España en el Siglo XVIII: Reformas Borbónicas y Guerra de Independencia


La Crisis de 1808

  • Triple crisis:
    • De subsistencias por las malas cosechas (hambres, muertes y epidemias con la consecuente subida de tensiones y aumento de conflictos sociales).
    • Económica y fiscal (estancamiento de la agricultura y pérdida del mercado americano).
    • Política (malestar de la población y política regresiva de Carlos IV y Godoy).
  • 1808: Motín de Aranjuez (18 de marzo): se pide la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII, dimisión de Godoy y reformas (se consiguen las dos primeras). Sucesos de Bayona (abril): concluyen con la entrega de la corona por parte de Napoleón a su hermano José I.
  • Invasión de España por parte del ejército napoleónico (revolucionarios resisten al invasor y los privilegiados colaboran con los franceses). La Guerra de Independencia es también una guerra civil que determina el futuro de España.

La Guerra de la Independencia y la Revolución Política

  • Napoleón solicita permiso para entrar en España y le es concedido debido a la alianza de los dos países (Tratado de San Ildefonso 1796 y Fontainebleau 1807). Pero Napoleón invade el país. En febrero de 1808 Murat es nombrado lugarteniente del Emperador y amo del país. La actitud provocativa del ejército invasor provoca un levantamiento el 2 de mayo.
  • Resistencia: al frente están los revolucionarios y “patriotas” los cuales organizan las Juntas de Defensa y la Junta Central de Aranjuez (septiembre 1808). Situación revolucionaria con doble poder (Regencia sin autoridad sobre el pueblo pero legal y Junta Central con autoridad pero ilegal).
  • Reunión de los afrancesados en Bayona donde hacen una carta otorgada (establece Cortes estamentales sin iniciativa legislativa y algunas reformas).
  • La Guerra de Independencia se inicia en junio de 1808 (franceses detenidos en Gerona, Zaragoza, Bailén y Cintra). Tres etapas:

Hasta 1810

Fase de dominio francés. Presencia de Napoleón y retirada a Andalucía de la Junta Central (se disuelve y da paso a la Regencia). Reunión de las Cortes de Cádiz el 24 de septiembre de 1810.

1810-1812

Dominio del pueblo español y de las guerrillas lo que provoca el desgaste del ejército francés.

1812-1814

Ofensiva hispano inglesa (Wellington), retirada de José I en mayo de 1814 y derrota internacional de Napoleón. Convocatoria del Congreso de Viena que va a restaurar el Antiguo Régimen.

Reformas en la Administración del Estado: La Monarquía Centralista

La Centralización: Los Decretos de Nueva Planta

La centralización sigue el modelo francés, objetivo prioritario de los Borbones. Decretos de Nueva Planta (Valencia en 1707, Aragón 1711, Cataluña y Mallorca 1716): eliminación de instituciones, leyes e independencia de los reinos. Unificación bajo el predominio y las instituciones de Castilla, con la excepción del derecho civil y el servicio militar en Cataluña.

Las Reformas Administrativas

Objetivo: Reforzar el Estado y transformarlo de nuevo en potencia europea. Administración central: crea las Secretarías de Despacho y elimina el sistema de Consejos. Solo permanecen el de Castilla e Indias. Administración territorial: divide al reino en provincias, a cargo de la justicia, el ejército y los asuntos civiles. Reorganización del ejército y recuperación de la marina de guerra. Política regalista: reivindicación de la autoridad de la Corona sobre la Iglesia. Y política de la industria y comercio, se promociona mediante medidas mercantilistas.

Carlos III: La Práctica del Despotismo Ilustrado

El gobierno de Carlos III corresponde, en líneas generales, a la tendencia política que conocemos como Despotismo Ilustrado. Esta práctica política partía del concepto de Estado absoluto, pero daba relevancia al papel del gobernante como benefactor de su pueblo y como impulsor de las reformas necesarias para el progreso. Estas reformas pretendían introducir cambios en la vida económica, para mejorar la agricultura, la producción industrial y el comercio, pero no eran revolucionarias.

Carlos III, aprovechando su experiencia de gobierno como rey de Nápoles, intentó introducir las primeras reformas apoyándose en ministros italianos, como Grimaldi o Esquilache, pero este programa reformista fue frenado por el Motín de Esquilache (1766). En él, se argumentó la prohibición de capas y sombreros de ala ancha, pero detrás existía un problema de subsistencia y la oposición de los privilegiados a cualquier cambio. Lo cierto es que los colaboradores italianos fueron sustituidos por el conde de Aranda, Campomanes o Floridablanca, en lo que significó un claro giro conservador.

Estos ilustrados trataron de establecer en España la fisiocracia, impulsando la puesta en cultivo de nuevas tierras. Igualmente, reformaron la educación, difundiendo las ideas ilustradas mediante las Sociedades Económicas de Amigos del País.

La Política Exterior en el Siglo XVIII

El objetivo principal de la política exterior de los primeros Borbones era recuperar los territorios perdidos en la Paz de Utrecht. Con este fin, España debía enfrentarse con Inglaterra: por ello se hizo necesario reforzar la flota naval y buscar aliados como Francia, país con el que los reyes españoles tenían vínculos dinásticos y que fue el principal socio de España a lo largo del siglo XVIII. A los franceses les favorecía esta alianza porque tenían intereses en las Indias; la unión de ambas flotas podía, además, contrarrestar la superioridad marítima británica. De este modo, los monarcas españoles suscribieron varias alianzas, conocidas como Pactos de Familia, con los Borbones franceses, generalmente dirigidas contra el Reino Unido, los Habsburgo y Portugal.

  • Primer Pacto de Familia (1733): permitió a un hijo de Felipe V, Carlos (después Carlos III de España), proclamarse monarca de las Dos Sicilias (1735) reino formado por Nápoles y Sicilia.
  • Segundo Pacto de Familia (1743): proporcionó otro trono, el ducado de Parma a Felipe (1748) que era también hijo de Felipe V. El sucesor de este último, Fernando VI, mantuvo una política de neutralidad, a pesar de las intrigas francesas y británicas para obligarlo a intervenir en los conflictos.
  • Tercer Pacto de Familia (1761): se firmó durante el reinado de Carlos III y rompió con la neutralidad de su antecesor, Fernando VI. Implicó que España se involucrase en dos conflictos internacionales: la Guerra de los Siete Años (1756-1763) España tuvo que ceder Florida a los británicos a cambio de Luisiana. La intervención de la Guerra de Independencia norteamericana (1775-1783) permitió a la Corona española recuperar Florida y Menorca y la ciudad del Sacramento. No se recuperó Gibraltar.

La España del Siglo XVIII: La Política Borbónica en América

Los Borbones impusieron cambios administrativos en América, con el fin de controlar con más eficacia a las colonias para obtener de ellas un mayor rendimiento económico. El Consejo de Indias fue perdiendo competencias a favor de las correspondientes Secretarías, igual que la Casa de Contratación que se disolvió en 1790. A los dos virreinatos existentes, Nueva España y Perú se añadieron otros dos, segregados del de Perú: Nueva Granada y el Río de la Plata.

Se creó un ejército regular americano y se establecieron intendencias, con las mismas atribuciones que las peninsulares. También se adoptaron medidas económicas a lo largo del siglo: En un primer momento se crearon compañías comerciales al estilo de las británicas y holandesas, como la Compañía Guipuzcoana de Caracas, pero este sistema se mostró ineficaz debido a la piratería y a la competencia extranjera.

En 1735 se suprimió el tradicional sistema de flotas y galeones (las mercancías con destino a América se embarcaban todas juntas una vez al año en flotas escoltadas por galeones de guerra) por el sistema de registros, en el que los particulares podían cargar sus mercancías en barcos autorizados (registros) que partían cuando querían desde Cádiz. Con Carlos III se autorizó el libre comercio directo, suprimiendo el monopolio de Cádiz, esto fue un gran estímulo para la industria y el comercio, en especial para Cataluña.

Aunque el comercio con América aumentó como resultado de estas medidas, el mercado era excesivo para la industria peninsular, por lo que la mayoría de las manufacturas enviadas a América eran extranjeras y el volumen de contrabando era superior al comercio legal.

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