Estatuto de autonomía del País Vasco 1979 comentario


La primera guerra carlista (1833-1840).
Los primeros levantamientos en apoyo de Carlos María Isidro, ocurrieron a los pocos días de morir Fernando
VII, pero fueron sofocados con facilidad, salvo en el medio rural del País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y
Valencia. El bando isabelino contaba con el ejército regular y las ciudades, y los carlistas consiguieron formar, a partir del
descontento campesino, un amplio ejército popular reclutado esencialmente en el campo, que utilizaba la
guerrilla como táctica militar
Destacaron generales de gran talla : Zumalacárregui y Cabrera; por parte de los carlistas; Espartero, por la parte
isabelina,A grandes rasgos, las operaciones militares de los carlistas se desarrollaron en tres fases, la primera estuvo
dominada por la personalidad de Zumalacárregui, que estabilizó la guerra en el norte. Esta fase fue la de los
grandes triunfos de la insurrección. La muerte de Zumalacárregui durante el sitio de Bilbao, marca un cambio en la guerra. En Cataluña, Maestrazgo y Bajo Aragón se centraba sobre todo en las zonas montañosas. En una segunda fase que se prolonga hasta Octubre de 1837, el pretendiente al trono organizó una expedición hasta las mismas puertas de Madrid . Esta operación quería aprovechar la situación tras la sublevación de La Granja, que obligó a la regente a entregar el gobierno a los progresistas. La operación carlista fue un fracaso. Sí tuvo importancia la guerra en el Maestrazgo con Cabrera. A partir del otoño de 1837 (3ª fase), la suerte de la guerra está decidida. El agotamiento carlista provocó la división interna del movimiento entre los intransigentes, partidarios de seguir la guerra, y los moderados,
encabezados por el general Maroto, partidarios de llegar a un acuerdo con el enemigo. Las negociaciones entre
Maroto y Espartero culminaron en el Convenio de Vergara (1839) que marcó el fin de la guerra en el norte. No obstante, Cabrera resistíó en Levante casi un año más.
 El Convenio establecía el mantenimiento de los fueros y la incorporación de los carlistas al ejército isabelino. El fin de la guerra tuvo también consecuencias políticas; María Cristina terminaría por renunciar a la regencia sería nombrado regente el general Espartero y confirmaría el triunfo definitivo del liberalismo frente al Antiguo
Régimen.


Constitución de 1837.
Es una constitución intermedia entre la Constitución de 1812 y el Estatuto Real. Es un intento de adaptar la
constitución del 1812 a los nuevos tiempos
Pese a su tendencia progresista, tenía importantes concesiones a los moderados. Aunque reconoce la
soberanía nacional, señala que la potestad para hacer las leyes la tiene las Cortes con el rey, este tenía
derecho de veto sobre las leyes aprobadas en las Cortes. Reconoce una amplia declaración de derechos de los
ciudadanos: libertad de prensa, de opinión, asociación,….
División de poderes: El poder legislativo recae en las Cortes con el rey. Se establecían dos Cámaras, la de los
Diputados, elegidos por sufragio censitario y directo y la del Senado cuyos miembros eran nombrados por el rey. El poder ejecutivo recae en el rey, que ve reforzados sus poderes y que elige a sus ministros los cuáles serán
responsables ante las Cámaras.
En cuanto a la religión, el Estado se comprometía a mantener económicamente al clero católico, pero no se
prohíben otras religiones.
La reina se enfrentó a los progresistas que habían atraído a su causa a Espartero, victorioso general de las
Guerras Carlistas. Las diferencias entre este y la Regente sobre todo por la nueva ley de ayuntamientos hacen
que la reina Mª Cristina abandone el país y Espartero sube al poder.
Se recupera la Milicia Nacional (Compuesta por voluntarios y dependiente del poder local, había sido instituida
por la Constitución de 1812, repuesta en el Trienio y era para los Liberales progresistas garantía de defensa
ciudadana armada de la Constitución y de los derechos políticos).


