El teatro griego: tragedia y comedia


EL TEATRO GRIEGO: TRAGEDIA Y COMEDIA

El teatro es básicamente un hecho ateniense, al igual que la institucionalización de las representaciones. A lo largo del siglo V las representaciones fuera de Atenas fueron escasas. Es un hecho cívico. Los teatros se calculan para que quepa la totalidad de la población (en el gran teatro de Dioniso cabría la mayor parte de ciudadanos adultos masculinos, 16.000 espectadores). Hay que insistir en el aspecto de los festivales dramáticos como fiesta pública. El mundo antiguo no conoció el descanso semanal, el trabajo era ininterrumpido hasta la celebración de fiestas. Una de las más esperadas era la de las Grandes Dionisias, en las que había representaciones trágicas.

TRAGEDIA

Las tragedias se representaban en Atenas no como mera diversión, sino como una forma de enseñar al pueblo por parte del Estado. Su temática, que presentaba un problema angustioso que afectaba a la comunidad en su conjunto, a unos héroes que fracasan o mueren víctimas de su abuso de poder o de anteponer sus intereses a los de la ciudad, conllevaba un aprendizaje y una purificación a los espectadores. La tragedia tiene un fuerte influjo de la épica en cuanto que plasma la riqueza temática de aquélla, sus mitos, sus héroes, en sus personajes.

Origen

Los tiranos, al erigirse en defensores del arte y la literatura, promovieron las celebraciones festivas para hacer asequible la cultura al pueblo. Tal es el caso de Pisístrato, quien a partir del 545 a.C. hizo una serie de reformas, entre las que destacamos la instauración en Atenas del culto a Dioniso, en honor del cual se hacían unos cantos corales, los ditirambos, en los que los participantes iban disfrazados de machos cabríos negros, emparentado con la forma como creían que el dios aparecía. Estas manifestaciones rituales, unidas a otras en favor de la fertilidad de la tierra o de la naturaleza, fueron el origen de la tragedia (la palabra tragedia significa etimológicamente ‘canto de los machos cabríos’). El gran mérito de la tragedia ática consiste en haber creado un género literario nuevo partiendo de este primitivo canto coral dionisíaco, a través del cual se expone toda la problemática del hombre en el terreno ético, religioso y psicológico, sirviéndose de temas míticos.

Estructura

En una tragedia hay varias partes, que se distinguen incluso desde el punto de vista métrico: las dialogadas, que debían ser recitadas, y partes líricas, que debían ser cantadas. Una tragedia griega suele empezar por un prólogo, que es todo lo que pasa antes de que entre el coro, recitado por uno o varios actores, encargados de poner en antecedentes de la acción que se desarrolla en la obra. A la entrada del coro, precedido por los flautistas, entonando su canto se la conoce como párodo. Al resto de las intervenciones del coro se las denomina estásimos, que suelen dividir la tragedia en episodios (parte dramática comprendida entre cada estásimo). El enfrentamiento entre dos personajes se conoce con el nombre de agón, que debió de ser una de las partes más primitivas en los orígenes de las tragedias. Dentro de éste tiene importancia especial la esticomitia, un diálogo (no tiene por qué ser enfrentamiento) entre dos personajes verso a verso. Otro apartado especial lo forma el denominado ‘tiradas de mensajero’. Se trata de un personaje, que no pertenece a la acción, al que se le suele calificar como mensajero. Y esto porque en una tragedia griega, por un lado, lo que ocurre fuera del ámbito de la contemplación del espectador no es presentado, sino descrito; estas tiradas narran la resolución del conflicto. La tragedia rehúye presentar enfrentamientos violentos a la vista del espectador.

ESQUILO

Su vida transcurre plenamente en el período del siglo V, de predominio de la democracia. Se sabe con certeza que luchó contra los persas en la batalla de Maratón y que sobre su tumba no quiso que se inscribiese detalle alguno sobre su triunfo literario, sino sobre su condición de combatiente en Maratón. Murió antes de la guerra del Peloponeso en Sicilia. Se trata del primer gran poeta trágico, aunque hubo trágicos antes de Esquilo, pero éste es el primero del que tenemos obra íntegra conservada. Conservamos de él siete tragedias (tres de ellas formando una trilogía): Los Siete contra Tebas, Las Suplicantes, Los Persas, Agamenón, Las Coéforas, Las Euménides (estas tres últimas forman parte de la trilogía) y Prometeo, de la que hay dudas sobre si es o no esquílea. De él se ha dicho que fue el creador de la tragedia en sentido literario al introducir el segundo actor y así permitir el diálogo y la verdadera acción dramática, además de un cierto aparato escénico. También se le otorga el mérito de haber elevado temas de folklore popular a la categoría de problemas universales utilizando para ello una lengua llena de rebuscados compuestos y de frases enigmáticas o de términos extranjeros para marcar la presencia de un personaje extranjero.

SÓFOCLES

La imagen de Sófocles es la del poeta de las victorias, de gran popularidad, lo que contrasta con Esquilo y con Eurípides. Nació y murió en Atenas (497/6-406/5 a.C). Su vida abarca todo el siglo V, la época de máximo esplendor de la sociedad ateniense, tanto desde el punto de vista político como del de las letras. Nacido de una familia distinguida ateniense, recibió una esmerada educación y vivió inmerso completamente en la vida de la ciudad, participando activamente en actividades políticas: fue estratego junto a Pericles y administrador de los fondos públicos. En el plano literario es evidente que conectó con los sentimientos de su tiempo. Fue un autor muy premiado y de gran fecundidad literaria: se sabe que escribió 123 obras, de las que nos han llegado siete tragedias: Ayax, Antígona, Traquinias, Edipo Rey, Electra, Filoctetes y Edipo en Colono. En la técnica de la tragedia se le atribuyen varias innovaciones: elevar el número de coreutas de 12 a 15, introducir el tercer actor y la escenografía, romper con el modelo esquíleo de trilogías con argumentación continuada y escribir piezas aisladas e independientes, en las que es un maestro en el dibujo de caracteres, especialmente de grandes personajes trágicos enfrentados a su destino. Aristóteles, en su Arte Poética, analiza la tragedia aplicando el concepto de que algo nace, llega a su plenitud y tiene su declive. Afirma que la tragedia nace ‘a partir de principios pequeños’, se desarrolla con Esquilo, alcanza su plenitud con Sófocles, comienza un cierto declive con Eurípides y muere al morir Eurípides. Sitúa la máxima plenitud de la tragedia con el Edipo Rey de Sófocles.

