Alfonso XIII llega al trono (segunda etapa restauración)
El Reformismo Dinástico (1907-1913)
Turno Dinástico
Maura (conservador) y Canalejas (liberal) fueron la nueva generación de políticos influida por el regeneracionismo.
El gobierno de Maura o »gobierno largo» (1907-1909) protagonizó el mayor intento reformista impulsado por los conservadores. Proyectó la »revolución desde arriba» para regenerar el sistema a partir de la adhesión de las “masas neutras” y lograr un Estado fuerte. Quería tanto desbancar el sistema caciquil como impedir que las clases populares tuviesen mucho protagonismo. Se llevó a cabo una reforma electoral que hizo más difícil el fraude electoral, impulsó la política social (Instituto Nacional de Previsión y Ley de Descanso Dominical) y exigió más independencia del poder ejecutivo frente a la Corona. Se esforzó por integrar al catalanismo y reconocer las regiones.
Canalejas (1910-1913) formó gobierno y proponía la modernización de la vida política, el reformismo social y limitar el poder de la iglesia reformando su financiación y separándola del Estado. La negativa de la Santa Sede comportó la Ley del Candado.
Política social, sustitución del impuesto de consumos por un impuesto sobre las rentas urbanas, reformó la ley de reclutamiento (obligatorio en guerra y supresión de la redención en metálico) y leyes para la mejora de las condiciones laborales. Elaboró la ley de mancomunidades que beneficiaba a los catalanistas, aprobada por Dato ya que Canalejas muere en 1912.
La Oposición
El sentimiento de no haber sabido aprovechar la crisis del 98 para poner fin a la hegemonía de los partidos dinásticos hizo que las fuerzas de oposición tuvieran que renovarse.
Republicanismo
Principal fuerza de la oposición política. Las disidencias en su interior llevaron al declive a esta formación política. En 1903, nace la Unión Republicana, que intentaba unificar a los diferentes sectores republicanos alrededor de Salmerón, sin embargo, las discrepancias en su interior llevaron a ésta al declive, planteadas en su mayoría por Lerroux, que creó el Partido Radical con un diálogo demagógico, anticlerical y supuestamente revolucionario que influyó en Barcelona. En Valencia triunfó el blasquismo, de notable semejanza a los principios lerrouxistas.
Partidos Obreros
El PSOE colaboró con otras fuerzas de izquierda sin renunciar a sus principios revolucionarios. En 1909 se pactó una alianza electoral entre republicanos y socialistas (a excepción de los lerrouxistas) y en 1910 consiguieron su primer diputado en el congreso, Pablo Iglesias.
Acontecimientos
La política colonial y la guerra de Marruecos
En 1906, España penetra en el norte de África. Con la Conferencia de Algeciras y el posterior tratado hispano-francés de 1912, se repartió África entre los países europeos. Se estableció un protectorado franco-español en Marruecos y a España se le concedió el Rif y el Ifni. Intereses: beneficios económicos y restaurar el prestigio del ejército. Los rifeños contestaron con ataques organizados en cabilas y que en 1909, consiguieron derrotar a España en el Barranco del Lobo y se decidió incrementar el número de soldados con reservistas. El envío de los reservistas provocó un movimiento de protesta popular, apoyado por anarquistas, socialistas y republicanos.
La Semana Trágica de Barcelona
La movilización contra la guerra se inició en el puerto de Barcelona mientras se realizaba el embarque de tropas hacia Marruecos. Adquirió un carácter de rechazo a la hegemonía social y cultural de la Iglesia. Se constituyó un comité de huelga que hizo un llamamiento a la huelga general para dos días después. Esta iniciativa popular acabó descontrolada y se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de orden público y el incendio de establecimientos religiosos. Las autoridades declararon el estado de guerra enviando refuerzos y el movimiento se radicalizó y derivó hacia la actuación de grupos incontrolados. La represión posterior fue muy dura, anarquistas y radicales fueron responsabilizados de los hechos. Se efectuaron detenciones y 5 condenas a muerte, entre ellas Francisco Ferrer y Guardia, impulsor de la Escuela Moderna, acusado de ser su inspirador ideológico.
