1. Los Espacios Rurales
Las sociedades humanas modifican el espacio natural en el que viven, mediante la construcción de carreteras, parcelas de cultivo, asentamientos, etc., convirtiéndose en espacios humanizados. Se distinguen el espacio humanizado urbano y rural.
1.1. Características que los definen
Los espacios rurales son amplios y continuos caracterizados por: una baja densidad de población, ya que gran parte de este espacio se dedica a aprovechamientos agrarios; el predominio de municipios pequeños y, las actividades agrarias, forestales, pesqueras, ganaderas y mineras.
1.2. Elementos que los comparten
En estos espacios rurales, podemos encontrar diversos elementos:
- Las localidades y lugares en los que habitan personas (hábitats).
- Las parcelas.
- Los sistemas de cultivo.
- La relación con la vegetación natural.
Además de estos aspectos visibles en el espacio, hay otros que no se perciben a simple vista, como el tamaño de las explotaciones agrarias y el de las propiedades; una forma en la que se explotan esas tierras, bien directamente por el propietario o bien, cediéndolas a otras personas mediante un contrato.
2. La Agricultura
2.1. La superficie agraria española
El territorio español comprende más de 500.000 km2, que equivalen a más de 50.500.000 ha; de estas, casi el 60 %, se aprovecha con fines agrarios. El resto no tiene este aprovechamiento por tratarse de suelos muy pobres, situarse a una elevada altitud o tener condiciones climáticas adversas.
De la SAT (Superficie Agraria total), la superficie agraria útil supone el 78 %, el 46% del territorio español; el resto son espacios forestales, eriales, espartizales, etc. que no se aprovechan para fines agrícolas ni ganaderos, aunque se pudiese.
2.2. Los aprovechamientos agrícolas
Los cultivos herbáceos ocupan más de la mitad de las tierras labradas, de las que la mayoría se dedican a cereales, a leguminosas, a cultivos industriales, cultivos forrajeros y hortalizas.
Los cultivos leñosos se extienden por casi el 30% de las tierras labradas, y entre ellos destacan el olivar, los frutales y el viñedo.
En la agricultura española predominan los cultivos mediterráneos: cereales, vid y olivo (más de la mitad de las tierras labradas ocupadas por la trilogía mediterránea).
2.3. La distribución de los cultivos
- Cereal: se reparte por el interior peninsular, sobre todo por la mitad norte. Cultivo dominante en la depresión del Duero y en el centro y norte de la del Ebro, así como las zonas bajas del Sistema Ibérico.
- Olivar: cubre grandes extensiones en las tierras bajas y media de los sistemas béticos, en los pies de montes y montañas y Sierra Morena, con la depresión del Guadalquivir, parte turolense del sistema ibérico y zona meridional de las Cordilleras Prelitoral y Litoral del Sistema Costero-Catalán.
- Viñedos: busca un buen drenaje y nivel de precipitaciones en los pies de montes enlazan, los sistemas montañosos y las grandes depresiones, los páramos manchegos y zonas de montaña de baja altitud. La vid también es cultivada en terrazas del Duero y en las Islas Canarias.
- Hortalizas y frutales: se dan en proximidades de los ríos y en el litoral levantino; zonas llanas y bajas de la España húmeda, con abundantes precipitaciones y suelos fértiles; y en la España semiárida. Además, se cultiva en Canarias.
- Cítricos: cultivos tradicionales del Levante español que se han extendido hacia el sur por costa murciana, zona occidental del valle del Guadalquivir y costa mediterránea gaditana.
- Prados y pastos: dominan en las regiones de clima oceánico y en zonas altas de los sistemas montañosos de la mitad norte peninsular. También se localizan en los suelos silicios de la Meseta occidental; en la Sierra de Grazalema; en la Depresión Intrabética y en zonas áridas de Canarias.
2.4. Importancia del regadío
El regadío permite incrementar la productividad agrícola, pero consume demasiada agua para un país en el que ésta no sobra y se reparte de forma desigual en el tiempo y en el espacio.
El regadío es el sistema de cultivo que mayor valor añadido produce, especialmente el regadío de cultivos tempranos y de aquellos que requieren condiciones mediterráneas. El resultado es que en ese 10 % de la SAW en regadío se obtiene la mitad del valor de producción agrícola española.
El regadío absorbe casi el 80% del agua consumida, por lo que se está llevando a cabo una política de sustitución de los regadíos por inundación.
El regadío se concentra en las zonas llanas y fértiles, en las proximidades de los grandes ríos y en el litoral mediterráneo.
