Diversas concepciones filosóficas sobre el ser humano
Autores clásicos y contemporáneos
Aristóteles
El hombre es un animal racional que posee conocimiento intelectual (capaz de conocer la esencia de los objetos y formar conceptos universales) y voluntad (movida por el objeto del conocimiento intelectual, apetece al Bien). Ocupa el nivel superior en la escala de la naturaleza. No puede concebir nada sino a través de su propia concepción.
- Acto: aquí y ahora, existencia actual.
- Potencia: todo aquello que puede llegar a ser o existir.
- Materia: todo aquello de lo que está hecha la sustancia.
- Forma: lo que hace que la sustancia sea sustancia.
- Sustancia: aquello que es en sí mismo y no en otro.
- Accidentes: cualidades que pueden estar presentes o no.
Pascal
El hombre es un ser paradojal, punto de unión entre el universo terrenal y el espiritual. Posee cuerpo y alma, lo que lo lleva a vivir en sociedad y tener deseos instintivos. Lucha entre los deseos y lo que debe hacer. Es grandioso porque reconoce su miseria y miserable porque peca.
Boecio
El hombre es una sustancia completa que posee cuerpo y alma, un ser racional y libre. Es libre porque está dotado de razón. Estando dotado de razón no puede carecer de libre albedrío. Hay necesidad cuando se trata de hechos naturales y libertad cuando se trata de actos voluntarios. El azar no existe porque todo acontecimiento emana de una causa. Posee el privilegio de la razón y solo a la divinidad le es propio poseer inteligencia; capta lo aprendido por la razón, la imaginación y los sentidos. Reconoce un ser superior.
Scheler
El hombre es un ser espiritual que posee:
- Conciencia: puede objetivar su propia constitución, organiza y vivencia psíquicas.
- Independencia y libertad: nacen de nuestra pretensión de ser nosotros mismos, de guiar nuestra existencia sobre el camino que elegimos; buscamos independencia ante el mundo y lo que habita en él.
- Objetividad: posibilidad de ser determinado por la manera de ser de los objetos mismos.
- Autonomía existencial y ascética: se dedica a la práctica y ejercicio de la perfección espiritual y lleva una vida modesta y sobria.
Rousseau
El hombre es bueno por naturaleza, la sociedad lo ha corrompido. La ruptura con el estado natural y el surgimiento de la sociedad civil se deben a la propiedad privada, fruto de la esclavitud, el trabajo exagerado de algunos contra la excesiva ociosidad de otros, la pobreza de muchos contra la acumulación de riquezas. Surgen derechos como necesarios para sobrevivir. Es un animal con ventajas.
Cassirer
El hombre es un animal simbólico que se comunica con la realidad a través de símbolos (mito, arte, religión, lenguaje). Niveles de lenguaje:
- Emotivo: animal y hombre.
- Proposicional: solo el hombre porque posee inteligencia simbólica.
Todo organismo posee un sistema de receptores y efectos que constituyen un círculo funcional; esto se da en el ser humano, pero se le añade el sistema simbólico, siendo esta su característica distintiva.
Freud
El hombre nace con agresividad; en él actúa un impulso hacia el odio y la destrucción.
- Eros (amor): tendencia a la construcción: socialización, optimismo, alegría.
- Tánatos (odio): muerte, destrucción, aislamiento.
Orneto
El hombre es un ser con interioridad, un cuerpo espiritualizado. Constituido por:
- Sensaciones: aparecen como contenido de nuestra conciencia y dependencia del mundo exterior.
- Sentimientos: no dependen directamente del mundo exterior.
- Toma de decisiones: decidir es definirse sobre otro tiempo y otro lugar.
- Ideas: transcienden el espacio y el tiempo.
El hombre es espíritu encarnado porque este está totalmente impregnado, atravesado por su cuerpo y no se puede separar de él.
- Materia: ocupa lugar, cambia con el tiempo.
- Espíritu: ocupa lugar, permanece en el tiempo.
- Espíritu encarnado: signo material que expresa lo espiritual, crece a través del tiempo por el aprendizaje.
Toda persona es original e irrepetible; no podemos conocer todo de los demás. Si la persona es misterio, siempre habrá algo que descubrir en los demás. La naturaleza humana está en constante cambio, pero no cambia en lo que soy y quién soy. El sujeto permanece: una historia, memoria, la promesa; ser en relación: todo en nosotros está en constante movimiento, nuestra capacidad de trascendencia se realiza en el encuentro con la otra persona. Está en contra del determinismo social. La libertad no es absoluta, la sociedad, la época o la historia personal la limitan o condicionan, no la anulan.
- Lo inconsciente nos condiciona, pero no nos determina.
- El ambiente social nos censura o alienta, no nos obliga a ceder nuestra libertad.
- Dios no nos la puede negar porque fue el don más alto que entregó al hombre.
Ser libre es poder elegir, supone arriesgar. La libertad es la potencia de la voluntad del hombre; lo que no se puede elegir se asume o no.
Sartre
Ser hombre es existir; el hombre debe amar su existencia por sí mismo. El hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a inventar al hombre. La existencia en el ser humano precede a la esencia; en los objetos, la esencia precede a la existencia. El hombre primero existe, luego se define. No es responsable de sí mismo, pero sí de todos los hombres. Se siente desamparado, sin pautas morales que lo guíen. Condenado a ser libre.
Gastaldi
El hombre es un ser social, destinado a vivir en sociedad. Posee:
- Interioridad: yo responsable y libre.
- Autoconciencia: sabe que sabe.
- Autodeterminación: libertad.
- Unicidad: es único.
- Ser en el mundo: constante intercambio con el mundo.
Individualismo: las relaciones humanas son accidentales.
Colectivismo totalitario: absorbe al individuo en la colectividad.
Personalismo dialogal: medio de personalización.
Juan Pablo II
El hombre es aquel que busca la verdad con la razón y la alcanza iluminado por la fe, descubriendo el sentido más profundo de cada cosa y de la existencia. Tres reglas:
- El conocimiento del hombre es un camino que no tiene descanso.
- Dicho camino no se puede recorrer con el orgullo de quien piensa que todo es fruto de su conquista personal.
- Se funda en el temor a Dios; la razón debe reconocer su trascendencia soberana y su amor providente en el gobierno del mundo.