Crisis de la Superproducción y sus Consecuencias
Los campesinos fueron los primeros perjudicados, ya que se vieron endeudados para adquirir nuevas tierras y máquinas, y de ese modo aumentar la producción para vender a los países beligerantes. Sin embargo, las exportaciones disminuyeron, los stocks se acumularon, los precios bajaron y los campesinos no pudieron devolver los préstamos. Fue la ruina para miles de personas que emigraron hacia las ciudades, donde la falta de trabajo los hundió en la marginalidad.
En la industria ocurría algo similar. Las fábricas producían más de lo que podían vender, la acumulación de stocks bajó los precios y muchas empresas quebraron y cerraron sus puertas. El paro se extendió y el consumo disminuyó.
El Crack del 29 y el New Deal
La cotización de las acciones era muy superior a su valor real. El 24 de octubre de 1929 (Jueves Negro) todo el mundo quería vender sus acciones y nadie deseaba comprarlas. La gran oferta hizo que su valor cayera en picado, desencadenando el Crack Bursátil de 1929. Muchos inversores se arruinaron y los ciudadanos acudieron a los bancos para retirar su dinero. Esto obligó a muchos a cerrar por falta de fondos. El crack de la bolsa precipitó la quiebra de muchos bancos. La crisis bursátil se propagó a gran parte de la industria, el comercio y la agricultura, provocando una recesión económica generalizada (Gran Depresión). El consumo disminuyó y el número de parados aumentó; muchas familias cayeron en la miseria.
La crisis se extendió al resto del mundo porque los bancos estadounidenses retiraron los capitales depositados en los bancos europeos y las empresas americanas disminuyeron sus inversiones en estos países.
La Expansión Económica de Estados Unidos Previa a la Crisis
La expansión de Estados Unidos se basó en el proceso de producción de bienes (taylorismo y fordismo). El aumento de los salarios obreros, las campañas publicitarias, la compra a plazos y los préstamos bancarios abrieron camino a la era del consumo de masas. Aumentó la demanda de acciones, cuyo valor subía constantemente. La euforia bursátil generó una gran burbuja especulativa, un aumento del valor de las acciones como resultado de la creciente demanda y no del aumento de los beneficios de la industria. Los inversores adquirían acciones para venderlas en unos pocos días. Fue tal la locura inversora que muchos compradores solicitaron créditos para comprar acciones.
El New Deal de Roosevelt
En 1932 ganó las elecciones un demócrata, Franklin D. Roosevelt, que proponía un nuevo programa para favorecer la recuperación económica y sacar al país de la crisis: el New Deal (nuevo reparto), que defendía la intervención del Estado para reactivar la economía.
Reformas:
- Sociales: El Estado impulsó la realización de un gran plan de obras públicas para aumentar la capacidad adquisitiva de los trabajadores. Se propició una política de apoyo a los precios agrícolas y el aumento de los salarios.
- Económicas: Ayuda a las empresas en dificultades, creación de empresas públicas en los sectores donde no había inversión privada y destrucción de los stocks agrícolas acumulados. El Estado estableció un control sobre los bancos.
Todas estas medidas provocaron un relanzamiento de la economía estadounidense, aunque la crisis no se superó hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El Fascismo Italiano
En Italia hubo secuelas humanas y económicas tras la Gran Guerra. Había una elevada deuda exterior y, por ello, aumentó la inflación. Los salarios reales disminuyeron y el número de parados no cesaba de crecer. Los acuerdos de paz supusieron una gran decepción. Empezó a extenderse la idea de que la participación italiana en la guerra había sido un engaño y el irredentismo fue ganando adeptos. A esto se sumó la inestabilidad política. La crisis económica generó una fuerte tensión social. Se desarrolló un movimiento huelguístico que presentó objetivos revolucionarios. Todos estos movimientos fueron reprimidos, pero el miedo al estallido de la revolución social empezó a asustar a las clases más conservadoras.
El Ascenso del Fascismo
Apareció la figura de Benito Mussolini, que creó los Fasci di Combattimento o Camisas Negras, grupos paramilitares que pretendían frenar el auge del movimiento obrero, a base de atacar violentamente a los sindicatos obreros y a sus líderes. En 1921 se transformaron en el Partido Nacional Fascista, el cual era el recurso más eficaz para detener los movimientos revolucionarios en Italia. Su programa estaba basado en la construcción de un Estado fuerte que garantizase la propiedad privada y una política exterior expansionista. Contó con el apoyo de la pequeña burguesía, los grandes propietarios, la Iglesia Católica y el monarca, Víctor Manuel III. Consiguieron 22 diputados de 500, pero con 300.000 camisas negras aplastaron la huelga general de los sindicatos socialistas y anarquistas. Mussolini exigió al rey que le entregara el gobierno y, para mostrar su fuerza, organizó una Marcha sobre Roma con sus camisas negras. El monarca, presionado, le nombró jefe del gobierno.
La Dictadura Fascista
Mussolini desarrolló un proceso de restricción de las libertades y de persecución de sus adversarios, pero mantuvo en la ficción un régimen parlamentario. Ganó las elecciones de 1924 gracias a la violencia ejercida. Anunció la instauración de un régimen autoritario. El Estado y el partido fascista quedaron totalmente identificados en un régimen en el que Mussolini se atribuyó plenos poderes y se hizo llamar Duce. Los partidos políticos fueron prohibidos, sus líderes perseguidos y encarcelados, el Parlamento fue sustituido por una Cámara de los Fasci, las huelgas fueron prohibidas y los sindicatos sustituidos por un sistema de corporaciones por oficios. El Estado ejercía un fuerte control a través del partido, que dirigía todos los aspectos de la vida social y dominaba los medios de comunicación. Controlaba la economía y apoyaba a las empresas privadas, con pedidos militares y fuertes subvenciones.
