La Educación Socialista y el Movimiento Antiautoritario en Pedagogía
La Educación Socialista
La Educación de Marx y Engels
Las teorías marxistas son el fundamento de lo que se conoce como la educación socialista. Carlos Marx y Federico Engels expusieron los principios de la concepción socialista.
Su teoría educativa parte de la crítica que realizan a la educación propia del capitalismo, que reproduce los modelos existentes. Plantean la educación polivalente en torno al trabajo productivo. La teoría central de la educación marxista será la formación omnilateral del hombre: una formación total, completa, integral, que desarrolle todas las posibilidades de cada hombre en igualdad de condiciones.
Marx y Engels parten de la realidad de los niños en la producción capitalista para exponer sus planteamientos educativos desde la crítica social; utilizan como instrumento práctico el método marxista, método realista y crítico, que parte de lo concreto, estudia los hechos y plantea la transformación de la realidad. El marxismo plantea que los hechos deben servir de base a la teoría, pero la teoría debe plantearse cambiar los hechos.
Los tres grandes principios educativos serán los de gratuidad, laicización y educación politécnica del trabajo. Marx y Engels plantean la omnilateralidad de la polivalencia, que consiste en el desarrollo total y completo de las capacidades y necesidades del hombre. Por eso, la combinación de la educación con el trabajo productivo constituye el fundamento de la pedagogía socialista. Es fundamental el concepto de polivalencia, entendido en el sentido de preparación para el desempeño de cualquier trabajo.
Los contenidos concretos abarcan tres aspectos: la educación intelectual, la educación física y la educación politécnica, adecuada a la edad de los niños y jóvenes a los que va dirigida.
La educación socialista se mueve en torno a tres líneas fundamentales:
- Enseñanza autoritaria: debido al carácter dogmático que presenta, la escuela y la enseñanza deben estar permanentemente controladas para evitar que se infiltren residuos de concepciones burguesas.
- Educación colectiva: educación mixta de ambos sexos. La forma de existencia del hombre como ser social exige una educación colectiva.
- Educación unitaria: la educación escolar debe ser impartida en la Escuela Única (simbiosis entre la Escuela Nueva y el marxismo).
Las Experiencias Educativas de Makarenko
Las colonias de Makarenko eran centros de trabajo porque las necesidades del momento así lo aconsejaban y por la aplicación del principio marxista de la educación politécnica. Makarenko insistía mucho en el valor social del trabajo, no en trabajar por trabajar, sino por servir a la comunidad. No estaba de acuerdo con la combinación de trabajo y estudio. Manifiesta detestar los castigos corporales; practica lo que Lenin denominaba la “disciplina consciente”, no una disciplina arbitraria, sino justificada y asumida por los propios educandos como necesaria y educativa.
Makarenko se muestra crítico con la pedagogía tradicional y también con la educación renovadora. En su experiencia en las colonias, se muestra también en desacuerdo con otro de los principios fundamentales de la Escuela Nueva y rechaza que la educación deba fundamentarse en las necesidades del niño. Para Makarenko, las necesidades esenciales no son las individuales, las de las personas, sino las de la colectividad, las del país, y el sentimiento del deber tiene que ir siempre unido a esas necesidades. También critica la autodisciplina y la autoorganización, y plantea como alternativa una disciplina consciente y una organización estructurada por los educadores. Para que el niño tenga fuerza de voluntad, es preciso enseñarle pronto disciplina y renuncia, no facilitarle el cumplimiento de sus deseos y su satisfacción en todo momento.
La pedagogía que propugna Makarenko es la pedagogía comunista. El objetivo fundamental de la educación será para él la formación de futuros ciudadanos comunistas, hacer de cada alumno un comunista activo y consciente.
La Propuesta Pedagógica de Gramsci
Antonio Gramsci es uno de los pensadores marxistas convertidos en clásicos con el paso del tiempo.
La cultura que propugna Gramsci debe estar fundamentada sobre la igualdad de los hombres y debe ser el fundamento de la futura república democrática socialista.
El intelectual del nuevo humanismo socialista deberá ser un dirigente que se inmiscuye en la vida práctica como organizador y no como orador. Debe estar junto al pueblo, sentir, comprender, explicar y justificar sus pasiones, relacionándolas dialécticamente con una concepción cientifísta del mundo.
