El Espacio Narrativo
Recordemos antes que toda serie de acontecimientos se lleva a cabo en un lugar o lugares determinados. Entendemos por espacio narrativo la reelaboración que el autor hace del lugar donde acontece la historia. El lugar de la acción puede aparecer solamente mencionado o describirse con mayor o menor detalle. Las descripciones de lugar suelen ser fundamentales para crear en la narración un determinado ambiente, que entendemos como el conjunto de circunstancias de todo tipo (espaciales, sociales, psicológicas o derivadas de la acción misma) que envuelven a los personajes y que los condicionan. Así, podemos hablar de narraciones de ambiente urbano o natural, realista o fantástico, popular, burgués o aristocrático, exótico, misterioso, terrorífico, etc.
Paisaje Original
El paisaje es uno de los ingredientes fundamentales de las novelas de Miguel Delibes. Para el novelista, el paisaje no es una mera acotación escénica separada del hecho narrativo, sino que posee una gran relevancia temática y cumple una función integradora, ya que los personajes se reconocen en él y los conflictos y las pasiones tienen casi siempre una referencia al marco en que se producen. Normalmente sitúa la mayoría de sus narraciones en Castilla, y predominan las historias situadas en zonas agrícolas y rurales, con predominio del minifundio (pequeñas parcelas). Sin embargo, el espacio en que Delibes sitúa Los santos inocentes resulta novedoso, ya que los cortijos no son característicos de la región castellana. Aunque esta novela presenta concomitancias con el paisaje rural de otras obras del autor (explotación agrícola, conjunto de viviendas y terreno que las rodea, profusión de animales y plantas), presenta una diferencia fundamental: se trata de un latifundio, propiedad extensa que pertenece a una sola persona. El paisaje se resiente de esta concentración de la propiedad: la jerarquización es más radical; los vínculos que ligan a quienes lo habitan son muy variados; la estructura del paisaje es, por consiguiente, distinta.
Localización Geográfica
Por algunas alusiones en la novela, se trataría de un cortijo situado cerca de la frontera con Portugal. Por otro lado, las explotaciones latifundistas llamadas “cortijos” solo existen, entre las provincias limítrofes con Portugal, en Salamanca, Cáceres, Badajoz y Huelva. Delibes prefiere no concretar el lugar de la acción, aunque es claro que sobrepasa los límites de Castilla. Lo que desea más bien es dibujar la realidad del latifundio, profundizando en su organización social. Al autor no le importa tanto pintar una zona concreta, como reflejar un marco en que insertar de forma creíble las vidas de los hombres que lo pueblan.
El Paisaje del Cortijo
Los elementos que conforman el paisaje del cortijo aparecen minuciosamente descritos, mediante un léxico de gran precisión y profusión de detalles. El autor presta atención, selectivamente, a aquellos elementos que permiten expresar mejor la condición social de las personas o muestran los vínculos afectivos entre los hombres y la naturaleza. El cortijo presenta dos zonas claramente diferenciadas:
- Un gran espacio natural: es una gran extensión de terreno, tanto que para proteger sus lindes necesita un grupo de guardas. Es una tierra de labor, pero explotada caprichosamente.
- Una zona de viviendas: donde transcurre gran parte de la narración. En la novela aparecen diferentes detalles que permiten diseñar su configuración: es una zona cerrada, protegida por una tapia y un portón.
A este respecto, se puede destacar que:
- El paisaje del cortijo tiene valor por sí mismo, transmite una fuerte impresión de realidad y se constituye en fuente de conocimiento de un modo de vida peculiar.
- Es factor imprescindible para dotar a los episodios de cohesión. Es un gran escenario por el que discurren los personajes y es el elemento que traba el aparente desorden de los episodios.
- Revela la estructura jerárquica del latifundio. Cada elemento del paisaje refiere las diferencias sociales de los seres que transitan por él.
- Expresa una doble actitud del hombre ante la naturaleza. Los inocentes se hallan integrados en él, mientras los señoritos lo degradan con sus abusos.