Poesía Española
La Guerra Civil y sus Consecuencias
La Guerra Civil española dejó al país en ruinas, también en el ámbito cultural. El grupo literario del 27 se disolvió tras la muerte de Lorca, y los poetas restantes se enfrentaron a la decisión de quedarse o exiliarse. Miguel Hernández, por ejemplo, combinó elementos de poesía pura, vanguardia y tradición popular en sus obras, destacando por su técnica delicada y emociones apasionadas, como en»El rayo que no ces».
Décadas de los 40 y 50
En la década de los 40, algunos poetas adoptaron posturas similares al régimen dictatorial, escribiendo poesía arraigada, que abordaba temas del amor, la religión y la patria. Otros, como Luis Rosales y Pablo García Baena, exploraron caminos más personales, recibiendo influencias surrealistas.
Iniciada por Dámaso Alonso, la poesía desarraigada se caracteriza por su angustia, su forma antirretórica y su transmisión de la angustia de lo absurdo de la vida, el miedo al vacío, la soledad y la muerte.
En los años 50, la poesía evolucionó hacia la denuncia social y la crítica a través de obras como»Pido la paz y la palabr» de Blas de Otero. Gabriel Celaya y José Hierro introdujeron nuevos subgéneros poéticos, como el reportaje, que es narrativo y realista, y la alucinación, que es sonámbula e irracional.
Décadas de los 60 y 70
En los 60, poetas como Ángel González adoptaron un tono de crítica social y desencanto ante el franquismo, utilizando el humor sarcástico e irónico. En los 70, los Novísimos buscaron la originalidad y la creatividad, influenciados por la música rock y el cine.
Décadas de los 80 y Siglo XXI
En los 80, la poesía mostró una enorme variedad y falta de cohesión de grupo. Autores como Clara Janés exploraron la tradición clásica, mientras que otros, como los Poetas de la Diferencia, buscaron la libertad creativa. También encontramos la poesía de la experiencia, destacando el autor Luis García Montero, que busca la poesía en la vida cotidiana, hablando sobre experiencias y problemas personales. En el siglo XXI, poetas jóvenes como Irene X encontraron en las redes sociales una plataforma para compartir su poesía con un público deseado, caracterizándose por un lenguaje claro y valores feministas y ecologistas.
Teatro Español
La Guerra Civil y sus Consecuencias
La guerra civil suprimió un floreciente teatro español, con dramaturgos como Alejandro Casona optando por el exilio. Antonio Buero Vallejo encabezó una corriente de denuncia social, mientras que otros como Alfonso Sastre optaron por un teatro más combativo.
Décadas de los 60 y 70
A partir de los años 60, surgieron obras experimentales de autores como Francisco Nieva y Fernando Arrabal, y grupos de teatro independiente como Tábano y Los Goliardos.
Era Democrática y Siglo XXI
En la era democrática, dramaturgos como José Luis Alonso de Santos y José Sanchis Sinisterra continuaron explorando temas sociales y políticos. En el siglo XXI, dramaturgos como Juan Mayorga y Angélica Liddell han ganado reconocimiento por su enfoque innovador y provocativo.
Narrativa Española
El Aislamiento y la Censura
El aislamiento de España, junto al exilio de algunos de los mejores novelistas y la censura, se tradujeron en una narrativa que abandonó el camino de la innovación durante dos décadas y se alejó de las nuevas corrientes mundiales.
Décadas de los 40 y 50
En este periodo destacó Ramón J. Sender, con una obra muy variada. Max Aub escribió»El laberinto mágic», un ciclo de seis novelas sobre la Guerra Civil. Francisco Ayala destacó en sus cuentos y novelas, como»Muertes de perr», en la que trató la maldad humana.
Durante los años 40, surgieron varias tendencias. Los autores con ideología falangista se guiaron por la novela propagandística, exaltando al régimen. Por otro lado, apareció una novela de mejor calidad que aborda la angustia existencial, centrándose en las vivencias de un protagonista enfrentado a la miseria, la soledad y la indiferencia ajena.
Carmen Laforet mostró en»Nad» una dura metáfora de las consecuencias de la guerra. Camilo José Cela representó en»La Familia de Pascual Duart» una de las grandes novelas de la narrativa española, en la que narra los crímenes de un campesino condenado a muerte.
Los años 50 se inclinaron hacia el realismo social, sin renunciar al existencialismo anterior. Trataron de esquivar la censura para manifestar la injusticia del régimen. Cela marcó un giro clave en la literatura española con»La Colmen», que trata de reflejar el sentido absurdo de la vida. Por otra parte, Delibes muestra en»Las rata» la miseria de un pueblo de Castilla sometido al caciquismo. Sánchez Ferlosio tiende a la vertiente más objetiva para reflejar la realidad, como si se tratase de una cámara de cine, en su obra»El jaram». Sin embargo, Ignacio Aldecoa fue mucho más crítico en»El Furor y la Sangr», en la que pretende mostrar la asfixia moral y económica de la España de la posguerra.
Décadas de los 60 y 75
La novela experimental perduró desde los 60 hasta el 75, y se abrió a corrientes exteriores. Sin abandonar los problemas existenciales ni sociales, los autores expresaron una mayor variedad temática. Rompieron con la estructura lineal del tiempo, con un estilo indirecto y libre. De hecho, a veces rompen las normas sintácticas y prescinden de los signos de puntuación, siendo la obra cumbre de esta década»El tiempo del silenci», de Luis Martín Campos.
Juan Benet creó en»Volverás a regió» un espacio imaginario de España, con un estilo muy barroco. Delibes vuelve a aparecer con»Cinco Horas con Mari», el largo soliloquio de Carmen, quien pasa cinco horas velando el cadáver de su marido Mario, mostrando el lado más abominable de la sociedad opresiva, el catolicismo mentiroso y la hipocresía.