Otro aspecto fundamental es que las políticas de reforma deben de tener como objetivo la excelencia en materia educativa. Esta noble aspiración es objetivo que se ha expresado, de una o de otra manera, a lo largo de décadas, incluso en los años cincuenta, cuando la prioridad política, económica, social e incluso cultural era lograr, sobre todo, una extensión cuantitativa de las oportunidades de incorporación a los centros del sistema educativo preferentemente en la educación primaria, así como en la alfabetización de base, concretamente las recomendaciones a favor de la calidad de la educación solían poner particular énfasis en la formación y en el perfeccionamiento del profesorado con el fin de mejorar la eficacia y el rendimiento del sistema educativo en sus respectivos niveles y modalidades. Sin embargo la inquietud respecto de la calidad de la educación y posteriormente respecto de la excelencia de la educación fue creciendo al dejar de ser un privilegio y pasar a ser un derecho el acceso a la educación en todos los niveles, al tiempo que se veían mermados los recursos financieros disponible. En años recientes, la razón principal del renovado e intenso debate sobre la calidad, la excelencia y últimamente también sobre la calidad total proviene el desempleo y el paro, coyuntural y estructura, que están afectando progresivamente a todas las sociedades del mundo y en particular a las más industrializadas. La creación de puestos de trabajo raramente coinciden ya con el numero de los puestos suprimidos y las calificaciones de los parados no suelen corresponder a las expectativas de los empleadores. De este modo la educación reglada a niveles superiores ha ido perdiendo buena parte de su credibilidad y por ello tiene puestas todas sus esperanzas en la radical mejora de su calidad, que consiga la rápida adaptabilidad gracias a la flexibilidad que permite una amplia y sólida base cultural. En todo caso, la calidad y la excelencia educativa no se puede medir como un valor absoluto, ya que se refieren al producto educativo como poseedor de un carácter multidimensional que no se determina exclusivamente por los resultados académicos de una actividad de aprendizaje.
En resumen: considerados los sistemas educativos como entidades especificas carradas en sí mismas, tal vez lleguemos a la conclusión de que no existe ninguno de ellos capaz de dar una respuesta plenamente satisfactoria a la complejidad que entraña la formación del ser humano para la sociedad actual y menos aun, futura, en la que ha de desenvolverse, sin embargo, mejorar la calidad de la enseñanza no es solamente un asunto que interese a la comunidad educativa, sino también un objetivo que el conjunto de la sociedad debe compartir y demandar. Por su parte, la educación en cualquier país del mundo no puede actuar de espaldas a la sociedad a la que va a entregar para su plena incorporación a los sujetos ahora en formación. Al revés, mantenerse alerta a las exigencias que la nueva sociedad va a demandar debe ser constante, pues la persona solo se realizara de una manera plena si se integra activa y adecuadamente, con su propia peculiaridad personal, en el ámbito social en que su vida va a desenvolverse. “En vista del rápido crecimiento presente y futuro del conocimiento y de las necesidades de aprendizaje, parece claro que la enseñanza de los jóvenes en las escuelas y demás centros de educación media y superior no debe limitarse a la formación de las mentes, de su memoria o de sus habilidades manuales en relación al logro de su primer trabajo, idealmente la meta es lograr:+ aprender a aprender y a desarrollar una curiosidad y deseo de aprendizaje insaciable para enriquecer la vida en todos sus aspectos y no solo en relación con el trabajo.+ aprender a anticipar y resolver problemas nuevos, analizarlos de forma sistemática i e idear soluciones alternativas.+ aprender a localizar información pertinente y a transformarla en conocimiento gracias a experiencias y criterios apropiados.