EURÍPIDES

Nació en Salamina, en torno al 484 a.C. Sus padres, a pesar de que se nos presentan en las comedias de Aristófanes como verduleros, debieron de tener una buena posición, dado que de otro modo no se explicaría la esmerada formación del poeta (se dedicó en principio a la pintura, tenía una biblioteca propia…). Parece que tuvo dos matrimonios, que supusieron dos estrepitosos fracasos, por lo que se ha querido ver en él un sentimiento de misoginia. Murió el 406 fuera de Atenas, de donde se había marchado, al igual que en otras ocasiones, huyendo de los ataques de todos los sectores de la sociedad ateniense. Y es que no disfrutó de gran estima entre sus conciudadanos (sólo alcanzó el premio en los concursos en cinco ocasiones), aunque ello no quiera decir que no fuera popular. Disfrutó de gran popularidad, como lo demuestran detalles importantes: fue muchas veces seleccionado para participar en los concursos; fue blanco de las burlas de la comedia, que debía intentar hacer reír partiendo de temas y personajes muy conocidos y muy actuales; fue muy representada su obra después de su muerte, incluso varios siglos después y en regiones muy distantes; nos han llegado más obras que de ningún otro. Trató con un espíritu nuevo las historias del pasado, con un carácter inconformista y crítico con los aspectos del pasado. Su tragedia está llena de sus ideas, muy influenciadas por la sofística y su concepción de la existencia humana, de su inquietudes, de su inconformismo, y es pionera en la inserción de hechos contemporáneos. Es, en definitiva, una representación de la vida humana, con sus hombres y sus mujeres, sus sufrimientos en su sentido más trágico. Llama poderosamente la atención el trato de la mujer en Eurípides; la heroína no es la mujer que se mueve por grandes ideales, sino una mujer que da rienda suelta a sus pasiones, que refleja sus tensiones emocionales, sus sentimientos, que es dominada por la pasión amorosa. La tradición le atribuye noventa y dos tragedias, de las que conservamos diecisiete tragedias, un drama satírico y otra tragedia atribuida a él, pero dudosa: Alcestis, Andrómaca, Bacantes, Electra, Hécuba, Helena, Heracles, Heráclidas, Hipólito, Ión, Ifigenia en Aulide, Ifigenia en Táuride, Medea, Orestes, Fenicias, Suplicantes y Troyanas; el drama satírico es El Cíclope y la falsa Reso. Su temática es muy variada: hay algunas tragedias donde predomina la pasión amorosa, como en Alcestis (la protagonista ofrece su vida para salvar la de su esposo, el rey Admeto) o en Medea (muestra la pasión desenfrenada de una mujer que llega a dar muerte a sus propios hijos al verse abandonada por su esposo Jasón, que ahora quiere contraer nuevas nupcias con la hija del rey de Corinto) o en el Hipólito (Fedra, hija de Teseo, rey de Atenas, se enamora de su hijastro Hipólito, pero se consume en silencio, hasta que su nodriza decide actuar de intermediaria y comunica a Hipólito los sentimientos de su madrastra, pero éste la rechaza). En otras tiene reflejo la Guerra del Peloponeso, entre los atenienses y los espartanos, como Las Heraclidas o Las Suplicantes (se hace el elogio de Atenas y de su sistema democrático, presentándola como defensora de los oprimidos, como garante de la ley y la justicia, por encima de la fuerza y la coacción). Otro grupo de tragedias, de gran importancia en la evolución del teatro posterior, lo componen las denominadas tragedias de intriga, en las que lo fundamental es la intriga, el reconocimiento, las peripecias, todo encaminado a buscar el efecto teatral, como en Ifigenia en Taúride, o en Helena. El drama satírico, (en los concursos, los autores se presentaban con una trilogía de tragedias y con un drama satírico) El Cíclope, está basado en el relato homérico de La Odisea, pero con ciertos cambios propios de Eurípides.

COMEDIA

Su cultivo se extiende en Grecia desde mediados del siglo V hasta mediados del siglo III a.C., y se acostumbra a dividirla, ya desde la Antigüedad, en Comedia Antigua, Media y Nueva, pero es en la Antigua donde mejor representado está el genio griego, con Aristófanes a la cabeza. De la Nueva podríamos destacar a Menandro, que tiene gran importancia porque de él van a retomar los romanos múltiples asuntos y formas, que luego desarrollarán magistralmente Plauto y Terencio. La comedia presenta argumentos inventados básicamente. A diferencia de la tragedia, sus personajes son elegidos de entre la realidad contemporánea del autor cómico, con las adaptaciones y modificaciones convenientes. Los personajes famosos de Atenas, tanto del pasado como de la época de los poetas, son objeto de todo tipo de ataques, burlas y ridiculizaciones. Se sacan a colación temas de interés general. Había gran libertad de expresión. El sistema democrático permitía que los comediantes imitaran y lanzaran sus invectivas contra personajes públicos, sin que ello conllevara el llevarlos ante los tribunales por falta de respeto o difamación, aunque en ocasiones los excesos dieran como resultado una multa a alguno de ellos En la Comedia Antigua tiene gran importancia el coro, constituido en verdadero personaje dramático (se disfraza de cualquier motivo o personaje que le interese al poeta: avispas, ancianos, aves, etc.), y es la voz del poeta en asuntos varios de actualidad, fundamentalmente en la parábasis, parte central de la comedia, en la que el coro se dirige al público para dar ciertas opiniones que nada tienen que ver con la acción dramática. En cambio, en la Comedia Nueva el coro ya ha desaparecido, sólo aparece testimonialmente para dividir la acción en cinco actos. De un extremo a otro debió existir un período de transición, en el que el coro perdería poco a poco su protagonismo dramático (en las últimas obras de Aristófanes es ya un estorbo).

