El arte del Renacimiento en Italia


La escuela florentina y Giotto

La obra de Giotto se entrelaza con la lírica dramática de Dante, marcando un cambio significativo en la pintura. Giotto rompe con la tradición griega y abre paso a un lenguaje pictórico moderno, enfocado en el volumen, la realidad del paisaje y la profundidad humana.

Sus innovaciones se evidencian en los frescos de la Basílica de Asís, donde representa la vida de San Francisco con colores vibrantes y formas sólidas. Los fondos se expanden con paisajes naturales, a veces incluyendo animales y arquitectura detallada para contextualizar las escenas.

Su renombre lo lleva a ser solicitado por la burguesía toscana, decorando capillas funerarias en Padua y Florencia. En estas obras, como la capilla de Enrico Scrovegni y los enterramientos de los banqueros Bardi y Peruzzi, Giotto muestra una profundidad emocional en las expresiones de los personajes, creando gestos y miradas cargadas de drama.

A partir de Giotto, la pintura mural se convierte en una expresión artística fundamental en Italia, marcando un hito en la historia del arte y estableciendo las bases para futuras innovaciones en diferentes formas de expresión visual en toda Europa.

La escuela sienesa y Simone Martini

Los teóricos medievales de arte entendían por «manera griega» la imitación de los mosaicos bizantinos, es decir, la representación de iconos recortados sobre fondos dorados. Los pintores sieneses no renunciaron nunca a este lenguaje orientalizante, pero lo regeneraron con las novedades caligráficas del gótico, que les llegaban de Francia a través de la exportación de marfiles y miniaturas. Simone Martini (Siena, 1284 – Aviñón, 1344) expresó admirablemente la síntesis de ambas corrientes, produciendo un arte preciosista.

Sus primeras obras fueron encargos municipales para decorar al fresco el salón de plenos del Ayuntamiento de Siena. En 1315 realizaba la Maestá, un icono de la Virgen bajo palio, rodeada de los santos locales, y en 1328 situaba enfrente de esta representación mariana el primer retrato ecuestre del arte italiano: la imagen del condotiero Guido-riccio da Fogliano, que había salvado la independencia de la república sienesa, repeliendo con sus fuerzas mercenarias la invasión de la vecina ciudad de Lucca. La obra cumbre de Martini es el retablo de La Anunciación, destinado inicialmente a la Capilla de San Ansano, en la Catedral de Siena, donde funde el convencional fondo de oro bizantino con la línea ondulante del gótico francés, visible en las refinadas y elegantes siluetas del ángel y de María. Es esta una creación exquisita que ha sido relacionada con los poemas de su amigo Petrarca

La iglesia de peregrinación: La catedral de Santiago de Compostela.

La catedral de Santiago de Compostela, destino de peregrinación ancestral, se erige sobre la leyenda de la llegada de los restos de Santiago el Mayor a Galicia. Descubiertos por el ermitaño Pelayo en el siglo IX, el hallazgo fue confirmado por el obispo Teodomiro y el rey Alfonso II, dando origen a la ciudad de Compostela.

Desde entonces, peregrinos de toda Europa recorren el Camino de Santiago, una ruta marcada por estrellas en la Vía Láctea. Inicialmente guiados por esta señal celestial, el clérigo Aimeric Picaud redactó una guía detallada en torno a 1130, describiendo la infraestructura y servicios a lo largo del camino. La catedral misma, una obra arquitectónica monumental, fue construida con el propósito de acomodar a grandes multitudes de fieles en sus dimensiones grandiosas. Las obras, iniciadas en 1088, experimentaron interrupciones pero se reanudaron bajo el maestro Esteban en 1100. Bajo la dirección de Gelmírez, se completaron varios hitos significativos, como la consagración del presbiterio en 1105 y la apertura de las puertas de platerías y azabachería en 1112.

La expansión continuó con la finalización de las naves en 1128 y la adición del coro central para los canónigos santiagueses, una innovación importante en el arte español. La culminación llegó entre 1168 y 1188, cuando el Maestro Mateo extendió los pies de la catedral y agregó el magnífico Pórtico de la Gloria, donde se encuentra la imagen del Apóstol Santiago con la frase evangélica «Dios me envió».

Miguel Ángel (ESCULTOR)

El escultor supremo del Renacimiento, es reverenciado como un genio divino cuya influencia trasciende la admiración común. Aunque destacó en diversas disciplinas artísticas, desde la pintura hasta la arquitectura, su pasión principal siempre fue la escultura. Su fama comenzó en el ambiente humanista de Florencia, donde se inspiró en la antigüedad clásica y creó obras maestras como la «Virgen de la Escalera» y «Baco».

Su magnum opus, el «David», es un símbolo de su habilidad sin igual y su determinación implacable. Esta monumental escultura, esculpida a partir de un bloque masivo de mármol, marcó un hito en la historia del arte y mostró la profunda comprensión anatómica de Miguel Ángel. También es conocido por su icónica «Piedad», una expresión conmovedora de devoción religiosa que estableció nuevos estándares en el arte cristiano. A lo largo de su carrera, Miguel Ángel continuó desafiando los límites de la escultura, explorando temas religiosos y alegóricos con una intensidad emocional sin precedentes. Sus obras, como los sepulcros mediceos y las numerosas variaciones de la «Piedad», muestran su dominio del dramatismo y su búsqueda constante de la perfección artística.

A pesar de las luchas y frustraciones, su legado perdura como un testimonio eterno de su genio creativo. Miguel Ángel falleció a los noventa años, dejando tras de sí un impresionante cuerpo de trabajo que continúa inspirando a generaciones de artistas y admiradores.

Escultura barroca en Italia:

Bernini, es el gran escultor del s. XVIII, su obra refleja a la perfección todos los valores de la escultura barroca. Creó su propio estilo, integrando los diferentes lenguajes artísticos definió la idea de theatrum sacrum: la Simbiosis entre arquitectura, escultura, pintura y luz.

No debemos olvidar que Bernini fue un artista polifacético. No recibió formación académica, aprendió del oficio de su padre y de la observación y el estudio de las colecciones vaticanas. Las influencias de Bernini podemos encontrarlas en algunos pintores renacentistas como Rafael; y son constantes sus referencias a modelos clásicos.

Dividió su producción escultórica en cuatro etapas, que coinciden con el generoso mecenazgo de otros tantos príncipes de la iglesia y papas. El material que utilizó fue mármol y tanto las figuras aisladas como los grupos tendrán un punto de vista frontal.

ETAPA JUVENIL → corresponde a los encargas mitológicos y bíblicos del cardenal scipione Borghese para decorar su villa. Técnica en el tratamiento de la textura de la piel, y al estado psicológico de los héroes griegos y judíos. (Apolo y Dafne)

ALTO BARROCO → se caracteriza por la importancia conferida al ropaje para apoyar el impacto emocional, Las telas revolotean y se arrebujan en grandes masas de efecto claroscurista que le permiten policromar la imagen con la luz.

Entre 1640 y 1654 se desarrolla el PERIODO medio, el más creativo de su carrera. unificó todas las artes, logrando el supremo espectáculo de la teatralidad barroca en el interior de un templo. Hacia 1605, Bernini evoluciona hasta el ESTILO TARDÍO, buscando expresivismo y la espiritualidad, tan típica en la etapa final de los grandes maestros italianos. las figuras se alargan y los ropajes se retuercen y agitan.

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