2.5. Crecimiento de la agricultura ecológica
La agricultura ecológica es aquella que no utiliza fertilizantes químicos ni organismos modificados genéticamente con dos objetivos: no dañar el medio ambiente y obtener alimentos más saludables.
España cuenta con reglamentos que certifican y etiquetan esos productos. España es el primer país europeo por el volumen de producción de la agricultura ecológica. Los principales cultivos ecológicos son olivar, cereales, frutos secos, vid, forrajes y legumbres.
La agricultura ecológica está en constante crecimiento, aunque no encuentra igual acogida en todos los mercados europeos: en España, ese porcentaje es muy reducido, se debe a que su precio tiene una durabilidad menor.
3. La Ganadería en España: Tipos y Distribución
La ganadería es la cría de animales domesticables para obtener aprovechamientos: carne, leche, huevos, lana… Según el sistema de explotación, la ganadería puede ser intensiva o extensiva.
- Ganadería intensiva: caracterizada por una elevada productividad que proporciona uso de piensos, establos y tecnologías. Se suele localizar cerca de grandes ciudades o de las principales infraestructuras de transporte.
- Ganadería extensiva: cría de ganado al aire libre o con cortos periodos de estabulación, que se alimenta, naturalmente, en prados, barbechos, pastos… La manifestación más tradicional es la ganadería trashumante, que recorre largas distancias durante el año en busca de pastos.
Actualmente, la ganadería aporta al PIB el 0,8 %.
En España, las actividades agrícolas y las ganaderas han sido complementarias: unas aportan alimento para el ganado y otras fertilizantes naturales, complemento a la renta familiar.
3.1. Las cabañas ganaderas
Se denomina cabaña ganadera al conjunto de las cabezas de las especies ganaderas de un lugar. En España, las principales cabañas son la bovina, la ovina, la caprina, la porcina y la aviar.
- Cabaña bovina: se orienta la producción de carne y leche, pilar fundamental de economías agrarias en la España húmeda. La cabaña destinada a la producción cárnica presenta un sistema de ganadería intensiva y se afianza la recuperación de especies autóctonas (ternera de Ávila). Por el contrario, el ganado de aprovechamiento lechero está en retroceso.
- Cabaña ovina: predominante en el interior peninsular y en las zonas mediterráneas.
4. Movimiento Natural de la Población
4.1. La Natalidad
Es el número de nacimientos que se producen en una población en un momento determinado. Un indicador de la natalidad es la Tasa Bruta de Natalidad (TBN), que mide el número de nacimientos en 1 año por cada 1000 habitantes (25% alta, 15% baja).
El descenso progresivo de la TN se inicia en España en la segunda mitad del siglo XIX.
La caída de la TN se corresponde con un menor número de hijos por mujer, el llamado índice sintético de fecundidad. El índice actual impide el relevo o el reemplazo generacional, para que se produzca debe ser igual o superior a 2,1 hijos x mujer.
Varios factores de distinta naturaleza explican esta evolución de la natalidad en nuestro país:
- Los cambios sociales y culturales. En las últimas décadas, uno de los cambios más importantes en la sociedad y que más ha incidido en la natalidad ha sido el papel de la mujer en la sociedad, irrumpiendo en el mercado laboral y dejando en un segundo plano la nupcialidad y la maternidad. Por esta razón, retrasan la edad a la que estrenar la maternidad y tienen menos hijos. Además, la generalización del uso de métodos anticonceptivos ha hecho que la mujer pueda decidir cuantos hijos tener.
- La situación económica. La manutención y el deseo de dar a los hijos la mejor educación y calidad de vida posibles requiere un gran esfuerzo económico, por lo que se tienen menos hijos, sobre todo cuando la coyuntura económica es desfavorable.
- Factores demográficos estructurales. Como consecuencia de la crisis, en las dos últimas décadas del siglo XIX, el número de mujeres en edad fértil (15-48) ha descendido.
Desde finales de 1990 hasta el inicio de la crisis económica mundial en 2007, la buena situación sirvió de acicate para la natalidad e impulsó a numerosos extranjeros a establecerse en España, la gran mayoría jóvenes en edad de procrear. Fue en 2007, cuando muchos extranjeros regresaron a su país de origen y muchos españoles emigraron al extranjero en busca de mejoras laborales debido a las altas tasas de paro en España.
4.2. La Mortalidad
Es el número de defunciones que se producen en una población en un momento determinado. Un indicador de la mortalidad es la Tasa Bruta de Mortalidad (TBM), que mide el número de defunciones en un año por cada mil habitantes (tasa superior a 15% alta/ por debajo del 10% baja).