Se muestra contrario en la educación tanto al liberalismo, basado en el espontaneismo, como al autoritarismo, y defiende una posición intermedia. Su propuesta incluye la exigencia marxista de la polivalencia, de la omnilateralidad y del desarrollo integral, y la disciplina consciente de Lenin, que impone hábitos, normas y ciertas limitaciones a la libertad individual.
Su principio educativo implica la relación de la escuela con la vida. Debe contener la integración entre trabajo e instrucción, teoría y práctica, pensamiento y acción.
La disciplina a aplicar hasta la pubertad cambia y se sustituye por otra situación basada en la creatividad, la actividad, la autodisciplina y la autonomía.
En cuanto a los contenidos que exige la escuela del nuevo humanismo socialista, Gramsci, junto a la educación tecnológica, da gran importancia a la formación humanístico-histórica. Defiende el método histórico.
El papel del maestro es fundamental, pero no como el que enseña en la escuela, sino como representante de la conciencia crítica de la sociedad, que asume el papel de mediador entre la sociedad general y la comunidad educativa. Gramsci le concede un lugar privilegiado siempre que recicle sus funciones y desempeñe los nuevos roles que de él se esperan en la sociedad socialista.
Se muestra partidario de una escuela única obligatoria que permita a los estudiantes formarse como personas y aprender a pensar, estudiar y dirigir. Esta escuela única tendrá dos fases: una de carácter humanístico, formativa y de carácter general, en la que se armonizarán el trabajo intelectual y el manual; y una segunda fase, en la que se desarrollarán los valores fundamentales del humanismo, la autodisciplina intelectual y la autonomía moral.
La Escuela Capitalista al Servicio de la Reproducción Social
Los sociólogos franceses Baudelot y Establet observan que las clases sociales están destinadas a procesos distintos de escolarización. Así, la red que se puede denominar “clásica” está prevista para los hijos de la burguesía, mientras que los alumnos de procedencia social trabajadora suelen acabar en la red “práctica”. Llegan a la conclusión de que la escuela no es única y unificada, sino que existen dos redes de escolarización: una llamada a producir “trabajadores intelectuales” y la otra dedicada a formar “trabajadores manuales”. Dicha realidad escolar, por una parte, no es sino el reflejo de la división social del trabajo y de la división de las clases sociales. A través de la escuela, las clases dirigentes perpetúan la situación social en la que basan su dominación y privilegio.
De los trabajos de investigación de estos y de los también sociólogos Bourdieu y Passeron se puede deducir que la institución escolar está al servicio de las clases dominantes, que han impuesto los contenidos y los valores fundamentales, que aparecen como neutrales y deseables, pero que, en realidad, son los impuestos en una violencia legitimada por los grupos dirigentes. La institución escolar está preparada para reproducir las diferencias sociales de clase, y las posibilidades de éxito educativo y profesional son muy superiores para los alumnos procedentes de los grupos sociales y económicos más poderosos.
La Teoría Educativa de Suchodolski
Suchodolski parte de la crítica a la educación tradicional; se plantea la educación del futuro dentro del socialismo.
El problema para el planificador de la educación del futuro es que el ritmo de los cambios sociales es muy rápido y la educación actual tiene que preparar a niños y jóvenes para unas tareas que aún no existen y para unas condiciones futuras por determinar.
En una sociedad socialista, los alumnos deben ser educados para la participación, la cooperación y la unión de esfuerzos individuales para alcanzar metas sociales, al contrario de lo que ocurre en la sociedad capitalista, donde se fomenta el individualismo y la competitividad.
Plantea una perspectiva integradora: no tendrá sentido plantear lo intelectual, lo moral y lo estético por separado. También la pedagogía socialista tendrá que ser capaz de integrar el estudio y el trabajo; las enseñanzas de tipo general y las enseñanzas de tipo profesional; también habrá de producirse una integración entre la escuela y la vida; será preciso integrar el trabajo y la educación a través de toda la vida y no sólo durante la infancia.
