Capítulo 4: Derechos de Propiedad y Cumplimiento de los Contratos
El Estado debe definir los derechos de propiedad y velar por el cumplimiento de los contratos. Cuando existe la propiedad común no existen incentivos para mejorar las viviendas, ahorrar e invertir. En las economías de mercado, los beneficios de las mejoras se reflejan en el precio de mercado de la propiedad.
Fallos de Mercado y el Papel del Estado
Los fallos de mercado son situaciones en las que el mercado no funciona eficientemente en el sentido de Pareto, por lo que se necesita la intervención del Estado. Estos fallos no son mutuamente excluyentes.
1. Fallo de la Competencia
Para que los mercados sean eficientes en el sentido de Pareto, debe existir competencia perfecta, es decir, que ninguna empresa influya significativamente en los precios. Sin embargo, la competencia imperfecta (como el monopolio) aleja al mercado de este ideal.
Razones por las que la Competencia Puede ser Limitada:
- Monopolio natural: Es más barato que una sola empresa produzca todo el bien o servicio.
- Información imperfecta: Si una empresa sube su precio, no perderá a todos sus clientes.
- Conductas estratégicas: Las empresas pueden adoptar conductas para disuadir a la competencia.
- Intervención del Estado: Otorgamiento de patentes a los innovadores.
El punto Qc a Qi de la gráfica (no incluida) muestra la reducción de la producción, que representa la ineficiencia generada por la competencia imperfecta.
2. Bienes Públicos
Los bienes públicos puros tienen dos características principales: no cuesta nada que una persona adicional disfrute de sus ventajas (coste marginal = 0) y no es posible excluir a nadie de sus beneficios.
3. Externalidades
Las externalidades ocurren cuando los actos de una persona o empresa afectan a otras, ya sea imponiendo un coste sin compensación o generando un beneficio sin retribución. Pueden ser positivas o negativas.
La asignación de recursos del mercado puede no ser eficiente debido a las externalidades. Al no internalizar la totalidad del coste de las externalidades negativas, se producen en exceso. Por el contrario, al no recibir todos los beneficios de las externalidades positivas, se producen en menor cantidad de la óptima.
4. Mercados Incompletos
Un mercado incompleto se da cuando los mercados privados no suministran un bien o servicio, aun cuando el coste de suministrarlo sea inferior a lo que los consumidores están dispuestos a pagar.
- Mercados de seguros y capitales: Son un ejemplo de mercado incompleto, ya que no proporcionan un seguro para muchos riesgos importantes.
- Mercados complementarios: Existe un problema cuando la producción de un bien X no se puede dar sin la producción del bien Y, y viceversa. Ninguno podría servir al interés público por separado, pero sí conjuntamente. Un ejemplo de intervención estatal para el funcionamiento de mercados complementarios es la reurbanización.
5. Fallos de la Información
Algunas actividades del Estado se justifican por la información incompleta que tienen los consumidores y por la convicción de que el mercado, por sí solo, suministra muy poca información (ejemplo: exigir etiquetas alimentarias).
Posturas sobre la Regulación de la Información:
- En contra: Argumentan que las regulaciones son innecesarias, irrelevantes y costosas, tanto para el Estado como para las empresas.
- A favor: Exponen que, aunque son difíciles de aplicar eficazmente, son fundamentales para los mercados afectados.
6. El Paro, la Inflación y el Desequilibrio
Los elevados índices de paro de trabajadores y maquinaria son usados por muchos economistas como prueba de que algo no funciona bien en los mercados.
La Redistribución y los Bienes Preferentes
Además de los fallos de mercado, existen otras dos justificaciones para la intervención del Estado:
- Distribución de la renta: Los mercados competitivos pueden distribuir la renta de manera desigual, dejando a personas con recursos insuficientes para vivir. El Estado interviene redistribuyendo la renta.
- Bienes preferentes y paternalismo: El Estado puede intervenir cuando considera que los consumidores no actúan en su propio interés, obligando el consumo de ciertos bienes (bienes preferentes). El pensamiento libertario se opone a esta idea, argumentando que el Estado no debe interferir en las decisiones individuales.