El Arte Hispanomusulmán: Mezquita de Córdoba y Alhambra de Granada


El Arte Hispanomusulmán

Introducción

En el año 711, las tropas de Tarik penetraron en la Península Ibérica, iniciando un rápido proceso de conquista e islamización. La Hispania romana y visigoda se transformó en Al-Ándalus, provincia del Imperio Omeya. Con la llegada de la dinastía abasí, Al-Ándalus se convirtió en el refugio del príncipe omeya Abderramán I, estableciendo un emirato independiente que, en el siglo X, Abderramán III transformaría en califato.

Posteriormente, se sucedieron diversas etapas políticas, cada una con sus obras de interés, como el Palacio de la Aljafería (Zaragoza) en la época de Taifas, o las obras que engalanan Sevilla (Torre del Oro, Giralda) cuando esta ciudad se convirtió en capital del Imperio Almohade (s.XII-XIII). Este recorrido culmina en el apogeo artístico del reino nazarí de Granada, con la Alhambra como máximo exponente.

a) Arte Califal: La Mezquita de Córdoba

El Auge del Arte Andalusí

Abderramán III se proclamó califa en el año 929, rompiendo relaciones con el califato de Bagdad. Este evento marcó el inicio del apogeo del arte andalusí, alcanzando sus mayores cotas de esplendor y calidad artística.

La Mezquita de Córdoba: Un Legado Arquitectónico

El mejor ejemplo de la arquitectura califal es la Mezquita de Córdoba. Su construcción se extendió desde el siglo VIII al X, a través de ampliaciones y reformas.

La primera mezquita (s.VIII) fue construida por Abd al-Rahman I sobre la antigua Iglesia de San Vicente. Contaba con un haram cuadrado de 11 naves y un novedoso sistema de soportes: columnas en la parte inferior, pilares encima, arcos de herradura y arcos de medio punto. Al exterior, solo se conserva la Puerta de San Esteban.

La segunda mezquita (s.IX) corresponde a la ampliación de Abd al-Rahman II, quien derribó el muro de la quibla y prolongó el haram hacia el sur.

En tiempos de Abd al-Rahman III, se amplió el patio, se construyeron pórticos y un alminar de planta cuadrada, hoy conservado en el interior de la torre de la catedral. Esta etapa corresponde a la tercera mezquita.

La tercera mezquita, la más espectacular, fue impulsada por Al-Hakam II en el siglo X. Se derribó nuevamente el muro de la quibla y se amplió el haram hacia el sur en 12 tramos. Se añadió un mihrab octogonal de gran riqueza, decorado con mármol y revestimientos bizantinos.

La cuarta y última ampliación (s.XI) se realizó durante el gobierno de Almanzor. Esta fase no aportó novedades artísticas significativas, ya que la ampliación se realizó hacia el este, al no poderse extender más el haram hacia el sur.

b) Arte Nazarí: El Palacio de la Alhambra

El Legado Nazarí en Granada

La última dinastía musulmana en la Península Ibérica fue la nazarí, con Muhammad I como sultán. Un pacto con Castilla permitió su permanencia hasta 1492, estableciendo la capital del reino en Granada.

La Alhambra: Un Tesoro de Arte y Arquitectura

La Alhambra (Granada), construida en el siglo XIV, es un conjunto de fortaleza y palacio. Muhammad I rodeó la colina con una muralla y torres, construyendo la Alcazaba y el inicio del palacio. Sus sucesores continuaron el conjunto, formado por dos palacios con la típica planta oriental: un patio rodeado de salas, dependencias y baños.

El Patio de los Arrayanes, con su gran estanque rectangular, es una de las piezas más destacadas. Al norte se encuentra la Sala de la Barca, que conduce a la Sala de los Embajadores, la más amplia del palacio. Al este se ubican los baños, con una sucesión de salas a distinta temperatura, al estilo romano.

El Patio de los Leones, construido por Muhammad V, destaca por su gran pila central sostenida por 12 leones, con cuatro canales que confluyen en cuatro fuentes.

El exterior del palacio carece de ornamentación, concentrando toda su belleza en el interior. Las estalactitas de estuco, trabajadas con la técnica del cincelado, forman salientes, cornisas y capiteles. Predominan los arabescos y la epigrafía.

En la parte inferior de los muros se utilizaron mosaicos de colores con motivos geométricos. Las puertas y techos de las cúpulas eran de madera. Un análisis más profundo revela la inclusión de elementos ajenos, como la pintura y decoración floral de estilo gótico, sugiriendo la intervención de artistas cristianos.

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