1. El Sistema de Ciudades en España
1.1 El Sistema Urbano Español
El sistema urbano español está constituido por un conjunto de ciudades interrelacionadas. Se compone de:
1.1.1 Las Ciudades
Las ciudades son la combinación de varios criterios:
- Criterio cuantitativo o estadístico: El Instituto Nacional de Estadística (INE) considera urbanos los municipios con más de 10.000 habitantes.
- Criterio morfológico: Basado en el aspecto formal de la ciudad (poblamiento concentrado, alta densidad de edificación y de población y predominio de la vivienda colectiva y en altura).
- Criterio funcional: Basado en las actividades económicas urbanas, que son principalmente distintas de las agrarias (la industria y los servicios).
- Criterio sociológico: Define a la ciudad por sus rasgos sociales (una mayor diversidad social y privacidad; frente a la mayor homogeneidad y control social en el ámbito rural).
- Criterio espacial: Basado en la capacidad de la ciudad de organizar el espacio. Es decir, de ejercer su influencia sobre otros núcleos de población y de interrelacionarse con otras ciudades.
Las ciudades de un sistema se caracterizan por su tamaño y por las funciones que desempeñan. De acuerdo con estas, ejercen su influencia sobre un área más o menos amplia:
- El tamaño demográfico de las ciudades se establece según la regla rango-tamaño. Esta otorga a cada ciudad un rango de orden en el sistema de acuerdo con el tamaño de su población. En España hay quince grandes aglomeraciones urbanas, que superan los 500.000 habitantes. Estas se pueden agrupar en tres niveles: las de primer nivel son las mayores de 500.000 habitantes (destacan Madrid y Barcelona). Aglomeraciones como Valencia o Sevilla superan los 800.000 habitantes y como Zaragoza o Murcia con más de 500.000. También existe un elevado número de aglomeraciones y ciudades medias entre 50.000 y 250.000 habitantes. Este hecho se debe al crecimiento de ciudades medias (de segundo nivel), motivado por la descentralización (autonomías).
- La distribución territorial de las ciudades por su tamaño se caracteriza por la localización en el centro peninsular de la mayor aglomeración urbana, Madrid, rodeada de las principales aglomeraciones urbanas, situadas en la periferia, y de un espacio interior poco urbanizado, donde predominan las ciudades medias y pequeñas.
- Las funciones urbanas son las actividades socioeconómicas desempeñadas por las ciudades hacia el exterior. Según su función principal, las ciudades primarias están especializadas en actividades del sector primario. Entre ellas se cuentan las agrociudades andaluzas, manchegas, murcianas y levantinas, y las ciudades mineras, como algunas asturianas. Las ciudades secundarias en unos casos están especializadas en la industria, como las primeras ciudades incorporadas a la Revolución Industrial en el País Vasco y Cataluña. En otros casos están especializadas en la construcción por el gran dinamismo económico, demográfico o turístico (Barcelona, Málaga). Las ciudades terciarias están especializadas en los servicios. Estos servicios pueden ser empresariales, financieros, comerciales, de transporte, administrativos, sanitarios, turísticos, etc.
- Las funciones desempeñadas hacia el exterior convierten a las ciudades en lugares centrales que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada área de influencia. La amplitud de esta será mayor cuanto más diversas y especializadas sean las funciones urbanas. El alcance del área de influencia urbana no es permanente y puede experimentar modificaciones en función de los cambios económicos y de la dotación de medios de transporte y comunicación.
1.1.2 Relaciones Urbanas
Las ciudades de un sistema urbano se relacionan entre sí. Estas relaciones se miden por los flujos o intercambios económicos (mercancías, capitales, inversiones); de personas; y de otros tipos (políticos, administrativos, culturales o de información).
Cuando los flujos son unidireccionales, entre una ciudad y otra, indican relaciones de dominio/subordinación; cuando son bidireccionales, indican relaciones de integración/competencia.
En el sistema urbano español, las relaciones entre ciudades se caracterizan por estos rasgos:
- Las relaciones más intensas corresponden a Madrid, que mantiene importantes flujos con las demás metrópolis, especialmente Barcelona, la segunda metrópoli nacional.
- Barcelona tiene una influencia general más débil, aunque intensa en el oriente peninsular y Baleares. El cuadrante nordeste es el área de mayor integración, pues sus cinco metrópolis principales mantienen intensas relaciones (Madrid-Barcelona-Valencia-Bilbao-Zaragoza).
- En el resto del sistema, las relaciones entre ciudades son más reducidas e incompletas. Predominan los flujos de las ciudades con su zona rural o con ciudades próximas.
El área con mayor desconexión entre ciudades es la que rodea a Portugal, excepto Galicia; en la submeseta sur existen amplios espacios desconectados; en el Cantábrico, las relaciones se debilitan hacia el oeste; y las relaciones entre las metrópolis andaluzas y levantinas son poco intensas.
1.1.3 La Jerarquía Urbana
Las ciudades que componen el sistema urbano se organizan jerárquicamente en función de su tamaño demográfico, sus funciones, la extensión del área de influencia y las relaciones que mantienen con las demás. En esta jerarquía se distinguen cinco categorías:
- Metrópolis nacionales: Madrid y Barcelona. Su población supera los tres millones de habitantes. Cuentan con las funciones más diversificadas: servicios muy especializados, numerosas oficinas de empresas nacionales y multinacionales e industrias de alta tecnología. Su área de influencia es nacional y mantienen estrechas relaciones con otras metrópolis internacionales, enlazando el sistema urbano español con el sistema europeo y el mundial.
- Metrópolis regionales: Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Su población se encuentra entre 1,5 millones y 500.000 habitantes. Cuentan con funciones diversificadas y servicios especializados. Su área de influencia es regional y mantienen intensas relaciones con las metrópolis nacionales.
- Metrópolis subregionales o de segundo orden: Son áreas metropolitanas pequeñas como Valladolid o Pamplona. Tienen una población entre 500.000 y 250.000/200.000 habitantes. Cuentan también con funciones diversificadas y servicios especializados (universidad), pero de influencia subregional o regional en el caso de comunidades autónomas uniprovinciales.
- Ciudades medias: La mayoría son capitales de provincia no incluidas en los apartados anteriores. Su población está entre los 250.000/200.000 y los 50.000 habitantes. Sus funciones están menos diversificadas y se centran en servicios comerciales, administrativos y sociales de ámbito provincial. Son puntos terminales de una densa red de autobuses que las comunica con los pueblos próximos.
- Ciudades pequeñas o villas: Tienen una población entre 50.000 y 10.000 habitantes, como Antequera. Sus funciones son escasas y poco especializadas, aunque pueden contar con algunos equipamientos de cierta especialización (educación secundaria y profesional). Son nodos de transporte para la comarca y su área de influencia es comarcal.
2. Principales Áreas y Ejes Urbanos
Las categorías de ciudades se distribuyen en el espacio formando agrupamientos o ejes urbanos. El sistema urbano peninsular heredado de la etapa industrial se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada por ejes urbanos periféricos y por un interior poco urbanizado, sin ejes integrados.
- Madrid es el núcleo urbano principal de España. Se caracteriza por sus funciones terciarias y mantiene relaciones con las principales ciudades españolas.
- El eje atlántico gallego: Se extiende por la costa entre Ferrol y Vigo, con prolongaciones hacia el interior (Ourense y Lugo). Se encuentra especializado en el comercio.
- El eje cantábrico: Es un eje discontinuo que incluye el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Avilés), Santander y el triángulo vasco (Bilbao-San Sebastián-Vitoria) y presenta ramificaciones hacia el interior (León, Burgos y Logroño). Se encuentra en fase de ajuste, con progresiva pérdida de la preeminencia de la industria como factor de urbanización.
- El eje mediterráneo: Comprende desde Girona a Cartagena. Es el eje más dinámico, con una industria muy diversificada y un fuerte peso de los servicios, sobre todo del turismo, que han desplazado a la industria como factor principal de urbanización.
- El eje del valle del Ebro: Enlaza los ejes cantábrico y mediterráneo y tiene como ciudad principal a Zaragoza. Es un eje dinámico, con equilibrio entre la industria y los servicios.
- El eje andaluz es doble:
- El eje litoral, entre Almería y Huelva, es dinámico y está especializado en el comercio, el turismo y la agricultura tecnificada.
- El eje del valle del Guadalquivir, entre la costa atlántica y Jaén, es menos dinámico y sus ciudades están ligadas a las actividades agrarias y turísticas.
- El interior peninsular carece de ejes urbanos integrados. Predominan las pequeñas ciudades especializadas en el comercio y la agroalimentación.
- En las islas Baleares y Canarias, la formación de ejes urbanos se ve dificultada por la fragmentación territorial en islas. Las ciudades más destacadas son las capitales autonómicas, y el factor de urbanización principal es el turismo.
3. La Estructura Urbana
La estructura urbana es la división de la ciudad en áreas con morfología y funciones características. Las ciudades españolas actuales tienen una estructura compleja.
