El Ascenso del Fascismo Italiano: De Movimiento a Régimen Totalitario


Características Generales de los Regímenes Fascistas

Los regímenes fascistas se oponen al liberalismo y al marxismo, presentando las siguientes bases doctrinales:

Principios Políticos e Ideológicos

  • Carácter antiparlamentario y antiliberal.
  • Supremacía del Estado: Se busca un Estado todopoderoso que monopolice la verdad y la propaganda. El individuo está sometido y se suprime toda oposición política e intelectual.
  • Régimen dictatorial: Predomina el poder ejecutivo y no se admite la división de poderes.
  • Protagonismo de las élites: El ciudadano es parte de una masa que debe ser dirigida por una élite.
  • Ensalzamiento del líder: Se exige obediencia ciega, sin críticas ni control. La dictadura del partido único está dirigida por un hombre excepcional.
  • Exaltación de la violencia y eliminación de la oposición política.
  • Nacionalismo, imperialismo y militarismo: El pueblo, convertido en nación, exige tanto un espacio vital para asentar el crecimiento de la población como la unidad territorial, reivindicando como nacional el territorio donde se habla la misma lengua.
  • Irracionalismo: Desconfianza en la razón.

Principios Sociales

  • Protagonismo de las élites: Los hombres son naturalmente desiguales; una minoría debe gobernar al pueblo.
  • Estado racista: En la pureza de la raza radica la fuerza de la nación (no a los matrimonios mixtos); eliminación de judíos, negros, comunistas, masones.
  • Encuadramiento de la juventud: En disciplinadas organizaciones, que son garantía de supervivencia del régimen y de la pureza de la raza. Su educación es un adoctrinamiento (falta de libertad).
  • Burguesía, firme soporte: Frente a las reivindicaciones proletarias (huelgas, desórdenes), los fascistas se apoyaron en la burguesía.

Principios Económicos

  • Control centralizado de la economía.
  • Autarquía: Se busca el autoabastecimiento para no depender de productos del exterior. Se impone el proteccionismo y la reducción del consumo; el capital sobrante se destina a la industria bélica.
  • Expansión imperialista en un doble sentido:
    • Económico: Búsqueda de mercados, materias primas y energéticas para su industria.
    • Territorial: El principio del espacio vital de un pueblo superior exige disponer de tierras (próximas o lejanas) para situar a su gente (colonias).
  • Necesidad de grandes obras públicas: Se consiguen dos objetivos: reducir el paro y justificar el régimen ante el pueblo por los logros conseguidos.

Métodos Fascistas de Gobierno

Presentan ciertos rasgos e instrumentos característicos:

  • Partido único, con un solo líder y muy jerarquizado: Partido Nacional Fascista (PNF) y Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP).
  • Existencia de fuerzas paramilitares (Fascios, SA).
  • El Estado tiene un fuerte aparato propagandístico que monopoliza y controla: Fuerte incidencia en la violencia y en la movilización de las masas.
  • Constante exaltación del régimen y de su líder.
  • Burocracia estatal al servicio del partido, del Estado y del jefe.

La Italia Fascista: Mussolini

Fue en Italia donde el fascismo, en sentido estricto, se desarrolló de forma más clara. La propia palabra fascismo es italiana: procede de fascio (haz), que es como se llamaban ciertas agrupaciones populares que aparecieron a finales del siglo XIX para reivindicar mejoras laborales y políticas. Se aprovecharon, por ejemplo, de situaciones conflictivas como las que se dieron entre 1919 y 1921 en las zonas más ricas del norte de Italia, donde se ocuparon tierras de los latifundios y se formaron soviets en las fábricas.

Benito Mussolini, tras abandonar el Partido Socialista Italiano (PSI) en 1914, fundó los Fasci di Combattimento apoyados y financiados por algunos industriales. En 1921 los convirtió en partido político (el Partido Nacional Fascista o PNF). El fascismo se nutrió socialmente de las clases medias, la patronal, los grandes terratenientes y los obreros en paro. Asimismo, contó con el apoyo de la Iglesia (por su actitud conservadora respecto al orden social y freno al comunismo) y el de los militares.

En 1922, Mussolini y sus Fasci Italiani di Combattimento (escuadras uniformadas denominadas “camisas negras”) aplastaron con violencia una huelga general proclamada por los sindicatos y comenzaron a destituir por la fuerza a los gobiernos municipales socialistas. El control fascista se extendía del campo a las ciudades. Las intimidaciones se realizaban sobre todo a través de desfiles paramilitares, actos violentos y ataques a personas demócratas. Dueños ya de la situación en el Norte (Milán, Génova, Turín), se dirigieron a la conquista del sur.

Así, en 1922, Mussolini optó por tomar el poder. Organizó una marcha sobre Roma el 28 de octubre con un ejército de 40.000 “camisas negras”. En la disyuntiva de ceder o enfrentarse a ellos y provocar una guerra civil, el gobierno optó por lo primero y dimitió. El rey Víctor Manuel III encargó al líder fascista formar nuevo gobierno. El 30 de octubre, Mussolini era ya presidente de un gobierno de coalición con tres ministros fascistas.

La Articulación del Estado Fascista

En los años siguientes, lo que nació como un gobierno nacionalista y autoritario, pero parlamentario, fue convirtiéndose en una dictadura totalitaria. No hizo falta un golpe de Estado para que los fascistas llegaran al poder porque en las elecciones de 1924 obtuvieron 406 escaños de los 535 del Parlamento. A esta resonante victoria en las urnas no fueron ajenos los amaños electorales que se llevaron a cabo y la violenta presión de los squadristi.

La instalación de un régimen fascista en Italia tuvo lugar en la década de los años veinte. Mussolini tuvo plenos poderes desde el primer momento de su gobierno e instauró las medidas políticas necesarias para instalar un régimen autoritario y dictatorial, siguiendo los pasos siguientes:

  • Decretó las leyes fascistísimas, que convirtieron al Estado italiano de liberal en fascista.
  • Se prohibieron las libertades individuales y los partidos políticos.
  • Creó una policía política (la OVRA).

Y todo un conjunto adicional de medidas hasta llegar al Pacto de Letrán (1929), donde reguló las relaciones con la Iglesia y se reconoció la existencia del Estado del Vaticano, hecho que marcó el último momento de la instalación de Mussolini en el poder. Además, la oposición legal fue eliminada; se prohibieron los sindicatos fuera de las corporaciones estatales; se sustituyó el carácter electoral de los ayuntamientos por nombramientos hechos por el Gobierno; en el Parlamento se decidió otorgar todos los poderes al Duce (título que se dio a sí mismo Mussolini). El Partido Fascista se convirtió, como veíamos en Rusia con el partido Bolchevique, en cantera de autoridades de todos los niveles. Todo esto sucedió entre 1925 y 1926 principalmente.

Mussolini mantuvo el capitalismo como sistema económico, expresado en un liberalismo económico “intervensionista”, de tipo autárquico. El régimen fascista se benefició en sus primeros años de la mejora económica internacional. El paro se redujo a base de costosas obras públicas (se hacen las primeras autopistas europeas) y se levantan grandes edificios que sean símbolo de la grandeza de la nación. Se creó el llamado Estado Corporativo (forma de organización del Estado fascista donde sólo se permitió la existencia del sindicato fascista, la huelga general fue declarada ilegal y en 1927 se proclama la Carta del Trabajo, que instituía un Estado formado por corporaciones y donde la iniciativa privada se subordina al interés nacional) y se llegó a un fuerte intervencionismo estatal. Tras las consecuencias de la crisis de 1929, se implantó una política autárquica y se practicó un expansionismo imperialista, cuyo ejemplo fue la ocupación de Etiopía (1935-36) y el acercamiento a la Alemania nazi hasta la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial.

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