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La Posguerra se inició el 1 de Abril de 1939 y finalizó en 1959, ya iniciada la Dictadura franquista, la cual concluyó en 1975. Al término de la Guerra Civil, Franco no quiso establecer una dictadura militar transitoria como la del General Mola. Su intención fue la de crear un nuevo
Estado que desterrara toda idea de liberalismo, democracia liberal y de comunismo. Además, había que acabar con toda idea anticatólica y también separatista. El nuevo régimen político se establecíó como un sistema totalitario en el que la figura del Jefe del Estado, el general Franco, poseía poderes ilimitados sobre la nacíón. Se organizó un modelo político basado en la existencia de un partido único (FET y de las JONS). El sistema se inspiraba netamente en el de los Estados fascistas, Alemania e Italia. Se suprimíó la Constitución de 1931 y con ella todas las garantías individuales y colectivas, se prohibieron todos los partidos políticos y sindicatos y se abolieron los estatutos de autonomía de Cataluña y del País Vasco, a la vez que se prohibía toda manifestación de tipo nacionalista (lengua, partidos, etc.). Este régimen pretendíó basarse en la promulgación de Leyes Fundamentales; las seis promulgadas fueron: el Fuero del Trabajo, el Fuero de los Españoles, la Ley constitutiva de las Cortes, la Ley del Referéndum Nacional, la Ley de Sucesión y la Ley de Principios de Movimiento Nacional. Este proceso de establecer unas leyes políticas básicas fue tan largo, que no concluyó hasta el año 1967 con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado. En 1938, el Caudillo designó su primer gobierno con la participación de falangistas, monárquicos, militares y tecnócratas, comenzó con la tarea de construir o institucionalizar el régimen. Franco era Jefe del Estado, del Partido, del Gobierno y Jefe supremo de las Fuerzas Armadas. La estructura política y la doctrina que sustentaban el Estado franquista fueron llamadas, cada vez más, el Movimiento Nacional. Otro gran poder del Estado fueron los Sindicatos Verticales y la estructura se completó con el establecimiento de unas Cortes que no tenían nada que ver con una verdadera representatividad democrática. Todos los representantes en Cortes, o procuradores, eran designados por el poder. A este sistema se le llamó democracia orgánica, concepto según el cual la representatividad no se encuentra en el voto de los ciudadanos, sino en los órganos del Estado (la familia, el sindicato y el municipio). Esta autodenominación del régimen franquista es un intento de disfrazar la dictadura para hacerla más presentable de cara al exterior. En el plano territorial, el poder del gobierno se transmitía mediante la vieja institución de los Gobernadores Civiles.
En cada provincia se instituyó también un Gobernador militar y se restablecíó la vieja estructura militar de las Capitánías Generales. Pero toda esta estructura comenzó a sufrir una metamorfosis muy importante a partir de 1945, una vez vencidas las potencias del Eje y ante la presión internacional. Con el fin de la IIGM el régimen sufre un tímido cambio:
El general jefe del Estado decidíó proceder a una remodelación del gobierno en 1951. El nuevo gabinete se caracterizaba por ser una combinación de falangistas y católicos y por la introducción de personalidades no tan comprometidas con los principios más autoritarios. Se introdujo una persona que sería clave para la continuidad del régimen, el almirante Luis Carrero Blanco. Con estos cambios, el régimen pretendía una cierta homologación internacional. Las dificultades potenciaron los primeros movimientos de protesta y se empezó a hacer evidente la necesidad de un cambio político más profundo. Fue entonces cuando comenzaron a llegar al gobierno hombres procedentes de la institución católica del Opus Dei. En la remodelación del gobierno de 1957 entraron como ministros los primeros tecnócratas del Opus Dei. La destrucción material tras la Guerra Civil y la política económica autárquica e intervencionista practicada por el gobierno provocaron el estancamiento económico español durante la década de 1940. Con las medidas autárquicas se pretendía alcanzar el mayor grado de autoabastecimiento y autosuficiencia sin depender del exterior, prescindiendo de artículos importados susceptibles de ser producidos en España. Se establecíó una fuerte intervención del Estado en la economía. Algunas de las medidas básicas emprendidas fueron: -Limitación de las importaciones restringiendo cuantitativamente las compras de los productos extranjeros. Se facilitaron las importaciones mínimas imprescindibles e imposibles de obtener en el interior. -Organización de la producción y distribución de los cereales, obligando a los cultivadores a vender toda su cosecha al Servicio Nacional de Trigo, que fijaba los precios y vendía el grano a los fabricantes de harina. -Implantación de un sistema de racionamiento de los productos de consumo de primera necesidad para evitar el hambre y garantizar el abastecimiento mínimo. -Constitución en 1941 del Instituto Nacional de Industria (INI) bajo la dirección de Suanzes. El objetivo era impulsar la industrialización del país creando un grupo de empresas públicas, capital y gestión controlados por el Estado. -Creación en 1941 de Renfe mediante la nacionalización de toda la red de ferrocarriles peninsulares.