3.1 Ciudades Convencionales
- Casco antiguo: Es la parte de la ciudad urbanizada desde su origen hasta el inicio de la industrialización a mediados del siglo XIX. Ocupa una pequeña superficie de la ciudad actual, pero tiene un gran valor por el legado cultural que contiene. Por ello, muchos han sido declarados Conjunto Histórico-Artístico, y otros, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Toledo, Mérida, Segovia, Santiago…).
Por su larga historia, el casco antiguo acumula elementos pertenecientes a diversas etapas, desde el nacimiento de la ciudad hasta la actualidad.
El casco histórico de las ciudades es el producto de dos elementos: 1. Cómo se constituyó en la época preindustrial. 2. Las transformaciones que sufrió en el periodo industrial.
Casi todas las ciudades estaban rodeadas de murallas. El plano solía ser irregular, con calles estrechas y tortuosas. La trama urbana era cerrada, aunque muchas viviendas tenían patios, corrales y huertos. Los usos del suelo eran diversos: viviendas, talleres, comercios, almacenes y edificios públicos.
El centro era el lugar más destacado: albergaba los principales edificios públicos y las casas de la élite; los trabajadores vivían en la periferia, y las minorías étnicas y religiosas, en barrios aparte (juderías y morerías).
Estas características comunes de los cascos antiguos varían en cada caso según las aportaciones realizadas por las diferentes sociedades preindustriales:
- La ciudad romana: Suele presentar plano regular, derivado del campamento militar: calles en damero y dos vías principales de norte a sur (cardo) y de este a oeste (decumanus). En el cruce de ambas se encontraba el foro, que albergaba los edificios principales. Ejemplos de ciudades que conservan en el casco antiguo la impronta romana son Zaragoza, León, Mérida, Barcelona, Valencia y Tarragona.
- La ciudad musulmana: Tenía un núcleo principal amurallado, la medina, donde se situaban los edificios principales: la mezquita, el zoco o mercado y los barrios residenciales. Fuera de ella estaban los arrabales o barrios de los trabajadores. El plano era muy irregular, con calles estrechas y tortuosas, frecuentemente sin salida (adarves). Las casas carecían de fachadas suntuosas y tenían pocos vanos. Ejemplos: Córdoba, Sevilla, Toledo, Almería y Murcia.
- La ciudad cristiana: También estaba amurallada. Su centro solía ser un castillo o una iglesia y se abrían plazas para la celebración del mercado. Sus planos eran variados: irregulares, radiocéntricos (Vitoria), lineales (a lo largo del Camino de Santiago, como Santo Domingo de la Calzada y Logroño), o en damero (en ciudades de fundación real, como Villarreal o Santa Fe en Granada, de donde se inspiran todas las ciudades de Hispanoamérica). Sus edificios más destacados eran iglesias, palacios nobiliarios y ayuntamientos. Las casas tenían el taller-comercio en la planta baja, y encima, la vivienda del maestro y la buhardilla para los aprendices.
- La ciudad renacentista: Se crearon nuevos barrios de plano regular más allá de las antiguas puertas. También plazas mayores, que instalaron el mercado y el ayuntamiento, y se rodearon de edificios con fachadas uniformes. Desde las plazas partieron nuevas calles, o «calles mayores», de trazado rectilíneo. Los edificios principales de este período fueron los ayuntamientos, situados junto a la iglesia o el mercado, los palacios, los conventos y otros edificios de fundación real o municipal.
- La ciudad del Barroco y la Ilustración: En el Barroco y la Ilustración, la ciudad se embelleció. Se crearon calles amplias y rectas trazadas en perspectiva, grandes plazas, jardines, paseos arbolados y nuevos barrios de construcción homogénea. También se levantaron edificios monumentales, religiosos y civiles: hospitales, hospicios, edificios administrativos y culturales. Además, se mejoraron las infraestructuras de abastecimiento e higiene.
- Ensanche: La ciudad industrial: Entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, muchas ciudades implantaron industrias modernas y atrajeron a una numerosa población campesina. Derribaron las antiguas murallas y construyeron paseos de ronda o bulevares; en cambio, otras crecieron menos y se mantuvieron dentro de los límites anteriores.
Ensanche burgués: Responde a los deseos de crecimiento urbano de la burguesía. Plasma sus ideas de orden (en su plano regular) e higiene (en su dotación de servicios de pavimentación, alcantarillado, abastecimiento de agua y espacios verdes). Beneficio económico (obtenido de la construcción de viviendas, comercios y transportes).