Las consecuencias políticas
La represión provocó protestas en toda Europa. La oposición a Maura fue apoyada por campañas internacionales y el bloque de izquierdas consiguió la disolución de las cortes por Alfonso XIII y el traspaso de poder a los liberales.
En Cataluña, la izquierda acusó a la burguesía y al catalanismo de haber apoyado la represión y surgió un nacionalismo republicano y de izquierdas, que acabó con la fundación de la Unión Federal Nacionalista Republicana en 1910. Se acercaron las fuerzas de izquierdas creando la Conjunción Republicano-Socialista y el Partido Reformista de Melquíades en 1912. Los lerrouxistas engrosaron las filas del anarcosindicalismo.
Sindicalismo y conflictividad obrera
La expansión del sindicalismo
El sindicalismo obrero influía poco en la vida política española, solo en ciudades industrializadas. El sindicalismo de base socialista (UGT) comenzó un intenso ciclo de agitaciones obreras. En 1911 hubo un intento de huelga general revolucionaria oponiéndose a la pérdida de capacidad adquisitiva de los obreros, al deterioro de las condiciones de trabajo y reclamando la jornada laboral de 8 horas.
La fundación de la CNT
En Cataluña, sindicatos y asociaciones obreras de tendencia anarquista crearon la Solidaridad Obrera en 1907 de carácter apolítico, reivindicativo y favorable a la lucha revolucionaria. En 1910 se impulsó la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) con el objetivo de extenderse por España. La CNT era revolucionaria y tenía una ideología basada en: la independencia del proletariado respecto a la burguesía y al Estado (se declaraba apolítica), la necesidad de la unidad sindical de los trabajadores y la voluntad de derribar el capitalismo. Actuaban mediante huelgas y boicots hasta proceder a la Huelga General Revolucionaria. Sus líderes fueron Salvador Seguí, entre otros. La CNT se prohibió.
Legislación social y cultura obrera
Los gobiernos hicieron leyes y reglamentos para regular la jornada y las condiciones laborales, pero tuvieron escaso cumplimiento, resultado de la inexistencia de una inspección de trabajo eficaz. Ante la indiferencia del gobierno por la educación y el desarrollo cultural de los trabajadores, las organizaciones obreras tomaron conciencia de la necesidad de difundir la educación, porque sin el cimiento de la cultura no podría llevarse a cabo la revolución y el cambio radical de la sociedad. Se fundaron Ateneos Obreros por parte del proletariado que eran lugares de reunión y encuentro con actividades lúdicas y educativas. Los anarquistas fundaron la Escuela Moderna y el PSOE la Escuela Nueva.
Gobierno de Dato (1914-1917), 1ª G.M y Crisis del 17
1913 – El rey Alfonso XIII nombra a Dato (conservador)
España y la Primera Guerra Mundial
España se mantuvo neutral frente al conflicto europeo, debido al aislamiento de la política exterior española porque carecía de importancia política y militar. A pesar de eso, la sociedad española se mostró partidaria de unos u otros bandos: Aliadófilos: los partidarios de la conservación (Alemania y Austria). Germanófilos: más progresistas (Francia e Inglaterra).
La neutralidad favoreció la expansión económica ya que la guerra redujo la capacidad productiva de los países integrantes y España se convirtió en suministradora de productos industriales y agrarios de todos ellos. El crecimiento de la producción comportó el aumento de los precios que se duplicaron.
La demanda exterior benefició especialmente a las industrias. Pero el aumento de las ganancias no se aprovechó para mejoras del sistema de producción o para el aumento de los salarios, con lo que el nivel de vida empeoró.