+ aprender a relacionar las enseñanzas del sistema educativo con la realidad del mundo exterior, incluido el mundo laboral, el de las relaciones humanas, el de la familia y de la comunidad nacional y del entorno más inmediato, en el marco de los códigos éticos y de los sistemas de valores de la respectiva cohesión social;+ aprender a pensar en forma interdisciplinaria o integradora para poder percibir todas las dimensiones de los problemas o situaciones, frente a los puntos de vista parciales y frecuentemente distorsionados a que puede dar lugar la óptica de una especialidad académica concreta.” (11)El logro de estas metas no es tarea fácil y requeriría no pocos cambios en la actual gestión, contenidos y enfoque de los programas educativos, empezando por comprometer a los estudiantes de modo activo, además de procurar que el profesorado haga de la enseñanza –aprendizaje un proceso atractivo y agradable y no simplemente un sistema rutinario y muchas veces aburrido. Mucho más complicado aun es determinar la calidad del aprendizaje en la gran diversidad de modalidades que se producen de manera creciente fuera del sistema educativo formal, y concretamente, desde la óptica de información continua y permanente. Estamos ante cambios considerables en los inicios de un nuevo siglo, ante el progresivo convencimiento de la primicia del conocimiento para la solución de tantos y tan complejos problemas globales y locales, cada persona, sus familias, las empresas las instituciones religiosas, las fundaciones, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en suma la sociedad entera tendrá que financiar la educación y el aprendizaje individual y colectivo de muy variadas formas, las modalidades de financiamiento educativa hasta ahora tendrán que ser profundizadas y perfeccionadas, además de poner en práctica otras desde la creatividad innovadora. Esta es una tarea importante para todos si queremos garantizar un futuro para el aprendizaje. Sin embargo la reflexión esencial que debemos hacer cuanto antes es: que educación y que oportunidades de aprendizaje queremos poder logar ofrecer y para qué sociedad de futuro, de otro modo todo esfuerzo será inútil u fuente de graves frustraciones.No queremos una educación egoísta, para unos pocos, para los ya más favorecidos, para grupos o países dominantes, para el Imperio de una determinada civilización sin consideración hacia las numerosas identidades culturales existentes o para el uso en exclusiva del conocimiento más avanzado y de las tecnologías más novedosas al servicio de unas cuantas personas cada vez más ricas y mas insensibles a la pobreza circundante que avanza sin cesar.Lo que queremos es una educación para la paz, para la convivencia democrática en libertad, para la modernidad y el progreso, que permita un desarrollo sostenido y sostenible a largo plazo. Una educación humanista que forme sobre nuestros orígenes, realidad y futuro posible y deseable es decir, una educación que permita alcanzar una cultura integral, tanto literaria como científica y tecnológica incluidas las nuevas tecnologías, que es lo que constituye el entramado del mundo de hoy y del mañana. Una educación que permita hacer un buen uso de la información para acceder al conocimiento y llevar a cabo acciones inspiradas en valores éticos y morales, desde las creencias e ideologías que libremente decidamos adoptar y ejercer coherentemente a lo largo de la vida.Una educación y un aprendizaje al alcance de todos que permita formarnos, educarnos en un aspecto profesional, además de actualizarnos y perfeccionarnos permanentemente, para poder vivir en plenitud y con dignidad, se trata de servir así también a los demás, tanto a los que nos son más próximos como también a los que están más distantes de nosotros, con espíritu de solidaridad, empezando por facilitar una igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento, incluso al conocimiento más avanzado.