En el momento de su creación, el ensanche adoptó plano regular en cuadrícula con calles rectilíneas y más anchas que las del casco antiguo. La trama era de baja densidad, en manzanas abiertas por uno o dos lados, y con extensos espacios ocupados por jardines. La edificación incluía palacetes burgueses y villas ajardinadas o inmuebles de mediana altura, de estilo historicista primero y modernista después.
El uso predominante del suelo fue residencial burgués debido a los altos precios de los solares e inmuebles, aunque inicialmente algunos trabajadores se instalaron en los sótanos, buhardillas y patios de las casas burguesas.
Los primeros ensanches se hicieron en las ciudades más dinámicas: el de Barcelona fue proyectado por Ildefonso Cerdá (1859) y el de Madrid, por Carlos María de Castro (1860). Luego se difundieron a otras ciudades a finales del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX.
Con el paso del tiempo, el ensanche experimentó modificaciones: mejoró su accesibilidad gracias a la introducción del transporte urbano (tranvía eléctrico y automóvil).
La trama se densificó al edificarse las manzanas por los cuatro lados y construirse muchas de las destinadas a parques. La edificación se verticalizó, al levantarse áticos y sobreáticos y sustituirse las villas burguesas y casas de viviendas más modestas por bloques de pisos, sobre todo en la década de 1960.
En los usos del suelo, el ensanche comenzó a recibir funciones terciarias, que se extendieron desde el centro histórico a sus calles principales.
Las zonas industriales creadas en el siglo XIX ofrecen un claro contraste con el ensanche burgués:
Se establecieron en la periferia urbana, junto a las carreteras, puertos o estaciones. Tenían plano desorganizado con viviendas pequeñas y de escasa calidad. Mezclaban residencias obreras, industrias, talleres y almacenes. Las infraestructuras de transporte y los equipamientos fueron escasos, por lo que estos barrios se convirtieron en focos de enfermedades infecciosas y de descontento social.
En la actualidad, las antiguas zonas industriales y barrios han quedado en una posición más céntrica, lo que ha revalorizado el suelo que ocupan.
Los barrios jardín: Se crearon a finales del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX. Son el resultado de la difusión en España de las ideas naturalistas, que valoraban los efectos positivos del sol y del aire libre sobre la salud. La idea de ciudad-jardín dio lugar más bien a barrios-jardín de vivienda unifamiliar.
Inicialmente, se proyectaron para el proletariado. El objetivo original era eliminar las viviendas insalubres del extrarradio, pero ante su escasa rentabilidad, las empresas privadas las orientaron pronto hacia las clases medias. El mejor ejemplo en España es la Ciudad Lineal de Arturo Soria (Madrid), que se concibió como una gran calle, de 40 metros de ancho, bordeada de manzanas formadas por casas unifamiliares con huerto y jardín.
En la actualidad se encuentra muy modificado: se han sustituido las casas unifamiliares por bloques de viviendas, oficinas y centros comerciales.
- Periferia: Desde la década de 1960, las principales ciudades españolas iniciaron un enorme crecimiento. Sus causas fueron el incremento natural de la población y la inmigración campesina, atraída por el auge de la industria y el turismo. Así, las ciudades crearon extensas periferias. En la actualidad, el ritmo de crecimiento es menor, pero continúan extendiéndose en el espacio. Surge así la llamada «ciudad difusa», en la que se mezclan los usos del suelo y las formas de vida del campo y de la ciudad.
Barrios marginales: Surgen sobre suelo ilegal y sin organización urbanística. Las viviendas son autoconstruidas con materiales de desecho y carecen de los servicios elementales, como agua, luz o saneamiento. Estos barrios alcanzaron su máxima dimensión en la década de 1950, cuando se produjo un éxodo rural masivo.
Barrios de vivienda de protección oficial: Tuvieron su mayor desarrollo entre 1940 y 1960. En este período, se construyeron más de 400.000 viviendas «protegidas», es decir, construidas con ayuda estatal y con limitaciones en el precio de venta o de alquiler.
Barrios de vivienda de promoción privada: Surgieron a partir de 1960. Adoptaron trama abierta en bloques o torres con amplios espacios entre las viviendas para jardines o aparcamientos. Sin embargo, pronto proliferaron los bloques en forma de H, de altura y densidad excesivas, que creaban un trazado de calles en apariencia desordenado.
Barrios de manzana cerrada: Los barrios de manzana cerrada surgieron a partir de las décadas de 1980 y 1990. Pretendían recuperar la escala humana en altura y la organización de las calles. Estas nuevas manzanas tienen menor densidad que las tradicionales y dan un uso colectivo al patio, bien privado (jardines, juegos infantiles, piscina) o bien público (plazas).
