Sociedad: siglo V (caída Imperio Romano de Occidente) hasta el XIV. Hay una sociedad jerarquizada. Hay 2 etapas distintas:
Alta Edad Media (V-XII)
Religión: Teocentrismo: Dios está en el centro de todo y él lo abarca todo. Vemos la vida como un camino hacia la muerte donde conseguiremos la vida eterna.
Política: Feudalismo: Los señores-guerreros (bellatores “los que luchas”) ofrecen protección a sus vasallos-campesinos (laboratores “los que trabajan”/analfabetos) a cambio de impuestos y obediencia. Los religiosos (oratores “los que rezan”).
Reconquista: En España se da la lucha contra los musulmanes que dominaban la península, y se forman los distintos reinos cristianos.
Baja Edad Media (XIII-XIV):
Aparece la burguésía (artesanos y comerciantes) y sus nuevos valores.
Los aristócratas abandonan los castillos y se van a las cortes.
Nacen las universidades (París, Oxford y Salamanca).
El caballero ya no es sólo guerrero, también debe tener conocimiento de poesía, danza y oratoria.
Los nobles protegen a los trovadores para dar prestigio a su corte.
Literatura: valor didáctico pretende adoctrinar al pueblo en los valores cristianos a partir de unos ejemplos. Encontramos diferentes géneros como:
→ LÍRICA
Lírica tradicional
Canciones anónimas, tema amoroso. Lamentos de malcasadas, mujeres obligadas a casarse con hombres más mayores que ellas. Es oral, estilo sencillo, arte menor y rima asonante.
Lírica culta o cortesana
La cultivan los trovadores y la cantan los juglares. Se hizo la primera manifestación en provenzal. El tema es sobre el amor cortés entendido como vasallaje entre el señor y la dama.
Mozárabe (jarchas/moaxajas)
Gallegas (cantigas de amigo)
Castellana (villancicos)
Catalana
→ NARRATIVA
Narrativa en verso:
Mester de Juglaría (s. XII)
Narrativa oral, recitada por los juglares donde nos explican las hazañas de un héroe, → Cantar de mio Cid
Mester de Clerecía (narrativa culta por ser de autor conocido) → XII
Alfonso X el Sabio tradujo al castellano textos latinos y árabes, el castellano se convierte en lengua de cultura, frente al latín.
Fue iniciado por Gonzalo de Berceo con narraciones de temas religiosos, escritas con un objetivo didáctico y moral (Milagros de Nuestra Señora).
Por primera vez se hace de la cuaderna vía como forma métrica – 4 versos alejandrinos con rima consonante 14A 14A 14A 14A-. Se necesita un autor culto.
Aunque el máximo exponente hispano fue Arcipreste de Hita con su Libro de Buen Amor, del s.XIV. Fue incluido en el Mester de Clerecía x su forma, pero es un libro ambiguo, ya q se aleja del didactismo puro mezclando digresiones morales con narraciones autobiográficas d diferentes episodios amorosos, en los q aparecen x primera vez las alcahuetas.
Narrativa en prosa
Libros de caballerías (Siglo XIV, narraciones sobre temas caballerescos, por lo general sobre las cruzadas).
Colecciones de apólogos o ejemplos (conjuntos de narraciones con finalidad didáctica y moraleja final).
→ El conde Lucanor, de don Juan Manuel (conjunto de cuentos enlazados por dos personajes). Primera prosa narrativa de autor castellano.
→ TEATRO
Quedan pocos documentos del teatro medieval (apenas un fragmento de la obra Auto de los Reyes Magos, del Siglo XII. Trata temas de la Navidad, la Pasión o muerte de Jesús, la eucaristía y los temas referidos a la Virgen María. Se escenificaban dentro y fuera de las iglesias y tenían carácter didáctico.
A partir del Siglo XIII, se introducen elementos profanos populares (música, danzas, el tono burlesco) y se prohíbe su representación en las iglesias. Pasan a ser representadas sobre carros, que sirven de escenarios portátiles, en las plazas de los pueblos.
EL POEMA DE mio Cid
Autor desconocido donde se narra las hazañas de un personaje histórico: Rodrigo Díaz de Vivar, nacida en torno a 1043. Podría haber sido compuesto en 1140, al menos, la copia que nos ha llegado firmada por Per Abbat es del s.XIV.
Estructura y argumento:
Compuesta por unos 3700 versos y se divide en 3 partes:
Cantar del destierro
El Cid ha sido desterrado por el rey y abandona Castilla junto con sus hombres. El Cid se mantiene leal al monarca y se propone recuperar su favor.Cantar de bodas:
Tras conquistar Valencia, el Cid recobra la confianza del rey, que decide casar a las hijas del héroe con los infantes de Carrión. Los recelos del Cid ante la boda preludian la posterior tragedia.
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Cantar de la afrenta de Corpes:
Los infantes ridiculizados tras reaccionar con gran cobardía ante la huida de un león, se vengan azotando y abandonando a las hijas del Cid en el robledo de Corpes. El comportamiento cruel de los infantes es juzgado y castigado en las cortes de Toledo. Al final del poema, se anuncia el futuro matrimonio de las hijas del Cid con los hijos de los reyes de Aragón y Navarra.Tema:
El tema central es la recuperación del honor del héroe, un honor en el que distinguimos dos facetas:
Honor público: perdido tras la humillación que supuso el destierro.
Honor privado: mancillado por los infantes de Carrión al afrentar a sus hijas
El Cid representa el ideal del héroe castellano en una dimensión múltiple: como vasallo, como padre, como esposo y como cristiano. Se le caracteriza como héroe épico- el caballo, Babieca; sus espadas, Colada y Tizón; su barba, símbolo de hombría- y se insiste en su mesura, valor y su astucia.
Métrica y estilo:
El poema está compuesto en versos de arte mayor (14-16 sílabas) divididos en 2 partes (hemistiquios) por una pausa interna (cesura). Los versos se agrupan en series monorrimas o tiradas de extensión variable y rima asonante.
A lo largo del texto encontramos numerosos recursos lingüísticos y retóricos que ponen de manifiesto su origen oral. Entre ellos destacan los siguientes:
Fórmulas fijas con una doble función: caracterizar a los personajes y servir de apoyo a la memorización del juglar. A este grupo pertenecen los llamados epítetos épicos: Desbaratolos el Cid, el de la crecida barba.
- Llamadas de atención a los oyentes por medio de verbos en segunda persona del plural e inclusión del propio narrador en el auditorio a través de pronombres y verbos en primera persona del plural:
→ Oíd lo que entonces dijo Álvar Fáñez, el leal
→ Nuestro Cid Rodrigo Díaz con su gente está tratando
Alternancia de tiempos verbales y tendencia a la actualización del relato, en busca de un continuo dinamismo que mantenga el interés del público. El día se va acabando, la noche se quiere entrar.
Abundancia de recursos de repetición (paralelismo, anáfora…) y utilización de elementos con valor deíctico que, junto con la viveza de los diálogos, ayudan a la dramatización: Allí aguijan los caballos, allí los sueltan de rienda.
Uso de exclamaciones e interrogaciones retóricas, que expresan el punto de vista del narrador: ¡Qué bien pagó a los vasallos, a cuantos a él han servido!