El impacto de la guerra
En 1917 estalló la revolución rusa por la que, por primera vez, un partido obrero consiguió tomar el poder, y las organizaciones obreras vieron en Rusia un ejemplo a seguir, esto atemorizó a la burguesía que exigió medidas de represión del movimiento obrero y provocó elevada conflictividad social. El fin de la guerra también supuso una gran modificación de fronteras de Europa que influyeron en nacionalistas catalanes y vascos que fortalecieron sus posturas y las radicalizaron.
La Coyuntura del 17
La coyuntura económica derivada de la primera guerra mundial acentuó las diferencias sociales y creó un clima de tensión que estalló en 1917 provocando una protesta generalizada de carácter antigubernamental llevada a cabo por los partidos al margen del turnismo, los militares y las organizaciones obreras. Pero el movimiento no consiguió sus objetivos ya que no tenían un programa común por el que mantenerse unidos.
La crisis militar
Consecuencia de las guerras, había un número excesivo de oficiales ya que los ascensos se obtenían por méritos de guerra. La inflación disminuyó el valor de los salarios, beneficiando a los africanistas en detrimento de los peninsulares. El fuerte descontento desembocó en la formación de Juntas de Defensa militares que reclamaban un aumento salarial y se oponían a los ascensos por méritos de guerra, también escribieron un manifiesto culpando al gobierno de los males del ejército y del país. Exigían una renovación de la política nacional, pero al servicio de sus intereses como militares, que no tenían nada que ver con los sociales.
La crisis política
Dato, ante la crisis, suspendió las garantías constitucionales y se organizó en Barcelona la Asamblea de Parlamentarios Catalanes exigiendo la formación de un gobierno provisional y reestructurar un país descentralizado. Se convocó una reunión de todos los diputados y senadores españoles, pero la negativa de las fuerzas monárquicas y las discrepancias ideológicas de los componentes debilitaron la iniciativa y el movimiento no tuvo continuación.
La crisis social
Movimiento obrero y sindical motivado por el descenso de los salarios reales. En 1916, movimiento huelguístico y CNT y UGT acordaron firmar un manifiesto conjunto donde se instaba al gobierno a intervenir para contener los precios. La tensión estalló y con la ayuda del PSOE se llamó a huelga general hasta que se formara un gobierno provisional. La reacción del gobierno fue represiva declarando la ley marcial y enviando al ejército a reprimir el movimiento. Se encarceló a los miembros del comité de huelga.
Consecuencias del 17
La consecuencia: formación de sucesivos gobiernos de concentración, aunque no se consiguió consensuar un programa común. El más relevante fue el Gobierno Nacional de Maura con la participación de líderes dinásticos y regionalistas catalanes. Las diferencias entre ellos hicieron imposible cualquier proceso reformista.
La Descomposición del Sistema: Vuelta al Turno (1918-1923)
Gobierno y Oposición
Se volvió al turno dinástico con un elevado número de cambios de gobierno que no duraban más de un año. Ningún partido dinástico reunió la mayoría parlamentaria, aún recurriendo al fraude electoral, y fue constante el recurso a medidas de excepción (suspensión de las garantías constitucionales y clausura del parlamento). Esto imposibilitaba la formación de gabinetes y de impulsar la renovación que el sistema necesitaba, el ejército se convirtió en el principal agente represor.
Republicanos y socialistas (oposición) no consiguieron afianzar un programa alternativo y el Partido Radical de Lerroux perdió apoyo obrero y evolucionó hacia posiciones más conservadoras. El Partido Reformista se acercó a los liberales. El resto de la oposición republicana siguió fragmentada.
El PSOE incrementó su afiliación y su fuerza electoral. Sus nuevos dirigentes eran partidarios del parlamentarismo y de una práctica política reformista. Pero el estallido de la revolución rusa hizo que un grupo de dirigentes apoyaran al régimen bolchevique y quisieran afiliarse a la III Internacional, este sector decidió abandonar el PSOE y fundar el Partido Comunista de España (PCE).