Áreas de vivienda unifamiliar: Proliferan en la periferia a partir de la década de 1980, favorecidas por el deseo de la clase media de contacto con la naturaleza y por el uso del automóvil.
Zonas no residenciales: Las áreas industriales y de equipamiento de la periferia se localizan junto a las principales vías de acceso a la ciudad, buscando la proximidad urbana y suelo abundante a precio asequible.
Áreas industriales: Incluyen polígonos industriales y parques empresariales o tecnológicos.
Áreas de equipamiento: Más frecuentes son grandes superficies comerciales, centros escolares, sanitarios y administrativos.
3.2 Aglomeraciones Urbanas
Se da cuando algunas ciudades crecen hasta conectar con otras cercanas:
- Área metropolitana: Es una aglomeración urbana formada por una ciudad principal y varios municipios de su entorno.
Características: Están presididas por una ciudad central. La ciudad central proporciona empleo y servicios; y los núcleos del área albergan trabajadores que se desplazan a diario a la ciudad central. La red de transportes y comunicaciones es esencial. Los municipios del área muestran estilo de vida urbano, con un predominio de población joven.
Su estructura espacial responde a dos modelos: el de coronas concéntricas en torno al núcleo central y el radial, con ejes que parten desde el centro hacia la periferia a lo largo de las principales vías de comunicación.
- Conurbación: Es una aglomeración urbana continua formada a partir del crecimiento paralelo de dos o más ciudades hasta unirse. En España, la mayoría se deben al turismo (Málaga-Marbella), a la fusión de ciudades especializadas (Alicante-Elche-Santa Pola) o a la conexión ciudad-puerto (Pontevedra-Marín).
- Región urbana: Es una aglomeración urbana discontinua, integrada por ciudades dispersas (nebulosa urbana), pero lo suficientemente densa como para que todo el territorio posea características urbanas. Suele crearse por el crecimiento paralelo de varias ciudades con tamaño y funciones distintas (por ejemplo, el centro-norte de Asturias).
- Megalópolis: Es una aglomeración urbana de extensión suprarregional. Está constituida por diversos elementos urbanos (áreas metropolitanas, conurbaciones, regiones urbanas, pequeñas ciudades…) con funciones distintas, que crecen y forman un área urbana discontinua, pero sin fracturas importantes.
En España podría considerarse como tal el eje mediterráneo, desde la frontera francesa a Cartagena. Está formado por las áreas metropolitanas de Barcelona, Valencia y Alicante, conurbaciones turísticas o industriales, ciudades medias y pequeñas ciudades industriales.
4. Problemas de las Aglomeraciones Urbanas
4.1 Problemas Derivados de la Aglomeración
- Presión urbana sobre el espacio no urbanizado.
- Elevado precio de compra o alquiler de viviendas.
- Consumo creciente de agua, energía y otros recursos.
- Carencia de equipamientos recreativos, culturales, sanitarios, zonas verdes, etc., suficientes y de calidad.
- Problemas de tráfico y aparcamiento.
4.2 Problemas Económicos
Los problemas económicos se deben a la excesiva terciarización de las actividades urbanas, por lo que se fomenta su diversificación. Los objetivos son:
- Evitar la desaparición de las actividades agrarias del entorno urbano.
- Promover o revitalizar la industria.
- Trasladar las actividades terciarias avanzadas hacia la periferia o hacia los núcleos urbanos secundarios.
4.3 Problemas Sociales
Los problemas sociales son más frecuentes en las grandes ciudades, debido a que los individuos están más expuestos al estrés, al aislamiento, al hacinamiento, al desempleo y al desarraigo.
Entre ellos destacan la delincuencia, la marginación social por razones de drogadicción, prostitución o alcoholismo, y la falta de integración o convivencia con algunos grupos de inmigrantes.
4.4 Problemas Ambientales
- La existencia de un microclima urbano:
- La ciudad es un foco calorífico o isla de calor, ocasionado por el tráfico, las calefacciones y la industria.
- Las precipitaciones también son superiores, pues el calor refuerza el ascenso del aire y las partículas de polvo favorecen su condensación.
- La contaminación atmosférica debida al tráfico y a las calefacciones crea una campana de polvo y humo que afecta a la salud.
- Los altos niveles de ruido que suelen registrarse en las ciudades provocan trastornos como insomnio o sordera.
- La producción y la eliminación de residuos: aguas fecales urbanas, basura y desechos industriales.
- La desaparición de espacios verdes del interior y del entorno urbano aumenta la congestión de las ciudades.