¡Escribe tu texto aquí!Cuando
El Amor es
ODIO
Hombres que odian a las mujeres
Y mujeres que siguen amándolos
Susan Forward
Grijalbo
Cuando el amor es odio Susan Forward
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CUANDO EL AMOR ES ODIO
Hombres que odian a las mujeres y mujeres que siguen amándolos
Ti’tulo original en ingles: Men Who Hate Women
And The Women Who Love Them
Traducción: Mana I. Guastavino,
De la primers edición de
Bantam Books, Inc.
Nueva York, 1986
©1986, Susan Forward y Joan Torres
©1987, Ediciones Grijalbo, S.A. Arago, 385, Barcelona
D.R.© 1993 por EDITORIAL GRIJALBO, S.A. De C.V
Calz. San Bartolo Naucalpan num. 282
Argentina Poniente 11230
Miguel Hidalgo, México, D F
Este libro no puede ser reproducido, total o parcialmente, sin autorización escrita del editor.
ISBN 970-05-0200-7
IMPRESO EN México
Cuando el amor es odio Susan Forward
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Para Wendy y Matt
Cuando el amor es odio Susan Forward
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Indice
Agradecimientos
A modo de introduction personal
Primera parte
LOS HOMBRES QUE ODIAN A LAS MUJERES
1. El hombre más ROMántico del mundo
2. El fin de la luna de miel
3. Las armas con que él se asegura el control
4. Los territorios donde él se asegura el control
5. Lo que mantiene «enganchadas» a las mujeres
6. Cómo llegan los hombres a odiar a las mujeres
7. Cómo llegan las mujeres a amar a quienes las odian
8. Locura para dos
Segunda parte
LAS MUJERES QUE SIGUEN AMÁNDOLOS
9. ¿Qué tal te sientes?
10.Preparándose para el cambio
11. Cómo se cura el pasado
12. Cómo asumir tu enojo
13. Cómo poner límites a tu compañero
14. Cómo conseguir ayuda profesional
15. Hay que saber abandonar: la ruptura
16. Para reencontrarte contigo misma
Bibliografía
Cuando el amor es odio Susan Forward
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Agradecimientos
Hay varias personas que, por su dedicación y por el apoyo que me han brindado, han contribuido en gran
Medida a la elaboración de este libro.
Mi hábil colaboradora Joan Torres dio forma a mis ideas y a mi pasión por contar lo que aquí se recoge.
Dorris Gathrid, Don Weisberg y Larry Goldman prestaron su concurso para dar coherencia al material
Reunido.
Dos amigas y colegas a quienes aprecio mucho, Nina Miller y Arlene Drake, aportaron con gran generosidad
Su tiempo y su experiencia, por lo que se han hecho acreedoras a mi permanente gratitud.
Mi asesora editorial, Toni Burbank, implacable en sus exigencias perfeccionistas, me apoyo y estimulo cada
Vez —y fueron muchas— que lo necesite.
Respecto de los amigos y clientes que me proporcionaron el material de los casos, debo respetar el
Anonimato, pero agradezco profundamente el valor y la buena disposición que demostraron al prestarse a
Compartir sus experiencias.
Por último, mi más sincero reconocimiento a los mile s de mujeres que me han escrito o que han telefoneado a
Mi programa radiofónico. Sus palabras me han conmovido hondamente.
Este libro pertenece a todos ellos.
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A modo de introducción personal
Nadie que este en su sano juicio se quedará con alguien que este como yo estoy. Si Jeff lo hace, es solo
Porque me ama.
La primera vez que vino a verme, Nancy tenía un exceso de peso de 27 kilos y una úlcera. Se presentó con
Unos viejos tejanos con rodilleras y una camisa informe; tenía el pelo descuidado, las uñas comidas hasta sacarse
Sangre y le temblaban las manos. Cuatro años antes, cuando se caso con Jeff, era la coordinadora de modas de
Uno de los principales grandes almacenes de Los Ángeles. Parte de su trabajo consistía en viajar por Europa y
Oriente, encargada de seleccionar prendas de vestir para el establecimiento. Ella misma se había vestido siempre
A la última moda y salía con hombres fascinantes; había sido el centro de varios artículos periodísticos sobre las
Mujeres que triunfan en la zona de Los Ángeles, y todo eso lo había logrado antes de cumplir los 30 años. Sin
Embargo, cuando yo la vi por primera vez, a los 34, se sentía tan avergonzada de su aspecto y tenia una opinión
Tan pobre de sí misma, que apenas salía de casa.
Aparentemente, su autoestima había comenzado a desvanecerse cuando se caso con Jeff; sin embargo, a mis
Preguntas sobre su marido, Nancy respondíó con una larga lista de superlativos.
Es un hombre maravilloso, encantador, divertido y dinámico. Siempre tiene pequeñas atenciones conmigo…
Me envió flores para conmemorar el aniversario de la primera noche que hicimos el amor. El año pasado, para
Mi cumpleaños, me sorprendíó con dos billetes para unas vacaciones en Italia.
Nancy me contó que Jeff, pese a lo ocupado que estaba con su profesión de abogado, siempre encontraba
Tiempo para estar con ella y que, a pesar de su apariencia actual, seguía queriendo que Nancy lo acompañara en
Todos sus compromisos y cenas de negocios.
A mi solía encantarme salir con él y con sus clientes, porque aun íbamos tomados de la mano, como unos
Colegiales. Por él soy la envidia de todas mis amigas. «Tu si que tuviste suerte, Nancy», me dijo una de ellas. Y
Yo sé que es así, pero fíJesé en mí! No entiendo que ha pasado para que me sienta siempre tan deprimida. Tengo
Que rehacerme de alguna manera, porque si no, terminare por perderlo. Un hombre como Jeff no tiene por qué
Andar por ahí cargando con una mujer como yo. Él puede tener las mujeres que quiera, incluso estrellas de
Cine. Ya tengo suerte de que me haya aguantado tanto tiempo.
Mientras escuchaba a Nancy y observaba su aspecto, yo pensaba: «En esta imagen hay algo que no cuadra».
Advertía una contradicción básica en todo aquello. ¿Por qué una mujer tan competente y eficaz podía quedar
Hecha polvo a causa de una relación amorosa? ¿Qué le había sucedido a Nancy durante sus cuatro años de
Matrimonio para que se operase un cambio tan notable no sólo en su aspecto, sino en su autoestima?
La insté a que me siguiera hablando de su relación con Jeff, y poco a poco fue apareciendo un cuadro más
Completo.
Creo que lo único que realmente me preocupa de él es la facilidad con que pierde los estribos.
—¿Qué quieres decir con «perder los estribos»? —le pregunté, y ella soltó una risita.
Que hace lo que yo llamo «su imitació n de King Kong», vociferando y armando mucho escándalo. Y a veces
Me obliga a callar, como la otra noche, cuando estábamos cenando con unos amigos. Él estaba hablando de
Una obra de teatro, y cuando yo intervine me cortó en seco, diciéndome que me callara. «No le prestéis
Atención, siempre está soltando alguna estupidez», les dijo después a nuestros amigos. Yo me quedé tan
Humillada que hubiera querido hundirme en el asiento, y después apenas pude tragar bocado.
