Criterios para la Valoración de la Importancia de los Stakeholders en la Estrategia Empresarial
1. Identificación de los Grupos de Interés y sus Objetivos
Grupos de interés internos: Se incluye a los accionistas, directivos y trabajadores. En ocasiones, también se incluirán los departamentos, las unidades de negocio, las filiales o determinados grupos profesionales.
Grupos de interés externos: Se incluye a los clientes, proveedores, las entidades financieras, los sindicatos, la comunidad local, las organizaciones sociales y el Estado.
2. Valoración de la Importancia de cada Grupo
A través de un mapa de stakeholders, se identifican los principales grupos de interés en función de su importancia y posible impacto en los objetivos de la empresa. Esto dependerá de tres características de cada uno:
- El poder: Se refiere a la posibilidad real de imponer a los otros grupos los objetivos propios. Este poder puede derivar tanto de la posición jerárquica como de la capacidad de influencia (por la personalidad del grupo, la disponibilidad de recursos estratégicos, habilidades y conocimientos, etc.).
- La legitimidad: Se refiere a la percepción de que los objetivos de un grupo de interés son deseables o aceptados, es decir, se ajustan a las normas, valores o creencias de un sistema social.
- La urgencia: Se asocia con el interés de cada grupo por influir para conseguir sus objetivos.
A raíz de esas tres características aparecen:
- Grupos cruciales
- Grupos expectantes
- Grupos latentes
- Grupos sin interés
3. Las Implicaciones para la Dirección Empresarial
El grado de atención que se va a prestar a cada uno de los grupos va a depender de su importancia, de manera que se dará prioridad a aquellos objetivos asociados con los grupos más relevantes.
También se considera una misión de la dirección la búsqueda de un cierto equilibrio entre los objetivos de los distintos grupos relevantes, para mantener así la supervivencia de la empresa.
Objetivos de Accionistas vs. Directivos: Posibles Diferencias
Los intereses del directivo, derivados de su propia función de utilidad, tienen componentes monetarios (retribuciones, incentivos) y no monetarios (promoción, autonomía, prestigio), además de la propia permanencia en la dirección. La mayor parte de estos objetivos se pueden conseguir en mejores condiciones mediante el crecimiento de la empresa.
Pero el crecimiento de una empresa no es sinónimo de creación de valor. Es posible crear valor mediante la reducción del tamaño de la empresa a través de estrategias de reconstrucción. En consecuencia, los intereses de los directivos pueden entrar fácilmente en conflicto con los objetivos de los accionistas, por lo que, si los objetivos de la propiedad y dirección divergen, ello puede traducirse en la búsqueda de objetivos empresariales diferentes.
En esta situación, una amplia libertad de los directivos en la toma de decisiones puede afectar al objetivo de los accionistas, de manera que la maximización de su riqueza sea sustituida por objetivos más próximos a los directivos, como el crecimiento empresarial.
Además, la diversificación de las actividades empresariales puede reducir el riesgo global de la empresa, lo que favorece especialmente a los directivos al reducir la variabilidad de los beneficios, protegiéndose así del riesgo de pérdidas que podría suponer la pérdida de su permanencia en la dirección. A su vez, esa diversificación reduce el riesgo de los accionistas como inversores, por tanto, no les interesa.
Variables que Determinan la Creación de Valor en una Empresa
Objetivo: Cuánto aportan los directivos con su gestión al valor de la empresa. Si con la gestión, ha incrementado o disminuido el valor teórico de una empresa.
Valoración de la empresa: Capacidad de ésta para generar rentas o beneficios.
Valor teórico = precio de mercado x nº acciones.
Valoración de la empresa para los accionistas: Lo que se está dispuesto a pagar por su posesión.
Valor teórico = precio de mercado x nº acciones + prima que están dispuestos a pagar.
El precio de mercado depende de las ganancias futuras de la empresa, porque las acciones son renta variable, no tienen plazo limitado. Para medir esas ganancias futuras se hace a través de los dividendos. También va a depender del coste de capital; k es la rentabilidad mínima requerida por los accionistas.
Precio mercado = ∑ (Dividendos en t / (1+k)^t)
Para medir la gestión de los directivos se hace a través del valor económico, valor bursátil o valor intrínseco de la empresa.
Ve = Vt(1) – Vt(0) – ampliaciones de capital (resultado valor que han aportado accionistas).
Si Ve es mayor que 0: Se dice que la directiva aporta valor. Las acciones subirán de valor, habrá una alineación de objetivos.