El Teatro Español Posterior a 1936
El Teatro en el Exilio
Al acabar la Guerra Civil, los principales autores habían muerto (García Lorca, Valle-Inclán) o se habían exiliado. En España, la recuperación teatral fue lenta y vigilada por la censura. El teatro en el exilio mantuvo un permanente recuerdo de España y se dividió en cuatro corrientes:
- Teatro político (heredero del esperpento): Rafael Alberti.
- Teatro realista, que va del vanguardismo al compromiso social: Max Aub.
- Teatro existencialista o intelectual: Plantea temas intemporales como el amor y la muerte. Pedro Salinas.
- Teatro poético o simbolista: Alejandro Casona, el más conocido, regresó a España en 1962. Perteneció a la Generación del 27 y trabajó con García Lorca en las Misiones Pedagógicas. Antes de la guerra, era famoso por obras como La sirena varada y Nuestra Natacha. Después, escribió teatro poético en prosa, como Lorca. Idealizaba la vida, ocultando los aspectos más duros de la realidad. Sus obras fueron muy famosas, pero hoy están algo olvidadas. En su obra, conviven elementos sobrenaturales (la muerte o el diablo) con personajes singulares. Obras: Prohibido suicidarse en primavera, La dama del alba, La barca sin pescador. Su última obra: El caballero de las espuelas de oro (sobre Quevedo).
El Drama Burgués
Influencia de Benavente en autores cercanos al régimen de Franco. Teatro de evasión que no trata los problemas de la sociedad. Personajes de la alta burguesía, ambientes elegantes, conflictos (adulterio, enfrentamiento generacional) con final feliz (lección moral). Autores: José María Pemán, Juan Ignacio Luca de Tena y Joaquín Calvo Sotelo (La muralla, se atrevió a tratar el tema de los remordimientos por la guerra).
Teatro de Humor
Alfonso Paso: autor de gran fecundidad (llegó a tener 6 títulos al mismo tiempo en Madrid). Humor intrascendente.
- Humor más innovador (se sale de lo castizo y folclórico):
- Enrique Jardiel Poncela. Cuatro corazones con freno y marcha atrás (absurdo: los personajes van rejuveneciendo con el paso del tiempo). Precursor del teatro del absurdo: situaciones originales e inverosímiles, con final normal. Eloísa está debajo de un almendro, Los ladrones somos gente honrada.
- Miguel Mihura. El verdadero precursor de la renovación humorística. Escribió en 1932 Tres sombreros de copa, que se estrenó 20 años después. Humor crítico, desenfadado y renovador (que continuaría en revistas como La Codorniz).
La otra generación del 27: Edgar Neville (El baile), José López Rubio y Tono.
Teatro Realista y Comprometido
Se estrena en 1949 con Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo: teatro realista, compromiso político y denuncia social. Problemas con la censura. Hay dos formas enfrentadas de entender este teatro:
- Alfonso Sastre. Radical, teatro de agitación social, enfrentado al poder. El teatro debe estar al servicio de la política. Muchos problemas con la censura. Teatro de denuncia: Muerte en el barrio, La cornada. Evoluciona hacia el teatro del absurdo, el esperpento y el teatro de Bertolt Brecht.
- Antonio Buero Vallejo. Teatro de lo posible. Acatar el sistema e intentar colar su mensaje (utilizando personajes históricos o situaciones alejadas de la realidad). Reflexiona sobre la situación del hombre en el mundo. Su obra se divide en tres grupos:
- Dramas realistas. Primeros años de su carrera. Crítica de la realidad española. Historia de una escalera.
- Dramas históricos. El pasado permite analizar el presente. El concierto de San Ovidio.
- Obras simbólicas. Procedimientos escenográficos para introducir al espectador en el paisaje interior de los personajes: la sordera de Goya en El sueño de la razón.
Tras estos autores, en la segunda mitad de los 50, surge la Generación realista: José Martín Recuerda (de Motril). El tono de las obras era pesimista, amargo y desesperanzado. Características:
- Temas de una realidad muy concreta (angustia de unos opositores, la emigración, mundo rural).
- Personajes sin complejidad psicológica, representantes de un sector social.
- Lenguaje sencillo, directo, violento a veces.
Teatro Experimental
A finales de los 60. Huyen del realismo e intentan conectar con la vanguardia internacional. Los renovadores del teatro mundial son:
- Teatro épico. Bertolt Brecht, alemán. Mensaje revolucionario. Que el espectador se mantenga alerta y al margen, para que tenga capacidad crítica: narrador en escena, interrumpe la trama, caricatura de los actores…
- Teatro del absurdo. Eugène Ionesco y Samuel Beckett. Escriben en francés. Falta de sentido de la existencia humana. Personajes sin psicología, escenarios disparatados.
- Teatro de la crueldad. Antonin Artaud, intentó seguir el surrealismo.
- Teatro independiente. Fuera de los circuitos comerciales, en Inglaterra y Estados Unidos. Obras lúdicas, populares, circo, cabaret… espectáculo total. Proliferaron en España al final de la dictadura: Els Joglars, Els Comediants, La Cuadra.
Dos dramaturgos españoles destacan:
- Francisco Nieva. Combina la tradición española con las influencias extranjeras. Imaginación.
- Fernando Arrabal. Instalado en Francia. Surrealista, absurdo, crueldad, crítica social.
Las Últimas Décadas de la Escena Española
Gran diversidad, pero pocos autores jóvenes. Compiten españoles y extranjeros. Temas realistas. Fernando Fernán Gómez, Fermín Cabal, Antonio Gala. Y grupos de teatro (teatro de calle): La Cubana, La Fura dels Baus, Dagoll Dagom.