En resumen: considerados los sistemas educativos como entidades especificas carradas en sí mismas, tal vez lleguemos a la conclusión de que no existe ninguno de ellos capaz de dar una respuesta plenamente satisfactoria a la complejidad que entraña la formación del ser humano para la sociedad actual y menos aun, futura, en la que ha de desenvolverse, sin embargo, mejorar la calidad de la enseñanza no es solamente un asunto que interese a la comunidad educativa, sino también un objetivo que el conjunto de la sociedad debe compartir y demandar. Por su parte, la educación en cualquier país del mundo no puede actuar de espaldas a la sociedad a la que va a entregar para su plena incorporación a los sujetos ahora en formación. Al revés, mantenerse alerta a las exigencias que la nueva sociedad va a demandar debe ser constante, pues la persona solo se realizara de una manera plena si se integra activa y adecuadamente, con su propia peculiaridad personal, en el ámbito social en que su vida va a desenvolverse. “En vista del rápido crecimiento presente y futuro del conocimiento y de las necesidades de aprendizaje, parece claro que la enseñanza de los jóvenes en las escuelas y demás centros de educación media y superior no debe limitarse a la formación de las mentes, de su memoria o de sus habilidades manuales en relación al logro de su primer trabajo, idealmente la meta es lograr:+ aprender a aprender y a desarrollar una curiosidad y deseo de aprendizaje insaciable para enriquecer la vida en todos sus aspectos y no solo en relación con el trabajo.+ aprender a anticipar y resolver problemas nuevos, analizarlos de forma sistemática i e idear soluciones alternativas.+ aprender a localizar información pertinente y a transformarla en conocimiento gracias a experiencias y criterios apropiados.+ aprender a relacionar las enseñanzas del sistema educativo con la realidad del mundo exterior, incluido el mundo laboral, el de las relaciones humanas, el de la familia y de la comunidad nacional y del entorno más inmediato, en el marco de los códigos éticos y de los sistemas de valores de la respectiva cohesión social;+ aprender a pensar en forma interdisciplinaria o integradora para poder percibir todas las dimensiones de los problemas o situaciones, frente a los puntos de vista parciales y frecuentemente distorsionados a que puede dar lugar la óptica de una especialidad académica concreta.” (11)El logro de estas metas no es tarea fácil y requeriría no pocos cambios en la actual gestión, contenidos y enfoque de los programas educativos, empezando por comprometer a los estudiantes de modo activo, además de procurar que el profesorado haga de la enseñanza –aprendizaje un proceso atractivo y agradable y no simplemente un sistema rutinario y muchas veces aburrido. Mucho más complicado aun es determinar la calidad del aprendizaje en la gran diversidad de modalidades que se producen de manera creciente fuera del sistema educativo formal, y concretamente, desde la óptica de información continua y permanente. Estamos ante cambios considerables en los inicios de un nuevo siglo, ante el progresivo convencimiento de la primicia del conocimiento para la solución de tantos y tan complejos problemas globales y locales, cada persona, sus familias, las empresas las instituciones religiosas, las fundaciones, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en suma la sociedad entera tendrá que financiar la educación y el aprendizaje individual y colectivo de muy variadas formas, las modalidades de financiamiento educativa hasta ahora tendrán que ser profundizadas y perfeccionadas, además de poner en práctica otras desde la creatividad innovadora. Esta es una tarea importante para todos si queremos garantizar un futuro para el aprendizaje. Sin embargo la reflexión esencial que debemos hacer cuanto antes es: que educación y que oportunidades de aprendizaje queremos poder logar ofrecer y para qué sociedad de futuro, de otro modo todo esfuerzo será inútil u fuente de graves frustraciones.No queremos una educación egoísta, para unos pocos, para los ya más favorecidos, para grupos o países dominantes, para el Imperio de una determinada civilización sin consideración hacia las numerosas identidades culturales existentes o para el uso en exclusiva del conocimiento más avanzado y de las tecnologías más novedosas al servicio de unas cuantas personas cada vez más ricas y mas insensibles a la pobreza circundante que avanza sin cesar.Lo que queremos es una educación para la paz, para la convivencia democrática en libertad, para la modernidad y el progreso, que permita un desarrollo sostenido y sostenible a largo plazo. Una educación humanista que forme sobre nuestros orígenes, realidad y futuro posible y deseable es decir, una educación que permita alcanzar una cultura integral, tanto literaria como científica y tecnológica incluidas las nuevas tecnologías, que es lo que constituye el entramado del mundo de hoy y del mañana. Una educación que permita hacer un buen uso de la información para acceder al conocimiento y llevar a cabo acciones inspiradas en valores éticos y morales, desde las creencias e ideologías que libremente decidamos adoptar y ejercer coherentemente a lo largo de la vida.Una educación y un aprendizaje al alcance de todos que permita formarnos, educarnos en un aspecto profesional, además de actualizarnos y perfeccionarnos permanentemente, para poder vivir en plenitud y con dignidad, se trata de servir así también a los demás, tanto a los que nos son más próximos como también a los que están más distantes de nosotros, con espíritu de solidaridad, empezando por facilitar una igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento, incluso al conocimiento más avanzado.