El Arte y los Reinos Cristianos en la Península Ibérica Medieval


La Mezquita y el Palacio en el Arte Hispano-Musulmán

El arte hispano-musulmán tiene una profunda inspiración religiosa. Como el culto musulmán no permitía la representación de imágenes humanas o animales en los lugares religiosos, se dio poca importancia a las artes figurativas y se dio especial relevancia a la arquitectura, con predominio de lo decorativo con el empleo de la caligrafía, los dibujos geométricos y las estilizaciones vegetales. También asumió algunos rasgos peculiares que proceden del ámbito cultural hispano:

  • Del legado romano-visigodo tomaron la superposición de arcos, el arco de herradura, las celosías caladas y el uso de arcos con dovelas bicolores.
  • Además, el contacto mantenido con los cristianos -muladíes, mozárabes, reinos del norte- promovió intensos intercambios estilísticos, que dieron lugar a diversos estilos: mudéjar, mozárabe, etc.

Las manifestaciones artísticas más desarrolladas en Al-Ándalus fueron las artes decorativas (artesanía, azulejo, cerámica, orfebrería, marfil) y, sobre todo, la arquitectura, destacando dos tipos de edificios:

Arquitectura Religiosa: Mezquitas

En la arquitectura religiosa destacaron las mezquitas, especialmente la mezquita aljama de Córdoba, de época califal y ampliada varias veces. Las obras comenzaron con Abderramán I, pero fueron ampliadas cuatro veces, la última por orden de Almanzor. Se trata de un recinto de gran tamaño en el que la techumbre está sostenida por una doble arquería de arcos de medio punto y herradura dispuestos sobre columnas. La maqsura —espacio reservado a las autoridades— está recubierta con varias cúpulas de gran riqueza ornamental. La de Sevilla, de época almohade, de la que solo se conservan restos como el patio (denominado de los Naranjos) y el cuerpo inferior del alminar o minarete (torre desde la que el almuédano llama a los fieles a la oración), más conocido por el nombre de la Giralda.

Arquitectura Civil: Palacios

En la arquitectura civil destacaron los palacios. De época califal destacan las ruinas de la ciudad palacio de Madinat al-Zahara, construido por orden de Abderramán III, y de la época de los taifas el palacio de la Aljaferia de Zaragoza y de la época almohade, la Torre del Oro, entre otros. Pero de época nazarí (siglos XIII – XV) sobresale el palacio alcazaba de Granada conocido como la Alhambra (el castillo rojo o “la Roja”), que integra lo artificial – la construcción – con lo natural – vegetación, agua – mediante patios porticados, albercas, fuentes y jardines. La Alhambra está construida en pequeñas estancias o patios que todas juntas dan unidad al conjunto, simbolizando una imagen o antesala del paraíso que el buen musulmán tendrá en la otra vida. El palacio nazarí es el mejor conservado de la civilización hispano-musulmana. En su conjunto la Alhambra es a la vez fortaleza, corte y residencia privada de los reyes nazaríes.

  • La corte, en la que se distinguen: El cuarto de Comares, la Sala del Mexuar y el patio de la Alberca o de los Arrayanes.
  • Residencia privada, llamada Cuarto de los Leones, dividida a su vez en las salas de los Abencerrajes y de las dos Hermanas y otros jardines y patios interiores.

La Península Ibérica en la Edad Media: Los Reinos Cristianos

Los Primeros Núcleos de Resistencia

Los reinos cristianos aparecieron y se consolidaron entre los siglos VIII y X en las zonas que los musulmanes no llegaron a conquistar —la Cordillera Cantábrica y los Pirineos— y, desde allí, iniciaron la Reconquista hacia el sur.

El Reino Astur-Leones

Este reino fue el más importante núcleo cristiano hasta el siglo X por su extensión, fuerza económica y estructura política. En el año 718 los astures proclaman rey a Don Pelayo, probablemente un noble visigodo; este es el origen del reino Astur. La batalla de Covadonga se suele fechar en el año de 722 y constituye el primer “éxito” militar de los cristianos y, por lo tanto, simboliza el “inicio” de la Reconquista.

  • Alfonso II (791-842): Desde el punto de vista militar consolidó la frontera. Desde el punto de vista político impulsó la vuelta al Derecho visigodo con la adopción del Liber Iodiciorum. Establecerá su capital en Oviedo.
  • Alfonso III (866-911): Consolidó definitivamente al reino. Fijó la frontera con Al-Ándalus en la ribera del Duero (Zamora 893, Toro 900, Simancas 899) ocupando definitivamente todas las tierras del margen derecho. Esto fue posible gracias a una importante presión demográfica en los valles cantábricos, además de una considerable masa de mozárabes que huían de Al-Ándalus. Durante su reinado se fijó la capital en León. Castilla se independizó en el S.X (Conde Fernán González) y Portugal en 1109 (Enrique de Borgoña).

El Condado de Castilla

Independiente desde el año 930, Fernán González fue su primer conde. En el año 951 Castilla quedó definitivamente vinculada a su familia.

El Reino de Navarra

Pamplona dominaba la estratégica vía de Roncesvalles a Astorga. Conquistada por los musulmanes participó en la derrota franca del 788 en Roncesvalles. Tras sucesivos dominios musulmanes y francos la familia Arista consigue entre el 814 y el 824 la independencia política, gracias a la ayuda de los Banu Qasi. Se inició la expansión hacia La Rioja (San Millán de la Cogolla) y la anexión por lazos matrimoniales del condado de Aragón. Con Sancho III el Mayor (1004-1035) el reino de Pamplona alcanza su mayor extensión territorial, abarcando casi todo el tercio norte peninsular. Dividió sus territorios entre sus hijos, de este reparto surge la nueva estructura política del siglo XII con los reinos de Navarra, Aragón y Castilla.

El Núcleo de Aragón

El núcleo de Aragón se origina en una franja montañosa en el Pirineo central que comprendía los valles de Ansó, Hecho y Canfranc. Se crea por un interés manifiesto por la dinastía franca carolingia de proteger su frontera meridional de los posibles ataques musulmanes. Su poca población, dedicada fundamentalmente a la ganadería, estaba administrada por barones. El reino de Aragón, cuyo primer rey fue Ramiro I, nace a la muerte de Sancho III el Mayor de Navarra.

Los Condados Catalanes

: Los francos denominaron Marca Hispánica a la zona defensiva de su imperio al Sur de los Pirineos. Después del fracaso de Carlomagno ante Zaragoza y la derrota de Roncesvalles se consiguió conquistar Gerona (785) y Barcelona (801) creándose varios condados (Barcelona, Ampurias, Gerona, Rosellón, Osona y Urgel) . Dentro del contexto de la evolución del Imperio carolingio en descomposición las grandes familias nobiliarias tendieron a hacer hereditarios sus cargos de funcionarios. El conde de Barcelona, Wilfredo el Velloso, consiguió en 877 mediante la capitular de Quierzy que los títulos se convirtiesen en hereditarios. En 985 Almanzor saqueó Barcelona, las peticiones de ayuda del conde Borrell II no fueron atendidas por el rey franco, como consecuencia de esto en 987 Borrell II se negó a renovar el pacto de vasallaje con el nuevo rey franco, Hugo Capeto, e instauró la independencia de hecho de los territorios bajo su poder. El matrimonio del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV con Doña Petronila, hija del rey de Aragón en el siglo XII constituye el origen del Reino de Aragón y Cataluña

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