Nancy se puso a llorar al evocar diversas escenas humillantes en que Jeff la había tratado de estúpida, egoísta
O desconsiderada. Cuando se enfurecía, su marido le gritaba, daba portazos y arrojaba objetos.
Cuanto más interrogaba yo a Nancy, con más claridad veía el cuadro general. Me hallaba frente a una mujer
Que trataba desesperadamente de encontrar la manera de complacer a un marido que tan pronto se mostraba
Colérico y atemorizador como fascinante. Nancy contó que con frecuencia se quedaba dormida mucho después
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Que él, sintiendo que la crueldad de sus palabras seguía hiriéndole los oídos. Durante el día, y sin razón aparente,
Tenía ataques de llanto.
La insistencia de Jeff hizo que Nancy dejara su trabajo cuando se casaron, y ahora se sentía incapaz de
Reiniciar su carrera. Así lo exprésó ella:
Ahora no me animaría siquiera a afrontar una entrevista, y mucho menos un viaje de compras. Ya no me
Siento capaz de tomar decisiones, porque he perdido la confianza en mí misma.
En el matrimonio, Jeff tomaba todas las decisiones, e insistía en controlar hasta el último detalle de todos los
Aspectos de la vida de la pareja.
Verificaba todos los gastos, escogía a las personas con quienes manténían
Contacto social, e incluso tomaba decisiones referentes a lo que debía hacer Nancy mientras él estaba en su
Trabajo. La ridiculizaba si ella manifestaba cualquier opinión que difiriese de las suyas, y cuando algo le
Disgustaba, le gritaba, incluso en público. La mínima desviación, por parte de ella, del derrotero que él había
Establecido para ambos originaba escenas espantosas.
Advertí a Nancy que tendríamos que trabajar mucho, pero le aseguré que empezaría a sentirse menos
Abrumada. Le dije que estudiaríamos con ánimo crítico su relación con Jeff, y que en realidad conservaba la
Confianza en sí misma que ella creía haber perdido; sólo estaba puesta donde no correspondía. Entre las dos
Terminaríamos por recuperarla. Al concluir nuestra primera sesíón, Nancy se sentía un poco más firme y menos
Perdida, pero la que empezaba a vacilar era yo.
El relato de Nancy me había afectado muy profundamente. Yo sabía que, como terapeuta, mis reacciones
Hacia un cliente eran instrumentos muy importantes. Establecer relaciones emocionales con las personas con
Quienes trabajo me ayuda a comprender antes cómo se sienten. Pero en este caso había algo más. Cuando Nancy
Salíó de mi despacho, me sentí muy incómoda. No era la primera vez que una mujer acudía a mí con ese tipo de
Problema, ni tampoco la primera vez que mi reacción había sido tan intensa. Ya no podía seguir negando que lo
Que me afectaba era el hecho de que la situación de Nancy estuviera tan próxima a la mía.
En lo exterior, yo parecía segura y realizada, una mujer que realmente lo tenía todo. Durante el día, en mi
Despacho del hospital y en la clínica donde ejercía, trabajaba con la gente, ayudándole a consolidar su confianza
Y a recuperar su propia fuerza. Pero en casa era otra historia. Como el de Nancy, mi marido era encantador,
Atractivo y ROMántico, y yo me había enamorado locamente de él casi tan pronto como nos conocimos. Pero no
Tardé en descubrir que albergaba dentro de sí mucha cólera, y que tenía el poder de hacerme sentir pequeña y
Fuera de lugar, hasta el punto de desequilibrarme. Insistía en llevar él el control de todo lo que yo hacía, creía y
Sentía.
La terapeuta Susan bien podía decirle a Nancy que el comportamiento de su marido no parecía muy amoroso,
Sino que más bien daba la impresión de que translucía mucha violencia psicológica, pero ¿qué me decía yo a mí
Misma? La Susan que por las noches regresaba a su casa se retorcía hasta hacerse un nudo en el intento de evitar
Que su marido le gritase. Era la Susan que seguía repitiéndose que él era un hombre maravilloso, que estar con él
Resultaba fascinante y que, desde luego, si algo andaba mal, la culpa debía de recaer sobre ella.
Durante los meses siguientes, estudié con más atención lo que estaba sucediendo en mi propio matrimonio y
En las relaciones de aquellas clientas que, al parecer, se encontraban en situaciones similares. ¿Qué sucedía
Realmente en esos casos? ¿Cuáles eran las pautas? Aunque por lo general eran las mujeres las que buscaban mi
Ayuda, a mí me llamaba la atención el comportamiento de los hombres. Tal como sus mujeres los describían, con
Frecuencia eran encantadores, e incluso afectuosos, pero siempre capaces de cambiar de actitud en un abrir y
Cerrar de ojos, para comportarse de un modo cruel, crítico e insultante. Su forma de proceder iba desde la
Evidente intimidación y las amenazas hasta ataques más sutiles y encubiertos, en forma de humillaciones
Constantes o críticas destructivas. Fuera cual fuere el estilo, los resultados eran los mismos. El hombre manténía
El control haciendo polvo a la mujer. Además, esos hombres se negaban a asumir responsabilidad alguna por el
Sufrimiento que sus agresiones ocasionaban a su pareja. Culpaban, en cambio, a su mujer —o a su amante— de
Todos los sucesos desagradables, del primero al último.
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Yo sabía, por mi experiencia en el trabajo con parejas, que todo matrimonio tiene dos caras. Sin embargo, es
Fácil que los terapeutas nos sobreidentifiquemos con el cliente cuando no conocemos más que una versión de
Cada caso.
Indudablemente, ambos miembros de la pareja contribuyen al conflicto y a la tormenta que pueda abatirse
Sobre una relación. Pero una vez que empecé a ver en sesiones de asesoramiento [counseling] a los compañeros
De algunas de mis clientas, caí en la cuenta de que ellos no sufrían tanto como las hacían sufrir a ellas, ni mucho
Menos. Eran las mujeres quienes sufrían. Todas ellas padecían una grave pérdida de autoestima, y muchas tenían
Además otros síntomas y reacciones. Nancy padecía úlceras, le sobraba peso y había descuidado completamente
Su aspecto; otras tenían problemas graves de abuso de alcohol y de otras drogas, sufrían migrañas, problemas
Gastrointestinales o trastornos del apetito y del sueño. Era frecuente que su eficiencia laboral se hubiera
Resentido, y que carreras prometedoras en su momento estuvieran abandonadas. Mujeres que conocieron el éxito
Y se mostraron competentes dudaban ahora de sus habilidades y de su capacidad de juicio. Con frecuencia
Alarmante, sufrían ataques de llanto y de angustia, y caían en profundas depresiones. En todos los casos, esos
Problemas empezaron a manifestarse durante la relación o el matrimonio.
Cuando me di cuenta de que en estas relaciones se podía advertir una pauta muy nítida, comencé a analizar el
Asunto con mis colegas. Todos estaban familiarizados con el tipo de hombre que yo describía: cada uno de ellos
Había tratado a mujeres que estuvieron enamoradas de hombres que respondían a la descripción que yo les daba,
Se casaron con ellos o bien eran sus hijas. Lo que me parecía más sorprendente era que, si bien el tipo de
Comportamiento nos resultaba tan familiar, todavía no hubiera dado nadie una descripción exhaustiva de él.
