El español en hispanoamerica


5. EL ESPAÑOL EN EL MUNDO. EL ESPAÑOL DE AMÉRICA

Como consecuencia de su expansión en diferentes periodos históricos, el español ha llegado a ser una de las lenguas con mayor número de hablantes en el mundo. Se calcula que hoy en día es la legua materna de 400 millones de personas; es la lengua oficial en España y en otros veinte países: diecinueve en el continente americano y en Guinea Ecuatorial en África. También es lengua oficial en organismos internacionales como la ONU o la UE.

La expansión de la lengua  española se produce históricamente en tres fases fundamentales:


Entre los siglos XI y XIV se extiende hacia el sur de la península ibérica; ocupa lo que hoy son Castilla la Mancha, Andalucía, Murcia y Extremadura, y limita las posibilidades de expansión del catalán, el gallego, el leónés y el Aragónés.

A partir del descubrimiento de América, el español se extiende por casi toda Sudamérica y Centroamérica (con la excepción de Brasil, de colonización portuguesa) y por parte de Norteamérica. Se impone como lengua común del continente frente a la diversidad de lenguas indígenas que existían antes de la llegada de los colonizadores.

Durante los siglos XVI al XVIII, España amplió sus territorio en Europa, Asía y África. Hoy en día solo quedan algunos restos de ese momento de máxima extensión: el español se conserva en lugares tan distantes como Guinea, Filipinas o Israel.

Llamamos español de América a la variedad dialectal del castellano que se habla en ese continente. Es fruto del asentamiento de españoles en las nuevas tierras descubiertas por Colón en 1492 y colonizadas en un largo proceso que abarca varios siglos.

Desde las islas del Caribe, el español se extiende con rapidez por todo el continente. Para ello es fundamental la labor de la Iglesia que, a la vez que difunde el evangelio, divulga el castellano y aprende y utiliza las lenguas indígenas. En el Siglo XVIII, el español ya ha llegado a su máxima extensión y es una lengua de la Administración, la cultura y la enseñanza. Con la independencia de los países americanos en el Siglo XIX, el español no pierde importancia, sino que las clases dirigentes criollas lo convierten en el idioma oficial de los nuevos países.

El español que, sobre todo durante el Siglo XVI, se propaga por todo el continente tiene unas carácterísticas peculiares que responden a diversos factores:

Influencia de las lenguas indígenas (sustrato): los misioneros a su llegada encontraron gran variedad de lenguas indígenas, por lo que se vieron obligados a adoptar una lengua auxiliar que facilitar la evangelización. La llamaron lengua general indígena y era la correspondiente al pueblo dominador en cada zona antes de la llegada de los españoles: el quechua en el Imperio inca, el náhuatl en el azteca, el chibcha en la parte norte y el guaraní en el sur. Estas lenguas pervivieron hasta que en el Siglo XVIII se expulsa a los jesuitas del territorio americano y se obliga  a los nativos a aprender el español.

Procedencia de los colonizadores: entre los españoles que llegaron a América en los primeros años de colonización era muy alto el porcentaje de andaluces y extremeños. Además, los españoles de las otras regiones pasaban un largo tiempo, a menudo años, en Sevilla o las Islas Canarias en espera de autorización y de una expedición en la que embarcarse. Estos factores explican las similitudes entre los rasgos de los dialectos meridionales de España y los del español americano.

En la actualidad, el español es lengua oficial en Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, México, Cuba y República Dominicana; lengua cooficial en Perú (junto al quechua), Paraguay (junto al guaraní) y Puerto Rico (estado libre asociado a los EEUU, cooficial con el inglés); es una lengua muy extendida, aunque no oficial, en los estados del sur de los EEUU (California, Texas, Florida, Arizona, Nuevo México) y en grandes urbes como Chicago o Nueva York.

El español de América no presenta grandes diferencias regionales, lo que en parte se debe a que las clases cultas de todo el continente mantuvieron cierta uniformidad cultural. Por eso, hay una serie de rasgos lingüísticos bastante generalizados. Algunos coinciden con los rasgos de los dialectos meridionales peninsulares.

Rasgos fónicos:
seseo
(confusión del fonema /z/ con el /s/, corasón), yeísmo (pronunciación de ll como y: yanto por llanto, cambio de l por r  (arma por alma), aspiración del sonido /x/ (hiho por hijo), aspiración y pérdida de /s/ al final de palabra y de sílaba (niñoh por niños).

Rasgos morfosintácticos: entre los rasgos morfológicos más importantes están: el voseo, que consiste en el uso del pronombre vos para el tratamiento de confianza en lugar de tú. Se emplea con la segunda persona y su uso se remonta a los tiempos de la conquista y colonización de América. Procede del vos que se empleó en España hasta el Siglo XVI. El uso del voseo conlleva unas formas verbales diferentes en el presente de indicativo y en el imperativo: vos querés. En el plural, el pronombre de confianza es ustedes. Tendencia al uso del pretérito perfecto simple frente al pretérito perfecto compuesto (¿viste?). Desde el punto de vista sintáctico destaca el orden peculiar de las palabras en algunos usos concreto (no te pido más nada).

Rasgos léxicos: uso de palabras propias de las lenguas precolombinas (choclo=maíz; chúcaro=rebelde; cacle=sandalia); uso de arcaísmos, muchas palabras que tuvieron vigencia en el español del Siglo XVI perviven en América (agonía por fatiga, lindo por bonito, recámara por habitación); incorporación de anglicismos y neologismo (carro por coche, chance por oportunidad, rentar por alquilar, bachillerarse con el significado de graduarse tras el bachillerato). En el español de América se emplean determinadas palabras con un significado muy diferente del que tienen en España (manejar por conducir un coche, galleta por atasco de tráfico, saco por chaqueta,…)

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