La Segunda República Española
El Fin de la Monarquía
La dictadura de Primo de Rivera se mantuvo hasta 1930. La mala coyuntura económica de 1929 (crack de Nueva York) impidió la continuación de las obras públicas, generando descontento en partidos políticos y militares. Esto convenció a Alfonso XIII de retirar su apoyo al dictador y encargar la formación de gobierno al general Dámaso Berenguer, con la esperanza de volver al turnismo canovista y a la constitución de 1876. Este gobierno sería conocido como «dictablanda».
El gobierno de Berenguer pretendió restablecer la Constitución de 1876 y el sistema político de la Restauración, medida imposible dada la desintegración de los partidos dinásticos y la unión de la oposición (republicanos, nacionalistas y socialistas) contra la monarquía. En agosto de 1930, los partidos republicanos y nacionalistas firmaron el Pacto de San Sebastián, comprometiéndose a derribar la monarquía.
Se constituyó un Comité Revolucionario, presidido por Alcalá Zamora, encargado de preparar el cambio de régimen. En octubre, los socialistas se adhirieron al pacto. Intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset y Menéndez Pidal firmaron un manifiesto contra la dictadura. La insurrección del 15 de diciembre fracasó, terminando con el fusilamiento de los organizadores y la detención de los participantes.
Ante el descontento generalizado, Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931. Alfonso XIII nombró al almirante Aznar como nuevo presidente. Este gobierno convocó elecciones municipales para el 12 de abril.
Proclamación de la República
El 12 de abril, las elecciones dieron el triunfo a la candidatura republicano-socialista en 41 de 50 capitales de provincia. En el mundo rural, la victoria fue monárquica debido al caciquismo. Alfonso XIII, sin apoyos, partió al exilio. La República llegó en un ambiente festivo, representando las aspiraciones de reformas políticas y sociales.
Ese mismo día, los firmantes del Pacto de San Sebastián constituyeron un gobierno provisional presidido por Alcalá Zamora. Sus miembros representaban a las clases medias, la pequeña burguesía y los líderes obreros socialistas. Quedaron fuera la derecha monárquica, los nacionalistas vascos, comunistas y anarquistas.
La instauración de la República coincidió con la crisis mundial de 1929. El sector más afectado fue el comercio exterior. Las dificultades económicas se debieron a los problemas tradicionales de la economía española. En este contexto, cabe señalar el auge de los fascismos y la crisis de las democracias occidentales.
El Bienio Reformista (1931-1933)
El primer gobierno constitucional, el Bienio Reformista (1931-1933), dirigido por Manuel Azaña, abordó un ambicioso programa de reformas para modernizar y democratizar España. Las primeras disposiciones reformistas tuvieron lugar durante el gobierno provisional.
Constitución de 1931
Tras las elecciones de junio de 1931, se elaboró la Constitución de 1931. Estableció la República, la soberanía popular y un estado integral con autonomías. Recogía una amplia declaración de derechos y libertades, el sufragio universal, la laicidad del Estado, el divorcio, el matrimonio civil y la educación laica, pública, gratuita y obligatoria. Esta Constitución provocó discrepancias entre la izquierda y la derecha.
Reforma Agraria
El proyecto más importante fue la reforma agraria. Más de la mitad del terreno eran latifundios. Se tomaron medidas como la jornada laboral de 8 horas y el seguro de accidentes. La Ley de Bases de la Reforma Agraria (1932) buscaba modernizar la agricultura, asentando campesinos en latifundios expropiados con indemnización. Se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). Las tierras de la nobleza se expropiaron sin indemnización. En la práctica, se llevaron a cabo pocos asentamientos.
Reforma Religiosa
Se desarrollaron medidas secularizadoras para limitar la influencia de la Iglesia. Se reconoció el matrimonio civil, la Ley del Divorcio y se secularizaron los cementerios. Se extinguió el presupuesto del culto, se disolvió la Compañía de Jesús y se les prohibió la docencia. La Ley de Congregaciones (1933) regulaba las actividades de las órdenes religiosas. Estas medidas suscitaron el rechazo de la Iglesia y de sectores conservadores.
Reforma Militar
La reforma militar, asumida por Azaña, pretendía modernizar el ejército. La «Ley de Retiro de la Oficialidad» (1931) redujo el número de oficiales. Se acortó el servicio militar, se cerró la Academia Militar de Zaragoza y se reafirmó la primacía de la autoridad civil. Se creó la Guardia de Asalto. No se modernizó el armamento.
Ordenación Territorial
En 1932, se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña (Estatuto de Nuria). Se rechazó el proyecto vasco (Estatuto de Estella). El Estatuto de Cataluña generó oposición por atentar contra la unidad de España. El Estatuto de Galicia no se aprobó.
Reforma Educativa
La reforma educativa pretendía fomentar una educación liberal, laica y universal, especialmente en el medio rural.