La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia
Introducción
En noviembre de 1975, con la proclamación de Juan Carlos I como rey, la incertidumbre se cernía sobre España. Pocos preveían un cambio democrático pacífico. Los franquistas desconfiaban de las intenciones del nuevo monarca, mientras que la oposición lo veía como un continuador del régimen de Franco. Sin embargo, en un corto periodo, España transitó de la dictadura a una democracia plena a través de un proceso ejemplar por su carácter pactado y no violento: la Transición.
El Reinado de Juan Carlos I
El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I juró ante las Cortes como nuevo Rey. Su discurso inicial, que decepcionó a quienes esperaban una apertura, y su presencia en actos oficiales, generaron la percepción de continuidad con el franquismo. No obstante, el entorno del monarca ya planeaba un cambio político: reformar el sistema desde dentro, utilizando las leyes fundamentales del régimen franquista.
Para tranquilizar a los sectores inmovilistas, el Rey mantuvo a Arias Navarro como presidente. Sin embargo, el gobierno de Arias se caracterizó por los enfrentamientos entre el jefe de gobierno, quien frenaba cualquier cambio, y los ministros reformistas (Fraga, Suárez…). En medio de la desconfianza militar, huelgas y manifestaciones, el Rey destituyó a Arias Navarro. Torcuato Fernández Miranda, como Presidente de las Cortes, propuso entonces a Adolfo Suárez como nuevo jefe de gobierno.
El Gobierno de Suárez y la Ley para la Reforma Política
El 3 de julio de 1976, Adolfo Suárez fue designado jefe de gobierno. Su nombramiento causó desconcierto, dado su pasado falangista. Consciente de la necesidad de cambio, el gobierno de Suárez ganó credibilidad al anunciar elecciones generales antes del 30 de julio de 1977. Implementó medidas reformistas como la amnistía para presos políticos (excepto terrorismo), la ampliación de la libertad de expresión y las negociaciones para legalizar sindicatos y partidos políticos.
El 15 de diciembre de 1976, se promulgó la Ley para la Reforma Política, basada en la soberanía popular, la inviolabilidad de los derechos individuales y la creación de unas Cortes. Para impulsar el cambio, el gobierno de Suárez aisló a la extrema derecha y controló al Ejército, pilar del franquismo. Mientras tanto, la extrema derecha y grupos terroristas como ETA y GRAPO, recurrieron a la violencia para frenar el proceso. Ante las medidas de Suárez, las fuerzas políticas se reorganizaron: la derecha con Alianza Popular (AP) liderada por Manuel Fraga, el centro con el Partido Popular (PP), la oposición con la Platajunta y la izquierda con el Partido Comunista.
La Legalización de Partidos y la Convocatoria de Elecciones
Tras el referéndum, la transición atravesó momentos difíciles. Las medidas para garantizar elecciones libres se vieron amenazadas por la violencia de grupos terroristas como ETA y GRAPO. Suárez negoció con la oposición y legalizó todos los partidos, excepto el PCE inicialmente, debido a su resistencia al cambio. El 1 de abril se disolvió el Movimiento y el 9 de abril se legalizó el PCE. También se legalizaron los sindicatos y se aceleró el regreso de los exiliados. Suárez formó su propio partido, la Unión de Centro Democrático (UCD), una coalición de democristianos, liberales, socialdemócratas y antiguos miembros del Movimiento.
Las Elecciones y la Constitución de 1978
El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas en 40 años. UCD y PSOE se alzaron como las principales fuerzas, seguidas por PCE y AP. Las nuevas Cortes se enfocaron en la elaboración de una nueva Constitución. La Comisión Constitucional, compuesta por 17 miembros de los principales partidos, redactó el texto, que fue aprobado el 31 de octubre de 1978.
La Constitución de 1978 buscó un marco válido para todas las opciones políticas y sociales. Definió a España como un Estado social y democrático de derecho, con una monarquía parlamentaria. Estableció la soberanía nacional, la división de poderes, Cortes bicamerales, la no confesionalidad del Estado y una amplia declaración de derechos y deberes. El poder judicial recayó en los tribunales, incluyendo un Tribunal Constitucional. La principal novedad fue la configuración de un Estado casi federal, con nacionalidades y regiones, a través de las Comunidades Autónomas.
Tras la aprobación de la Constitución, Suárez convocó elecciones generales para el 1 de marzo de 1979 y municipales para el 1 de abril. UCD obtuvo la mayoría de concejales, pero la alianza PSOE-PCE y nacionalistas dieron la alcaldía al PSOE en la mayoría de ciudades. Suárez inició la etapa constitucional con un partido en crisis y una difícil situación económica y social, lo que provocó su dimisión y la llegada de Calvo-Sotelo. El intento de golpe de Estado del general Tejero fragmentó a UCD, llevando a nuevas elecciones en 1982, donde el PSOE de Felipe González obtuvo mayoría absoluta, culminando la Transición.
Conclusión
La Transición fue un hito en la historia política española. Un proceso complejo marcado por las reticencias de sectores franquistas, el terrorismo y la crisis económica internacional. Sin embargo, la voluntad de cambio del pueblo español y la capacidad de los partidos para ceder en pro del bien común, permitieron superar las dificultades. La Transición fue valorada positivamente a nivel internacional por su carácter pacífico.