Llegada a este punto, me puse a revisar la bibliografía psicológica. Dada la falta de sensibilidad del hombre
Para el dolor que causaba en su pareja, empecé por repasar los trastornos del carácter. Las personas que padecen
Tales trastornos tienen poca capacidad para experimentar sentimientos de culpa, remordimiento o angustia, es
Decir, emociones ciertamente incómodas pero necesarias, fruto de nuestras interacciones morales y éticas con el
Resto de la gente.
Yo sabía que se reconocen dos tipos principales de trastornos del carácter. Primero están los narcisistas,
Personas totalmente obsesionadas por sí mismas. Los narcisistas tienden a establecer relaciones con el fin
Primordial de sentir confirmada su condición de seres muy especiales. Es frecuente que los hombres que entran
En esta categoría revoloteen de una relación a otra en busca de amor y admiración. «Peter Pan» y «Don Juan»
Son nombres familiares para ese tipo de hombres, a quienes se califica de «seres que no pueden amar».
Pero los hombres con quienes mis clientas manténían relaciones eran diferentes. Daban la impresión de amar
Intensamente, y en muchos casos se manténían fieles durante largo tiempo a su pareja. Además, su necesidad
Primaria difería de la del narcisista, en cuanto parecía más bien una necesidad de control que de admiración.
En el otro polo del espectro de los trastornos del carácter, estaban los sociópatas más extremos y peligrosos,
Es decir, personas que crean un torbellino caótico en su vida, usando y explotando a cualquiera que se ponga en
Su órbita. La mentira y el engaño constituyen su segunda naturaleza. Entre ellas se encuentran desde delincuentes
Comunes hasta profesionales destacados y de éxito, permanentemente comprometidos en delitos de guante
Blanco. El rasgo más asombroso de los sociópatas es su total carencia de conciencia moral.
Pero, con frecuencia, el hombre que yo intentaba definir era sin duda responsable y competente en sus tratos
Sociales. Su comportamiento destructivo no estaba generalizado, como el del sociópata, sino —de hecho— muy
Focalizado. Lamentablemente, se centraba de forma casi exclusiva en su pareja.
Como armas, se valía de sus palabras y de sus estados de ánimo. Si bien no mostraba tendencia a la violencia
Física con la mujer que compartía su vida, la demolía sistemáticamente mediante un vapuleo psicológico que, en
última instancia, desde el punto de vista emocional, es tan devastador como la propia violencia física.
Me pregunté después si esos hombres obténían algún tipo de placer perverso del dolor y el sufrimiento que
Provocaban a sus parejas. ¿No serían, en realidad, sádicos? Después de todo, muchas personas con quienes
Comentaba lo que iba descubriendo me aseguraban que las mujeres que se enredaban con hombres así eran
Masoquistas clásicas, «de libro de texto». Eso me irritaba, porque yo sabía que tachar de masoquistas —es decir,
De buscadoras del dolor, porque disfrutan con él— a las mujeres que participan en relaciones enfermizas ha sido
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Durante mucho tiempo la práctica estándar en mi profesión y en nuestra cultura. Se trata de un intento muy
Cómodo, pero sumamente peligroso, de explicar por qué muchas mujeres caen en un comportamiento de
Abnegación y sumisión en sus relaciones con los hombres. De hecho, las mujeres aprenden desde muy temprano
Ese comportamiento, y por él se las elogia y recompensa. La paradoja reside en que los comportamientos que
Hacen de una mujer un ser vulnerable a los malos tratos son los mismos que le han enseñado como femeninos y
Dignos de amor. El concepto de masoquismo es especialmente peligroso porque sirve para justificar la agresión
Contra las mujeres, en cuanto confirma que «eso es lo que realmente quieren ellas».
A medida que continuaba hablando con las parejas que atendía, me di cuenta de que no se les podía aplicar
Ninguno de esos términos. Más que obtener placer emocional o sexual del sufrimiento de su pareja, que es lo que
Hace el sádico, al hombre que yo intentaba definir le enfurecía el dolor de su pareja y le hacía sentir amenazado.
Y la mujer tenía tan poco de masoquista como de sádico el hombre. Del tratamiento abusivo a que la sometía su
Compañero no obténía ningún placer oculto, fuera éste sexual o emocional. En cambio, la situación la
Desmoralizaba gravemente. Una vez más, me encontré con que la terminología y las categorías psicológicas
Habituales no eran adecuadas para la descripción de lo que estaba yo viendo en tales relaciones. El hombre que
Yo intentaba definir resultaba desconocido en la bibliografía.
No era inequívocamente un sociópata, un narcisista ni un sádico, por más que con frecuencia algunos de esos
Elementos se hallaran presentes en su carácter. La diferencia más llamativa entre este hombre y los que sí
Figuraban en la bibliografía psicológica, residía en su capacidad de comprometerse en una relación duradera con
Una sola mujer. Es más: su amor parecía especialmente ardoroso e intenso. Lo trágico era que hiciese todo lo
Posible por destruir a la mujer que decía amar tanto.
Como terapeuta, sé que decir «te amo» no define necesariamente lo que está sucediendo en una relación. Sé
Que la realidad no la definen las palabras, sino el comportamiento. Mientras escuchaba a mis clientas, yo seguía
Preguntándome si era esa la forma en que uno trata a un ser a quien realmente ama. ¿No es esa, más bien, la
Forma en que se trata a alguien a quien se odia?
Récordé una palabra griega que significa “el que odia a las mujeres”: misógino (de miso, que significa
“odiar” y gyné que significa “mujer”). Aunque hace cientos de años que la palabra forma parte del lenguaje, en
General se usa para referirse a asesinos, violadores y otros sujetos que actúan violentamente contra las mujeres.
Se trataba, desde luego, de misóginos en el peor sentido de la palabra. Pero yo estaba convencida de que los
Hombres a quienes estaba empeñada en definir también eran misóginos, sólo que diferían de aquellos desalmados
En su elección de las armas.
Cuanto más iba sabiendo de los misóginos y de sus relaciones, más aprendía no sólo de mis pacientes, sino
Sobre mi marido y yo y acerca de nuestra relación. Para entonces, mi situación en casa se había vuelto
Sumamente tensa. Al término de cada día, me descubría inventando refinadas excusas para no tener que dejar el
Trabajo. Mis hijos estaban sufriendo el estrés de la situación, y mi autoestima no podía haber caído más bajo. De
Hecho, si hubiera dispuesto de bibliografía sobre relaciones misóginas, mi marido y yo habríamos figurado como
Un caso clásico. Para él era culpa mía si cualquier cosa andaba mal. Me responsabilizaba de todo, desde sus
Problemas de negocios hasta de que no le hubieran limpiado bien los zapatos. Aunque en aquel momento mi
Trabajo fuera nuestra principal fuente de ingresos, con frecuencia él se burlaba de la profesión terapéÚtica en
General y de mí en particular.
Cuanto más me tachaba de egoísta y desconsiderada, más me esforzaba yo por apaciguarlo disculpándome,
Capitulando o retardando deliberadamente todo progreso en mi carrera. Al comienzo de nuestro matrimonio, yo
Era una persona alegre y enérgica; en ese momento, catorce años después, estaba angustiada y frecuentemente
Me sentía al borde de las lágrimas. Me conducía de maneras que yo misma no podía tolerar, fastidiándolo e
Interrogándolo constantemente, o retrayéndome en un silencio hosco y colérico, en vez de afrontar directamente
Los sentimientos que me provocaba nuestra relación.
Entonces se produjo un incidente que, para mí, fue decisivo. Yo había empezado a especializarme en el
Trabajo con adultos que, en su infancia habían sido víctimas de abusos sexuales, y mi persistencia en que el
Público cobrara conciencia de este problema había empezado a llamar la atención. Finalmente, llegó el contrato
Por mi primer libro: La inocencia traicionada: el incesto y sus estragos. Ese día corrí a casa, deseosa de
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Compartir con mi marido mi emoción y mi alegría. Pero tan pronto como entré caí en la cuenta de que él tenía
Uno de sus días malos. Como sabía que mi buena noticia sólo iba a intensificar sus frustraciones, me fui a la
Cocina sin decir una palabra del libro, me serví un vaso de vino y lo celebré con un brindis en solitario. En vez de
Compartir mi júbilo con el hombre que tanto significaba para mí, tuve que esconderme por temor a que él se
Alterase.
Entonces me di cuenta de que algo andaba tremendamente mal. Comprendí que —como las parejas que yo
Estaba atendiendo— mi marido y yo necesitábamos ayuda exterior para resolver nuestros problemas. Sin
Embargo, él no estaba dispuesto a analizar ni su comportamiento, ni nuestra relación. Por último, llegué a la
Dolorosa conclusión de que no podía seguir manteniendo ese matrimonio sin renunciar totalmente a mí misma.
El duelo por una pérdida tan terrible se prolongó mucho tiempo, pero al mismo tiempo iba sucedíéndome
Algo más. Descubrí en mí misma una reserva enorme de creatividad y energía, hasta el momento
Desaprovechadas. Mi vida profesional no tardó en experimentar un alza espectacular: se publicó mi libro, mi
Consulta se ampliaba y llegué a tener mi propio programa de radio, de ámbito nacional y con recepción de
Llamadas tele fónicas. Me encontré tratando, en medida creciente, y tanto por la radio como en mi despacho, con
El mismo tipo de violencia psicológica que yo había experimentado en mi matrimonio. Me llamaban mujeres que
Venían manteniendo ese tipo de relaciones durante períodos que iban desde unos pocos meses a medio siglo. Con
Frecuencia, después de que me hubieran descrito unos pocos incidentes significativos, yo les hacía las siguientes
Preguntas referentes a sus relaciones:
—¿Se arroga él el derecho de controlar la forma en que usted vive y se conduce?
—Para mantenerlo feliz, ¿usted ha renunciado a personas o actividades que eran importantes en su vida?
—¿Desvaloriza él las opiniones, los sentimientos y los logros de usted?
—Cuando usted hace algo que le disgusta, ¿vocifera, la amenaza o se refugia en un silencio colérico?
—¿Tiene usted que «mirar dónde pisa» y estar ensayando lo que le dirá para que él no se enfade?
—¿La confunde cambiando del más dulce encanto a la cólera sin que nada lo haga suponer?
—¿Se siente usted con frecuencia perpleja, desorientada o fuera de lugar cuando está con él?
—¿Es sumamente celoso y posesivo?
—¿Le echa a usted la culpa de todo lo que funciona mal en la relación?
Si respondían con un «sí» a la mayoría de mis preguntas, ya estaba segura de que se trataba de una relación
Con un misógino. Y una vez les había explicado lo que estaba sucediendo en su vida, incluso a través del
Teléfono se podía percibir el alivio que experimentaban.
Convencida de que había descubierto un trastorno psicológico importante, decidí sondear un poco más las
Aguas hablando del tema en el A.M. Los Ángeles, un programa matutino de la televisión. En él describí las
Tácticas y los comportamientos de un misógino típico.
Tan pronto como terminé, varias de las mujeres que integraban el personal del programa corrieron hacia mí y
Me rodearon. Todas ellas habían tenido alguna experiencia personal íntima con ese tipo de hombre. Al día
Siguiente, la cadena de televisión me informó que mi intervención había provocado un alud de lamadas
Telefónicas como casi nunca había tenido.
No pasó mucho tiempo sin que yo volviera a aparecer en otro programa, esta vez en Boston. En esa ocasión
Dediqué una hora entera al tema, y la respuesta fue aún más impresionante. Cuando empezaron a lloverme cartas
De todas partes, me di cuenta de que había acertado con un punto neurálgico. El sentimiento de urgencia que
Transmitían las cartas era enorme. Las mujeres querían saber dónde podían conseguir un libro sobre el tema de la
Misoginia: querían saber más.
Las mujeres que me escribieron para relatarme su historia me conmovieron profundamente. Necesitaban que
Las tranquilizaran, asegurándoles que lo que habían estado sintiendo en sus relaciones no era simple «locura».
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Necesitaban saber que no eran solamente «ellas», sino que había otras personas que las entendían, que no
Querían definirlas en los mismos términos negativos que usaban sus compañeros.
Sus reacciones vinieron a reafirmarme en la idea de que reconocer, clarificar y comprender lo que está
Sucediendo con tales relaciones puede representar un tremendo alivio de la presión aplastante de la
Autoinculpación. Supe entonces que tenía que escribir este libro, no sólo para ayudar a las mujeres a entender lo
Que estaba sucedíéndoles, sino también para que supieran lo que podían hacer al respecto.
Antes de que ninguno de nosotros pueda cambiar una relación, es necesario que entendamos lo que está
Sucediendo en ella. Pero con entender no basta. Tomado aisladamente, entender es un ejercicio intelectual. Para
Que nuestra vida y nuestras relaciones cambien, es necesario hacer algo diferente; no basta con pensar de manera
Distinta.
A fin de ayudar a mis lectoras, he dividido el libro en dos partes. En la primera describo cómo funcionan las
Relaciones que nos ocupan y por qué. Exploro todos los aspectos de la interacción, desde la emoción y el
Romanticismo del comienzo hasta la confusión y el dolor que termina por experimentar cualquier mujer
Enamorada de un misógino. Me ocupo después de los hombres y por qué llegaron a conducirse como lo hacen, y
Considero también cómo y por qué las mujeres acaban aceptando el trato que ellos les dispensan.
Entretanto, presentaré varias parejas que han pasado por mi consulta, y seguiremos la trayectoria de algunas
De ellas a lo largo del libro. Como es natural, todos los nombres, y cualquier carácterística que pudiera permitir
Su identificación, han sido cambiados para salvaguardar su intimidad. Pero tanto las situaciones que atravesaron
Como las palabras que usaron para describirlas han sido descritas con la mayor exactitud posible.
En la segunda parte del libro propongo una serie de técnicas de comportamiento eficaces que he
Perfeccionado durante los últimos años, y que pueden ser de mucha utilidad para introducir importantes cambios
En la relación de las lectoras consigo mismas y con su pareja. Estas técnicas les ayudarán a protegerse y hacerse
Valer mejor, a ser más eficaces y a sentirse menos vulnerables a la manipulación, confusión y pérdida de
Confianza en sí mismas que siempre son el resultado de la asociación con un misógino.
Se que en este libro hay material que puede suscitar intensos sentimientos en mis lectoras, Tanto si
Actualmente mantienen relación con un misógino, como si están recuperándose de una relación pasada o les
Preocupa la posibilidad de ser vulnerables a ellas en el futuro. Aunque no pueda acompañarlas personalmente al
Emprender este viaje, quiero hacerles saber que a lo largo del camino contaran con todo mi respeto, mi cariño y
Mi cordial estímulo.
El matrimonio y la familia
Primera parte
LOS HOMBRES QUE ODIAN
A LAS MUJERES
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1
El hombre más ROMántico del mundo
Hay un estilo de enamoramiento apabullante: el flechazo. Tú lo ves desde el otro lado de una habitación
Atestada de gente, vuestros ojos se encuentran y a ti te inunda ese estremecimiento. Cuando él está cerca de ti
Empiezan a sudarte las manos; el corazón se te acelera; parece que todo cobrara vida en tu cuerpo. Es el sueño de
La felicidad, de la realización sexual, de la plenitud. Ese es el hombre que sabrá apreciarte y comprenderte. Sólo
Estar junto a él es emocionante, maravilloso. Y cuando todo eso sucede, arrasa contigo. Es lo que solemos llamar
Amor ROMántico.
Cuando conocíó a Jim, Rosalind tenía 45 años. Es una mujer llamativa, alta, de cabello castaño rojizo y figura
Esbelta, que se esmera en conservar. Viste con un estilo muy personal que realza su estatura y pone de relieve su
Gusto artístico. Es dueña de una tienda de antigüedades y se destaca como tratante, coleccionista y experta en su
Especialidad, el arte publicitario. Rosalind ha estado casada en dos ocasiones, y tiene un hijo ya adulto. Le
Interesaba conocer a Jim porque había oído hablar mucho de él a amigos comunes, que finalmente la llevaron a
Oírle tocar con un grupo local de jazz. Después, cuando fueron todos a beber una copa, Rosalind se sintió muy
Atraída por Jim, tan alto, moreno y apuesto.
Jim y yo sentimos una gran atracción. Hablamos de niños y de música. Me contó que había estado casado y
Que sus dos hijos vivían con él; eso me impresiónó. Se interésó por lo que yo le contaba de mi tienda de
Antigüedades, porque le interesaba la ebanistería y, consiguientemente, el mercado en general. Me preguntó si
Podía volver a verme la noche siguiente. Cuando nos presentaron la cuenta advertí que no tenía mucho dinero y
Le sugerí la posibilidad de que para nuestro próximo encuentro cenáramos en casa. Me cogíó la mano, me la
Oprimíó y, durante un momento, sus ojos se detuvieron en los míos y sentí lo agradecido que estaba de que yo
Entendiera su situación.
Al día siguiente pensé constantemente en él, y por la noche, cuando llegó, fue maravilloso. Como soy una
ROMántica incurable, después de cenar puse la música de Nace una estrella, y henos ahí bailando al compás de
Ella en la sala de estar; él me lleva estrechamente abrazada y yo siento que todo el mundo da vueltas a mi
Alrededor. Aquí hay un hombre a quien de verdad le gusto, que es fuerte, que está dispuesto a que construyamos
Juntos una relación. Todo eso es lo que me pasa por la cabeza mientras siento que floto con él, a la deriva; es
Maravilloso. Fue lo más ROMántico que me hubiera sucedido jamás.
Jim tenía 36 años cuando conocíó a Rosalind, y se sintió tan embriagado como ella por el romance; ella era la
Mujer que durante toda su vida había buscado. Él me dijo más adelante:
Era hermosa, con una figura estupenda. Tenía su propio negocio y, ella sola, lo llevaba espléndidamente
Bien. Había criado a su hijo y, al parecer, lo había criado bien. Yo jamás había conocido a nadie como ella. Era
Cordial y alegre, se interesaba con entusiasmo por mi vida, incluso por mis hijos. Era perfecta. Empecé a llamar
A todos mis amigos para hablarles de ella. Incluso llamé a mi madre. Le aseguro que era algo que no había
Sentido jamás. Nunca pensé tanto en nadie ni soñé con nadie en la forma que entonces soñaba con ella. Quiero
Decir que era algo realmente diferente.
Después de su tercera salida juntos, Rosalind empezó a escribir su nombre con el apellido de él, para ver qué
Impresión le hacía. Cancelaba sus compromisos sociales por miedo a no estar cuando él la llamara, y Jim no la
Decepciónó. En vez de comportarse como un «hombre típico», se prendó de ella tanto como ella se había
Prendado de él. Le telefoneaba siempre cuando se lo había prometido —se acabó aquello de esperar durante
Semanas enteras a que un hombre la llamase— y jamás antepónía su trabajo a la necesidad que sentía de verla.
Para los dos, estar juntos tenía toda la fascinación de un montaña rusa emocional.
Cuando el amor es odio Susan Forward
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Para mi clienta Laura, el cortejo —un torbellino— se inició literalmente «desde el otro lado de una habitación
Atestada». En aquel momento, ella se sentía una triunfadora: ejecutiva contable de una importante firma de
Cosméticos, era una mujer sumamente bonita, de ojos oscuros y almendrados, pelo castaño claro y figura esbelta.
Laura tenía 34 años cuando ella y Bob se conocieron. Una noche que salíó a cenar con una amiga en un
Restaurante ocurríó lo siguiente:
Yo había ido a hacer una llamada telefónica, y cuando regresé a nuestra mesa me encontré con aquel
Hombre tan guapo allí sentado, conversando con mi amiga. Yo le había llamado la atención y estaba
Esperándome. Desde aquel primer momento se establecíó una especie de corriente eléctrica entre nosotros. No
Creo que jamás en mi vida me haya atraído alguien de esa manera. Bob tenía esos ojos destellantes que para mí
Son simplemente irresistibles. Me impresiónó de tal manera, que no veía el momento de irme a la cama con él.
A la noche siguiente volvimos a encontrarnos, por primera vez solos. Me llevó a un restaurante delicioso,
Pequeñito, junto al mar, y él se encargó de hacer el pedido. Es uno de esos hombres que entienden muchísimo de
Vinos y comidas, y a mí eso me encanta. Se interésó por todo lo que se relacionaba conmigo: lo que hacía, lo
Que sentía, lo que me gustaba. Yo hablaba sin parar y él se limitaba a estar allí, mirándome con sus ojos
Magnéticos, absorbiendo cuanto yo decía. Después de cenar fuimos a casa a escuchar música, y entonces fui yo
Quien le sedujo. Él era demasiado caballero, y eso también me encantó. Por cierto que sexualmente era
Increíble, no hay otra palabra. Con él sentí más intimidad de lo que hubiera experimentado jamás con hombre
Alguno en mi vida.