Origen

Aristóteles dice que surgió de los que dirigen las procesiones fálicas, que seguían en uso en muchas ciudades griegas, para dar culto a la fertilidad y la procreación. Consistían en verdaderas carnavaladas, en las que abundaban las obscenidades y los ataques personales. Durante mucho tiempo estas son improvisadas, hasta que tardíamente se estructuran con forma literaria. No se sabe exactamente dónde apareció, pero lo que sí está claro es que lo hizo por primera vez con forma definida en Atenas, asociada, igual que la tragedia, al culto a Dioniso. Se representaban en las Leneas, fiestas también celebradas en honor de Dioniso.

Estructura

Igual que la tragedia, suele comenzar con un prólogo, pero diferente al trágico, porque es más extenso y porque encontramos más situaciones. La razón es que en la comedia el conflicto cómico queda planteado desde el prólogo. Todas las comedias comportan un agón en el que el conflicto se hace explícito, pero se ha observado que en muchas comedias el conflicto queda planteado desde el prólogo. El elemento característico de la comedia es la parábasis, sin paralelo en la tragedia. Se sitúa hacia el centro y de alguna manera plantea una ruptura de la ilusión dramática, porque en una parte de la obra los miembros de la misma prescindían de las máscaras, es decir, dejaban de ser personajes dramáticos para convertirse en los portavoces del poeta. En Aristófanes encontramos parábasis en las que el poeta expone incluso consejos políticos. La existencia de la parábasis es una de las muestras del grado de intervención del poeta en la vida política.

ARISTÓFANES

Los antiguos nos hablan de tres grandes cómicos, quizá en correlación con los tres grandes trágicos: Cratino, Eúpolis y Aristófanes. De los dos primeros apenas si tenemos unos pocos fragmentos. En cambio de

Aristófanes conservamos once comedias, de las cuarenta que se nos dice que escribió.  

Nació a mediados del siglo V (445) y murió en torno al 385, es decir, desarrolló su actividad en plena Guerra del Peloponeso. 
Da la impresión, en una primera lectura, de que es un antidemócrata. Pero eso no es así, pues nunca ataca el régimen democrático, cosa que no hubiese sido admitida por el pueblo, sino que lo que hace es criticar y parodiar a los líderes políticos posteriores a Pericles, poniéndose de lado de la democracia tradicional frente a los nuevos aires que en el sistema democrático infundía la sofística. Además, no se puede establecer su ideología ni su antipatía en razón de aquellos a quienes ataca, pues ésta es una norma del género: atacar a todo el mundo vivo y, en cambio, respetar a los muertos. Su obra es muy irreligiosa, lo que se puede explicar desde el punto de vista de la propia naturaleza de los orígenes de la comedia, donde, insertada en el contexto de la fiesta, tenía una función de liberación de represiones, de desinhibición colectiva, que podía comportar ese elemento antirreligioso. 
 La comedia aristofánica está dominada por la risa que produce la caída del héroe, por una profunda fantasía, por el chiste, la broma, la obscenidad, la glotonería, el insulto grosero. Comienza con una situación angustiosa en que está inmerso un coro, transcurre la acción entre bromas, chistes, risas, hasta llegar al final, que es siempre feliz (boda del héroe, fiesta, éxito sexual, etc.).  
Los procedimientos empleados en sus obras, desde el punto de vista literario, son tres: la invectiva, la exageración y la parodia. La invectiva es el ataque personal, que en muchos casos llega a ser furibundo, compensado por la ausencia de ataques a las instituciones. Este ataque podía llegar incluso a la calumnia, sin que hubiese ninguna norma legal para pararla. De ahí que ningún personaje destacado de la época quedase indemne. Pero el más interesante es la parodia, fundamentalmente contra los intelectuales y contra los políticos. El intelectual parodiado por antonomasia es Eurípides, aunque tampoco escapan filósofos como los sofistas o poetas y músicos del nuevo ditirambo. Entre los políticos está Cleón, sucesor de Pericles, Nicias, etc. Pero también hay parodia mitológica, en la que la divinidad es ridiculizada, como el caso de Dioniso. 
Las once comedias conservadas son: Los Acarnienses, Los Caballeros, Las Nubes, Las Avispas, La Paz, Las Aves, Lisístrata, Las Tesmoforias, Las Ranas, Las Asambleístas y Pluto. 

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