El Carlismo: Alfonso XII heredó del sexenio revolucionario una guerra carlista, que no terminó hasta 1876 con la
derrota definitiva de Carlos VII, que huyó a Francia. Sus partidarios evolucionaron hacia el ultra-catolicismo y el
foralismo.La Oposición Republicana: los republicanos supusieron una amenaza seria, aunque terminaron escindíéndose en
históricos y posibilistas. Una facción de estos evoluciona hacia el nacionalismo.
A) El Catalanismo. Cataluña fue pionera en la recuperación de sus referentes culturales a través de la Renaixença,
que pretendía recuperar el catalán para la literatura. Inspirado en el Renacimiento, mostró con orgullo la
modernización económica y la transformación social protagonizada por Cataluña. En la década de 1880 el catalanismo cultural dió paso a la actividad política que afirmaba la existencia de una nacionalidad catalana y reivindicaba un mayor autogobierno para Cataluña. La burguésía apoyó este movimientio, que podía facilitar la adopción de medidas proteccionistas para la industria catalana, opuestas al librecambismo que aplicaba el gobierno central. Un paso
importante para la consolidación del catalanismo fue la creación de la Unió Catalanista que aprueba las Bases de
Manresa en las que se reclama la restauración de las instituciones históricas y el traspaso a Cataluña de amplias
competencias políticas y económicas. En 1901 se crea la Lliga Regionalista fundada por Prat de la Riba y Cambó. El
partido aspiraba a participar en la política para defender los intereses del catalanismo.
B) El Nacionalismo vasco.
En el País Vasco, la abolición de los Fueros en 1876 provocó una reacción en defensa de
instituciones ,lengua y tradiciones vascas. Aunque en 1878 se aprueban los Conciertos Económicos que permitían a
las provincias vascas mantener un sistema exclusivo de autonomía fiscal, en Vizcaya surge un movimiento de
defensa de los derechos históricos.
En 1895 Sabino Arana fundó en Bilbao el Partido Nacionalista Vasco. Los planteamientos nacionalistas de Arana,
fundador del PNV, se entienden si se tiene en cuenta la existencia en la regíón de toda una polémica acerca de la
abolición de los fueros.
Sabino Arana exalta la religión, la familia y la propiedad. Populariza un nombre nuevo para su patria "Euskadi" y una
bandera. Idealiza el mundo rural tradicional, la lengua y la raza vasca en un momento de desarrollo industrial y
llegada masiva de inmigrantes. Defendía el catolicismo, la tradición , las costumbres vascas y la pureza racial
del pueblo vasco. Pero posteriormente su política se suaviza y acepta que la autonomía debe alcanzarse desde la
legalidad y dentro del estado español. Esta evolución facilitó el acercamiento de la burguésía vasca ,que veía en el
nacionalismo un posible aliado frente al incremento del movimiento obrero derivado de la industrialización de
Vizcaya a partir de la década de los 80.
A partir de la Crisis de 1917, el PNV fue creciendo y exigiendo la autonomía y en los años 20 se consolidó como
proyecto nacionalista que integraba a gran parte de la población y estaba en contacto con el sector obrero antimarxista.
C) El Galleguismo. En el Siglo XIX el gallego era patrimonio del campesinado. A diferencia de Cataluña o el País
Vasco, las dificultades económicas, la falta de cohesión social y la dispersión de la población, retrasaron el
Renacimiento cultural galleguista.
Sería el Rexurdimeinto el que situó la literatura y la historia como claves de la recuperación cultural gallega. Unas
minorías cultas e insatisfechas con la situación del país responsabilizaban del atraso económico gallego a la
subordinación política de Galicia que forzaba a muchos gallegos a la emigración. En la última etapa de la
Restauración, el galleguismo fue adquiriendo un carácter político.
Destacó Rosalía de Castro y su marido Manuel Martínez Munguía que reclamaba una descentralización
administrativa y el uso de la lengua gallega. Sin embargo, no fue hasta 1931 cuando el galleguismo encontró
expresión política con la fundación del Partido Galleguista por Alfonso Rodríguez Castelao.

Otros nacionalismos menos importantes fueron el valenciano, andaluz, canario o Aragónés.
El Movimiento Obrero. Con la Restauración borbónica en 1874, el movimiento obrero pasa a la clandestinidad. A
partir de 1881, hay mayor permisividad y aparecen partidos y sindicatos obreros que se oponen frontalmente al
sistema político de la Restauración. El movimiento obrero permanece marginado del sistema político de la
Restauración y fuertemente dividido.
El peso del anarquismo es mayoritario y se localiza en Andalucía y Cataluña. Dentro del anarquismo hay dos
tendencias: una que defiende la acción sindical sobre la revolucionaria, y otra defensora de métodos terroristas para
lograr el triunfo de la revolución.
El Partido Socialista se funda en 1879.Su expansión fue muy lenta pero crecíó a partir de 1890, favorecida por la
moderación en su actuación, que defendía la huelga solo en casos extremos, y la aprobación del sufragio universal,
que incrementaba sus expectativas electorales. En 1910, tras aliarse con los republicanos, Pablo Iglesias es elegido
primer diputado socialista.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *