El milagro de naaman


EL MILAGRO DE LA CURACIÓN DE NAAMÁN
2 Reyes 5:1-19
Tipo: Inductivo
Enfoque Principal:

Presentar en el milagro de la curación de Naamán un hermoso cuadro de la salvación mediante la fe en la Palabra de Dios.
Cada pecador perdido puede verse en Naamán; también se puede vislumbrar el poder sanador de la fe.
I. QUIÉN ERA NAAMÁN (1-2)
1
. General del ejército del rey de Siria. Dios había dado por medio de él las victorias a Siria
2

. Pero leproso (Estaba condenado)

Era leproso. Su hermoso uniforme y poderosas victorias no podían disfrazar el hecho de que Naamán era un hombre muerto, porque tenía una enfermedad que nadie podía curar. La lepra es una ilustración del pecado.
3

. Y de Siria habían salido bandas armadas (Era enemigo)

Tenía una sirvienta judía en su casa, una muchacha raptada durante una redada. Como gentil, Naamán estaba fuera de las bendiciones de Israel.                                                          
Ilustración: Ilustración:
“Mirad como andéis avisadamente”. Un viejo teólogo que trató de ilustrar esta verdad dice que “anda avisadamente” un gato que tiene que caminar por una pared en la que han sido colocados trozos cortantes de vidrio. El gato camina con mucho cuidado, bajando las patitas “avisadamente” para no cortarse. Recordemos que los ojos del mundo nos miran, y que nuestro andar sea muy cuidadoso.
II. NAAMÁN BUSCÓ EQUIVOCADAMENTE LA SALVACIÓN (3-7)
1.

Esta dijo a su señora (Oyó a un testigo)

La pequeña sirvienta judía quería a su patrón. Aún cuando estaba lejos de su hogar, no se olvidó de su Dios y estuvo lista para testificar de su gran poder. Si ella no hubiera sido una fiel trabajadora en la casa, no hubiera sido una testigo eficaz; pero debido a su fidelidad, su testimonio fue recompensado. ¡Cuánto necesita Cristo testigos hoy!
2

. Entrando Naamán a su señor. (Trató de salvarse a sí mismo)

Naamán cometió toda equivocación posible tratando de curarse de su lepra. Primero, fue al rey de Siria, el cual, por supuesto, no pudo hacer nada. Luego fue al rey de Israel, quien también fue incapaz de hacer algo.

Ilustración:


Cuántos pecadores perdidos corren de una persona a otra, buscando salvación, mientras Cristo está siempre esperando para satisfacer su necesidad. Nótese que Naamán también ignoraba la gracia, porque trajo consigo gran cantidad de riqueza (v. 5). El pecador perdido trata de comprar la salvación o ganársela, pero esto es imposible.

III. DIOS LO BUSCA (8-12)


1

. Cuando Eliseo varón de Dios (Dios lo llamó)

Eliseo oyó de la aflicción de Naamán y envió a buscarlo. Ningún pecador merece ser salvo; es sólo mediante el llamamiento de la gracia del Espíritu que la persona viene a Cristo. En Lucas 4.27 Jesús nos dice que Naamán fue uno de muchos leprosos, pero el Señor lo escogió y lo curó. Esto es gracia.
2

. Naamán se fue enojado (Resistió el sencillo plan de Dios para salvación) Conforme a la palabre

Eliseo no salió a ver a Naamán; el general era leproso y hubiera contaminado ceremonialmente al profeta. Eliseo quería que Naamán supiera que era un hombre rechazado, condenado. Trató al orgulloso general como un pecador y Naamán se puso furioso por tal tratamiento. «¿No sabe quién soy?», preguntó. Como los pecadores de hoy Naamán pensó que el profeta le haría realizar cierto ritual (v. 11) para sanarle. No quería humillarse sumergiéndose en el Jordán, el río de la muerte. Pensó que sus preciosos ríos allá en su país eran muy superiores.

Ilustración

BUSCANDO A SU PADRE, BUSCANDO A SU HIJO. Un día un caballero encontró en una de las calles de una gran ciudad a un muchachito que veía a todos lados como en busca de alguien, y al parecer muy asustado. Acercándose el caballero le preguntó qué le ocurría; el niño le dijo que andaba en busca de su padre que se le había perdido. –¿Es tu papá un señor de tales y tales señas?.
–Sí , señor – respondió el niño.
–Entonces no te preocupes demasiado, acabo de encontrarlo en la calle próxima y también él te anda buscando; no tardarás en encontrarlo; tú lo buscas y él te busca y tendrán que hallarse.»
-Así Dios busca al pecador, y si éste también busca a Dios, sin duda lo hallará.

IV. ACEPTÓ LA SALVACIÓN DE DIOS (13-19)


1

. Conforme a la palabra del varón de Dios (Sanó por su obediencia por la fe)

El humilde siervo del versículo 13 tenía más sentido que el gran general. Cuán irrazonable es resistir el sencillo plan de Dios para la salvación. Cuando Naamán obedeció por fe, «nació de nuevo» y salió de las aguas con su carne como la de un niño. Las siete veces que se sumergió en el Jordán no son un cuadro del bautismo, porque jamás nadie se salvó al bautizarse ni una ni siete veces. La fe de Naamán se demostró por sus obras; confió en la Palabra y luego actuó de acuerdo a ella.
2

. Y volvió al varón de Dios (Recibió seguridad)

Naamán dijo: «He aquí, yo decía para mí» (v. 11); pero ahora dice: «He aquí ahora conozco» (v. 15). Dio testimonio público de la realidad del poder de Dios y del hecho de que sólo Jehová era el Dios verdadero. Tan agradecido estuvo que le ofreció riqueza a Eliseo, quien, por supuesto, rehusó aceptar el regalo. Si lo hubiera aceptado, hubiera arruinado la lección de salvación por gracia y le hubiera robado la gloria a Dios.

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