El Declive del Imperio Español en Europa: Causas y Consecuencias
El Siglo de Hierro y la Paz de Westfalia
El siglo XVII fue testigo de la aparición y consolidación de un nuevo orden internacional en Europa. Las guerras fueron una constante del que ha sido denominado Siglo de Hierro. La cruel Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y, unida a la anterior, la Guerra Franco-Española que culminó en 1659 son buen ejemplo de ello.
La Paz de Westfalia de 1648 puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Este tratado significó el triunfo de una “Europa horizontal”, basada en monarquías independientes y en la búsqueda del equilibrio diplomático y militar, y la derrota de la idea de una “Europa vertical”, en la que los reinos estarían subordinados al Emperador y al Papa.
Más que esto, la Paz de Westfalia supuso el fin de la hegemonía de los Habsburgo (Austrias) en sus dos ramas, la de Madrid y la de Viena, en Europa. El reinado de Felipe III (1598-1621) fue un reinado pacífico. Agotada España y sus enemigos tras las continuas guerras del siglo anterior, se paralizaron los conflictos con Francia, Inglaterra y los rebeldes holandeses, con los que se firmó la Tregua de los Doce Años (1609-1621).
El Reinado de Felipe IV y la Guerra de los Treinta Años
Con Felipe IV (1621-1665) y su valido, el Conde-Duque de Olivares, España volvió a implicarse en los grandes conflictos europeos. La monarquía española participó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), apoyando a los Habsburgo de Viena (Emperador del Imperio Germánico) y a los príncipes católicos alemanes. El fin de la Tregua de los Doce Años (1609-1621) añadió un nuevo frente al conflicto.
El conflicto se inició con victorias de los Habsburgo, como la toma de Breda a los holandeses y las victorias de Nordlingen y la Montaña Blanca en el conflicto germánico. Pronto cambió el signo del conflicto y las derrotas se repitieron, como en Rocroi ante Francia, mientras que franceses e ingleses atacaban las posesiones americanas. La impotencia de los Habsburgo llevó finalmente al Tratado de Westfalia (1648) por el que se ponía fin a la Guerra de los Treinta Años y en el que España reconoció la independencia de Holanda. La Paz de Westfalia no marcó el fin de las hostilidades.
La Paz de los Pirineos y el Reinado de Carlos II
La guerra continuó hasta 1659 contra Francia. Finalmente en la Paz de los Pirineos (1659), Felipe IV aceptó importantes cesiones territoriales, Rosellón y Cerdaña, Artois… en beneficio de la Francia de Luis XIII.
La débil monarquía de Carlos II (1665-1700) fue incapaz de frenar el expansionismo francés de Luis XIV. España cedió diversos territorios europeos en las Paces de Nimega, Aquisgrán y Ryswick. Su muerte sin descendencia provocó la Guerra de Sucesión (1701-1713) al trono español en la que al conflicto interno se superpondrá un conflicto europeo general. La Paz de Utrecht en 1713 significó el fin del imperio español en Europa.
Etapas Principales de la Reconquista
La Reconquista abarca desde el 722 hasta el 1492 y se divide en 4 etapas:
- En los siglos VIII-X los núcleos cristianos del Norte avanzan desde Covadonga hacia el Sur. En el 910 el reino asturiano alcanza la línea del Duero. El reino asturiano pasará a llamarse Reino asturleonés y luego de León.
- En el siglo XI y primera mitad del XII, tras el fin del Califato y aprovechando la debilidad musulmana, los cristianos avanzan. León y Castilla ocupan la cuenca del Tajo. Alfonso VI conquista Toledo en 1085. Los almorávides frenaron el avance. En el Este Alfonso I de Aragón conquista Zaragoza y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, llegó a Tortosa en 1148. Portugal conquista Lisboa en 1147.
- A finales del S. XII y principios del XIII, tras la interrupción almohade se toma el alto Guadiana, y los cursos altos del Júcar y Turia. En 1212, en una cruzada, se derrota a los almohades en las Navas de Tolosa (Jaén), abriendo el paso de Sierra Morena hacia el valle del Guadalquivir y Valencia.
- Tras la batalla, en el S. XIII, hubo una rápida ocupación del valle del Guadalquivir: Fernando III conquistó Córdoba y en 1252, Sevilla. Jaime I, el Conquistador, de Aragón, tomó Valencia y Baleares. A finales del S.XIII sólo quedó el reducto musulmán del Reino de Granada conquistado por los Reyes Católicos en 1492.
Al final de la Edad Media en la península había cinco reinos: Castilla, Aragón, Navarra, Portugal y Granada.
La Crisis de 1640: Cataluña y Portugal
Las necesidades financieras de la monarquía por la Guerra de los Treinta Años obligaron a aplazar reformas y a recurrir a todo tipo de medidas de urgencia que agravaron la crisis social y económica, sobre todo en Castilla.
El enorme esfuerzo militar que para la Monarquía suponía las continuas guerras europeas y la demanda de sacrificios a los reinos que componían la Corona realizada por la “Unión de Armas” precipitaron la crisis de 1640 con dos escenarios principales: Cataluña y Portugal.
La Rebelión de Cataluña (1640-1652)
La causa inmediata fueron los abusos cometidos sobre la población por parte de soldados castellanos e italianos destinados al frente catalán por la guerra contra Francia. El Conde Duque abre un frente catalán para hacer contribuir a Cataluña en el esfuerzo de guerra y para aliviar la presión sobre Flandes. Se produjeron enfrentamientos entre campesinos y soldados en diferentes lugares, y la rebelión se extendió a Barcelona.
Enviados de la Diputación de Cataluña fueron a Madrid a manifestar su sentimiento por lo ocurrido e hicieron propuestas no aceptadas, en Madrid predominaron los partidarios del rigor. Ante el avance de tropas castellanas, los rebeldes aceptaron la soberanía de Francia.
El dominio de la Francia de Luis XIII y Richelieu acabó con la reconquista del Principado y la caída de Barcelona en 1652. Sin embargo, la Corona Española perdió el Rosellón y la Cerdaña en la Paz de los Pirineos en 1659.
La Rebelión e Independencia de Portugal (1640-1668)
Amplios sectores de la sociedad portuguesa consideraban que la incorporación a la monarquía de Felipe II les había ocasionado más perjuicios que beneficios. La rebelión portuguesa tuvo un marcado carácter nobiliario. Se proclamó al Duque de Braganza como rey.
España reconoció su independencia en 1668, con Carlos II. La nueva monarquía se consolidó con la ayuda de Francia e Inglaterra.