España en el Siglo XVI
El Imperio de Carlos V: Conflictos Internos. Comunidades y Germanías
Las Comunidades de Castilla (1519-1521) tuvieron diversas motivaciones: el pueblo se oponía a los nobles y a la subordinación de Castilla a los intereses del Imperio alemán; los nobles buscaban conservar sus privilegios frente a la nobleza flamenca que acompañaba al rey, y los representantes de las ciudades querían reducir el poder del monarca y la nobleza. El rey hizo concesiones a la nobleza y se aliaron para acabar con la sublevación. Tras la batalla de Villalar en 1521, los dirigentes Padilla, Bravo y Maldonado fueron decapitados, y la rebelión, reprimida.
Las Germanías en Mallorca y Valencia fueron un movimiento social. En 1520, los artesanos y los pequeños propietarios rurales intentaron tomar el poder de las ciudades, controladas por los nobles y los burgueses más ricos. La nobleza y el ejército real sofocaron la rebelión en 1521.
La Monarquía Hispánica de Felipe II. La Unidad Ibérica
Felipe II, al no salir de la Península durante su reinado, pudo concentrarse en los problemas de su imperio hispánico. Con él se consolidó la hegemonía española en Europa. Los ejes de su política fueron la rivalidad contra Francia, los problemas religiosos que llevaron a la rebelión de Flandes, la lucha contra los turcos, el enfrentamiento contra Inglaterra, y el control del gobierno y la administración de los territorios americanos.
En 1580, incorporó Portugal a su Imperio. La muerte del rey Don Sebastián dejó a Felipe (hijo de Isabel de Portugal) como heredero al trono, llevando a cabo la unidad de la península ibérica, deseada por los Reyes Católicos. El reino de Portugal mantuvo sus propias Cortes, sus instituciones y sus leyes, su moneda, su lengua, sus propias aduanas y una fiscalidad independiente. No se trató de una unidad política, ya que solo estaba unido a Castilla en la persona de su monarca.
La España del Siglo XVI: El Modelo Político de los Austrias. La Unión de Reinos
Carlos I y Felipe II aumentaron el poder real y mejoraron la administración del Estado. Procuraron rodearse de letrados y funcionarios modestos, apartando a la aristocracia de la política.
En cada reino se había colocado un virrey como representante del rey, salvo en los Países Bajos, donde había un gobernador general.
Los Consejos estaban para asesorar al rey en la toma de decisiones. Estaban formados por juristas, altos funcionarios, nobles y eclesiásticos, y se dividieron en dos categorías: los que tenían funciones territoriales administraban cada uno de los reinos (Castilla, Aragón, Italia…) y los sectoriales, que se encargaban de determinadas áreas de gobierno como Hacienda o la Inquisición. Todos actuaban en la Corte junto al rey, y las decisiones las tomaba siempre el monarca.
El sistema era poco eficaz y, con Carlos I, surgió la figura del secretario como intermediario entre el rey y los Consejos. En la administración territorial, utilizaron las chancillerías y audiencias para administrar justicia, los corregidores para el control de las ciudades y los contadores y recaudadores de impuestos.
Economía y Sociedad en la España del Siglo XVI
Durante la primera mitad del siglo XVI, la economía castellana fue floreciente gracias al comercio y a la llegada de metales preciosos de América. En Aragón, fue un período de estancamiento.
La agricultura extendió su superficie debido al crecimiento de la población y la demanda de alimentos. En Castilla, predominaba la ganadería ovina. La artesanía creció debido al aumento de la demanda americana, pero fue perdiendo competitividad frente a la producción extranjera por su atraso tecnológico y su consideración como actividad indigna. El comercio con Europa era deficitario, pero con América reportaba enormes beneficios que sirvieron para financiar las guerras y las deudas comerciales con Europa.
Los grupos sociales privilegiados, nobleza y clero, se sometieron a la autoridad real, pero siguieron manteniendo sus privilegios y poder económico. El pueblo llano estaba integrado por campesinos. La burguesía tuvo escaso desarrollo, ya que sus actividades no estaban bien vistas en la sociedad de aquella época.
Cultura y Mentalidades en la España del Siglo XVI. La Inquisición
En el siglo XVI, llegaron a España las tendencias artísticas y literarias del Renacimiento. El instrumento de difusión cultural fue el castellano.
En literatura, la aportación más importante fue en poesía, con autores como Garcilaso o Boscán, y en teatro, con Fernando de Rojas (La Celestina). En novela, la obra más destacada fue una obra anónima, El Lazarillo de Tormes, que inició la novela picaresca. La Contrarreforma dio lugar a la literatura mística, con autores como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
La Inquisición consolidó su organización para defender el catolicismo, ampliando su radio de acción a delitos como la brujería, la bigamia o la homosexualidad. Se convirtió en un formidable instrumento de represión política.