La escuela tiene que estar abierta al mundo, a la sociedad; tiene que facilitar los contactos entre alumnos y el medio social en el que viven; debe prepararlos para que contribuyan a la mejora y transformación del mundo en el que habitan, para lo cual se les prepara a través del desarrollo multifacético de su personalidad. La escuela debe fomentar valores de participación y de asumir responsabilidades, evitando la pasividad y el individualismo de la burguesía.
Es preciso establecer una selección de contenidos sabiendo que la escuela sólo puede dar un conocimiento general en el terreno de la cultura general y de la enseñanza profesional, que luego se desarrollará y profundizará en los niveles educativos posteriores.
La pedagogía que debe imperar en el socialismo es la educación científica, entendida como la educación del hombre íntegro, tanto de sus facultades y tendencias personales como de su vida social, superando así a la educación intelectual tradicional.
Los Principios del Movimiento Antiautoritario y sus Principales Figuras
Introducción
Todos los autores que se han ocupado de la educación en el anarquismo suelen coincidir en que las raíces del ideario pedagógico del movimiento libertario son el racionalismo librepensador, el positivismo y la crítica libertaria a la escuela y la educación. Una idea muy querida dentro de los planteamientos libertarios parte del racionalismo ilustrado: la fe en la razón basada en la experiencia demostrable. Esta razón natural será uno de los pilares básicos del movimiento libertario en educación.
Los anarquistas comparten algunos aspectos de la pedagogía marxista, como la concepción del desarrollo espiritual libre y autónomo y la actividad escolar cooperativa; pero divergen en la concepción de la libertad. El movimiento libertario niega al Estado la iniciativa educativa, ya que están convencidos de que el individuo no debe estar sometido a institución alguna, y se oponen al comunismo, que somete a los hombres a una esclavitud no menos grave que la capitalista.
La Pedagogía Libertaria de Tolstoi
Antes de crear en su finca de Yasnaia Poliana la escuela que le haría entrar en la historia de la educación, realizó un viaje por Europa para conocer las tendencias educativas contemporáneas, observar la organización escolar y los métodos utilizados. Volvió desilusionado.
Se puede afirmar que el ideario educativo de Tolstoi está basado en su concepción libertaria e influenciado por el naturalismo de Rousseau y el filantropismo de Pestalozzi.
La escuela fundada en su finca de Yasnaia Poliana se asentaba sobre el principio fundamental de libertad, justificado por la confianza en la naturaleza humana. Nada era obligatorio en la escuela; no existían exámenes. Su ideal era una escuela abierta a todos, sin programas ni reglamentos impuestos, basada en el método que resultase más agradable a los alumnos.
El maestro se convierte en un árbitro o coordinador que basa su actividad no en la imposición de contenidos o ideas, sino en la persuasión y en la motivación de los alumnos a partir de sus intereses y necesidades. La organización escolar tendrá que ser adaptada a las necesidades de los alumnos. Es lo que se conoce como respeto a la individualidad de los alumnos y que, junto con la aplicación del principio de libertad, hace desaparecer de la institución escolar cualquier aplicación autoritaria.
Tolstoi se muestra convencido de que las escuelas deben ocuparse sólo de la instrucción, siendo la educación responsabilidad únicamente de la familia. Este será el principio de “no intervención” en educación que sostendrá como supremo ideal moral y religioso.
El pensamiento pedagógico de Tolstoi es manifiestamente libertario y tiene en común con el anarquismo el antiestatismo, el antimilitarismo, la desconfianza en el progreso técnico, el deseo de la hermandad e igualdad universales, la sustitución de la propiedad privada por una producción cooperativa donde el trabajo manual es un deber para todos, la elevación del nivel material y espiritual de las masas.
La Escuela Moderna de Ferrer Guardia
Ferrer Guardia dedicará el dinero que hereda de una antigua alumna suya a crear la Escuela Moderna, como foco de educación popular, pensada para los niños durante el día y para los adultos durante la noche. Junto a la escuela funcionaba una editorial con la misión de publicar los materiales didácticos necesarios.
Objetivos: Los niños y niñas deben llegar a ser personas instruidas, verídicas, justas y libres de todo prejuicio. Se sustituirá el estudio dogmático por el razonado de las ciencias naturales. Se enseñarán los verdaderos valores sociales, de conformidad con la justa máxima: no hay derechos sin deberes, no hay deberes sin derechos. Se aceptarán niños de ambos sexos desde la edad de 5 años.
