1. La Crisis Radical
Los últimos sucesos vividos por los seguidores de Jesús en Jerusalén los desconcertaron. Desde que le conocieron, se preguntaban: ¿Quién es Jesús? Aunque no encontraron una respuesta definitiva, le siguieron. Al final, no pudieron entender a Jesús ni su proyecto. Le abandonaron a su suerte (la muerte) y huyeron. La cuestión sobre Jesús parecía haberse cerrado con su muerte. Oficialmente, había sido desautorizado por las autoridades religiosas que hablaban en nombre de Dios. Jerusalén había hablado y sentenciado el caso.
- No hay condena contra las autoridades religiosas judías.
- No hay lamentos por la injusticia cometida con un hombre bueno y justo.
- No hay crítica contra el gobernador Pilato.
Lo único que les quedaba era la vuelta a casa. Desaparecieron defraudados, doloridos y desilusionados…
- Nadie tenía ganas de continuar su causa. Jesús era insustituible.
- Su muerte fue un trago difícil de digerir. ¡Había muerto como un maldito! ¡Había muerto en una cruz!
La vuelta a casa significaba la vuelta al realismo, a la desilusión y al escepticismo. Galilea los recibió en silencio. La aventura de Jesús había terminado. Al cabo de un tiempo, estos mismos seguidores comenzaron a reconstruir su comunidad en Jerusalén. No se escondieron; no tuvieron miedo. Y predicaron en Jerusalén que Jesús vive y está con Dios, y que ellos eran testigos de ello. Afirmaban: «¡Jesús ha sido resucitado por Dios!». El desconcierto se convirtió en luz, la desesperanza en ilusión, el sinsentido en misión. Así comenzó la gran aventura del movimiento cristiano. ¿Qué pasó en Galilea? ¿Por qué ese cambio tan brusco?
El acontecimiento fundamental fue la Resurrección de Jesús, que cambió, ilusionó e impulsó a unos hombres que habían vivido la maldición de la cruz y el fracaso existencial de Jesús.
2. El Testimonio del Nuevo Testamento sobre la Resurrección
El acontecimiento de la Resurrección, eso que les pasó, es contado desde los primeros momentos del cristianismo como un acontecimiento clave para la vida de la primera comunidad cristiana. En todos los estratos del Nuevo Testamento se afirma sin ambigüedad alguna la Resurrección de Jesús. Para los testigos, la Resurrección de Jesús:
- No es la reanimación de un cadáver, ni el retorno a la vida mortal de un muerto.
- Es el tránsito a una forma de existencia imperecedera en Dios, que aún desconocemos.
Por eso, la Resurrección, la entrada en la vida de Dios, no puede ser un hecho demostrable empíricamente, sino una realidad experimentable y aprehensible desde la fe. El relato neotestamentario de la Resurrección es una afirmación de fe. Es un testimonio afirmativo que:
- Junto con los contenidos de su fe, se encuentra la huella existencial de lo acaecido en sus personas.
- No está destinado a satisfacer nuestra curiosidad, sino que busca nuestra conversión.
Todos podemos asegurar lo siguiente: es muy difícil expresar las experiencias personales. Nos encontramos limitados. Hay acontecimientos que se han vivido y que se escapan a la lógica de las palabras, los gestos y las imágenes. La riqueza que contienen dichas experiencias supera toda expresión. Pero también es cierto que la persona humana necesita expresar lo que le sucede. Aceptando todas las limitaciones expuestas, es fundamental para el hombre que los demás se enteren y valoren, aunque sea parcialmente, lo más rico que tenemos los seres humanos: nuestras experiencias. Cuando los evangelistas (Marcos, Mateo, Lucas y Juan) recogen las experiencias, se encuentran limitados en sus lenguajes y en las imágenes que emplean.
2.1. ¿Cómo expresar la experiencia de que Jesús ha vencido a la muerte y está con Dios?
- Jesús sigue vivo: La muerte física no interrumpe la vida personal.
- Jesús resucitó de la muerte:
- Obra de Dios: Dios lo resucitó o lo levantó de la muerte, al poseer el Espíritu de Dios.
- Obra de Jesús: Jesús resucita.
- Jesús es exaltado o está a la derecha de Dios: Esta fórmula expresa la condición definitiva de Jesús, su condición divina.
Estas expresiones tienen sus límites. Resurrección no dice nada nuevo del estado definitivo de Jesús. Exaltación corre el peligro de olvidar la vida histórica de Jesús. Es necesario que retengamos lo siguiente:
- La dificultad para expresar esta experiencia inenarrable de los primeros seguidores de Jesús fue algo real.
- Los lenguajes, imágenes y expresiones utilizados por los primeros testigos no son de fácil comprensión para nosotros hoy.
2.2. Las Profesiones de Fe
Frases breves del Nuevo Testamento recogen el mismo pensamiento: ¡Jesús vive! A estas frases se les llama Confesiones o Profesiones de fe. Están vinculadas a las celebraciones cristianas: Bautismo o Eucaristía. Ellos creían firmemente:
- Que Dios resucitó a Jesús porque Dios lo libra de una muerte infame y maldita, y porque Dios es la única fuente y origen de vida por siempre.
- Que Dios es más poderoso que la muerte. Es un Dios liberador y vivificador. En la mayoría de estos textos no aparece: «al tercer día».
- Al hablar sobre Jesús Resucitado, utilizan una doble expresión: Resucitar y Exaltar.
2.3. Los Himnos
Las primeras comunidades cristianas consideraban a Cristo el centro de sus reuniones, de sus compromisos y de su misión. Desde el comienzo existieron himnos que intentaban explicar el significado de Jesús para sus vidas y para la comunidad. Eran recitados en las reuniones litúrgicas, especialmente en la Eucaristía.
2.4. La Predicación Cristiana
Los misioneros intentaban comunicar a la gente que todo lo que decían de Jesús había sucedido. La Resurrección:
- No es producto de la fe de la comunidad primitiva.
- No fue creación de los primeros teólogos cristianos.
- Aparece en los primeros testimonios.
- Las apariciones fundamentan lo acaecido con Jesús.