Evolución de la Literatura Española desde 1939
La Novela Española desde 1939
Años 40: Realismo Tremendista
Se centra en historias individuales de extremada crudeza, dentro de lo que se ha llamado realismo tremendista. Este estilo pone el acento en los aspectos más sórdidos y desagradables de la realidad. Autores destacados: Carmen Laforet, Miguel Delibes y Camilo José Cela.
Años 50: Florecimiento de la Novela Social
Se produce un paso del yo al nosotros. Las novelas se centran en los avatares de un conjunto de personas y no en el conflicto particular de un personaje individual. Autores: Camilo José Cela (La Colmena), Rafael Sánchez Ferlosio (La Jarama) y Miguel Delibes (El Camino), entre otros. Los conflictos sociales son el eje central de muchas novelas.
Años 60: Superación del Realismo y Novela Experimental
En 1962 se publican Tiempos de silencio de Luis Martín Santos y La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa. Con estas obras se inicia una nueva forma de narrativa más preocupada por los aspectos formales. Esta línea narrativa se denomina novela experimental. También destaca la obra de Juan Goytisolo.
Desde 1975: Regreso a la Narración Tradicional
Se aprecia un regreso a los pilares fundamentales de la narración: historias sólidas con intriga acusada y personajes en conflicto. Autores: Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta) y Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J.B.). El autor se centra en contar una historia bien construida y el lector busca el placer de dejarse arrastrar por un relato sugerente. Cualquier género tiene cabida en un panorama actual abierto. Además de José Manuel Caballero Bonald y Alfonso Grosso, otros escritores andaluces han aportado obras decisivas a la literatura española actual, como Fernando Quiñones o José María Vaz de Soto.
La Narrativa en los Últimos Años
En la narrativa se abandona poco a poco la experimentación y la innovación formal para reivindicar de nuevo ciertos elementos de la novela tradicional. Autora apreciada en la actualidad: Almudena Grandes, que escribió Las edades de Lulú, Malena es un nombre de tango, o El corazón helado (2007).
Antonio Muñoz Molina
Muñoz es uno de los novelistas más destacados del momento. Sus dos primeras obras, El invierno en Lisboa y Beltenebros, son novelas negras que le supusieron una amplia fama nacional e internacional. El jinete polaco lo confirmó como uno de los mejores narradores actuales. Otras obras son Sefarad y Plenilunio. Se caracteriza por un estilo muy depurado, de frases amplias y sugerentes. En El jinete polaco cuenta la historia de un joven que emigra a tierras andaluzas en busca de un futuro más cosmopolita.
El Teatro Español a partir de 1939
El teatro vivió una fuerte crisis durante la posguerra, quedando reducido a un mero espectáculo para la diversión. Además, debe luchar contra el cine. En los primeros años de posguerra solo se ven en escenarios españoles obras de alta comedia burguesa. Sigue triunfando el autor humorístico del momento, Enrique Jardiel Poncela. Miguel Mihura escribe Tres sombreros de copa. Como en la lírica y la novela, en los años 50 surge un teatro social comprometido con los problemas del ser humano. Autores: Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. A partir de los 50 continúa esta línea más tradicional del teatro basado en el diálogo con nuevos autores como Antonio Gala, José Sanchis Sinisterra (¡Ay, Carmela!) o Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano). En una vertiente más rompedora encontramos a Fernando Arrabal y Francisco Nieva o Miguel Romero Esteo. Asistimos al florecimiento de grupos teatrales.
Un Antecedente: Miguel Hernández
Se trata del poeta más representativo de su momento y uno de los mejores de nuestro siglo. En su obra poética sobresalen títulos como Perito en lunas, El rayo que no cesa, Viento del pueblo, El hombre acecha…
La Literatura Española de Posguerra
Se divide en dos grandes periodos:
- De 1939 a los años 50: España vive su momento más duro de la posguerra.
- Años 40: La literatura se centra en conflictos individuales. Nace la novela tremendista y abunda la poesía religiosa de muy distinto tipo.