El niño es libre incluso de dejar la escuela; no hay exámenes, ni castigos, ni recompensas.
Para la Escuela Moderna, la enseñanza debería ser integral, racional, libertaria y mixta.
La Experiencia de Summerhill
La experiencia docente de Neill en Summerhill es, con toda seguridad, una de las más conocidas entre las existentes y, al tiempo, una de las más criticadas por algunos y añoradas por otros.
Neill toma como punto de partida de su concepción pedagógica y de su creación institucional la crítica a la escuela tradicional y a la sociedad capitalista.
Summerhill es una estructura comunitaria que está contra la jerarquía, la familia, la escuela, la religión y el ejército, y a favor de la igualdad, la libertad, el amor y la vida.
Neill manifiesta una amplia confianza en la naturaleza del niño y en el conjunto de la humanidad. La finalidad de la educación deberá ser, precisamente, la de enseñar a la gente cómo vivir, la de proporcionar a los niños una vida plena y equilibrada, la de preparar a los niños para una vida feliz.
La libertad del niño no es total, sino limitada a la de los demás y por las normas emanadas del grupo a través de las asambleas escolares.
En Summerhill se aplica el principio de autorregulación y el de autogobierno.
Se pretende permitir el libre desarrollo de las emociones, eliminando el miedo al placer y a la vida e impidiendo la aparición de los sentimientos de culpabilidad en el niño. La relación entre el adulto y el niño debe estar presidida por el amor, por el cariño, que demuestre la aprobación y el reconocimiento que el adulto siente respecto al niño.
La enseñanza ocupaba un lugar secundario en Summerhill. Todas las clases eran optativas.
Neill considera que el estudio debería venir después del juego.
La No Directividad de Rogers
Aunque durante años alternara el trabajo terapéutico con la docencia universitaria, la psicología ha sido la actividad fundamental de Carl R. Rogers.
Rogers basa su ideario como terapeuta en el ámbito educativo en la crítica del sistema educativo universitario que conocía, que se caracterizaba por suponer la certeza de los tres criterios siguientes: el estudiante es incapaz de realizar su propio aprendizaje científico y profesional; aprobar los exámenes es el mejor criterio para seleccionar a los estudiantes; y el alumno aprende lo que el profesor expone.
La teoría de la no directividad se basa en potenciar la libertad de elección y opción personal del educando, evitando una excesiva participación del terapeuta o del educador. El único aprendizaje que puede influir significativamente sobre la conducta es el que el individuo descubre y acepta por sí mismo, y es preciso tener una actitud de apertura positiva hacia el aprendizaje y hacia nuevas experiencias.
La no directividad de la enseñanza aparece centrada en el estudiante, promoviendo una educación democrática y no autoritaria, facilitando su aprendizaje mediante la liberación de sus capacidades de autoaprendizaje y preparándolo para que se haga persona. La clave del proceso es que el alumno se responsabilice de su aprendizaje.
El papel del terapeuta o educador será de facilitador del aprendizaje, creando el clima y la relación, además de los materiales, que el estudiante pueda utilizar para su propio desarrollo. Debe poseer tres cualidades: empatía, autenticidad y una concepción positiva y liberal de las relaciones humanas.
La enseñanza debe estar centrada en el estudiante y en sus valores democráticos. Para Rogers, el núcleo de la relación educativa está centrado en el aprendizaje y no en la enseñanza; no podemos enseñarle a otra persona, pero sí facilitar su aprendizaje. La importancia de las relaciones humanas pasa a un primer plano. Educar no ha de ser enseñar, sino aprender, en cuanto que el aprendizaje no puede realizarse sino cuando el alumno manifiesta su deseo de aprender; por eso, tratar de enseñar a quien no tiene interés carece de utilidad y sentido.
La clave del aprendizaje es aprender a cambiar; se trata de preparar a los estudiantes para que aprendan a vivir más cómodamente en el cambio que en la estabilidad, que adquieran capacidad para enfrentarse a lo nuevo. También es necesario recuperar los valores aprendidos en el pasado.
El aprendizaje autodirigido, automotivado, no puede ser sino autoevaluado.