Conflictividad obrera
Los sindicatos incrementaron su afiliación, en especial la CNT que se refundó después de su prohibición en el Congreso de Sants de 1918. Se acordó la creación de Sindicatos Únicos de Industria y se reafirmó el apoliticismo y la necesidad de la negociación directa entre obreros y patronos.
En Andalucía, el aumento de los precios y la revolución rusa dio paso al llamado trienio bolchevique (1918-1921). Anarquistas y socialistas impulsaron revueltas campesinas, que tenían como motivaciones el hambre de tierras, el deterioro de los salarios y las condiciones de vida. La revolución social se reprimió declarando el estado de guerra.
En Barcelona, la huelga de la Canadiense consiguió paralizar el 70% de la industria local. La huelga duró mes y medio y finalizó con un acuerdo por el cual la patronal aceptaba la readmisión de los despedidos, el incumplimiento de la promesa hizo reanudar la huelga y la patronal respondió cerrando la empresa y con una durísima represión contra los sindicatos. Esto generó una radicalización extrema de la postura de los sindicatos y la patronal.
Los años del pistolerismo (1918-1923)
Radicalización extrema de las posiciones de los sindicatos y de la patronal, aprovechada por las autoridades militares para hacerse con el control y ejercer una fuerte represión. España vivió bajo un estado de excepción permanente entre el 19 y el 22. Los anarquistas practicaron un activismo violento organizando numerosos atentados. Empresarios y patronos crearon la Federación Patronal para detener la fuerza de los sindicatos obreros y contrataron pistoleros a sueldo para asesinar a los dirigentes obreros y recurrieron al lockout (cierre de empresas), fomentaron la creación del Sindicato Libre para contrarrestar la fuerza cenetista.
El general Martínez Anido fue nombrado gobernador civil de Barcelona y protagonizó una política de protección de los pistoleros de la patronal y represión contra los sindicalistas poniendo en práctica la ley de fugas. Dato acabó asesinado por estos cenetistas en 1921.
El problema de Marruecos
El protectorado español en Marruecos tenía escaso valor. Las clases populares estaban en contra de la guerra colonial y los políticos no tenían objetivos claros e instaban a los militares a evitar el enfrentamiento, criticando duramente los fracasos bélicos cuando se producían.
Acabada la primera guerra mundial, las autoridades españolas reprendieron sus acciones militares para afianzar el control del territorio, pero en la zona oriental las cabilas ofrecieron mucha resistencia. El general Silvestre inició una campaña adentrándose en el corazón del Rif sin proteger la retaguardia. Las cabilas de Abd-el-Krim atacaron por sorpresa el puesto español de Annual provocando numerosas bajas debido a la nula preparación y el desconocimiento del terreno del ejército y la pérdida del terreno. El desastre de Annual puso en evidencia la deficiente organización del ejército.
A raíz de esto se inició un proceso parlamentario encargado de elaborar un informe sobre lo ocurrido, el Expediente Picasso. Al parecer, influenciado por Alfonso XIII, partidario de la expansión marroquí, el general Silvestre comenzó la ofensiva sin tomar precauciones.
Se inició un debate parlamentario y se exigieron medidas drásticas contra el Rey y el ejército. El expediente no llegó nunca a las cortes: Primo de Rivera provoca un golpe de estado.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1929)
En 1923, Primo de Rivera se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y exigió que el poder pasase a manos de los militares. Alfonso XIII le encomendó la formación de un nuevo gobierno. La dictadura tuvo siete años de vida con dos formas de gobierno: el directorio militar (1923-1925) con carácter interino para resolver los problemas pendientes y el directorio civil (1925-1930) para la institucionalización del régimen y mejorar las cuestiones económicas y sociales.
Las causas del golpe de estado
El régimen constitucional estaba bloqueado y desprestigiado y existía un grave peligro de revolución social. Su acción era un remedio indispensable con pretensiones regeneracionistas y moralistas y presentaba un claro componente populista. En su manifiesto inaugural, expresaba la voluntad de limpiar el país de caciques y de acabar con el bandidaje político. Primo de Rivera pretendía evitar que el régimen político acabara por democratizarse, pues en el último gobierno de concentración se había planteado objetivos reformadores y de esta manera se frenaba esa reforma del sistema.
La reorganización del estado
Medidas del directorio militar
Suspensión del régimen constitucional, disolución de las cámaras legislativas, cese de las autoridades civiles, etc. Todo ello acompañado de una militarización del orden público y de una represión del obrerismo más radical (cenetistas y comunistas).
Para eliminar el caciquismo se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial y los ayuntamientos fueron sustituidos por juntas de vocales asociados nombrados por altos cargos, por lo que la regeneración que prometía quedó en una gran farsa.
Se creó un nuevo partido, La Unión Patriótica, gubernamental, sin un programa ideológico definido y cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura.
En la primera etapa se centró en el conflicto de Marruecos y se inició una política de colaboración con Francia que incluyó una acción militar coordinada (desembarco de Alhucemas) y Abd-el-Krim se rindió, consiguiendo la ocupación definitiva del protectorado.
Durante el directorio civil se intentó institucionalizar el régimen con la creación de una Asamblea Nacional Consultiva en 1927 con la realización de un plebiscito que sometió a votación su política. Los representantes estaban escogidos desde el poder, el sufragio universal quedó en el olvido.
Política económica y social
Buena coyuntura económica internacional: fomento de obras públicas, aprobación de un Decreto de Protección de la Industria Nacional que concedía ayudas a las empresas incompetentes con el mercado exterior, concesión de grandes monopolios a compañías… Esta política comportó un déficit presupuestario y provocó el endeudamiento del Estado.
Se procedió a la regulación del trabajo, creándose la Organización Corporativa Nacional que articulaba las relaciones laborales creando comités paritarios (igual número de patronos que de obreros) cuya misión era la reglamentación de los salarios y de las condiciones de trabajo.
La oposición a la Dictadura
Fue criticada por los partidos del turno por su excesiva duración y participaron en conspiraciones militares como la Sanjuanada en 1926. Los republicanos organizaron la Alianza Republicana que unió a las facciones del movimiento. El enfrentamiento de los intelectuales, protagonizado por figuras como Unamuno, muy críticos al régimen, suscribieron un manifiesto en contra de su política. La oposición del mundo universitario provocó una revuelta estudiantil.
En el interior de la CNT había un enfrentamiento entre radicales y posibilistas. Los primeros crearon la FAI (Federación Anarquista Ibérica), partidaria de la insurrección popular. El PSOE se pronunció a favor de la república.
La cuestión catalana se convirtió en un conflicto por las medidas tomadas por Primo de Rivera como la liquidación de la Mancomunidad y la prohibición del catalán y la sardana, que hicieron que el régimen fuese visto en Cataluña como profundamente anticatalanista.
La caída del dictador
El consenso inicial entre distintas facciones monárquicas y civiles fue resquebrajándose, incapaz de encontrar una salida al régimen hacia un sistema constitucional. Alfonso XIII optó por retirar la confianza al dictador. El general Berenguer, encargado de sustituirle, prometió el retorno constitucional, pero se llevaba a cabo tan lentamente que la oposición mostró su descontento (dictablanda). La oposición se organizó y republicanos, socialistas y catalanistas de izquierda firmaron el Pacto de San Sebastián en 1930 para proporcionar una alternativa a la monarquía, constituyendo un gobierno provisional para la futura república.
En febrero de 1931 se da lugar el último gobierno de la monarquía por Aznar con el compromiso de convocar elecciones a cortes constituyentes.