2 Período Preconceptual (2 – 4 años)
Preconceptos: Si bien la capacidad de representar objetos, hechos o personas ausentes por medio de una imagen mental o de un símbolo le permite hacer uso del lenguaje, interpretar sus dibujos, realizar juegos simbólicos, y más tarde leer y escribir, el niño aún es incapaz de formar verdaderos conceptos. No asigna una palabra a una clase de objetos, sino a una cantidad de acciones o experiencias muy similares, y ni siquiera lo hace de una manera consistente. Se les denomina preconceptos y realmente son esquemas representativos que no poseen ni la generalidad del concepto ni la particularidad de los elementos que lo componen, sino que se sitúan a “mitad de camino” entre la colectividad en toda su extensión y la individualidad de cada miembro de la clase. La escasa experiencia del niño le impide comprender la extensión real de cada uno, formando conceptos confusos y sobregeneralizados (o todo lo contrario). Por ejemplo, piensan que el gusano no es un animal porque no tiene patas, o que hay muchas lunas (en función de su forma y posición); y si ven muchos caracoles a lo largo de un trayecto a pie, creen que siempre es el mismo caracol que se desplaza de un lugar a otro.
Transducción: Hace referencia a los razonamientos primitivos de los niños que van de lo particular a lo particular, que no derivan de la deducción sino de analogías inmediatas. Su razonamiento nunca va de lo general a lo particular (deducción) ni de lo particular a lo general (inducción). El niño se centra en un aspecto saliente de una situación y saca una conclusión relativa a otra situación asimilando indebidamente ambas situaciones.
Yuxtaposición: Es la tendencia a diluir el todo en apreciaciones fragmentarias e incoherentes, sin conectores causales o temporales, ni relaciones lógicas. Así, el niño se muestra incapaz de ofrecer relatos o explicaciones globalmente coherentes. Yuxtaponer es reunir partes sin los enlaces lógicos adecuados (como dibujar una bicicleta poniendo unas partes “junto a otras” pero sin engarzar cadena con piñones y con rueda, etc.).
Sincretismo: Consiste en la tendencia espontánea a percibir las cosas dentro de esquemas globales vagos y subjetivos (en lugar de discernir los detalles), que le llevan a relacionarlo todo por “causas ingeniosas” y no por auténtica causalidad. (¿Por qué no se cae el sol? Porque hace calor. El sol se queda ahí. ¿Y eso? Porque es amarillo?). Supone un proceso inverso al de la yuxtaposición, en el que el niño encuentra analogías entre objetos y sucesos que realmente no están relacionados (puede razonar que un caballo es como un coche porque ambos van muy deprisa). Si la yuxtaposición se distingue por la ausencia de enlace, podemos afirmar que el sincretismo se caracteriza por la tendencia a ligarlo todo. Sin embargo, tanto la yuxtaposición como el sincretismo son características que se dan al mismo tiempo en este período preconceptual.
Centración: La tendencia a centrar su atención sólo en uno de los aspectos de un estímulo visual, dejando de lado otros aspectos y provocando así una visión parcial de tal estímulo, constituye una de las características más importantes del pensamiento preoperatorio. El niño no es capaz de tomar en cuenta más de una relación a la vez, ni coordinar diferentes perspectivas o dimensiones de un objeto. La centración explica por qué a los niños les cuesta entender situaciones relacionadas con la conservación. Por ejemplo, en las tareas de conservación de cantidad de líquido, al pasar de un vaso ancho a otro delgado y más alto, les resulta imposible compensar las dos relaciones (anchura y altura del agua). Por el mismo motivo, son incapaces de reconocer a los elementos de una parte como pertenecientes al mismo tiempo a la parte y al total.
Imitación inconsciente: Así se denomina al comportamiento mediante el cual el niño reproduce y simula los gestos, patrones del habla o actitudes de otras personas que viven en su entorno (sobre todo en compañía de familiares o amigos cercanos) sin advertir que lo hace. La imitación es la copia subconsciente de las señales no verbales de otra persona, y suele resultar una reproducción exacta del modelo debido a la activación de las denominadas “neuronas especulares” en el individuo que comienza a imitar los movimientos de otro.
3 Período Intuitivo (4 – 7 años)
Intuición: La intuición es una corazonada o premonición que nos permite hacer una afirmación sobre el motivo de algo que ya pasó o que todavía va a ocurrir, aunque no tengamos todos los datos para llegar a esa conclusión. Está basada en inferencias, en las que partiendo de unas partes conocidas de una realidad intentamos rellenar los huecos de los que no disponemos información, con la experiencia pasada, con la lógica o los patrones o secuencias que somos capaces de detectar en la situación. En la etapa infantil, esos huecos son rellenados por lo primero que se les ocurre sin temor a equivocarse. Por ejemplo, si le preguntamos a un niño de qué es el reloj, nos dirá “de oro” (le resulta bonito) y si le preguntamos por qué lo sabes nos dirá “siempre lo supe”.
Egocentrismo: Se refiere a la dificultad que tienen los niños para situarse en una perspectiva distinta a la suya. Piensan que lo que ellos ven, así lo ven los demás y que sus deseos también son los deseos de los demás. Es por ello, que tiene dificultad para ponerse en la perspectiva del otro, para separarse de su propio punto de vista e imaginarse cómo entiende las cosas otra persona. El egocentrismo está muy relacionado con la intuición. En efecto, el sentirse el centro del universo le lleva a no tener que preocuparse de convencer ni dar pruebas de sus afirmaciones (fruto de la intuición). Su opinión es inaccesible a la discusión.
Irreversibilidad: La reversibilidad implica la posibilidad de que una transformación, acción u operación pueda realizarse en al menos dos sentidos, uno opuesto a otro de manera simultánea en el tiempo. Por tanto irreversibilidad será la imposibilidad de captar que una transformación puede complementarse (o anularse) con otra opuesta. Existen dos formas de reversibilidad. En primer lugar por inversión; en cuanto que si tenemos un proceso que parte de una situación inicial y acaba en otra situación final, siempre podemos pensar otro proceso que empiece por la situación final y termine en la inicial. En segundo lugar, por reciprocidad. Si un sujeto A tiene una relación con otro sujeto B, al mismo tiempo este último también tendrá una relación con A.
Por ejemplo, si Juan es tío de Pedro, Pedro será al mismo tiempo sobrino de Juan.
Realismo: En este período los niños confunden los acontecimientos psicológicos (pensamientos, sueños, y su propio nombre) con entidades físicas que tienen una existencia real y material, y se encuentran en algún lugar (por ejemplo, dentro de su cabeza)
Animismo: Al mismo tiempo que tiene lugar en el niño el realismo, también se da el animismo, que es la tendencia a atribuir a objetos y hechos físicos, cualidades biológicas como la vida o condiciones psicológicas como la conciencia o la intencionalidad. Por ejemplo, el niño dirá “la luna nos está siguiendo”. En cuanto a la asignación de conciencia, el niño pasa por cuatro etapas:
- Una primera en la que cree que una piedra siente cuando se le da una patada.
- Las cosas que se mueven o pueden ser movidas (una bicicleta) tienen vida.
- Las cosas que se mueven espontáneamente (sol, nubes) tienen vida.
- Solo viven las personas y los animales.
Artificialismo: Es la tendencia a asumir que todos los objetos, cosas y fenómenos naturales han sido creados por el hombre para sus propósitos. Por ejemplo, dirá “el Sol lo hizo un Señor”