El Bienio Progresista de la Segunda República Española: Reformas y Tensiones (1931-1933)


Contexto Económico y Social

Las repercusiones del crack de 1929 no se sintieron en España hasta 1932. La producción agraria e industrial se encontraba estancada. Durante los primeros meses, se produjo una fuga de capitales. A partir de 1932, dos factores económicos negativos se hicieron presentes: la caída del comercio exterior, debido a las políticas proteccionistas de los países en crisis, y el aumento del paro, causado tanto por problemas internos como por el retorno de emigrantes. El desempleo se convirtió en el problema clave del país.

Gobiernos Republicanos-Socialistas y Reformas

El primer gobierno constitucional de Manuel Azaña estuvo conformado por los mismos ministros republicanos y socialistas del Gobierno Provisional. Este gobierno continuó con las reformas iniciadas anteriormente:

  • Francisco Largo Caballero, como ministro de Trabajo, prosiguió con las reformas laborales, entre las que destacan la Ley de Contratos de Trabajo y la Ley de Jurados Mixtos. Además, se creó la Inspección de Trabajo.
  • Se continuó con las reformas educativas, promoviendo una escuela única, pública, obligatoria, gratuita y mixta. Se eliminó la religión católica como asignatura obligatoria.
  • Manuel Azaña continuó con la reforma militar, que buscaba modernizar el ejército. Se derogó la Ley de Jurisdicciones, se redujo el número de generales y oficiales, y se suprimieron el Consejo Supremo de Guerra y Marina y la Academia Militar de Zaragoza, decisión que Francisco Franco no perdonó. También se recortó el presupuesto militar.
  • Se inició la reforma agraria, aunque los partidos de la coalición gubernamental tenían diferentes visiones sobre cómo llevarla a cabo. Fuera del Parlamento, la CNT y el PCE demandaban una reforma profunda, mientras que la Agrupación Nacional de Propietarios Agrarios se oponía.
  • En septiembre de 1932, se aprobó la Ley de Bases para la Reforma Agraria y se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). Sin embargo, su aplicación fue un fracaso, lo que provocó el descontento del campesinado y su alejamiento del gobierno de izquierdas.

La Oposición al Gobierno

El gobierno republicano-socialista enfrentó oposición tanto de la derecha como de la izquierda:

  • En la derecha, la oposición se centraba en el Partido Radical de Alejandro Lerroux y, en la calle, en las asociaciones patronales federadas en la Unión Económica Nacional.
  • En la izquierda, la CNT, impulsada por la FAI, y el PCE seguían una línea revolucionaria.

Los campesinos, al no ver cambios significativos, protagonizaron graves conflictos y huelgas, que el gobierno solo pudo resolver con las fuerzas de orden público. Esto resultó en una serie continua de incidentes graves entre huelguistas y la Guardia Civil. En 1932, se creó la Guardia de Asalto como contrapeso a la Guardia Civil, siendo un cuerpo republicano. Ese mismo año, se produjeron incidentes en Castilblanco, Arnedo y Llobregat, que terminaron con varios muertos. El gobierno destituyó al general José Sanjurjo, director de la Guardia Civil, por los excesos cometidos.

El Pronunciamiento Fallido de 1932 y sus Consecuencias

La expulsión de la Compañía de Jesús, la discusión en las Cortes de la reforma agraria y el Estatuto de Autonomía para Cataluña eran inaceptables para los sectores conservadores y derechistas. Como consecuencia, algunos jefes militares comenzaron a conspirar contra la República.

El 10 de agosto de 1932, el general Sanjurjo inició en Sevilla un pronunciamiento a la vieja usanza, conocido como la Sanjurjada. Este fracasó y fue respondido por una huelga general de los sindicatos y partidos obreros, que paralizaron la ciudad. El gobierno logró que el Parlamento aprobara de manera urgente la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto catalán por una amplia mayoría.

Se celebraron elecciones en Cataluña, con el triunfo de Esquerra Republicana, y Francesc Macià se convirtió en el primer presidente constitucional de Cataluña. Azaña contaba con un importante apoyo popular.

La Crisis del Gobierno y las Elecciones de 1933

A principios de 1933, las buenas cosechas habían provocado una bajada de los precios, mientras que el paro había aumentado en el campo. Los campesinos respondieron con protestas y levantamientos.

Durante 1933, la derecha se reorganizó. Varios grupos católicos formaron la CEDA, dirigida por José María Gil Robles. Los monárquicos fundaron Renovación Española, liderada por José Calvo Sotelo. La extrema derecha, de ideología fascista, se agrupó en la Falange Española, dirigida por José Antonio Primo de Rivera.

A finales de año, Azaña dimitió como presidente del gobierno al perder sus candidatos las elecciones al Tribunal de Garantías Constitucionales.

Gobiernos de Transición y Elecciones de Noviembre de 1933

El presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, encargó la formación de un nuevo gobierno al republicano radical Alejandro Lerroux en 1933, pero no consiguió la aceptación del Parlamento. Entonces, nombró a otro republicano radical, Diego Martínez Barrio (del 9 de octubre al 16 de diciembre), con la única función de disolver las Cortes y convocar elecciones para el 19 de noviembre. La campaña electoral se desarrolló en un clima de crispación política. En esta ocasión, vencieron los partidos de la derecha (PRR y CEDA) al presentarse unidos, mientras que la izquierda se presentó desunida.

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