar a cabo muchos de sus juegos paródicos.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *