El Realismo Literario del Siglo XIX: Análisis y Evolución en España


El Realismo Literario en el Siglo XIX

A mediados del siglo XIX se abre paso una nueva corriente literaria llamada el Realismo, que sustituye la exaltación de la libertad individual y del «yo», por el propósito de explicar y analizar la realidad social de la época. En España, abarca desde la revolución de 1868 hasta la restauración de la dinastía borbónica. La realidad social está relacionada con el auge de la burguesía y los conflictos sociales entre esta clase dominante y la emergente clase obrera que lucha por sus derechos.

El Realismo está relacionado con una serie de teorías filosóficas y sociológicas que cambiarán la mentalidad y las estructuras sociales:

  • Positivismo: cuyo método es la observación y la repetición artificial del fenómeno físico para comprobar la causa y efecto.
  • Utilitarismo: que dice que todo es válido o no, dependiendo de su utilidad.
  • Evolucionismo: que refuerza las ideas positivas (Darwin).
  • Marxismo: utiliza la dialéctica para llegar al materialismo histórico.
  • Krausismo: que defiende el valor de la enseñanza aconfesional, tolerante, armónica, técnica…

Características del Realismo

Las características del Realismo son: el interés por lo externo al «yo», la reproducción con detalle de la realidad, por ello abundan los adjetivos. Se convierte la literatura en una ciencia exacta, puesto que se escribe, se describe y se narra con exactitud y minuciosidad. Se prescinde de los juicios personales, pero nunca se plasma la realidad en su totalidad; el autor te muestra lo que quiere que veas. El género dominante es la novela, con auténticos diálogos, movimiento de los personajes, tendencia a la ejemplificación y una excesiva depuración del lenguaje.

El Naturalismo

Por otro lado, las características del Naturalismo son la sustitución del arte por el arte por la fe en la ciencia, a raíz de la teoría del origen de las especies de Darwin. La base ideológica es la mentalidad positiva. Se produce una gran experimentación, más que observación. Zola y sus seguidores aplican el método experimental a la literatura.

Técnicas Narrativas del Realismo

La novela realista innova un método o técnica realista, puesto que no se puede hablar de estilo en cuanto tal. Hay descripciones ricas, minuciosas y amplias. La persona narrativa siempre es tercera o primera y omnisciente. Hay diálogos intercalados y, en ocasiones, monólogos (La Regenta). Combinaciones de diálogos, narraciones y descripciones. Hay características directas de los personajes y hay personajes redondos (se ve la evolución a lo largo de la obra) y personajes planos. Predominio de una estructura lineal junto con un lenguaje formal y culto, y en ciertas ocasiones coloquialidad para imitar el diálogo.

Convivencia del Romanticismo y el Realismo

En el siglo XIX hay una etapa donde convive el Romanticismo con el Realismo. Hay una tendencia al prosaísmo y a la sencillez, claro ejemplo es Fernán Caballero o Alarcón. A finales de 1870-1880 está el Realismo puro con una tendencia tradicionalista e idealizante (Alarcón, Pereda) o con tendencia al Realismo puro y liberal (Galdós). A partir de 1880 se mezcla el Realismo y el Naturalismo (Pardo Bazán, Galdós).

Benito Pérez Galdós

Tiene una dedicación al periodismo y a la literatura. Existe una alternativa entre los Episodios Nacionales y novelas contemporáneas. Llega a ser diputado, teniendo así actividad política. Llega también en su actividad literaria a escribir teatro. Galdós es liberal y republicano, lo que hace que sea muy atacado, pero es conciliador. Se dice que es el creador de la novela moderna.

Obra y Estilo de Galdós

Sus obras están todas situadas en Madrid, donde había un predominio de las clases medias, pero también se ve en los personajes reflejados: aristócratas arruinados, burgueses enriquecidos, comerciantes, funcionarios. Se refleja muy bien la sociedad española de la época. Galdós habla de que el tiempo todo lo cambia, del dolor, de los sueños, del amor; es decir, hace reflexión sobre la condición humana. Utiliza un punto de vista irónico, a veces sarcástico, duro y en ocasiones tierno.

Utiliza técnicas como la voz narrativa omnisciente, opiniones, diálogo combinado con la narración descriptiva o los monólogos interiores, pero no caóticos. En ocasiones, repite en diferentes obras los mismos personajes. Utiliza personajes especiales como rebeldes, dementes… Su estilo es sencillo, de lenguaje llano, en prosa ágil y espontánea, con una meditación muy elaborada. Hay una caracterización lingüística de los personajes, intentando imitar con exactitud su lengua hablada.

Etapas en la Obra de Galdós

A lo largo de su vida tiene varias etapas. Las primeras novelas son novelas de tesis donde hay una contraposición de ideologías liberales y conservadoras (Doña Perfecta, Marianela). Las novelas siguientes son publicadas a partir de La Desheredada y son las novelas contemporáneas que presentan una evolución cuidadosa de la psicología de los personajes (Miau, Fortunata y Jacinta). Este último es un claro ejemplo, puesto que cuida su construcción, entrelaza elementos ficticios con históricos, hace un gran uso de los diálogos, hay un novedoso monólogo interior e introduce sueños, recuerdos… Sus últimas novelas ensayan originales procedimientos narrativos (introducción de elementos fantásticos), obras representativas de estas últimas: Tristana y Torquemada. Por último, hay que hablar de los Episodios Nacionales, que consta de 46 novelas en 5 series, que es un intento de entender por medio de la literatura los conflictos de la sociedad española y la evolución de un pensamiento liberal a uno republicano.

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