En España, la mortalidad, al igual que la natalidad, inició su descenso mucho más tarde que en otros países europeos a finales del siglo XIX.
Esta drástica caída de la mortalidad que ha experimentado nuestro país se ha debido a la combinación de varios factores: mejor alimentación de la población (mejores técnicas aplicadas en la agricultura y productos a precios razonables), avances en la medicina (penicilina y prevención y detención de enfermedades, así como el acceso a la sanidad pública), mayor higiene (tanto privada como pública) y a la disponibilidad de más recursos económicos.
Todos estos factores consiguen una población más longeva, hasta tal punto que, España tiene una esperanza de vida de las más altas del mundo.
El envejecimiento en nuestro país provocará el aumento de la TBM en los primeros años. En los últimos años, respecto a la pandemia ha habido un aumento general.
Las comunidades autónomas más envejecidas son: el Principado de Asturias y Galicia.
4.3. La Esperanza de Vida
Es el número promedio de años que se espera que viva una persona en el momento de su nacimiento. Su aumento solo se vio interrumpido por dos acontecimientos importantes: la epidemia de 1918 y la Guerra Civil (1936-1939).
En 2014, la esperanza de vida al nacer alcanzó los 82 años, siendo mayor en las mujeres que en los hombres. Esto se denomina sobremortalidad masculina.
4.4. El Crecimiento Natural o Vegetativo
Es la diferencia entre el número de nacimientos y el de defunciones que se producen en un lugar y en un momento determinados. Un saldo positivo indica que la población crece y un saldo negativo que decrece.
En los últimos años, las zonas demográficamente más dinámicas son: las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, Región de Murcia, Madrid y su área metropolitana, Islas Baleares, Andalucía y Cataluña.
4.5. Regímenes Demográficos
En la evolución demográfica de España se distinguen tres etapas:
- Régimen demográfico antiguo. Se prolongó en España hasta el siglo XIX y se caracterizó por un crecimiento natural muy lento debido a unas tasas brutas de natalidad elevadas entorno al 35% y unas tasas de mortalidad muy altas debido a las pandemias, falta de higiene y medios sanitarios, malas cosechas y guerras.
- Transición demográfica. Esta etapa se caracterizó por un importante crecimiento de la población por unas elevadas tasa de natalidad y una disminución muy notable en la mortalidad debido a las mejoras sanitarias e higiénicas, se reducen las epidemias, introducción de mecánicas de campo.
La población española paso de 10,5 en 1801 a 18,6 millones de habitantes en 1900. Además, a principios de siglo aumento la mortalidad debido a la gripe de 1818.
En los años 20 y 30 se aceleró el crecimiento demográfico que se freno con la guerra civil. La década de los 40 y 50 tuvieron un lento crecimiento demográfico debido a la posguerra. Entre la década de los 60 y los 70 tuvo lugar el famoso ‘baby boom’, debido a un mayor crecimiento de la población al dispararse la natalidad.
5. La Pesca y la Acuicultura en España
5.1. La importancia del sector pesquero
La pesca es la actividad económica, destinada a obtener productos del mar, orientados, directa o indirectamente, a la alimentación. Pueden ser alimentos frescos para el consumo humano o materias primas para la industria.
La producción pesquera española genera poca riqueza, supuso 0,15 % del PIB nacional. Tradicionalmente, España ha sido un país pesquero, favorecido por dos motivos: sus características físicas como territorio, compuesto por parte de una península y dos archipiélagos y la dieta de los españoles.
5.2. La flota pesquera española
A pesar de ser el primer país de la Unión Europea por número de buques y por su capacidad de carga, desde hace décadas la flota española se reduce. Este descenso responde a varias causas:
- El establecimiento de la llamada Zona Económica Exclusiva (ZEE), una franja de Mar de 370,4 km desde la línea de costa de aprovechamiento exclusivo del país ribereño.
- Los caladeros que se encuentran en la ZEE española, ofrecen escasos recursos debido a sobreexplotación.
- La entrada en la Unión Europea supuso aceptar la Política Pesquera Común (PPC) que limita las capturas de peces, regula el tamaño de los mismos y establece vedas. Y las políticas de protección adoptadas por las instituciones internacionales.
5.3. Principales puertos y caladeros
En España existen un total de 312 puertos. Hay que distinguir entre los grandes puertos, como son el de Vigo y A Coruña, Bahía de Cádiz, Las Palmas, Avilés y Gijón. Los barcos españoles pescan en diferentes lugares:
- En los caladeros nacionales faenan la mayor parte de los barcos. Sus capturas son pocas, pero muy variadas, desde peces, como la sardina, el boquerón…
- En aguas comunitarias, no españolas, que dirigen su actividad a especies que viven en fondos marinos, como la merluza y rape.
- En caladeros internacionales extracomunitarios donde practican la pesca de gran altura y su capacidad de carga es enorme. En su mayor parte, los buques son congeladores y las especies que capturan son aquellas que viven en profundidades como la merluza, la raya.
5.4. Acuicultura
Es el cultivo de especies, animales y vegetales acuáticas destinado, directa o indirectamente, a la alimentación humana. La mayoría son especies marinas, aunque también se producen de esta forma algunas especies de agua dulce.
Es el medio más adecuado para poder seguir consumiendo pescado y otras especies sin amenazar su supervivencia.
Las especies cultivadas son esencialmente moluscos y peces, destacando la dorada y la lubina.
No obstante, esta actividad adolece de muchos problemas y cuestiona la sostenibilidad de explotación pesquera:
- Los peces criados en cautividad se alimentan de piensos compuestos por harina y aceite de pescado por lo tanto para producir esos piensos hay que pescar muchas especies de bajo valor de mercado.
- La elevada concentración de peces facilita la propagación de enfermedades. En ese caso, para prevenirlas y tratarlas se proporciona a los animales antibióticos.
- De las piscifactorías escapan desechos orgánicos y aguas tóxicas que contaminan el ecosistema.
6. Los Movimientos Migratorios en la Actualidad
La población de un lugar depende del crecimiento natural y de los movimientos migratorios: personas que llegan a ese lugar (inmigrantes) y las que lo abandonan (migrantes). Las migraciones son desplazamientos de la población que implican un cambio de lugar de residencia.
La diferencia entre el número de inmigrantes y el de migrantes es el saldo migratorio, necesario para calcular el crecimiento real de una población, que es el resultado de sumar el crecimiento natural y el saldo migratorio.
Hablamos de migraciones exteriores/internacionales si tiene como destino otro país, y de migraciones interiores/ nacionales cuando se realizan en el país.
6.1. Las Migraciones Exteriores
Desde la Edad Moderna hasta finales del siglo XX, en España han predominado los movimientos de salida de población. Estos, han respondido principalmente a motivos económicos.
- Migraciones transcontinentales. Los destinos de estas fueron a países de América latina porque demandaban mano de obra para su despegue económico.
- Migraciones continentales. A partir de los años 60, la emigración hacia América perdió intensidad a favor de Europa. Era la época de reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, España acababa de poner fin al periodo de autarquía y comenzaba a abrirse al exterior con el Plan de Estabilización (1959).
En 1973 se sobreviene la crisis económica (petróleo) y se disparan las tasas de paro en estos países europeos. Ante esta situación, se produce una importante migración de retorno.
Desde la década de los 60, el número de entradas empezó a superar al de salidas (saldo positivo). Hasta la década de los 90, esas entradas corresponden al retorno de emigrantes españoles, pero desde esa década corresponde sobre todo a la crisis inmobiliaria.
Hasta finales de la década de los 80, la mayoría de los extranjeros procedían de otros países de la Unión Europea, pero desde esa fecha hasta la actualidad, es superior el número de migrantes extracomunitarios.
La crisis de 2007 ha afectado seriamente a España y ha supuesto un freno a la inmigración y el retorno de muchos extranjeros a sus países de origen y una emigración significativa de españoles con estudios superiores con conocimientos de varios idiomas que no tenían trabajo, la mayoría de entre 24/25 años. Desde 2010, el saldo migratorio vuelve a ser negativo. Los principales receptores de la emigración española actual son países comunitarios. Además, en 2020 con la situación de pandemia a nivel mundial por la COVID-19, muchas personas debido a las cuarentenas obligatorias, vacunación de la población, etc, se han visto obligadas a regresar a sus países de origen.
6.2. Las Migraciones Interiores. El Éxodo Rural
Los movimientos migratorios interiores comenzaron a ser cuantitativamente importantes a partir del último tercio del siglo XIX, impulsados por cambios sociales y económicos que trajo la Revolución Industrial y la mejora de los transportes.
La mecanización empezó a generar un sobrante de mano de obra en el campo, como consecuencia se inició un intenso éxodo rural, es decir, un abandono masivo del campo por parte de la población campesina para dirigirse a las ciudades españolas de reciente industrialización.
Las principales regiones emisoras (no industrializadas) fueron: Galicia, las 2 Castillas, Cantabria, Navarra, Andalucía y el Litoral levantino; las regiones receptoras: el País Vasco (siderurgia), Cataluña (textil) y Madrid (centro administrativo y de la red de transporte), que empezaban a atraer actividad industrial.