Bob tenía 40 años y trabajaba como agente de ventas de un fabricante de tejidos. Le contó que el año anterior
Se había divorciado, y antes de que su relación con Laura llegara a cumplir el mes, se fueron a vivir juntos y él
Empezó a hablar de casarse. Cuando la presentó a sus dos hijos pequeños, el entendimiento entre todos fue
Inmediato. La evidente devoción de Bob a los niños hizo que Laura se sintiese cada vez más atraída por él.
El romance de Jackie y Mark se inició cuando unos amigos comunes los presentaron, y desde la primerísima
Noche se convirtió en algo muy serio. Así me lo describíó Jackie:
Abrí la puerta y me encontré con un hombre increíblemente guapo, que me sonrió y me preguntó si podía
Usar el teléfono. Pestañeando, le dije que sí y él entró, fue hacia el teléfono y llamó al amigo que nos había
Presentado para decirle: «John, tenía s razón. Es todo lo que tú me dijiste que era». ¡Y eso no fue más que el
Comienzo de la velada!
Jackie, menuda y vivaz, tenía treinta años cuando conocíó a Mark. Trabajaba como maestra en una escuela
Primaria, manténía a los dos hijos que tenía de un matrimonio anterior y, al mismo tiempo, trataba de terminar
Un doctorado. Mark, de 38 años, había sido poco antes candidato a un cargo público, y Jackie recordaba haber
Visto carteles con su imagen por toda la ciudad. Estaba muy impresionada por él y se sintió halagadísima por las
Atenciones que Mark le prodigó.
Estábamos cenando con John, que nos había presentado, y con su mujer. Ella se volvíó hacia mí para
Decirme: «Ya sé que acabáis de conoceros, pero en mi vida he visto dos personas que den la impresión de estar
Tan bien juntas». Después me tomó de la mano y me dijo que iba a casarme con ese hombre. «Atiende a lo que te
Está diciendo, que esta es una chica muy lista», me dijo Mark, asintiendo con la cabeza, y después susurró: «Tú
Tienes un problema, y el problema se llama Mark». «Ah —le contesté riendo—, ¿conque piensas andar
Rondando por aquí un rato?» «Seguro que sí», me respondíó. Esa noche, cuando me llevó a casa, mientras
Estábamos sentados en el coche, frente al edificio, me besó y me dijo: «Ya sé que esto suena a locura, pero estoy
Enamorado de ti». Eso sí que es ROMántico. A la mañana siguiente, cuando me volvíó a llamar, le dije que no lo
Consideraba obligado por ninguna de las cosas que me había dicho la noche anterior, y me contestó: «Puedo
Repetírtelo todo ahora, palabra por palabra».
A partir de esa noche, Jackie se sintió como si anduviera volando en una alfombra mágica. El hecho de que
Mark se enamorase de ella de semejante manera la tenía completamente arrebatada.
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A TODAS NOS ENCANTA UN IDILIO
Un idilio es algo que nos hace sentir estupendamente. Las emociones y los sentimientos sexuales alcanzan
Niveles de fiebre, y al comienzo pueden ser de intensidad realmente abrumadora. La relación puede afectarnos
Como si fuera una droga euforizante; es lo que muchas personas llaman estar «en el séptimo cielo». Y el hecho
Es que en esas circunstancias el cuerpo produce una enorme cantidad de sustancias que contribuyen a darnos ese
«especial resplandor» de que tanto habla la gente.
Lo que en esos momentos fantaseamos, por cierto, es que vamos a sentirnos así eternamente. Durante toda la
Vida nos han dicho que el amor ROMántico tiene el poder mágico de hacer de nosotras mujeres enteras y felices.
La literatura, la televisión y el cine ayudan a reforzar esta convicción. La paradoja es que incluso la relación más
Destructiva que cualquier mujer pueda establecer con un misógino se inicia intensamente teñida de este mismo
Tipo de emociones y expectativas. Sin embargo, pese a los gratos sentimientos que caracterizan los comienzos,
Cuando Rosalind fue a verme estaba hecha un manojo de nervios, y su antes próspera tienda de antigüedades se
Hallaba al borde de la quiebra; Laura, la que había sido ejecutiva contable, se desmoralizó a tal punto que estaba
Segura de ser incapaz de volver a tener jamás otro trabajo; y Jackie —que había afrontado con éxito el
Malabarismo de ser maestra y continuar sus estudios de posgraduada al mismo tiempo que criaba dos niños
Pequeños— se encontraba con que incidentes sin importancia la abrumaban, sumíéndola en un mar de lágrimas.
¿Qué había sucedido con el bello, mágico idilio con que se iniciaron sus relaciones? ¿Por qué se encontraban
Ahora tan dolidas y desilusionadas aquellas mujeres?
LOS GALANTEOS ARREBATADORES
Estoy convencida de que cuando un idilio avanza a velocidad tan vertiginosa como estos, se respira una
Inquietante atmósfera de peligro. Es verdad que el peligro puede constituirse en un motivo adicional de emoción
Y ser un estímulo para la relación. Cuando se monta a caballo, el trote es muy placentero, pero no especialmente
Interesante; lo fascinante es galopar. Y parte de esa fascinación reside en el hecho de saber que podría suceder
Algo inesperado: el caballo podría arrojarme al suelo y hacerme daño. Es la misma sensación de fascinación y de
Peligro que todos experimentábamos de niños al subir a la montaña rusa: algo rápido, emocionante, y que da una
Sensación de peligro.
Una vez que a todo esto se le agrega la intimidad sexual, la rapidez e intensidad de las emociones crecen más.
Entonces una mujer no pasa por el proceso normal de ir descubriendo a su nuevo amante, porque no ha habido el
Tiempo suficiente. Tu nueva pareja tiene muchas cualidades que en algún momento han de influir sobre tu vida, y
Son cualidades que no se pueden ver de forma inmediata. Se necesita tiempo para que ambos miembros de la
Pareja lleguen a consolidar la confianza y la sinceridad que son la base de una relación sólida. Por más
Fascinantes que puedan ser, los galanteos arrebatadores tienden a no generar otra cosa que una seudointimidad,
Fácil de confundir con un acercamiento auténtico.
LAS ANTEOJERAS ROMÁNTICAS
Para poder ver realmente quién es nuestro nuevo compañero, la relación tiene que avanzar con más lentitud.
Para ver a las otras personas de una manera realista, que nos permita reconocer y aceptar tanto sus virtudes como
Sus defectos, hace falta tiempo. En un galanteo arrebatador, las corrientes emocionales son de una rapidez y una
Fuerza tales que desquician las percepciones de ambos miembros de la pareja, las cuales tienden a ignorar o
Negar cualquier cosa que interfiera con la imagen «ideal» del nuevo amor. Es como si los dos llevaran anteojeras.
Nos concentramos exclusivamente en cómo nos hace sentir la otra persona, en vez de atender a quién es en
Realidad. Nuestro razonamiento es: si este hombre me hace sentir estupendamente, debe ser maravilloso.
Laura y Bob fueron arrastrados por la magia del hechizo que sintieron crecer entre ambos durante los
Primeros encuentros. Una magia que tenía muy poco que ver con lo que cada uno de ellos era como persona. El
Transporte que mencionaba Laura no se relacionaba con el carácter de Bob, sino con sus ojos, con su manera de
Moverse y con la forma en que pidió el vino en el restaurante. Ella no me dijo en ningún momento que Bob fuera
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Un hombre decente y sincero. El papel que estaba desempeñando él a sus ojos era el del perfecto amante
ROMántico, y los dos se encontraron atrapados en la seducción momentánea del enamoramiento.
El primer indicio que tuvo Laura de los problemas que podrían planteársele se produjo poco después de que
Ella y Bob se hubieran ido a vivir juntos.
Un día me dijo: «Tengo que confesarte algo. Todavía no estoy divorciado». Yo casi me caigo de la silla,
Porque para entonces ya estábamos haciendo planes para la boda. «Como yo me sentía divorciado, realmente
No creí que la cosa tuviera tanta importancia», aclaró. Yo estaba tan horrorizada que no podía hablar;
Simplemente, me quedé mirándolo, pasmada. Entonces me dijo que el divorcio estaba en trámite, que él se
Ocupaba de todo y que yo no tenía motivos para preocuparme. Me di cuenta de que me había mentido desde el
Comienzo…; quiero decir que me había hablado de fechas y todas esas cosas, pero entonces no me parecíó tan
Importante. No me parecía importante que él me hubiera mentido, sino que realmente estuviera por conseguir el
Divorcio.
El engaño de Bob debería haber sido para Laura una advertencia de que tenía que estar más atenta, mirarlo
Mejor, pero ella no quería ver. Se empeñaba en creer que Bob era el hombre de sus sueños.
También Jackie tuvo una advertencia desde el principio. Al comienzo de su relación con Mark, él le habló
Mucho de sí mismo y de sus actitudes hacia las mujeres, pero su información, aderezada con adulación y
Halagos, no llegó a crear en ella una sensación de alerta.
Me contó que todas las demás mujeres a quienes había conocido sólo estaban interesadas en lo que podía
Darles. Lo que en mí le parecía tan especial era mi interés por lo que yo podía darle a él. Me dijo que era como
Si yo hubiera nacido y crecido y existiera sólo para cuidar de él. Las otras mujeres se habían limitado a tomar
Siempre, a pedir siempre, a estar cuando todo andaba a pedir de boca y a desaparecer cuando las cosas se
Ponían mal. Y yo era diferente.
Jackie podía haber entendido que Mark ponía a todas las mujeres en el mismo montón, y las veía voraces,
Egoístas e indignas de confianza; pero, en cambio, optó por interpretar lo que él le decía como prueba de que ella
Era el alma gemela destinada a ser la salvadora de su vida.
Para Rosalind hubo también una advertencia precoz de que podía estar metíéndose en dificultades, pero ella
Fue incapaz de interpretar debidamente las señales.
Aquella primera vez que él vino a cenar a mi apartamento nos fuimos a la cama. El tuvo gran dificultad para
Mantener una erección. Fue decepcionante, pero yo me dije que a muchos hombres les ocurre eso cuando están
Por primera vez con una mujer, y le resté importancia. A la mañana siguiente, volvimos a hacer el amor y la
Cosa estuvo un poco mejor, pero aún así se veía que él tropezaba con dificultades. Me imaginé que podía
Ayudarle a superarlas, y me dije que lo sexual no tenía tanta importancia. Lo que más me impresionaba en Jim
Era lo próxima que me sentía a él, y lo bien que él me respondía como persona.
Rosalind hizo lo que tantas hacemos: ignoró todo cuanto no armonizara con su imagen ROMántica. Jim la
Hacía sentir tan bien, tan halagada, que ella no tuvo en cuenta un problema sexual que su compañero arrastraba
Desde hacía tiempo, y que afectó gravemente a la relación.
Sin darse cuenta, muchas mujeres dividen el paisaje emocional de sus relaciones en primer plano y fondo. En
El primer plano están todas las carácterísticas maravillosas que encuentran en el hombre, y que son los rasgos
Sobre los cuales se concentran, exagerándolos e idealizándolos. Cualquier cosa que apunte a un problema la
Relegan al fondo, restándole toda importancia.
Un ejemplo extremo de este tipo de manipulación es el caso de la mujer que se enamora de un asesino
Convicto. También ella os dirá que es el hombre más maravilloso del mundo; solamente ella lo entiende. El
Asesinato se ha desplazado a ese fondo que «no importa», mientras que el encanto superficial del personaje
Ocupa el centro del escenario.
Las frases de que se vale la gente para describir este proceso en las primeras etapas de una relación ROMántica
Son muy significativas.
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—Yo era simplemente incapaz de ver sus defectos.
—Preferí no tener en cuenta sus problemas.
—Me limité a cerrar los ojos, en la esperanza de que todo anduviera bien.
—Debo de haber estado ciega para no haberlo visto antes.
Es fácil no ver los indicios que apuntan en las relaciones, problemas e irresponsabilidades que integran el
Pasado de alguien cuando esa persona hace que te sientas maravillosamente bien. Las anteojeras cumplen la
Función de eliminar del campo visual cualquier información que pueda nublar o de alguna manera arruinar el
Cuadro ROMántico que tú quieres ver.
DESESPERACIÓN Y «FUSIÓN»
Otro tema recurrente en las primeras etapas de una relación con un misógino es el sentimiento de
Desesperación subyacente en ambos miembros de la pareja, cada uno de los cuales tiene una necesidad frenética
De atrapar y mantener atada a la otra persona.
«La razón de que yo me apegara tanto a Jackie —me confesó Mark— fue que tenía miedo de perderla si no
Lo hacía.»
En sus palabras no se trasluce pura y simplemente amor por Jackie: hay también un sentimiento de pánico.
Después, agregó:
En nuestro segundo encuentro se lo dije todo claramente. Le dije cuál era la clase de vida que quería, y que
íbamos a casarnos. Le pregunté si estaba saliendo con alguien más, y cuando me contestó que sí le dije que
Terminara con eso porque en lo sucesivo no podría estar con nadie más que conmigo. Yo sabía que era así, y
Quería que ella también lo creyera.
A los ojos de Jackie, la exigencia de Mark constituía una prueba de la disposición de él a comprometerse sin
Reservas en la relación de ambos.
La experiencia de Laura estaba penetrada de una desesperación diferente. Le faltaban dos meses para cumplir
Los treinta y cinco años cuando conocíó a Bob, precisamente cuando su familia italiana, tan aferrada a lo
Tradicional, la presionaba para que se casara y tuviera hijos. Cuando Bob empezó a insistirle en que se casaran,
Ya desde el primer mes, la reacción de ella fue no sólo sentirse halagada, sino también aliviada.
Alguien que observe desapasionadamente estas relaciones construidas sobre el arrebato, podría sorprenderse
De las prisas que les entran a los enamorados. Es evidente que cuando dos personas se conocen, se enamoran, se
Van a vivir juntas y empiezan a hacer planes para la boda, todo en unas pocas semanas, lo que está pasando va
Más allá del hecho de que se importen y quieran estar juntas.
