El Reinado de Fernando VII y la Lucha entre Absolutismo y Liberalismo
Tras la Guerra de la Independencia, Fernando VII regresó a España. Su reinado se dividió en tres etapas, marcadas por los enfrentamientos entre absolutistas y liberales:
Sexenio Absolutista (1814-1820)
Se restauró el Antiguo Régimen. Fernando VII abolió la Constitución de 1812 y persiguió a los liberales.
Trienio Liberal (1820-1823)
Fernando VII juró la Constitución de Cádiz, que reconocía derechos y libertades. Sin embargo, las potencias absolutistas de la Santa Alianza intervinieron para restaurar el absolutismo.
La Década Ominosa (1823-1833)
En 1830, debido al problema sucesorio, al nacer su hija Isabel, Fernando VII abolió la Ley Sálica mediante la Pragmática Sanción, permitiendo heredar el trono a las mujeres.
Durante los últimos años de su reinado, se produjo la independencia de las colonias españolas en América, liderada por los criollos. Este proceso se desarrolló en dos etapas: la primera, coincidiendo con la Guerra de la Independencia, y la segunda, durante el reinado de Fernando VII, quien se negó a conceder autonomía a las colonias. España fue derrotada en Pichincha y Ayacucho, perdiendo la mayor parte de su imperio colonial, que quedó reducido a Cuba y Puerto Rico en América, y a las Filipinas en Asia.
El Reinado de Isabel II: Inestabilidad Política y Consolidación del Liberalismo
Tras la muerte de Fernando VII, su hija Isabel II accedió al trono con tan solo 3 años. Durante su minoría de edad, ejercieron la regencia su madre María Cristina (1833-1840) y el general Espartero (1840-1843). El problema sucesorio generó la Primera Guerra Carlista, que enfrentó a absolutistas (defensores de Don Carlos) con liberales (partidarios de Isabel). La guerra terminó con la victoria de Isabel y el llamado Abrazo de Vergara.
En 1843, Isabel fue declarada mayor de edad a los 13 años, consolidándose un régimen liberal. Su reinado se caracterizó por la inestabilidad política, provocada por los enfrentamientos entre los partidos liberales: moderados (partidarios del sufragio censitario restringido) y progresistas (defensores del sufragio universal masculino).
Etapas del Reinado de Isabel II
- Década Moderada (1844-1854): Se impuso la Constitución de 1845.
- Bienio Progresista (1854-1856): Se redactó la Constitución de 1856, que no llegó a publicarse.
- Últimos años: Marcados por la inestabilidad y la oposición al régimen.
Surgieron nuevos partidos opuestos al régimen liberal, como los demócratas (defensores del sufragio universal masculino) y los republicanos (partidarios de la abolición de la monarquía). En 1866, republicanos, progresistas, liberales y demócratas se unieron para derrocar a Isabel II, firmando el Pacto de Ostende. En 1868, la Revolución Gloriosa provocó el exilio de Isabel II y la creación de un gobierno provisional. Se promulgó la Constitución de 1869, que establecía una monarquía. Tras el breve reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873), se proclamó la Primera República.
Cambios en la Organización del Trabajo
Se produjeron cambios significativos en la organización del trabajo, con la producción en masa de artículos baratos. El taylorismo buscaba la máxima eficacia mediante la medición del tiempo y la concesión de incentivos. El fordismo, aplicado por Henry Ford, introdujo la producción en serie en grandes fábricas, organizando el trabajo en cadena.
El Reparto de África y la Expansión Colonial
Las principales potencias europeas exploraron y colonizaron África. La Conferencia de Berlín estableció las normas para la ocupación del continente. En Asia, se impuso el dominio mediante concesiones, como en China. En Oceanía, Reino Unido incorporó Australia a su imperio, y Estados Unidos ocupó archipiélagos como Hawái. En América, Estados Unidos extendió su influencia.
Totalitarismos
Los partidos totalitarios controlaron el poder político y todos los ámbitos de la vida, implantando:
- Un sistema político autoritario con un líder que concentraba todo el poder.
- El control económico y social por parte del Estado, que se proclamó anticapitalista y anticomunista.
- El rechazo de la igualdad.
- El pensamiento irracional que fomentaba la unidad.
- El ultranacionalismo, exaltando la grandeza de la propia nación.
- El militarismo, que defendía la fuerza y la guerra.