Las repercusiones de la política autárquica fueron: descenso de la renta per cápita; retroceso de la producción industrial; elevada inflación; déficit comercial; descenso del nivel de vida, bajos salarios y hambre generalizada; además de la aparición del mercado negro. A principios de 1950 comenzó una fase de lenta recuperación económica. Las autoridades franquistas, reconociendo el fracaso de los anteriores intentos autárquicos, impulsaron la apertura de la economía española al comercio internacional, favorecieron la importación de productos industriales y disminuyeron las subvenciones estatales innecesarias. En 1957, España se encontraba al borde de la suspensión de pagos al exterior, con las reservas de divisas agotadas y casi en bancarrota porque el volumen de las exportaciones resultaba insuficiente para compensar la creciente importación de productos. Este mismo año, Franco efectuó importantes cambios en el gobierno nombrando ministro a tecnócratas del Opus Dei, los cuales aprobaron medidas legislativas de reforma económica conocidas con el nombre de Plan de Estabilización. Sus objetivos eran abandonar el ineficaz y erróneo modelo autárquico reinsertando a España en el mercado internacional y liberalizar, sanear y racionalizar la economía nacional. Las disposiciones adoptadas consistieron en: devaluación de la peseta; limitación del gasto público; incremento de impuestos; concesión de facilidades a la inversión de capital extranjero. El Plan de Estabilización resultó un éxito y puso las bases para el espectacular desarrollo a partir de 1960. Al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial en Septiembre de 1939, España se declaró neutral. Franco sabía que el país no estaba en condiciones de participar en una nueva guerra.
Las potencias del Eje ejercieron presión para que se produjera la integración española en el conflicto. El Caudillo mantuvo entrevistas fuera de España con Hitler y Mussolini, pensando en la posibilidad de crear un nuevo Imperio en África y recuperar Gibraltar. Franco exigíó a estos compensaciones de tipo económico, aunque Hitler pensaba que el precio exigido era demasiado alto en comparación con las ventajas que se podrían obtener. En 1941, se cambió el estatuto español de país neutral por el de no beligerante. Se envió a Rusia una división de voluntarios para combatir junto a las tropas alemanas, conocida como la División Azul, la cual se retira en 1944. En 1943, la guerra se vuelve desfavorable para las potencias del Eje y España retorna a la posición de neutralidad con objeto de mantener buenas relaciones con los aliados. Comenzaron los peores tiempos del régimen, aumentaron las presiones de los aliados para que no se ayudara a Alemania y el heredero del trono español, Don Juan de Borbón, arrecíó en su política de restauración monárquica.
Entre 1945 y 1946 el franquismo quedó aislado mientras crecía la actividad de los medios de oposición en el exterior. Los golpes más duros que recibíó el régimen fueron la no admisión del país en la ONU (hasta 1955) y la recomendación de esta de que todos los países retirasen sus embajadores de España. También, se declaró el régimen español como producto de apoyo al Eje en la Conferencia de los Aliados en Potsdam, había que derribarlo. España no fue admitida en la OTAN ni en la CEE, tampoco recibíó los beneficios del Plan Marshall. A partir de 1947, iniciada la Guerra Fría, el papel de Franco como gran aliado contra el comunismo se hace más interesante para potencias como EEUU y Gran Bretaña. El régimen se sustentaba sobre diversas “familias”. En primer lugar, la Iglesia fue uno de sus grandes sustentos, a cambio de apoyo, se convirtió en un verdadero poder y en la religión oficial y gozó de privilegios. Los primeros enfrentamientos con la Iglesia tuvieron lugar ya muy avanzada la década de los sesenta, cuando parte de esta quiso separarse de la dictadura por influencia de las doctrinas del Concilio Vaticano II. En segundo lugar, la Falange fue perdiendo poder y sus ideales de tipo fascista se convirtieron en una ciega lealtad al Caudillo. Y, por último, el Ejército, que fue siempre la columna vertebral sistema y nunca discutíó el poder del Caudillo, sólo tuvo algunos problemas con los generales partidarios de una pronta restauración de la monarquía. El franquismo impuso profundos cambios en la vida cotidiana, como un intento de control social de todos los españoles. Se creó el Frente de Juventudes y la Sección Femenina de FET de la JONS. El régimen introdujo en la enseñanza clases obligatorias de Formación Política. Tras la Guerra Civil continuó la represión del enemigo político. Poblaban las cárceles españolas miles de presos políticos y otra parte de los vencidos había buscado la salvación en el exilio. Abandonaron el país más de cuatrocientas mil personas comprometidas con la República. La gran mayoría de ellas regresó cuando la situación en Europa se hizo más difícil por la Guerra Mundial y cuando el régimen hace algunas promesas. Los países receptores eran Francia, Gran Bretaña y los países de la América hispana. La dictadura de Franco publicó la ley de Responsabilidades Políticas, con la que pretendía la depuración total de todas las personas que habían colaborado con la República. Para ello, junto a los juicios militares se establecieron los juicios civiles. La oposición al régimen se hizo más creciente desde finales de la IIGM. Comenzaron a recomponerse algunas organizaciones políticas, como CNT, UGT, PCE o PSOE, y empezó una nueva forma de lucha, la de las guerrillas o maquis que lograron objetivos escasos.