Lo que cada una de ellas experimenta en un caso así es una necesidad exacerbada, casi insoportable, de
Confundirse o «fundirse» con su pareja, tan pronto como sea posible. La sensación de ser una persona aparte pasa
A ocupar en la relación un lugar secundario. Cada uno empieza a vivir los sentimientos del otro; los cambios
Anímicos se vuelven contagiosos. Es frecuente que dejen de lado el trabajo, a los amigos y otras actividades. Una
Cantidad enorme de energía se está canalizando hacia el amar y ser amado, a fin de obtener la aprobación del
Otro y procurar la recíproca fusión psicológica.
Esta necesidad de unificación instantánea parece la principal fuerza de propulsión de estas relaciones.
El ESPÍRITU DE RESCATE
Hay una fantasía de rescate que también es un elemento importante en el «pegoteo» que caracteriza a las
Relaciones con misóginos. Se trata de una fantasía que crea un vínculo muy especial, capaz de hacer que una
Mujer se sienta a la vez necesaria y heroica.
Gran parte del entusiasmo inicial de Jackie en su relación con Mark provénía de la abundancia de emociones
Maternales que él le despertaba. Ella era la llamada a darle lo que nadie más le había dado, y su amor sería la
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Compensación de todo lo que él había sufrido en la vida. Por ella Mark se convertiría en el triunfador, en el
Hombre responsable que Jackie intuía oculto bajo la superficie. Ella misma lo explicó así:
La segunda vez que lo vi me habló con detalle de su situación financiera, y yo me sentí sumamente halagada
Por su sinceridad, al punto de que acepté sin más el hecho de que, con 38 años, no tuviera trabajo fijo. Después
De todo, pensé, acababa de presentarse a oposiciones, y alguien tenía que perderlas. Me pintó un cuadro tan
Glorioso de sus proyectos para el futuro, se mostró tan cortés y encantador, y parecía tan capaz de triunfar que
Yo estaba segura de que con apenas alguna ayuda mía, lo lograría en muy poco tiempo. Entonces decidí que le
Daría el amor y el apoyo que él necesitaba para recuperar la confianza en sí mismo.
Jackie creyó que, mediante el poder de su amor, lograría transformar mágicamente a Mark. Para muchas
Mujeres, tal creencia es un afrodisíaco fortísimo: permite que una mujer se sienta una deidad, una Madre Tierra
Con poderes curativos. No importa que el problema de él sea financiero, que se trate de alcoholismo o de abuso
De drogas, o que sus relaciones amorosas anteriores resultaran insatisfactorias: ella cree que su amor puede
Curarlo. Además, en cuanto da, ayuda y abastece, se crea también, para sí misma, una ilusión de poder y de
Fuerza. De la situación deriva un sentimiento de heroísmo: con el rescate, ella se ennoblece, porque gracias a su
Ayuda él se convertirá en un hombre diferente.
Sin embargo, entre ayudar y rescatar hay una diferencia muy grande. De cuando en cuando, todos
Necesitamos ayuda para superar los momentos difíciles de la vida. Que le prestes ayuda financiera si te es
Posible, que seas comprensiva y lo apoyes son cosas que dan a tu compañero la seguridad de que estás de parte
De él. Pero a lo que me refiero aquí es al hombre con una historia previa que te infunde la certeza de que es capaz
De cuidarse solo. Sus problemas son temporales, y ayudarle es algo ocasional; no va a ser una constante.
El rescate, por otra parte, es un comportamiento repetitivo. Ese hombre siempre necesita tu ayuda, y está
Continuamente en dificultades. Tanto su vida personal como la profesional responden a una pauta persistente de
Inestabilidad. Además, siempre está culpando a los demás de sus fracasos.
Compara, por ejemplo, a estos dos hombres:
—El hombre 1 ha sido siempre laborioso y financieramente responsable. La compañía en que trabajaba se
Vende y el trabajo que él hacía es confiado a otro. Hasta que pueda volver a trabajar, necesita pedir prestado
Algún dinero, pero está buscando empleo activamente, y cuando lo encuentra comienza en seguida a devolverte
El préstamo.
—El hombre 2 ha tenido largos períodos de caos financiero en su vida, y constantemente recurre a ti para que
Lo saques de apuros. En ningún trabajo se encuentra a gusto, y tiene antecedentes de que no se lleva bien con sus
Jefes. Cuando finalmente consigue colocarse, no hace ningún esfuerzo —o casi— por devolverte lo que le has
Prestado.
Rosalind había advertido los problemas financieros de Jim desde la primera noche que se conocieron, y en
Seguida empezó a ayudarle, invitándolo a cenar. Al cabo de pocas semanas, le sugirió que él y sus dos hijos
Adolescentes se fueran a vivir con ella hasta que Jim pudiera encontrar trabajo estable con una banda.
«Me dijo que yo era la mujer más maravillosa del mundo, y que ahora que me había conocido todo iba a ser
Diferente en su vida.»
No pasó mucho tiempo sin que Rosalind estuviera manteniéndolos definitivamente a todos.
Al comienzo, la gratitud de Jim hacia Rosalind intensificó sus sentimientos. Si se había enamorado de ella
Desde la primera vez que se vieron, una vez que Rosalind empezó a ocuparse de todos ellos su amor se convirtió
En locura. Para Jim, como para tantos misóginos, la ayuda de una mujer era la prueba de que ella realmente se
Interesaba por él.
Muchas mujeres se regodean en la cálida luz del agradecimiento de su pareja; eso las hace sentirse realmente
Necesarias y queridas. Y seguro que es emocionante eso de ayudar al compañero, y comprobar que tu amor y tu
Generosidad son importantes en la vida de él. Su efusiva gratitud puede hacer que te sientas tan bien, que
Comienzas .A aceptarla como única y suficiente forma de pago.
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Resulta obvio que no todos los misóginos necesitan rescate. Muchos son estables, tanto en lo profesional
Como en lo financiero. En realidad, cuanto más éxito tenga el misógino, más probable es que insista en que la
Mujer de su vida dependa totalmente de él. El que necesita que lo rescaten es el misógino con alguna forma de
Inestabilidad grave, que puede manifestarse de muy diversas maneras: problemas con el dinero, abusos en el
Comer, el beber o las drogas, relaciones caóticas, juegos y apuestas o imposibilidad de conservar el trabajo. Es un
Hombre que lanza llamadas de auxilio para que alguien lo salve. Muchas mujeres, especialmente las que tienen
Una carrera independiente, se apresuran demasiado a correr hacia él armadas de un salvavidas, sólo para
Encontrarse con que también a ellas se las traga la resaca.
Tampoco es el caso que en cualquier idilio que marche a un ritmo acelerado el hombre haya de ser un
Misógino. Desde luego, una relación que se inicia con un caudal enorme de emoción y entusiasmo puede resultar
Estupenda. Pero si, además de la emoción ROMántica, te encuentras con que está en juego algún otro de los
Elementos que acabo de describir —el rescate, un sentimiento de desesperación y de pánico, una fusión (o
Confusión) demasiado rápida, y una especie de anteojeras deliberadas—, entonces es probable que las aguas por
Donde navegas lleguen a ponerse muy turbulenta