El Auge de los Regímenes Totalitarios
El Ascenso del Fascismo en Italia
Tras la Primera Guerra Mundial, la promesa de democracia se desvaneció con el surgimiento de regímenes totalitarios. Italia, desilusionada con los tratados de paz y sumida en una crisis económica, vio crecer el descontento popular. En este contexto, Benito Mussolini, ex socialista, fundó el Fascio de Combattimento en 1923, adoptando símbolos del Imperio Romano como el haz (fascio) y el saludo romano.
La Marcha sobre Roma
El 28 de octubre de 1922, la «Marcha sobre Roma» de los «camisas negras» fascistas llevó a Mussolini al poder como Primer Ministro. En cuatro años, el Duce desmanteló las garantías constitucionales, instaurando una dictadura en 1926. Inicialmente carente de una ideología definida, el fascismo adoptó un nacionalismo belicoso y expansionista, centrado en un ejército fuerte y una sociedad obediente.
La Conquista de Abisinia
Con la ambición de expandir el imperio italiano, Mussolini fijó su mirada en Abisinia (Etiopía). La invasión en 1935 provocó sanciones de la Sociedad de las Naciones, pero la posición de Italia frente a las grandes potencias (Inglaterra, Francia y Estados Unidos) le permitió sortear las consecuencias. En 1936, Italia conquistó Addis Abeba, y Víctor Manuel III fue proclamado emperador de Abisinia. Las sanciones fueron levantadas y la oposición interna silenciada, consolidando el poder absoluto de Mussolini en Italia.