El objetivo fundamental del pensamiento de Kant es responder a la pregunta de qué es el hombre. Para ello, considera dos hechos indudables:
- El cielo estrellado sobre mi cabeza: Para Kant, existe un conocimiento verdadero, la física de Newton.
- La ley moral en mi pecho:
Su pensamiento se organiza en tres preguntas:
¿Qué puedo conocer?
Esta pregunta la contesta en su libro Crítica de la razón pura. Según la filosofía moderna, hay cuatro tipos de juicios:
- Juicios sintéticos: Su predicado no está contenido en la definición del sujeto. Se basan en la experiencia y amplían nuestros conocimientos. Ejemplo: «Los cuerpos son pesados».
- Juicios analíticos: Su predicado está implicado en la definición del sujeto. No aportan conocimiento, son meramente aclaratorios. Ejemplo: «El triángulo tiene tres lados».
- Juicios a priori: Se basan en el ejercicio de la razón pura. Son universales y necesarios. Ejemplo: «Una línea recta es la distancia más corta entre dos puntos».
- Juicios a posteriori: Se basan en la experiencia. Dan información nueva. Ejemplo: «No todos los cisnes son blancos».
Kant sostiene que Newton ha conseguido elaborar juicios sintéticos a priori. Para saber cómo son posibles estos juicios, es necesario realizar el giro copernicano.
Para Kant, el conocimiento se produce así:
- Primera síntesis: El sujeto vuelca sobre el objeto las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo), produciendo las sensaciones.
- Segunda síntesis: A partir de la sensación, y con la imaginación, se forma el fenómeno.
- Tercera síntesis: El sujeto vuelca sobre el fenómeno las categorías del entendimiento (cantidad, cualidad, modalidad y relación).
De esta síntesis surgen los juicios. Kant afirma que el sujeto relaciona el mundo, y solo tenemos acceso a una verdad fenoménica. Los juicios sintéticos a priori son posibles porque el sujeto trascendental racionaliza el mundo a partir de sus categorías. Kant concluye que existen límites para la razón: solo podemos conocer los fenómenos categorizables y experimentables. La realidad en sí (noúmeno) es inalcanzable, pero Kant afirma su existencia.
Kant se plantea qué ocurre con los tres grandes problemas de la metafísica (Dios, alma y mundo), concluyendo que son antinomias de la razón pura. Podemos demostrar sobre ellos una cosa y su contraria. No significa que no existan, sino que la razón pura no es válida para hablar de estos temas.
¿Qué debo hacer?
Esta pregunta la contesta en su libro Crítica de la razón práctica. Kant parte de un hecho indubitable: la existencia de la ley moral. Todo hombre siente atracción por el bien y repulsa el mal. Lo que hace que un acto sea bueno o malo está relacionado con su motivación. Un acto bueno debe ser racional e indeterminado, no depender más que de la propia motivación. Cualquier persona pudiera tomar la misma decisión.
Kant plantea una moral racional, incondicionada y universal. Busca un imperativo que regule los actos. Este puede ser:
- Hipotético: Manda solo si se cumplen ciertas hipótesis.
- Categórico: Manda sin depender de circunstancias o condiciones. Debe regir nuestros actos.
Kant encuentra el fundamento del imperativo categórico en el deber, distinguiendo el deber por el mero cumplimiento del deber. Formula el imperativo categórico: “Obra de tal modo que trates al otro siempre como fin y nunca como medio de tu acción”. Los seres racionales son fines en sí mismos. La sociedad se convierte en el reino de los fines, donde cada humano es tratado como soberano, no como súbdito. Kant realiza una ética racional, formal, aplicable y deontológica.
Kant percibe un posible error en su teoría: un acto racional puede dar peores resultados que uno irracional. Parece que los malvados obtienen mejores resultados que los justos. Resuelve este problema con la tercera pregunta.
¿Qué me cabe esperar?
Esta pregunta la contesta en su libro Crítica del juicio. Cabe esperar un Dios que premie o castigue las almas según los actos realizados libremente. Kant convierte las antinomias de la razón pura (Dios, alma y mundo) en postulados de la razón práctica, conforme a los cuales se confirma la razón estética.
¿Qué es el hombre?
Para Kant, el hombre es la unión de:
- Razón pura (conocer)
- Razón práctica (obrar bien)
- Razón estética (creer)