Escultura Helenística y Transición al Clasicismo: Obras Maestras del Arte Griego


El Período Helenístico (Finales s. IV a.C. – Principios s. III a.C.)

Tras la muerte de Alejandro Magno, el Imperio griego se dividió, surgiendo diversas escuelas con características propias. Se perdió la dimensión humana en la arquitectura. En la escultura, surgieron numerosos cambios con una temática más variada, representando niños y ancianos. Las figuras ganaron movimiento, con cuerpos retorcidos, y se abandonó el canon clásico. Atenas dejó de ser el único centro escultórico importante.

Escuelas Helenísticas

Escuela de Pérgamo

Situada en la Magna Grecia, destacan las representaciones del Galo Herido, el Galo Muerto y el Altar de Zeus. Su principal característica es la búsqueda de la agonía y el sufrimiento.

Escuela de Rodas

Posee las esculturas más interesantes del arte helenístico. Destaca Laoconte y sus Hijos Devora dos por una Serpiente (siglos III-II a.C.), obra de Agesandro, Polidoro y Atenodoro, ubicada en los Museos Vaticanos. Esta copia en mármol de un original en bronce representa al sacerdote Laoconte y sus hijos luchando contra una serpiente marina. Destacan las líneas de la composición: la diagonal del cuerpo de Laoconte y la triangular que une las cabezas. La sensación de movimiento se logra a través de las posturas, y los rostros reflejan dolor, especialmente el de Laoconte. El movimiento y el dramatismo la clasifican dentro de la escuela helenística. Otra obra es El Toro Farnesio, de los mismos autores y de gigantescas dimensiones. Incluyeron elementos paisajísticos como las rocas y el pastor con su perro, que observan cómo los hijos de Antíope arrastran a Dirce hacia el toro. También es conocida La Victoria de Samotracia (220-190 a.C.), de autor desconocido, ubicada en el Museo del Louvre. Representa a la Victoria posándose sobre la proa de un barco. Las ropas agitadas por el viento revelan la anatomía de la Victoria. El trabajo con los pliegues aporta movimiento. Destacan la sensación de movimiento y los juegos de luces que añaden dramatismo.

Escuela de Alejandría

Se pierde el estudio anatómico. Su obra más importante es Dios Nilo y sus Hijos.

Escuela de Atenas

Mantiene la influencia clásica y crea figuras con escorzo (posturas complicadas). Obras: Niño de la Oca (mármol), Niño de la Espina (bronce), Venus de Milo y Apolo de Belvedere.

Período de Transición entre el Arcaísmo y el Clasicismo (Primera Mitad del s. V a.C.)

Destacan dos escultores que lograron gran percepción y serenidad, sin pertenecer aún al período clásico.

Mirón

Interesado en el cuerpo humano en movimiento, utilizaba el bronce, aunque solo se conservan copias romanas en mármol. Buscaba posiciones nuevas y composiciones inestables. Su mejor ejemplo es el Discóbolo (450 a.C.), que representa el momento de máximo esfuerzo del atleta. El cuerpo se inclina y gira con el brazo derecho levantado, mientras el izquierdo se apoya en la rodilla. Cada miembro está tensado, resaltando la musculatura. El rostro no muestra expresión. El estudio de la anatomía es perfecto, al igual que el contraposto. Conserva algo de frontalidad. El original en bronce se perdió, y se conoce gracias a copias romanas. La técnica del bronce permitía crear estatuas con cierto desequilibrio. Otras obras suyas son: La Vaca y Marsias y Palas Atenea.

Polícleto

Teórico de la naturaleza humana, creó un canon donde la figura humana debe medir siete cabezas y media, y lo mismo de mano a mano que de pies a cabeza. Le interesaba la comunicación entre espectador y obra. Destacan:

  • Doríforo (450-440 a.C.): Copia romana en mármol de un original en bronce. Representa un joven caminando con una lanza. La disposición de brazos y piernas, junto con la cabeza ladeada, marca un acusado contraposto. Es la representación más perfecta del canon de Polícleto, destacando la serenidad del rostro y la armonía del cuerpo.
  • El Diadumeno: Copia romana en mármol de un original en bronce. Representa un joven atleta colocándose una cinta. La pierna derecha adelantada y la izquierda flexionada logran un contraposto. La cabeza girada y la expresión del rostro reflejan concentración y los ideales de belleza griega.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *