España en Crisis: De la Restauración a la Guerra Civil (1902-1939)


La Crisis de la Restauración Borbónica (Principios del Siglo XX)

El régimen de la Restauración había sobrevivido al fallecimiento de Alfonso XII, al de sus dos principales promotores (Cánovas y Sagasta) y a la Crisis de 1898. Sin embargo, su descomposición sería incesante en este nuevo siglo.

Inestabilidad Política y Reinado de Alfonso XIII

Alfonso XIII asumió el trono en 1902, pero la inestabilidad política aumentó debido a la corrupción, el caciquismo y la creciente conflictividad social.

Intentos de Reforma y Regeneracionismo

El regeneracionismo, impulsado por Joaquín Costa, buscó modernizar el sistema, pero su influencia fue limitada. Tanto el Partido Conservador como el Partido Liberal intentaron reformas desde el poder:

  • Antonio Maura, al frente de los conservadores, promovió cambios entre 1907 y 1909, pero su gestión terminó abruptamente tras la Semana Trágica.
  • José Canalejas, líder liberal, profundizó en reformas sociales hasta su asesinato en 1912.

Fortalecimiento de la Oposición

Las fuerzas opositoras ganaron protagonismo durante este periodo:

  • El republicanismo creció con figuras como Alejandro Lerroux y Melquíades Álvarez.
  • El socialismo se consolidó con Pablo Iglesias y la UGT (Unión General de Trabajadores).
  • El anarquismo, representado por la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y la FAI (Federación Anarquista Ibérica), recurrió a la acción directa, incluyendo atentados y atracos.
  • Los nacionalismos, en especial el catalán, también se fortalecieron, logrando en 1914 la creación de la Mancomunidad de Cataluña.

Hitos de la Crisis

La crisis del sistema se evidenció en sucesos clave:

  • El asalto al semanario satírico ¡Cu-Cut! en 1905, que llevó a la aprobación de la controvertida Ley de Jurisdicciones (1906), que sometía a la jurisdicción militar los delitos contra la patria o el ejército.
  • La Semana Trágica de Barcelona en 1909: una revuelta popular antimilitarista y anticlerical, desencadenada por el envío de reservistas a la guerra de Marruecos. Los enfrentamientos y la severa represión posterior marcaron un punto de inflexión, evidenciando el deterioro del sistema y contribuyendo a la ruptura del Pacto del Pardo entre liberales y conservadores, acelerando la descomposición del régimen.

La conflictividad social aumentó con huelgas masivas y violencia en las calles.


La Guerra Civil Española (1936-1939)

Bloque 10: La Guerra Civil Española (1936-1939)

Aproximación a la Historiografía sobre el Conflicto

La Guerra Civil Española ha sido ampliamente estudiada y su historiografía se puede dividir en varias etapas:

  • Posguerra y Franquismo: Predominó la versión de los vencedores, que presentaban el conflicto como una «cruzada» para salvar España de la «Anti-España» (formada por republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas y nacionalistas). Esta visión fue respaldada por la Iglesia Católica y difundida por historiadores afines al régimen, como Joaquín Arrarás.
  • Años 60 y 70: Historiadores como Ricardo de la Cierva mantuvieron la versión franquista, pero surgieron estudiosos extranjeros, como Paul Preston o Hugh Thomas, que ofrecieron un enfoque más objetivo y centrado en aspectos sociales y políticos.
  • Transición y Democracia: Tras la muerte de Franco, se impuso un relato más crítico, que buscaba la conciliación y ofrecía una visión fratricida de la guerra. Se organizaron coloquios y encuentros de historiadores para debatir sobre el conflicto.
  • Desde los años 80 hasta la actualidad: La investigación se ha profundizado. Historiadores como Stanley G. Payne y Julián Casanova han abordado temas como la lucha de clases, la influencia de la Iglesia, la represión en ambos bandos y el papel de la mujer. También ha surgido un revisionismo de corte conservador que, en algunos casos, busca matizar las causas del golpe de Estado o justificarlo como una acción preventiva contra una supuesta revolución comunista.

Sublevación Militar y Estallido de la Guerra

El 13 de julio de 1936, el asesinato del teniente de la Guardia de Asalto José Castillo Sáenz de Tejada, de conocida militancia socialista, provocó como represalia inmediata el secuestro y asesinato del líder monárquico y destacado opositor parlamentario José Calvo Sotelo por parte de compañeros de Castillo, actuando al margen de cualquier orden oficial.

Este magnicidio aceleró los planes del golpe de Estado que ya estaba en marcha. El general Emilio Mola («El Director»), junto a otros militares conservadores, preparó un golpe de Estado contra el gobierno de la Segunda República. Los conspiradores justificaban la sublevación aludiendo a la supuesta ilegitimidad del gobierno del Frente Popular, el desorden social, el avance del marxismo y los ataques a la Iglesia Católica. Francisco Franco, inicialmente dubitativo, se sumó decididamente a la sublevación tras el asesinato de Calvo Sotelo.

El 17 de julio de 1936, el levantamiento militar comenzó en Melilla y se extendió rápidamente por el Protectorado de Marruecos y diversas guarniciones de la península al día siguiente.

Desarrollo de la Guerra

España quedó dividida en dos zonas:

  • Bando Sublevado (o Nacional): Controlaban inicialmente Galicia, Navarra, Castilla y León, parte de Aragón, parte de Andalucía Occidental, Canarias, Baleares (excepto Menorca) y las posesiones africanas.
  • Bando Republicano (o Gubernamental): Conservó Madrid, Cataluña, la franja cantábrica (Asturias, Santander y País Vasco), Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Murcia y parte de Andalucía Oriental.

La guerra avanzó con importantes batallas como las de Madrid, Jarama, Guadalajara, la campaña del Norte y el bombardeo de Guernica (abril de 1937). En 1938, la Batalla del Ebro, la más larga y sangrienta del conflicto, marcó un punto de inflexión al desgastar decisivamente al ejército republicano. A principios de 1939, las tropas de Franco ocuparon Cataluña. La caída de Madrid se produjo a finales de marzo y, finalmente, Cartagena fue el último reducto en rendirse. Franco proclamó el fin de la guerra el 1 de abril de 1939.

Consecuencias de la Guerra Civil

Las consecuencias fueron devastadoras en todos los ámbitos:

  • Demográficas: Se estima que la guerra dejó entre 300.000 y 500.000 muertos (cifras aún debatidas), incluyendo combatientes, víctimas de bombardeos, represión en ambas retaguardias y muertes por hambre o enfermedades. A esto se suma un descenso de la natalidad.
  • Sociales: Hubo un masivo exilio republicano (entre 300.000 y 500.000 personas). Se instauró una dura represión franquista tras la guerra, con miles de ejecuciones, encarcelamientos masivos y depuraciones en la administración y la enseñanza. La sociedad quedó profundamente dividida y traumatizada.
  • Económicas: Se destruyeron numerosas infraestructuras (viviendas, puentes, vías férreas), se perdió gran parte de las reservas de oro del Banco de España (enviadas a Moscú por la República) y se hipotecaron los recursos del país. La producción agrícola e industrial se desplomó, llevando a años de escasez y racionamiento (la autarquía).
  • Políticas: Se instauró la dictadura de Francisco Franco, que duraría casi cuarenta años, eliminando las libertades democráticas y los estatutos de autonomía.
  • Culturales: Se produjo un «exilio interior» y exterior de intelectuales y artistas. La cultura quedó sometida a una estricta censura.

La represión y las venganzas continuaron durante décadas, dejando una profunda y dolorosa huella en la historia contemporánea de España.

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