- Años 50: Preocupa ahora la sociedad en su conjunto. La literatura social concebirá el arte como un modo de transformar la realidad.
- Década de los años 60: Se aprecia una cierta apertura. En la literatura comienza la época de superación del realismo social a través de la experimentación y renovación. A partir de la transición democrática se abren nuevas posibilidades expresivas.
La Poesía de Posguerra. Los Primeros Años
La posguerra estuvo fuertemente condicionada por la situación histórica española. Ante el horror de la guerra recién concluida, los poetas buscan respuestas y muchos de ellos cultivan una poesía espiritual: se dirigen a Dios. Después vuelven los ojos hacia los demás con el deseo de convertirse en la voz de la mayoría: nace la poesía social. La revista Garcilaso agrupa a los poetas más cercanos al régimen oficial. Espadaña es la revista de los poetas contrarios al franquismo. Todos ellos aportan una visión desarraigada de un mundo conflictivo e imperfecto. No podemos olvidar el papel de otras dos publicaciones andaluzas: Cántico y Postismo.
Pablo García Baena y el Grupo Cántico
En la posguerra también hubo lugar para la poesía pura, gracias a un grupo de poetas cordobeses que fundan en 1947 la revista Cántico. Su nombre procede del poeta Jorge Guillén. Pablo García Baena es el principal representante del grupo Cántico. El amor es su tema fundamental. Sus dos obras fundamentales son Junio (1957) y Óleo (1958), que reflejan su particular lucha entre la sensibilidad pagana y el espíritu religioso. La poesía de García Baena se encontraba muy alejada de las tendencias sociales de los años sociales.
El Postismo. Carlos Edmundo de Ory
La revista Postismo da nombre al último ismo que se autodefine como surrealismo ibérico. El gaditano Carlos Edmundo de Ory es su fundador. Participan también Eduardo Chicharro y Silvano Sernesi. Se trata de un movimiento que reivindica la libertad creativa y el sentido lúdico del arte. Por problemas de censura, la revista Postismo publicó un solo número.
Poesía Espiritual y Poesía Social
La primera poesía de posguerra se caracteriza por el tono individualista. Los poetas alzan sus ojos a Dios para pedirle explicaciones acerca de lo que está sucediendo. Después se pasa a la poesía social en la que se pasa del yo al nosotros. Los dos autores más representativos son Gabriel Celaya y Blas de Otero. La poesía social evita los problemas íntimos, para centrarse en lo colectivo. Se rechaza el esteticismo y la poesía pura. De este modo se pretende crear una poesía clara para la inmensa mayoría, que emplean coloquialismos en su afán de transparencia.
La Generación del 50
A mediados del siglo XX irrumpe en el panorama literario un nuevo grupo de poetas que se aparta de la poesía social, como José Hierro, Ángel González, Claudio Rodríguez, etc. La poesía de estos autores vuelve a preocuparse por el hombre y a la vez es inconformista y escéptica, pues se duda de la poesía para transformar el mundo. Se observa en ellos una clara preocupación por la estética y se centran en lo cotidiano recuperando el intimismo.
La Lírica en los Años 70: Los Novísimos
A raíz de la revolución cultural que supuso el mayo del 68 francés surge la Generación del 68 o poetas novísimos. Poseen un amplio concepto de la cultura, incluyen manifestaciones como cómic, cine, pop, jazz… Otros novísimos se inclinarían por una poesía decadentista.
La Poesía Actual
Con el fin de la dictadura y la llegada de la democracia se abren nuevas posibilidades expresivas. La variedad en la lírica española es enorme. Poesía de experiencia, caracterizada por la recuperación de ciertas formas métricas y el uso estético del lenguaje del mundo cotidiano. No faltan elementos irónicos y humorísticos. Destacan los temas urbanos extraídos de la experiencia vivida por los propios autores. Los poetas andaluces Luis García Montero o Felipe Benítez Reyes cultivan esta línea.