La República de Weimar
El káiser Guillermo II abdicó de su cargo y se proclamó la República, que estableció su capital en Weimar. Alemania asumió la derrota militar y aceptó las condiciones de paz impuestas, consideradas un ultraje, del Tratado de Versalles. Para Alemania, la crisis económica, la miseria y el paro vinieron después de la guerra. La República de Weimar, dirigida por democristianos y socialistas, tuvo que hacer frente a esta dura situación económica y al descontento de amplios sectores de la población. Se vio amenazada por movimientos revolucionarios de izquierda (levantamiento de la Liga Espartaquista o comunista) y por varios intentos de golpes de Estado de la extrema derecha (putsch de Múnich de las milicias nazis).
Hitler y el Partido Nazi
Adolf Hitler no había aceptado la derrota alemana y fundó el Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores de Alemania (NSDAP), del que se erigió en líder indiscutible. Adoptó como emblema la bandera roja con la cruz gamada. Se dotó de una organización paramilitar, las Secciones de Asalto (SA). Su ideología fue recogida en el libro Mi Lucha, donde expresó su desprecio por la democracia parlamentaria y su odio al bolchevismo. Defendía el antisemitismo, la superioridad de la raza aria y la necesidad de forjar un gran imperio (Reich) que uniese a todos los pueblos de habla alemana. Hitler usó la demagogia: prometió trabajo para todos, reducir los beneficios industriales, mejorar los salarios y avanzar hacia una sociedad más solidaria. Arremetió fuertemente contra los que acusó de ser los responsables de la crisis alemana: judíos, comunistas y demócratas. Las milicias nazis se opusieron violentamente a la República. Se enfrentaron a las organizaciones y a los militantes comunistas, y se presentaron como una garantía de orden social.
El Nazismo en el Poder
Entre 1924 y 1929 hubo una relativa mejora de las condiciones económicas. Sin embargo, las consecuencias de la crisis de 1929 fueron muy duras. La retirada del capital americano arrastró a muchos bancos a la quiebra, provocando el cierre de fábricas, paro y descontento social. El malestar social inclinó a la población hacia las propuestas de los partidos extremistas. Burgueses arruinados, campesinos y obreros desesperados fueron atraídos por las promesas nazis; los intelectuales y la mayoría de los obreros se inclinaron por el Partido Comunista. El partido nazi empezó a contar con ayudas económicas. En 1933, Hitler fue nombrado canciller. Los escuadrones nazis provocaron un incendio en el Reichstag (Parlamento) y acusaron del mismo a los comunistas. Esto sirvió de pretexto a Hitler para eliminar a sus adversarios y exigir plenos poderes. Tras la muerte de Hindenburg, se proclamó Führer y canciller del III Reich.
El III Reich Alemán
Los nazis transformaron Alemania en una dictadura. Suprimieron todos los partidos y sindicatos, clausuraron el Parlamento, suprimieron las elecciones y las libertades individuales, e iniciaron la persecución sistemática de sus opositores. El partido nazi monopolizaba el poder. Los trabajadores se afiliaron al Frente del Trabajo Nacionalsocialista, el único sindicato permitido. La administración pública fue depurada. Se autorizaba el despido por razones políticas y raciales. La judicatura desapareció como poder independiente y quedó sometida a la voluntad del partido. Los poderes locales fueron suprimidos y transferidos al Reich. El Estado nazi aspiraba a la cohesión de la sociedad alemana, basada en la superioridad de la raza aria y la ideología nacionalsocialista. Todo debía seguir la consigna nazi, por lo que muchos artistas e intelectuales fueron perseguidos y huyeron del país. El nazismo otorgaba a la mujer un papel social muy marginal, pues limitaba su actividad a los hijos, la Iglesia y la cocina (Kinder, Kirche, Küche). Se crearon las Juventudes Hitlerianas, que se encargaban de orientar el ocio y la educación de los jóvenes.
Un Régimen de Terror
Alemania se convirtió en un Estado policiaco que impuso su régimen por medio del terror. Los poderosos cuerpos policiales, Secciones de Seguridad (SS) y Gestapo, se encargaban de perseguir cualquier oposición y de imponer el orden. El mantenimiento de la pureza racial comportó la persecución de los judíos. Primero se promovió el boicot a los negocios judíos, luego se dictaron las Leyes de Núremberg, que impedían los matrimonios mixtos y excluían a los judíos de la ciudadanía alemana. Se los obligó a llevar un distintivo. En 1938 se crearon los campos de concentración, donde opositores, enemigos del Reich y judíos eran obligados a realizar trabajos forzados y eran exterminados.
Autarquía Económica y Rearme
Hitler se propuso promover un relanzamiento que hiciese de Alemania una potencia económica mundial. La política económica nazi respondía fundamentalmente a los proyectos militaristas y expansionistas. El Estado nazi ejerció un fuerte dirigismo económico, con el objetivo de conseguir la autarquía y convertir a Alemania en un estado autosuficiente. Se dio prioridad a la industria pesada y al armamento, y se llevó a cabo un programa de obras públicas. Hitler inició una política militarista: reforzó el ejército y se sintió preparado para lanzarse a la construcción de un gran imperio y a la conquista del espacio vital al este de Europa.