El Valor de la Libertad: Un análisis filosófico


LIBERTAD

Facultad de las personas para actuar según su propio deseo en el seno de una sociedad organizada y dentro de los límites de reglas definidas

¿Qué es la Libertad?

La libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar o no actuar siguiendo su criterio y voluntad. También es el estado o la condición en que se encuentra una persona que no está prisionera, coaccionada o sometida a otra.

Este término también hace referencia a ‘confianza’, ‘franqueza’ y, especialmente en su forma plural, libertad significa osada familiaridad. Procede del latín libertas, libertātis.

El valor de la libertad

La libertad se considera un derecho del ser humano y también un valor fundamental. Aparece en diversos ámbitos como la Filosofía, la Religión, la Ética y la Moral.

El tema de la libertad y ‘ser libre’ forma parte de la naturaleza humana, aunque no existe una libertad absoluta, ya que las personas se ven condicionadas por sus propias capacidades y el entorno.

Libertad de expresión

La libertad de expresión es un derecho fundamental del ser humano consistente en la capacidad de difusión libre de información e ideas por distintos medios.

En esta línea, la apología de la violencia o la incitación al odio está penalizada en muchos países. La libertad de prensa o libertad de imprenta es una forma de libertad de expresión.

Libertad religiosa

La libertad religiosa o libertad de culto es un derecho fundamental del ser humano que consiste en la capacidad de elegir libremente su religión, de no elegir ninguna (irreligión), o de no creer o validar la existencia de un Dios (ateísmo y agnosticismo) y ejercer dicha creencia públicamente, sin ser víctima de opresión, discriminación o intento de cambiarla.

Este derecho aparece reflejado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 18, que indica: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o cualquier otra diferencia de cualquier índole. Pero estos son los efectos de la libertad, no la libertad misma.

La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia; de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto.

Es inconcebible pensar que nuestro proceder es independiente y único; no podemos obrar como si fuéramos los únicos en el mundo o imponer sin ton ni son normas a las cuales deben sujetarse los que nos rodean. Si por alguna razón alguien con autoridad o poder de cualquier índole afecta abusando «libremente» en perjuicio del prójimo, está olvidando las bases y principios que le han otorgado esas capacidades para el servicio, bienestar y desarrollo de los demás.

Tal es la magnitud de la libertad, que ni Dios la condiciona o restringe, pues forma parte de nuestra naturaleza; sus mandamientos son una guía con la cual se puede ser más humano, nada parecido a un condicionamiento, pues se nota por las acciones, que todos tenemos la capacidad de aceptar o rechazar lo propuesto, de asumirlo con alegría o rechazarlo abiertamente, haciendo lo que mejor nos parece; sin que en este momento se juzgue si esa aceptación o menosprecio sea bueno o malo, podemos afirmar nuevamente que siempre estaremos ejerciendo nuestro derecho de ser libres.

La libertad no se construye. La libertad se ejerce de acuerdo con los principios fundamentales que nacen en la conciencia, en la familia y en la sociedad; es ahí donde este valor se orienta, forma, educa y respalda, forjando personas íntegras.

Puede ocurrir que nuestra libertad se vea obstruida por cualquier motivo, lo peor sería dejarnos llevar por el desánimo o el pesimismo; la libertad siempre estará latente en nuestro ser y en nuestra mente. Siempre contaremos con la libertad de elegir cómo nos afectan las circunstancias. Nuestra libertad, aún cuando sea obstruida, permanece en nuestro interior cuando elegimos si lo que nos ocurre nos derrota, o permanecemos de pie.

Podemos percibir mejor la libertad en nuestra vida diaria en muchos aspectos: en el momento que procuramos enseñarle a los demás (hijos, empleados, padres, amigos, etc.) a considerar lo bueno y lo malo de cada acto; cuando tenemos acceso a distintos medios de comunicación y encontramos que se puede expresar opiniones con respeto y educación; cuando usamos correctamente los servicios públicos.

Se ejerce plenamente cuando la persona puede considerar con cuidado y objetividad sus decisiones y vive en un entorno que le permite llevarlas a cabo.

Cada persona tiene planes propios para su vida. La libertad le permite esforzarse para cumplirlos y en ese esfuerzo ir creciendo cada vez más. El cuidado que tenemos para guiar nuestra libertad se llama responsabilidad y es un punto muy importante porque de él depende nuestra vida.

  • Cuando recibas una instrucción de alguien, pregúntale con cortesía qué objetivo están buscando.
  • Cuida la libertad de los demás. Cuando desees algo de ellos, pregúntales primero qué piensan y si están de acuerdo. Quizá de la combinación surja la mejor idea para todos.

La libertad (del latín: libertas, -ātis) es la capacidad de la conciencia para pensar y obrar según la propia voluntad de la persona.

Con base a ello, la protección de la libertad interpersonal es objeto de una investigación social y política.

Ambas formas de la libertad se unen en cada individuo como lo interno y lo externo de una malla de valores, juntos en una dinámica de compromiso.

LA LIBERTAD COMO VALOR HUMANO

La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Los que ostentan el poder y la autoridad, deberán ser los primeros en observar y poner en práctica el valor de la libertad.

El derecho a la libertad debe ser disfrutado por todos los seres humanos del mundo. Jamás debe ser un privilegio de unos pocos.

La libertad se ejerce de acuerdo con los principios fundamentales que nacen en la conciencia, en la familia y en la sociedad; es ahí donde este valor se orienta, forma, educa y respalda, forjando personas íntegras. Necesitamos libertad de expresión y de participar en las decisiones importantes que afecten el destino de nuestras familias y todo el conglomerado social. No basta con hablar, necesitamos participar.

La libertad sin el poder es una quimera. En los países empobrecidos como el nuestro, tenemos un régimen de libertad que es realmente una dictadura de los ricos contra los pobres. Según las leyes, los hijos de los pobres tienen derecho a estudiar en las más prestigiosas universidades del mundo, pero solo los ricos tienen oportunidades para ello.

Las mayorías claman por mayores libertades y oportunidades en sus derechos y servicios.

Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia; de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto. El valor de la libertad es la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o cualquier otra diferencia de cualquier índole.

57 VALOR DE LA LIBERTAD

El valor de la libertad ayuda a realizar aspiraciones: un mejor nivel de vida, formar a los hijos para que aprendan a tomar mejores decisiones, llevar una vida congruente con la moral y la ética.

58 VALOR DE LA LIBERTAD

La libertad ennoblece al ser humano; sin embargo, también se abusa de la libertad. Si existen leyes, policías y prisiones es porque existe la posibilidad real de que se use mal de la libertad.

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